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La intervención de las potencias imperialistas en la guerra civil rusa (1918-1920)

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Jacques R. Pauwels

Cuando la revolución estalló en Rusia en 1917, los bolcheviques comenzaron a construir la primera sociedad socialista de la historia, una experiencia por la que los imperialistas de otros países no sentían ninguna simpatía; más bien al contrario, esperaban fervientemente que el proyecto condujera rápidamente a un fiasco desastroso.

En los círculos dominantes de Londres, París y otros lugares, estaban convencidos de la inevitabilidad del fracaso del audaz iniciativa de los bolcheviques, pero -por si acaso- decidieron enviar tropas a Rusia para apoyar a los contrarrevolucionarios blancos contra los rojos bolcheviques, en un conflicto que se convirtió en una larga y sangrienta guerra civil.

Una primera oleada de tropas aliadas llegó a Rusia en abril de 1918, cuando soldados británicos y japoneses arribaron a Vladivostok y establecieron contacto con los blancos, que ya estaban en guerra con los bolcheviques. Sólo los británicos enviaron 40.000 soldados a Rusia. En la primavera de 1918 el entonces Ministro de Guerra, Churchill también envió una fuerza expedicionaria a Murmansk, en el norte de Rusia, para apoyar a las tropas del general blanco Kolchak, con la esperanza de ayudar a reemplazar a los bolcheviques por un gobierno amistoso con los británicos.

Otros países enviaron contingentes más pequeños, como Francia, Estados Unidos (15.000 efectivos), Japón, Italia, Rumanía, Serbia y Grecia. En algunos casos, las tropas aliadas participaron en la lucha contra los alemanes y los otomanos en las fronteras de Rusia, pero estaba claro que no habían ido para ese propósito, sino para derrocar al régimen bolchevique y “estrangular al bebé bolchevique en su cuna”, como dijo Churchill con tanta delicadeza.

Los británicos, en particular, también esperaban que su presencia permitiera embolsarse atractivos territorios de un Estado ruso que parecía estar colapsando, al igual que el Imperio Otomano. Por eso una unidad británica marchó desde Mesopotamia hasta las orillas del Mar Caspio, es decir, hasta las regiones ricas en petróleo alrededor de Bakú, la capital del Azerbaián moderno. Al igual que la propia Gran Guerra, la intervención de los Aliados en Rusia estaba dirigida tanto a combatir la revolución como a alcanzar los objetivos imperialistas.

En Rusia, la guerra no sólo ha creado las condiciones para la revolución social, sino también, al menos en algunas partes de aquel gigantesco país, revoluciones entre una serie de minorías nacionales. Esos movimientos nacionales ya habían levantado la cabeza durante la guerra y, en general, eran nacionalistas reaccionarios, conservadores, racistas y antisemitas. La oligarquía política y militar alemana identificó a los parientes cercanos ideológicos de estos movimientos como posibles aliados en la guerra contra Rusia. Los alemanes no apoyaron a los nacionalistas finlandeses, bálticos, ucranianos y otros nacionalistas por simpatía ideológica, sino porque podían ser utilizados para debilitar a Rusia; lo hicieron también porque esperaban asentar Estados satélites alemanes en Europa del este y del norte, preferiblemente monarquías con un miembro de la familia noble alemana como su soberano.

El Tratado de Brest-Litovsk demostró ser una oportunidad para crear varios de esos Estados. Del 11 de julio al 2 de noviembre de 1918, un aristócrata alemán llamado Wilhelm (II) Karl Florestan Gero Crescentius, Duque de Urach y Conde de Württemberg, recibió el título de Rey de Lituania bajo el nombre de Mindaugas II.

Con el armisticio del 11 de noviembre de 1918, Alemania fue condenada a desaparecer de la escena en Europa del este y del norte, lo que puso fin al sueño de hegemonía alemana en la región. Sin embargo, el artículo 12 del armisticio permitía que las tropas alemanas permanecieran en Rusia, en los Estados bálticos y en otros lugares de Europa Oriental durante el tiempo que los Aliados lo consideraran necesario, es decir, mientras fueran útiles en la lucha contra los bolcheviques, y eso es exactamente lo que estaban haciendo los alemanes. Los dirigentes británicos y franceses como Lloyd George y Foch consideraban a la Rusia revolucionaria como un enemigo más peligroso que Alemania. Los movimientos nacionales de los bálticos, finlandeses, polacos, etc., estaban ahora plenamente implicados en la guerra civil rusa, y los aliados sustituyeron a los alemanes como socios, militarmente hablando, mientras luchaban contra los rojos, en lugar de contra los blancos, lo que hacían con mayor frecuencia, puesto que muchas posesiones orientales, que antes formaban parte del imperio zarista, eran reclamadas simultáneamente por los blancos rusos, polacos, lituanos, ucranianos y otros grupos.

En todos los países que salían de las nubes de polvo causadas por el colapso del Imperio zarista, había esencialmente dos tipos de personas. En primer lugar, los obreros, campesinos y otros miembros de las clases bajas, que estaban a favor de una revolución social, apoyaban a los bolcheviques y estaban dispuestos a conformarse con una cierta autonomía para su propia minoría étnica y lingüística dentro del nuevo estado multiétnico y multilingüe -inevitablemente dominado por su componente ruso- que sustituyó al antiguo imperio zarista y que sería conocido como la Unión Soviética. En segundo lugar, la mayoría, pero no todos, de los miembros de las antiguas oligarquías aristocráticas y burguesas y de la pequeña burguesía, que se oponían a una revolución social y, por lo tanto, odiaban y luchaban contra los bolcheviques y querían nada menos que una independencia total del nuevo estado creado por estos últimos. Su nacionalismo era un nacionalismo típico del siglo XIX, reaccionario y conservador, estrechamente asociado a una etnia, una lengua, una religión y un pasado supuestamente glorioso, sobre todo mítico, que iba a renacer a través de una revolución nacional. También estallaron guerras civiles entre blancos y rojos en Finlandia, Estonia, Ucrania y otros lugares.

Si en muchos casos los blancos salieron victoriosos y lograron establecer Estados decididamente antibolcheviques y antirrusos, no es sólo porque los bolcheviques lucharon durante mucho tiempo con la espalda contra la pared en el corazón mismo de Rusia y, por lo tanto, rara vez pudieron apoyar a sus camaradas rojos en el Báltico y en otras partes de la periferia del antiguo Imperio zarista, sino también porque los alemanes y sus aliados -especialmente los británicos- intervinieron en primer lugar, y luego por medio de la milicia, para aliviar a los blancos. A finales de noviembre de 1918, por ejemplo, un escuadrón de la Marina Real, comandado por el almirante Edwyn Alexander-Sinclair (entonces almirante Walter Cowan), fue al Mar Báltico para proporcionar armas a los blancos estonios y letones y ayudarles a luchar contra sus compatriotas rojos y las tropas bolcheviques rusas. Los británicos hundieron varios barcos de la flota rusa y bloquearon el resto en su base, Kronstadt. En cuanto a Finlandia, en la primavera de 1918, las tropas alemanas habían ayudado a los blancos locales a la victoria y les habían permitido proclamar la independencia de su país.

