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Channel: La lucha es el único camino
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¿Humanitarismo? No, gracias

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Pablo Sorozábal Serrano
B.

Nos están tomando por lo que quisieran que fuésemos, por aquello para lo que se gastan nuestro expoliado dinero a fin de que seamos lo que quieren que seamos, o sea: imbéciles o miembros de las fuerzas armadas que custodian la Constitución española que nos borbonea, o juez o fiscal del neoTOP, o volteriano de salón, o periodista “independiente” de los que cobran por proteger la única religión verdadera, esto es, la del Alto Estado Mayor de los Ejércitos de Tierra, Mar y Aire, de esa organización humanitaria llamada OTAN, o trabajadores de los que piensan lo que piensa el MARCA, pues faltaría más, que ellos no son ni de derechas ni de izquierdas, como dijeran hace mucho tiempo Mussolini y José Antonio (Primo de Rivera).

Pues no, señoras y señores, aún quedan algunos que nos negamos a ser como el imperialismo quiere que seamos, procura que seamos, invierte para que seamos. Aún quedan algunos que estamos contra la tele y la radio y la prensa y todos los “medios de comunicación” al servicio del imperialismo y amamos a Marx, Engels, Lenin y el vino rojo peleón que no es estupefaciente sino metáfora popular de la razón pura, es decir, de la razón común, o sea, de la razón comunista, por la sencilla razón de que razón, lo que se dice razón, no hay ni puede haber ninguna otra. Sí, sí, aún quedan algunos a los que el nombre “España” no nos provocan suspiros sino arcadas, y nombres como OTAN nos hacen vomitar directamente. Aún quedan algunos que gritamos ¡mecagüen Bill Clinton y Aznar y Felipe González y Solana y la señora Allbright (¿para esto queríamos la liberación de la mujer?).

Aún queda quien se alegra de que un día entrasen en Praga los tanques soviéticos para aplastar a los enemigos de la heroica construcción del socialismo y el comunismo en Europa, a los mismos que hoy forman parte de la muy humanitaria banda terrorista OTAN y masacran al pueblo serbio para arrebatarles su territorio y sus riquezas.

¡Llore usted, señora, llore usted, señor, por los albaneses “refugiados”, porque así se lo ordenan las autoridades, pero no llore si en los alrededores de Belgrado caen bombas humanitarias sobre los campos de refugiados serbios en su día expulsados de sus tierras en Croacia por los nazis otánicos-croatas! Usted a lo suyo: al bakalao, a la coca y sobre todo al éxtasis de pertenecer al primer mundo. ¿Qué más quiere? Enchufe la tele y muéstrese agradecido.

Nota. El autor de este artículo fue (murió en 2007, septiembre) Pablo Sorozábal Serrano, hijo del célebre compositor de zarzuelas populares Pablo Sorozábal (donostiarra y republicano). Se publicó en el periódico alternativo EL OTRO PAÍS en mayo-junio de 1999. Un servidor, B., tuvo el privilegio de conocerle y de llorarle.

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