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Channel: La lucha es el único camino
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Anda como un pato, grazna cuac-cuac, luego es un pato

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Bianchi

Lo que tiene el hecho de abandonar lo básico de unos principios que has mantenido y se pretende pasar de matute y contrabando ante la propia parroquia que no lo has hecho, que se trata de "nuevos ciclos", que hay que mirar al futuro y no al pasado, que los tiempos cambian -algo que ya se sabía desde el trovador Dylan en sus mejores épocas-, es que nadie te lo va a agradecer, y siempre te exigirán más en la pendiente y deriva reformista, por no decir degenerada, porque quién le ha visto y quién le ve a la izquierda abertzale: irreconocible.

Del antiguamente llamado MLNV -Movimiento de Liberación Nacional Vasco, que hasta el presidente Aznar citó no sin dificultades fonéticas y léxicas-, del que apenas queda nada, se ha pasado a EHBildu, coalición de la que Sortu -cuyo principal dirigente es su secretario general Arnaldo Otegi-, Alternatiba compuesta por oportunistas procedentes de la Izquierda Unida vasca (Esker Batua) de Javier Madrazo parachutados en la antigua Batasuna, EA (Eusko Alkartasuna), grupo nacionalista procedente de una escisión del PNV (Partido Nacionalista Vasco) y fundado por el exlendakari el navarro Carlos Garaikoetxea, y, por último, "at last but not least", Aralar, grupúsculo procedente de una escisión de Herri Batasuna muy crítico con la actividad armada de ETA siendo su líder el también navarro Patxi Zabaleta. Aralar fue la avanzadilla "ideológica" de lo que hoy es Sortu, aunque ni se diga ni menos se reconozca, esto es, el reformismo que llaman "socialdemócrata" o, en otras palabras, y usando el vocabulario abertzale, "liquidacionismo".

A Sortu le ha salido un grano en forma de "disidentes" que critican esta que entienden deriva reformista que hace dejación de los principios originales del movimiento abertzale ("patriota", en lengua vasca, en euskera) y abandona, lo que consideran gravísimo, la bandera de la amnistía. No se cansan de repetir que ellos -"Askatasunaren Bidea" (En el camino de la libertad), compuesto por expresos, huidos y represaliados- no están por la labor de una vuelta a la lucha armada. Dicen sentir "vergüenza" de la línea actual de la izquierda abertzale y culpan a Otegi a quien llaman "líder supremo del reformismo" y, también, en tal vez un exceso verbal innecesario, "pijo neoabertzale". Hablan de "traicionar" esos principios y que dejar la lucha armada "no tiene por qué significar tirarnos (sic) en brazos de nuestros enemigos"(resic).

El lunes pasado, en Radio Euskadi -emisora oficial del País Vasco-, Otegi declaró (respondiendo a los "disidentes") que "no me considero ni pijo ni neoabertzale. Soy -continúa- un independentista vasco, socialista y me declaro marxista (sic), pese a que digan que soy socialdemócrata". Bueno, si lo dice él, lo será, aunque discrepemos fortísimamente de quien se reclama "marxista" y habla de aspirar a "Estados decentes"citando a Cicerón. No cabe mayor ambigüedad -y no lo decimos porque cite a Cicerón- en un presunto marxista.

Luego se extiende -Otegi- en algo que ya sabíamos, pero que en ámbitos abertzales no se podía decir imperando la "omertà" o ley del silencio. Otegi parece molestarse cuando la prensa española dice que ha sido gracias a la policía española y sus tribunales que se ha acabado con ETA, y reivindica su papel en este desmantelamiento de la organización armada vasca. Parece quejarse de que no le tengan en cuenta como si Roma (Madrid) no pagara traidores. Y más tratándose de un "hombre de paz", al decir de Rodríguez Zapatero y Pablo Iglesias.

Se explaya Otegi reconociendo que la izquierda abertzale "ha sido responsable del sufrimiento que se ha causado en este país", aunque matiza que (él) "ha contribuido a que desaparezca (la violencia), sin duda". Y remata la faena con aliño: "Por mucho que algunos quieren decir que eso se debe a la Policía y la Guardia Civil, la lucha armada de ETA seguiría si la izquierda abertzale NO HUBIERA TOMADO LA DECISIÓN DE APOSTAR POR LAS VÍAS PACÍFICAS Y DEMOCRÁTICAS" (mayúsculas nuestras). Es decir, reclama su papel fundamental en esta historia y que no se le ningunee. Podría decirse que casi lo tiene a gala.

Pero, como decíamos al principio, no bastará con estos "desdecires" y "reconocimientos" y "palinodias": le exigirán más, que acepte la legalidad penitenciaria española, ya lo han hecho, la Ley de Partidos, ya lo han hecho, renunciar a la amnistía, ya lo han hecho, pactar con los fiscales para no entrar en la cárcel, ya lo han hecho, que reconozcan el daño causado, ya lo han hecho y, por supuesto, que "condenen la violencia", a lo que Otegi, muy ocurrente, asume que: "hice algo más eficaz que condenar la violencia de ETA, que es hacer desaparecer esa violencia". Pues vale, con su pan se lo coma, y ya veremos el juicio final de la Historia, la de los hombres, no la celestial.

Buenas tardes.

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