Los responsables patricios de Londres, París, Washington, etc., tenían la clara intención de asegurar la victoria de los blancos a expensas de los rojos en la guerra civil de la propia Rusia y abortar así la empresa bolchevique, un experimento a gran escala en el que demasiados británicos, franceses, americanos y otros plebeyos mostraron interés y entusiasmo, lo que disgustó mucho a sus oligarquías. En una nota a Clemenceau en la primavera de 1919, Lloyd George expresó su preocupación de que “toda Europa está llena del espíritu de la revolución”, y continuó diciendo que “hay un profundo sentimiento no sólo de descontento, sino de cólera y revuelta entre los trabajadores contra las condiciones de la guerra.... todo el orden existente en sus aspectos políticos, sociales y económicos está siendo desafiado por las masas de la población de toda Europa”.

Sin embargo, la intervención de los aliados en Rusia fue contraproducente, ya que el apoyo extranjero desacreditó a las fuerzas contrarrevolucionarias blancas a los ojos de incontables rusos, que cada vez más veían a los bolcheviques como verdaderos patriotas rusos y, por lo tanto, los apoyaban. En muchos sentidos, la revolución social bolchevique fue a la vez una revolución nacional rusa, una lucha por la supervivencia, la independencia y la dignidad de la Madre Rusia, primero contra los alemanes y luego contra las tropas aliadas que invadieron el país por todas partes y se comportaron como si estuvieran en África central. Por esta razón, los bolcheviques pudieron beneficiarse del apoyo de un gran número de nacionalistas burgueses e incluso aristocráticos. Incluso el famoso general Brussilov, un noble, apoyó a los rojos. “La conciencia de mi deber hacia la nación [rusa] me ha llevado a negarme a obedecer mis instintos sociales naturales”. Los blancos no eran más que un microcosmos de las clases dirigentes y gobernantes del antiguo régimen ruso, oficiales militares, terratenientes y clérigos con un apoyo popular mínimo. También eran corruptos, y gran parte del dinero que los Aliados les enviaron desapareció en sus bolsillos.

Si la intervención aliada en Rusia, a veces presentada como una “cruzada contra el bolchevismo”, estaba condenada al fracaso, también se debió a que fue duramente combatida por innumerables soldados y civiles en Gran Bretaña, Francia y otras partes de occidente. Su lema era “¡Las manos fuera de Rusia!” Los soldados británicos que no habían sido desmovilizados después del armisticio de noviembre de 1918 y que iban a ser enviados a Rusia protestaron y organizaron motines, por ejemplo en enero de 1919 en Dover, Calais y otros puertos del Canal. Ese mismo mes Glasgow fue golpeada por una serie de huelgas, uno de cuyos objetivos era obligar al gobierno a abandonar su política intervencionista hacia Rusia. En marzo de 1919 las tropas canadienses se rebelaron en un campo en Ryl, Gales, matando a cinco hombres e hiriendo a otros 23; más tarde, en 1919, se produjeron disturbios similares en otros campos militares. Estos disturbios reflejaban ciertamente el deseo de los soldados de ser liberados y regresar a sus hogares, pero también revelaron que muchos de ellos no esperaban nada de un destino indefinido en la lejana Rusia.

En Francia, mientras tanto, los huelguistas de París exigían alto y claro que la intervención armada en Rusia debía terminar, y las tropas dejaron claro que no querían luchar contra los bolcheviques, sino que querían volver a casa. En febrero, marzo y abril de 1919, los motines y las deserciones asolaron a las tropas francesas estacionadas en el puerto de Odessa y a las fuerzas británicas en el distrito norte de Murmansk, y algunos británicos incluso cambiaron de bando y se unieron a las filas de los bolcheviques. “Los soldados que habían sobrevivido a Verdún y a la Batalla del Marne no querían ir a las llanuras de Rusia a luchar”, dijo un oficial francés. En el contingente estadounidense, muchos hombres se autolesionaron para solicitar la repatriación. Los soldados aliados simpatizaban cada vez más con los revolucionarios rusos; estaban cada vez más “contaminados” por el bolchevismo contra el que debían luchar. Así, en la primavera de 1919, los franceses, británicos, canadienses, americanos, italianos y otras tropas extranjeras tuvieron que retirarse de Rusia sin ninguna gloria.

Las oligarquías occidentales fueron incapaces de derrotar a los bolcheviques mediante la intervención armada. Por lo tanto, cambiaron de rumbo y proporcionaron un generoso apoyo político y militar a los nuevos Estados que emergieron de los territorios occidentales del antiguo Imperio zarista, como Polonia y los Países Bálticos. Estos nuevos Estados eran, sin excepción, el producto de revoluciones inspiradas por nacionalismos reaccionarios, demasiado a menudo teñidos de antisemitismo, y dominados por los supervivientes de las antiguas oligarquías, incluidos grandes terratenientes y generales de origen aristocrático, industriales e iglesias cristianas nacionales. Con pocas excepciones, como en Checoslovaquia, no se trataba de democracias en absoluto, sino de regímenes autoritarios, normalmente dirigidos por un oficial militar de alto rango y de origen noble, como Horthy en Hungría, Mannerheim en Finlandia y Pilsudski en Polonia. El franco y abierto antibolchevismo de estos nuevos estados sólo fue igualado por su sentimiento anti-ruso. Sin embargo, los bolcheviques lograron recuperar algunos territorios de la periferia del antiguo Imperio zarista, como Ucrania.

El resultado de esta confusa mezcla de conflictos ha sido una especie de vínculo: los bolcheviques triunfaron en Rusia y hasta en Ucrania, pero los nacionalistas antibolcheviques y antirusos con grandes y contradictorias ambiciones territoriales prevalecieron en regiones más al oeste y al norte, especialmente en Polonia, los Estados Bálticos y Finlandia. Fue un acuerdo que no satisfizo a nadie, pero que finalmente fue aceptado por todos, aunque está claro que sólo fue por poco tiempo. Se erigió un cordón sanitario compuesto por una serie de Estados hostiles alrededor de la Rusia revolucionaria con la ayuda de las potencias occidentales con la esperanza de que aislaría al bolchevismo en Rusia.

Eso es todo lo que pudo lograr occidente, pero la ambición de poner fin a la experiencia revolucionaria en Rusia, tarde o temprano, siguió estando muy viva en Londres, París y Washington. Durante mucho tiempo, los dirigentes occidentales continuaron esperando que la Revolución Rusa se derrumbara por sí sola, pero eso no sucedió. Más tarde, en la década de 1930, esperaban que la Alemania nazi se encargara de destruir la Revolución en su guarida, la Unión Soviética; por eso permitieron a Hitler remilitarizar Alemania y, a través de la famosa “política de apaciguamiento”, lo alentaron.

https://www.counterpunch.org/2018/12/10/foreign-interventions-in-revolutionary-russia/

Yemen: el mes más mortífero en medio de las conversaciones ‘de paz’ de Suecia

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El mes de noviembre ha sido el más sangriento desde el inicio de la Guerra en Yemen, con más 3.000 muertos documentados, según los datos de ACLED (Armed Conflict Location and Event Data).

Las masacre se produce porque Estados Unidos y Arabia saudí han intensificado su campaña de bombardeos en medio de las conversaciones de paz de la ONU que se han iniciado en Suecia.

En los primeros 11 meses de este año se registraron al menos 28.182 muertes, un 68 por ciento más que el año pasado.

Al menos 60.223 personas han sido asesinadas desde enero de 2016, nueve meses después de que Arabia saudí lanzara una devastadora campaña aérea contra su empobrecido vecino del sur, una cifra seis veces superior a la que a menudo cita la ONU, que es de 10.000 muertes.

“La estimación del ACLED de muertes debidas directamente al conflicto en Yemen es mucho más alta que las estimaciones oficiales, y sigue siendo subestimada”, dijo Clionadh Raleigh, director ejecutivo de ACLED.

“El número de muertes es sólo una aproximación de la tragedia y el terror que se ha impuesto a los yemeníes en varias partes. Nunca se insistirá lo suficiente en ello”, añadió en rueda de prensa.

https://www.aljazeera.com/news/2018/12/november-yemen-deadliest-month-years-acled-report-181211104015986.html

Un comandante del ‘ejército libre de Siria’ se une al proceso de paz del gobierno de Damasco

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Fadi Gabriel, un destacado comandante del llamado “ejército libre de Siria”, abandonó la región de Afrin ocupada por Turquía y se unió al proceso de reconciliación con el gobierno sirio, según revelaron el domingo fuentes de la oposición siria.

Gabriel fue uno de los principales comandantes de seguridad de la Brigada del Sultán Suleiman Shah, apoyada por Turquía, que participó en el ataque contra las fuerzas kurdas en Afrin a principios de este año. El grupo está dirigido por Abu Amshah, acusado de violar a la esposa de uno de sus combatientes y peón de confianza del ejército turco.

En los últimos años, docenas de combatientes y comandantes apoyados por Turquía han desertado y se han unido a las fuerzas gubernamentales en Damasco. No obstante, los miembros de la oposición defienden que la mayoría de estos desertores son agentes de los servicios de inteligencia sirios.

El lunes por la noche las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), el grupo kurdo apoyado por Estados Unidos, capturó un hospital en la ciudad de Hajin, controlada por el Califato Islámico, en el valle del Éufrates. El hospital había sido una de las principales defensas del Califato Islámico en la zona.

Aunque la situación en la propia ciudad sigue siendo poco clara y aparecen varios informes contradictorios sobre la situación, parece que esta vez, las tropas de Estados Unidos y sus auxiliares han sido realmente serios en su intento de capturar la ciudad.

Según informaciones de fuentes kurdas, más de 400 miembros del Califato Islámico han sido eliminados en la región en las últimas dos semanas.

En el norte de Hamah, el ejército regular sirio repelió otro ataque contra sus posiciones cerca de Mhardeh. Al menos un vehículo y varios yihadistas fueron eliminados. Aunque no hay enfrentamientos a gran escala en la región, el alto el fuego en el norte de Hamah no existe en realidad, principalmente porque allí están desplegadas múltiples unidades vinculadas a Al-Qaida (Hayat Tahrir Al-Sham).

El 8 de diciembre las Fuerzas de Defensa Antiaérea sirias abrieron fuego contra varios objetos voladores no identificados sobre el Aeropuerto Internacional de Damasco. Según varias fuentes progubernamentales, parece que algunos de los antiguos sistemas SyAADF alrededor del Aeropuerto Internacional de Damasco fueron activados por "interferencias" israelíes.

Antes del misterioso incidente, un avión de carga sirio y un avión de carga iraní aterrizaron en el Aeropuerto Internacional de Damasco. Algunos observadores han afirmado que ambos aviones llevaban un cargamento de armas para Hezbollah libanés.

El 29 de noviembre, el ejército sirio afirmó que FADS había repelido un ataque israelí contra sus posiciones al sur de Damasco. Estos acontecimientos son una señal de la creciente actividad militar y de inteligencia de Israel en Siria, que se había reducido durante algún tiempo tras la entrega del sistema S-300 a ese país.

https://southfront.org/syrian-war-report-dec-11-2018-prominent-fsa-commander-defects-to-government-forces/

Las leyes para la (des)memoria histórica de Polonia

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Borrar la memoria histórica es como borrar la historia, arrancar las páginas de los libros. En Polonia no es que no se pueda hablar bien del “comunismo”, sino que no se puede ni mencionar. Para ello utilizan un eufemismo, “el régimen”, en alusión a la etapa comprendida entre 1945 y 1989.

Por supuesto, en 2009 prohibieron los símbolos comunistas, las estatuas de Lenin han desaparecido, y también los nombres de las calles, pero no por eso que ahora califican como “nacionalismo” (antiruso). También Rosa Luxemburgo ha sido erradicada de la toponimia urbana.

Ahora los nombres de las calles recuerdan al Papa Juan Pablo II, al mariscal Jozef Pilsudski, desde 1926 hasta su muerte en 1935 cabeza visible de una Polonia reaccionaria, o al general Wladyslaw Anders, héroe de la Batalla de Monte Cassino y cruzado del anticomunismo.

¿Purgas? Ríase Usted de Stalin. En 1997 y 2006 el Parlamento polaco aprobó leyes para impedir que entraran en la administración pública -y sobre todo en la enseñanza- los antiguos colaboradores del ”régimen”.

Han pasado 30 años, pero en Polonia la batalla por la (des)memoria histórica no descansa ni un minuto. En septiembre de 2016 entró en vigor una ley que prohíbe toda referencia al comunismo en los espacios públicos. En un año las autoridades locales debían cambiar los nombres de las calles y plazas que se refieren a “personas, organizaciones, eventos o fechas que simbolizan el comunismo”.

Pero no se confundan: cuando en Polonia hablan de “comunismo” se refieren al movimiento obrero, es decir, a todos y cada uno de los avances de la humanidad desde que en 1848 se escribió el “Manifiesto Comunista”: los polacos que lucharon contra el zarismo a principios del siglo XX, los que lucharon contra el fascismo en España, los que resistieron a la ocupación nazi...

Nadie se escapa a esta furia de la Inquisición, típicamente católica, para lo cual han creado el Instituto de la Memoria Nacional cuya primera tarea ha sido crear una “lista negra” de indeseables en su página web.

El Ministerio de la Memoria es el Ministerio de la Verdad impuesta por decreto.

Lo malo de todo este asunto es que no sirve para nada: todos los sondeos de opinión confirman que en Polonia la población recuerda con agrado y nostalgia la época dorada de 1945 a 1989, sobre todo a medida que la crisis capitalista les azota en la espalda con el látigo del desempleo, los salarios de hambre, la subida de los alquileres y las pensiones de hambre.

Twitter colabora con Arabia saudí en la captura de un periodista que fue torturado y asesinado

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El periodista saudí Turki Bin Abdul Aziz Al-Jasser
Twitter entregó la información a Arabia saudí para que capturara a Turki Bin Abdul Aziz Al-Jasser, un periodista que fue detenido el 15 de marzo, siendo torturado y después asesinado (1) como Jamal Khashoggi en Estambul.

En su cuenta Kashkool, el periodista denunciaba las violaciones de los derechos humanos del gobierno de Riad.

“Fue a través de la antena de Twitter en Dubai que obtuvieron su información. Así es como fue detenido”, dijo una fuente que quiere permanecer en el anonimato a Metro.co.uk (2).

“Twitter se ha vuelto inseguro para disidentes y oponentes. Todo el mundo habla bajo amenaza y presión”.

“Las cuentas de los disidentes saudíes están siendo espiadas. No estamos seguros cuando usamos Twitter”.

La fuente también declaró que Saud Al-Qahtani, antiguo asesor del Tribunal Real, dirige una red de espionaje cibernético y tiene contactos en la oficina de Twitter en Dubai.

El llamado “topo de Twitter” transmitió información sobre Al-Jasser, lo que condujo a su detención a principios de este año.

Después de la noticia de la muerte de Al-Jasser, en un intento de acusar a la plataforma de ser peligrosa, muchos empezaron a utilizar la etiqueta #TwitterKilledTurkiAlJasser (Twitter ha matado a Turki Al-Jasser).

“Queremos que se haga justicia a los militantes que han sido detenidos por Twitter”, escribió una persona en su cuenta. Otro añadió: “Twitter ya no es seguro”, mientras que un tercero confirmó: “Twitter necesita revisar su política de privacidad. Literalmente, aquí hay vidas en juego”.

Al-Qahtani, que fue destituido tras la muerte del periodista Jamal Khashoggi, se refirió a los tres métodos utilizados por la policía saudí para exponer a los militantes en las redes sociales el año pasado.

En un mensaje de 2017 advirtió que las cuentas anónimas no podían proteger a los disidentes. Saud Al-Qahtani escribió sobre los métodos utilizados para localizar a los disidentes que utilizan Twitter, escribiendo en línea: “¿Tu apodo te protege de la lista negra?”

“No. 1. Los Estados tienen los medios para conocer al propietario del apodo. 2. La dirección IP puede ser identificada por muchos medios técnicos. 3. El secreto no lo revelaré”.

La fuente declaró que su mensaje era considerado como “una seria amenaza”.

El presunto asesinato de Al-Jasser se produce justo un mes después del asesinato de Khashoggi, periodista de A-Qaeda, en el consulado saudí en Estambul.

(1) https://thenewkhalij.news/
(2) https://metro.co.uk/2018/11/09/twitter-gave-saudi-arabia-information-about-journalist-who-ended-up-dead-8123873/

Una gangrena social: los que viven del odio de los demás (que va cada vez a más)

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Juan Manuel Olarieta

Los días 12 y 13 de diciembre el Consejo General de la Abogacía organizó unas jornadas sobre los llamados “delitos de odio” que, en realidad, no eran otra cosa que una tapadera de los manejos de la Open Society. En otras palabras, el dinero de Soros convierte a los abogados en mariachis de su concierto, que en todo el mundo es exactamente el mismo.

Por eso quien abrió las jornadas fue Cristina Goñi, la delegada local de Soros, y en tal gazpacho no podía faltar Leila Nachawati, como tampoco sus típicas y desvergonzadas menciones contra Siria, donde a medida que el yihadismo es derrotado, “la impunidad avanza”.

Para Nachawati es una pena que el imperialismo y sus secuaces yihadistas estén perdiendo la guerra y lo que avance sea... la impunidad. Hay que tener la cara más dura que el cemento para decir esas cosas en público.

Pero si nos ponemos a hablar de odio, da lo mismo referirnos con el mismo desparpajo a otra “guerra”, la de Catalunya, para lo cual este año el Ministerio del Interior ha creado (tomen nota) una “Oficina Nacional de Lucha contra los Delitos de Odio”, aunque este tipo de cosas siempre hay que leerlas bien: se trata del odio de los catalanes (independentistas) al fascismo (o sea, a España, que viene a ser lo mismo).

¡Animaos! ¿Os insultan?, ¿os llaman fachas? ¡Denunciad! Tenéis un teléfono, un correo electrónico y un amable funcionario que os atenderá para tomar nota de que sois víctimas de la chusma catalanista (1). Si vivís en Oakland, no os preocupéis porque en Estados Unidos la policía también está preocupada por el odio y ha abierto una línea telefónica específica para denunciar este tipo de delitos (2).

¿No tenéis suficiente coraje? No importa. Para esos menesteres están los vividores del Movimiento contra la Intolerancia, que en mayo denunciaron por odio a Quim Torra por sus mensajes en Twitter y en octubre al historiador Agustí Colomines, dirigente de la Crida Nacional per la República. ¡Que no falten denuncias!, ¡ahora cualquier cosa se arregla con una buena denuncia!, ¡contratad a un abogado que os asesore bien!

El siguiente paso es llevar un registro de denuncias, atestados, sumarios, juicios, condenas y demás para demostrar que el odio es como el cambio climático: siempre va para arriba. La gangrenas también funcionan de esa manera: lo que avanza no es lo sano sino lo podrido, y en este perro mundo todo se pudre cada día un poco más.

En una payasada de este calibre no podían faltar las redes sociales, que es donde el odio se propaga, como el cólera en medio de la mugre. Es otro tópico, que se suele denominar como “sembrar el odio”. Así la revista Shangay titulaba el mes pasado: “El autobús tránsfobo de Hazte Oír vuelve a sembrar el odio en una ‘gira’ por toda España” (3).

Este tipo de estupideces no explican lo fundamental: por qué se propaga el odio y no la compasión o la misericordia. Los expertos nunca explican ese tipo de cosas: ¿por qué siempre se propaga lo malo y nunca lo bueno?

Pues bien, en internet ya no debe quedar más que el odioso odio y por eso Miguel Camacho, cabecilla de la “Oficina” del Ministerio de Interior previno en su charla: “Todavía queda mucho por hacer”, o sea, tenemos faena para rato, el trabajo está asegurado y, por lo tanto, buenos sueldos de por vida (siempre que el odio arrecie).

Pero del odio no sólo viven las ONG, los abogados, los funcionarios del Ministerio de Interior, la policía, la guardia civil, los municipales, las autonómicas, sino los fiscales, los jueces y toda una parafernalia de burócratas especializados en “detectar los contenidos tóxicos en las redes para poder hacer un seguimiento de los mismos”, es decir, personas que viven de echar un vistazo al ordenador cada mañana.

Cuando se trata de odio, internet añade una nueva especie de vividores, los informáticos, ese subgénero de la humanidad que cree (firmemente, según parece), como Francisco Pérez, del “Instituto Nacional de Seguridad”, que hay “soluciones tecnológicas” a los delitos de odio en la red, aplicaciones capaces de “identificar los sentimientos no solo a nivel escrito sino también a través del habla”.

A ese tipo sólo le faltó decir: si no estás seguro de los verdaderos sentimientos de tu pareja, dile que te envíe un “whatsapp” y un algoritmo descifrará su corazón. ¡Infalible!

(1) https://www.elnacional.cat/es/politica/ministerio-interior-denuncia-delito-odi_215730_102.html
(2) https://www.telemundoareadelabahia.com/noticias/destacados/Lanzan-linea-telefonica-para-denunciar-crimenes-de-odio-en-Oakland-500155161.html
(3) https://shangay.com/2018/11/06/autobus-hazteoir-odio-lgtb/


Más información:

- Odio, discurso de odio, delito de odio, grupo de odio
- Alemania censura miles de sitios de internet tras la aprobación una ley contra el odio
- Nunca podremos recoger el trigo si antes no lo separamos de la cizaña

Rusia va a crear una base militar en una isla de Venezuela

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Rusia se establecerá militarmente en América Latina a largo plazo y la actual misión de los bombarderos estratégicos Tu-160 en Venezuela forma parte de ese plan, según Nezavisimaya Gazeta.

Moscú desplegará aviones estratégicos en una de las islas de Venezuela en el Mar Caribe, que cuenta con una base naval y un aeropuerto militar. Hace diez años, expertos y comandantes de las fuerzas armadas rusas ya visitaron la isla de La Orchila, 200 kilómetros al noreste de Caracas. Las leyes venezolanas prohíben el establecimiento de bases militares extranjeras en el país, pero es posible un despliegue temporal de aviones de combate.

“Es una buena idea incluir a Venezuela en misiones de aviación de largo alcance”, dijo el coronel Shamil Gareyev, experto militar, quien agregó que también era económicamente razonable. “Nuestros bombarderos estratégicos no sólo no tendrán que regresar a Rusia cada vez, sino que tampoco tendrán que repostar de aire a aire durante una misión de patrulla en América. Nuestros aviones Tu-160 llegan a su base en Venezuela, hacen vuelos, realizan sus misiones y luego son reemplazados en forma rotativa. Esa es la manera de hacerlo”, añadió.

El coronel Eduard Rodyukov, miembro corresponsal de la Academia de Ciencias Militares, dijo que “la llegada de los bombarderos estratégicos rusos Tu-160 a Centroamérica es una especie de señal para Trump de que el abandono de los tratados de desarme nuclear tendrá un efecto boomerang”.

Según fuentes de Kommersant en organismos militares rusos, el acuerdo ruso-venezolano sobre el vuelo de dos bombarderos estratégicos Tu-160 es mutuamente beneficioso, ya que Caracas ha tenido la oportunidad de demostrar su política militar independiente y los pilotos rusos no sólo han realizado un simple vuelo de entrenamiento, sino que han cubierto una distancia de más de 10.000 kilómetros sobre el Océano Atlántico, el Mar de Barents, el Mar de Noruega y el Caribe.

“Claramente estamos ayudando al gobierno venezolano a mantenerse a flote”, dice Emil Dabagyan, investigador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Academia Rusa de Ciencias. “A medida que Rusia se beneficia de la exploración petrolera, quiere que el régimen venezolano permanezca en su lugar”, agregó.

En lo que respecta a Caracas, los ejercicios militares conjuntos con Rusia y otras actividades similares son muy importantes para ella en este momento. Según el experto, las autoridades venezolanas “pretenden mostrar su determinación de proteger al país de posibles agresiones de Estados Unidos, que ha calificado de ilegítimo al régimen de Maduro”.

http://tass.com/pressreview/1035596

Al menos 120 detenidos en el quinto sábado de manifestaciones de los “chalecos amarillos” en Francia

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Al menos 120 personas han sido detenidas durante el quinto sábado consecutivo de movilizaciones de los “chalecos amarillos”, que no han logrado frenar ni las promesas de Macron de dar marcha atrás en el impuesto sobre los carburantes, ni el atentado mortal de Estrasburgo.

Un conductor se ha convertido en la séptima víctima mortal desde el inicio hace cinco semanas de las protestas, al estrellar su vehículo contra un camión detenido por un retén de los manifestantes levantado en la localidad belga de Erquelinnes, en la frontera con Francia.

Para inspirar sensación de normalidad y no espantar a los turistas, el gobierno ha decidido que algunos de los principales monumentos de París, como la torre Eiffel o el Arco del Triunfo permanezcan abiertos.

Sin embargo, muchos museos y sitios culturales en París permanecerán cerrados por precaución, como las Catacumbas, el Museo de Arte Moderno, el Petit Palais o el Museo Cernuschi. Varias estaciones de metro permanecerán cerradas o con interrupciones, principalmente en el oeste de París.

La policía también ha iniciado el baile de cifras. Dicen que el llamado Acto V ha sido secundado por unos 16.000 manifestantes que han efectuado 199 bloqueos en todo el país, frente a los 22.000 asistentes de la semana pasada, donde fueron levantados unos 297 retenes.

Las cifras son sustancialmente más bajas que las registradas el fin de semana pasado, apogeo de las protestas, cuando antes del mediodía ya habían resultado detenidas unas 320 personas en un día que acabó con más de 1.000 detenidos y unos 135 heridos.

En París, la nueva marcha, protagonizada en su inicio en torno a las 8.30 por apenas un millar de manifestantes, ha estado flanqueada por el contingente policial. En los Campos Elíseos la policía ha empleado de nuevo gases lacrimógenos durante la mañana.

A primera hora se contabilizaban apenas un millar de manifestantes, aunque se mantiene un dispositivo policial de gran envergadura que ha tenido que intervenir finalmente en torno a las 16.00 con cañones de agua en los Campos Elíseos. También se tiene constancia de cargas policiales en el mercado de Las Halles centrales. A ello hay que añadir disturbios leves en barrios céntricos de la capital como el de Opera, Saint-Lazare o la avenida Presidente Wilson.

En el programa de esta mañana de ETB sobre los “chalecos amarillos”, al hablar de “la violencia” se les ha olvidado a todos mencionar que 7 manifestantes han fallecido como consecuencia de las protestas. La policía francesa también es intocable.

Veamos: en Bruselas el número de detenidos en la manifestación de hoy de los “chalecos amarillos” es de 60, a pesar de que la policía dice que no hubo incidentes. Entonces, ¿por qué los han detenido?, ¿cuál es la coartada de la represión esta vez?, ¿a eso no lo llaman “violencia” en ETB?

Los trabajadores húngaros en pie de guerra contra la reforma laboral del gobierno

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Desde hace varios días los trabajadores húngaros se están manifestando para protestar contra la reforma de la legislación laboral del gobierno, recién aprobada el 12 de diciembre.

En virtud de la nueva legislación, los capitalistas podrán exigir a sus trabajadores que trabajen hasta 400 horas extraordinarias al año (frente a las 250 horas que han trabajado hasta ahora), pagaderas en un plazo de tres años.

Los trabajadores califican la reforma como un “derecho de esclavitud” y exigen que se apruebe un aumento del salario mínimo.

El Primer Ministro, Victor Orban, dice que“para ganar más hay que trabajar más” y califica a los manifestantes de criminales y vándalos.

El 14 de diciembre, cerca de 3.000 personas se reunieron frente al Parlamento en Budapest, donde se produjeron choques de los manifestantes con la policía, que lanzó gases lacrimógenos para disolver la concentración.

La policía detuvo a unos 50 manifestantes y unos 15 policías resultaron heridos.

Los manifestantes eran jóvenes en su mayoría y las movilizaciones se están extendiendo a otras ciudades de Hungría. En Pécs, por ejemplo, las manifestaciones también fueron significativas, pidiendo la “destrucción del castillo de naipes erigido por el gobierno”.

Hoy está convocada una manifestación en Budapest, que se espera sea masiva. Es la primera vez que Orban tropieza con tantos manifestantes heterogéneos, agrupados por el rechazo a su política antiobrera. Durante la última manifestación los manifestantes empezaron a gritar “¡Fuera Orbán!”.

La Hungría actual reedita el Imperio Austro-Húngaro de hace un siglo, un país bajo el control de Alemania, que no mueve un dedo sin el consentimiento de Merkel.

‘Chalecos amarillos’: como pollo sin cabeza

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La crónica de este fin de semana de FrancetvInfo sobre las movilizaciones de los “chalecos amarillos” no tiene desperdicio (*). Hasta ahora los tertulianos, tanto en Francia como en España, se quejaban de dos aspectos de la lucha que, por cierto, son el mismo aspecto. Por un lado, que se trata de una movilización espontánea. Por el otro, se lamentan de “la violencia” que, como siempre, deben Ustedes interpretar correctamente: se trata de “la violencia” de los manifestantes, no de los que ha matado la policía disparando a bocajarro a diestro y siniestro.

Cuando las movilizaciones populares no están controladas por los agoreros de siempre (sindicatos y partidos “de izquierda”), derivan por derroteros inadmisibles: barricadas, cócteles molotov, cortes de carretera, incendios, asaltos...

La mayoría es pacífica. Ejerce un derecho constitucional y lo hace, además, pacíficamente, e incluso tienen razón. Los protagonistas de los execrables disturbios no son los manifestantes sino unos pocos, al margen de los demás, el “black block”, vándalos, delincuentes comunes...

Ese es el rollo típico de los tertulianos de la tele, cuyas neuronas no dan para más. A fin de evitar tales disturbios, lo mejor es evitar la espontaneidad de las luchas, ponerlas en manos de sindicatos, como la CGT francesa, sin ir más lejos.

Dicho y hecho. Conscientes de que la movilización de los “chalecos amarillos” no se había logrado frenar ni con el atentado de Estrasburgo, tan oportuno, ni con las promesas de Macron, había que poner a un sindicato de salvavidas del capital, que se encargó de convocar una “huelga general” (un sábado) para “defender el poder adquisitivo de los salarios”.

A partir de entonces la liturgia cambia; deja de ser lo que había sido y el propio sindicato avisa previamente a la policía de las manifestaciones convocadas, su horario, su recorrido y demás.

Casi ni hace falta policía porque el sindicato es en sí mismo un policía que se llama “servicio de orden” para que todo transcurra como les gusta. Se ha convertido ya en una “manifestación tradicional”, dice FrancetvInfo, donde la palabra “tradicional” necesitaría algo más de explicación porque no se quiere referir a la Comuna de París, por poner un ejemplo.

A diferencia de otras jornadas, a donde llegaron los tentáculos de la CGT no alcanzó la maldita violencia. “No se registró ninguna perturbación”, añade la crónica de FrancetvInfo.

A través de su gobierno, el capitalismo francés ha encomendado a la CGT acabar con el levantamiento de los “chalecos amarillos”, lo que el sindicato cumplirá con toda celeridad y a cambio de unas mínimas concesiones para no quedarse con el culo al aire.

Es el destino ineluctable de cualquier movimiento espontáneo. Fue bonito mientras duró porque demostró que también en las grandes metrópolis mundiales hay combustible suficiente para incendiar la pradera.

Es algo de lo que, sin embargo, muchos dudan porque creen que el proletariado se ha “aburguesado”, o que está “alienado”, o que vota a la “extrema derecha”. En fin cada día leemos bobadas como esas para todos los gustos.

Los que opinan de esa manera tienen una carencia seria: se preocupan mucho de los demás; se quejan de que quienes no luchan son los demás, de que ya deberían haber salido a luchar, o de que luchan poco.

Deberían preocuparse por sí mismos. En todo el mundo, incluidos los países del Primer Mundo, la clase obrera saldrá a la calle de manera inexorable y saldrá, además, a por todas. Por lo tanto, eso no les debería preocupar, sino lo que harán ellos cuando eso se produzca. ¿Están Ustedes preparados?, ¿serán capaces de ponerse a la cabeza de un movimiento así, de ir a por todas?, ¿o más bien son Ustedes bomberos del tipo CGT francesa?

Lo mismo que en España, en Francia el déficit no es la clase obrera, que ha dado muestras mil veces de que está dispuesta a todo. Lo que le falta al movimiento es cabeza, dirección y programa. Preocúpense de ello y dejen de culpabilizar a los trabajadores. ¿Está Usted organizado?, ¿está bien organizado?, ¿tiene un programa que ofrecernos a los demás?, ¿es capaz de dar una explicación de la situación política?, ¿qué salidas nos ofrece?

(*) https://france3-regions.francetvinfo.fr/auvergne-rhone-alpes/lyon-saint-etienne-manifestations-pouvoir-achat-1592309.html

Ojo por ojo: el ejército sirio responderá a los ataques israelíes con el aval de Moscú

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El ejército sirio responderá a cualquier ataque israelí contra sus bases como parte de una nueva política adoptada por los dirigentes de Damasco tras el accidente del avión ruso Il-20 en septiembre pasado, según una información del periódico kuwaití Al-Rai.

“Damasco está a la espera de un ataque israelí contra objetivos militares específicos para tomar represalias con un ataque similar, lo que significa que un ataque contra un aeropuerto en Siria irá seguido de un ataque contra un aeropuerto en Israel", dijo un funcionario sirio.

Moscú ha dado luz verde al gobierno sirio para responder a cualquier ataque israelí que destruyera las capacidades militares sirias o matara a los asesores extranjeros que apoyan al ejército regular.

El gobierno de Tel Aviv ha sido informado de esta nueva política.

“Cualquier ataque contra objetivos sirios o iraníes será considerado como un ataque contra las fuerzas rusas, lo que no permitirá a Israel matar a sus soldados y oficiales directa o indirectamente”, añadió el funcionario.

Las alegaciones de Israel sobre la destrucción de las capacidades de misiles sirias son falsas. Siria ha recibido misiles de mediano y largo alcance guiados por el sistema ruso de navegación por satélite Glonass. El ejército sirio recurrirá a esos misiles para responder a cualquier ataque israelí.

El 29 de noviembre Israel hizo su primer intento de alcanzar objetivos dentro de Siria desde el derribo del Il-20. Entonces el gobierno de Damasco declaró que todos los misiles israelíes habían sido interceptados con éxito. Hasta la fecha, no hay pruebas de que el ataque israelí haya afectado a ningún blanco.

Es probable que en los próximos días el Ministerio de Defensa sirio no confirme la información de Al-Rai, ya que el gobierno sirio no suele revelar sus decisiones estratégicas.

https://southfront.org/an-airport-for-an-airport-syrian-army-to-respond-to-any-future-israeli-attacks-report/

¡Vivan las cadenas y mueran los negros!

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Juan Manuel Olarieta

Lo único que no se le puede reprochar a la reacción española es que no sea fiel a sí misma desde hace siglos, al menos desde la Contrarreforma, algo que no se puede predicar de los “progres” ni de los posmodernos, tipo Errejón, que nunca sabes si son carne o pescado, pero de quienes no cabe duda que no son lo que dicen ser.

Desde la Inquisición, los reaccionarios hispánicos se gustan a sí mismos y no admiten cambios que no sean para echar el freno y regresar al pasado, cuanto más pasado mejor. Por eso España es una galaxia con mucho pasado y ningún futuro... si las cosas siguen como hasta ahora, o sea, si no hay una revolución.

Cada vez que en España ha caído la monarquía, a la reacción no le ha importado desatar una guerra civil y matar a cuantos ha sido necesario.

La diferencia es que antes no le importaba reconocerlo, mientras que ahora se ha vuelto hipócrita.

Los progresistas españoles (los de verdad, no la bazofia “progre” de ahora) siempre tuvieron que apoyarse en un desmoronamieto del Estado para empujar la historia hacia adelante.

Así ocurrió hace 200 años, cuando Francia invadió la península y los liberales (hoy denostados) aprovecharon para publicar la primera Constitución, de la que se desprendía una agradable sorpresa: los españoles tienen derechos (los mismos derechos).

Aquello no gustó nada a la reacción cavernaria, que acusó a los liberales de “negros”, es decir de lo peor que se le podía tildar a alguien en aquella época. Hoy los llamarían “terroristas”.

En aquellos tiempos la reacción no disimulaba; no le gustaba la libertad (de los demás), ni tampoco los derechos (de los demás). Su consigna era “¡Vivan las cadenas!” porque eso es lo que siempre han pretendido: poner cadenas (a los demás).

Hoy la cosa no ha cambiado. España ha cumplimentado su regreso al pasado y estamos otra vez en el mismo agujero del que nunca hemos logrado salir, en 1939, que es la fecha preferida por la reacción actual.

Lo único que ha cambiado son las invocaciones y la retórica. Hoy todo se hace en nombre de la constitución, la libertad y los derechos. También oigo hablar mucho de un concepto que hace 200 años era subversivo: la nación.

Lamentablemente hay quien cree que la nación es un concepto reaccionario, mientras que otros creen que es algo ahistórico, por encima de la historia o que siempre ha existido.

Pues bien, si hace 200 años la reacción española gritaba “¡Muera la nación!” es porque la nación (española) tenía un contenido subversivo, ligado a la eliminación de los privilegios feudales y a un programa revolucionario como la milicia nacional, es decir, al armamento del pueblo, e incluso al patrimonio nacional, o sea, la expropiación de los bienes del rey para entregárselos a la nación.

Ahora los reaccionarios le han dado una vuelta de 180 grados al asunto y se desviven por eso que ellos consideran como “la nación española”. Para ellos España es una nación que identifican con el fascismo y con los símbolos fascistas.

Por eso cuando el patán de Errejón habla de “arrebatar a la ultraderecha los símbolos nacionales” se refiere a que los antifascistas hagan lo mismo que sus enemigos, o sea, enarbolar la bandera fascista y defender la unidad del Estado.

La España antifascista no tiene nada que ver con eso. No tiene nada que ver con Errejón ni con Vox, empezando porque defiende la libertad y se atiene a un principio clave: “un pueblo que mantiene sometidos a otros, no puede ser libre”.

Hoy como hace 200 años, la España antifascista defiende los derechos de los oprimidos, los individuales y los colectivos, y jamás aceptará que quede integrado en un nuevo Estado, republicano, popular y democrático, ninguna nación que voluntariamente no quiera formar parte del mismo.

Fenómenos mediáticos: Vox, Podemos...

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Bianchi

Estamos tentados -a riesgo de simplificar las cosas- de afirmar que, así como "Podemos" nació en un plató de televisión, o alrededor de una terraza de bar tomando unas birras unos profesores universitarios de medio pelo avispadillos en Lavapiés, otro tanto sucede con Vox, aunque estos con otras libaciones y otras extracciones.

También puede deberse, ante el agotamiento de un sistema bipartidista -PP,PsoE-, a destilados fabricados en los laboratorios y covachuelas, con retortas y marmitas, de "think tanks" para reanimar el cotarro con otras "ofertas electorales" para consumo del "cuerpo electoral", que se dice.

El canal privado La Sexta, sobre todo, promovió y promocionó a "Podemos" hasta la extenuación, y lo mismo, o parecido, ha hecho con Vox con el mismo formato aunque distinto mensaje: si los primeros son pintados de "progres" y semibolcheviques para la caverna, los segundos son la "ultraderecha", rayana en el fascismo, lo que, por una parte, "europeiza" al Estado español con una "extrema derecha" que faltaba en el mapa político español, una "anomalía", al decir del cínico Felipe González en comentario supuestamente "gracioso" de este cerval anticomunista, y, por otra parte, "centra" a los partidos que protagonizaron el timo de la llamada "Transición", PP y PsoE, alejados de los "extremos".

Sólo hace falta, eso sí, la "gente" (como decían los "podemitas" antes de convertirse ellos mismos en "casta") que, como cumple en una democracia que se precie, mire usted, les vote, les legitime. Pero, como ya no se dan mítines multitudinarios como antaño, algo anticuado y a los que ni diós iría, se ofrecen -en las campañas electorales, sobre todo- resúmenes televisivos de primeras espadas hablando en un portal o en un frontón pero ya con autobuses y bocadillo para llenar y "estimular", igual que con Franco movilizando a sus huestes. Y para ello, ¿qué mejor que machacar al personal, un día sí y otro también, en tertulias y telediarios, entrevistas y debates, que con imágenes de estos zánganos? Ya se experimentó con un PsoE inexistente en los albores de la "Transición" reanimando su cadáver.

Esto que digo se me ocurrió estando en la sala de espera de un hospital donde los allí presentes veían embobados la caja tonta en que aparecían, o bien, tertulianos políticos (?), o bien, telebasura del hígado, que, si bien lo miramos, apenas hay diferencia entre un tertuliano y una folklórica ya que venden lo mismo: estiércol.

Y es que, queridos amigos, amigas, ya no existen, como las llamaba el gran Lenin, "las masas", sino el (gran) "público"... mediatizado. Como el público que llevan a un set de televisión por 50 euros para hacer bulto en un programa y aplauden cuando se enciende el cartel luminoso de "applause". Un público reducido a reflejos condicionados como el perro de Pavlov. Un público que asiste al show mediático (o al despliegue patético del 40º aniversario de la Constitución), el que lo ve, claro, al que quieren idiotizado, embrutecido y nesciente. Un, como decía el "situacionista" Guy Debord, "espectáculotariado".

Buenas tardes,

Parece mentira

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Jon Iurrebaso

A casi 10 años del abandono de las posiciones de liberación nacional y social para Euskal Herria por parte del complejo Sortu (hablamos de estructuras y no de personas) seguimos asombrándonos.

En un mitin dan por bueno reivindicar la república vasca y al mismo tiempo aceptar la partición de Euskal Herria y teorizar sobre 3 procesos políticos en 3 territorios de Euskal Herria que confluirían en quien sabe qué. Y todo esto dando por hecho que se va a hacer por las buenas y que los Estados francés y español lo van a aceptar. Impresionante.

Ya ni siquiera mencionan a la comunidad internacional como aval de que el paso a la integración en el sistema del ocupante era lo mas racional, justo y prometedor. En realidad lo único que ha hecho el equipo internacional especializado en desmontar movimientos revolucionarios de liberación nacional, a lo largo y ancho del mundo, es ayudar a terminar con el MLNV para gloria de la burguesía (vasca y española), el capital y el imperialismo.

Un día loan a las fuerzas represivas españolas a cuenta de un acción yijadista indiscriminada en Barcelona, como consideran al Estado español en clave democrática. Y, al de pocos meses, dicen que la Constitución es una cárcel de pueblos. El tufo de las elecciones es palpable. Es como el PNV en Salburua, ese día independencia, y al de dos minutos, cipayos de los ocupantes y del orden capitalista.

A bote pronto diríamos que no se puede articular una dinámica de liberación nacional y social (lo decimos por enésima vez) intentando contentar a las bases independentistas, al capital y susuncorda. Todo a la vez. Un imposible que todavía es perdonado e incluso atrae a algunas conciencias.

Esa dinámica es propia del PNV. La lleva practicando toda la vida y salvo intereses puntuales (crisis...), el sistema no va a soltar cuerda a aprendices de última hora, desechando los buenos oficios de la burguesía vasca.

Y lo que parece mentira, decíamos como titulo de esta pequeña reflexión, es que algunos se quejen a diciembre del 2018 que el gobierno no muestra disposición a mover ninguna ficha en el tema de los y las presas políticas vascas. Parece un descubrimiento.

De nuevo decimos que hay enemigos chulos, patanes, perdedores de un imperio, nacionalistas en su 98 % (incluidas la mayoría de las izquierdas) que no mostrarán clemencia ante quien no les va a plantear nunca ningún problema serio. Eso es lo que esta ocurriendo entre el complejo Sortu y los Estados que nos ocupan.

Y parece mentira que unos pidan reformar la Constitución y al mismo tiempo pidan que se aplique la ley del ocupante, tanto en la calle como en las cárceles. Esa misma ley tiene en prisión a militantes vascos en condiciones extremas y uno de ellos proximo a cumplir los 35 años de cárcel.

Una vez más, constatar que desde dentro del monstruo no podemos construir tenemos por qué ser sumisos ante quienes nos niegan a ser libres y dueños y un futuro libre. Es imposible. Apelamos a la reflexión y al debate. No dueñas de nuestro destino. Tenemos derecho y obligación (por los que lucharon, por nosotros/as y por los y las que lucharán) a ser libres y eso solo lo podremos desarrollar mediante la lucha.

En el mundo nunca había habido tanta ‘inteligencia’ como hoy

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Las calles y plazas de las grandes ciudades se están llenando de redes wifi que luego venden a las grandes multinacionales de la tecnología a fin de mantener bien controlados a los vecinos. Por un abuso del diccionario, las llaman “smart cities”, o sea, “ciudades inteligentes”, una de las cuales es Toronto.

Luego todo eso se oferta y vende como servicios y prestaciones de interés para los propios vecinos y visitantes, además de los consabidos discursos absurdos de algunos informáticos sobre las maravillas que nos esperan con la nueva “inteligencia artificial”.

Nunca como hoy había habido tanta “inteligencia” en el mundo. Hay ciudades “inteligentes”, vehículos “inteligentes”, robots “inteligentes”, viviendas “inteligentes”... Todo es ”inteligente”.

Nuestro viejo diccionario dice que la palabra inglesa “smart” tiene múltiples significados de los que “inteligente” no es el que más nos gusta. También pueden valer “astuto”, “hábil” e incluso “listo” porque en una sociedad capitalista realmente el tipo “inteligente” es el “listo”, o más bien el “listillo” y el “espabilado”.

Lo que normalmente los expertos llaman “inteligencia”, sea natural o artificial, no es otra cosa que la capacidad de adaptación de alguien o algo a la sociedad en la que vive, que es burguesa, competitiva y sedienta de lucro. De ahí que la ciudad “inteligente” de Toronto haya resultado una ciénaga de corrupción, sobornos y mordidas al más alto nivel, desde el Primer Ministro de Canadá hasta el último concejal del ayuntamiento.

En el escalafón de los “listillos” el último lugar lo ocupamos, naturalmente, los vecinos más tontos, que somos lo más típico de internet y las nuevas tecnologías digitales: somos la mercancía que se compra y se vende. En una era tan “inteligente” nadie se preocupa de sus derechos, a los que en la Antigüedad se calificaba como “inalienables”, una maravillosa palabra legada por el Imperio Romano para denotar “aquello que no se puede vender”.

Antes de la llegada de la “inteligencia artificial” en el mundo había cosas así, que no tenían precio, que estaban fuera del mercado (“res extra commercium”). Con los derechos no se negociaba.

Ahora las cosas son de otra manera muy diferente porque en el mundo no prevalecen los derechos sino la “inteligencia” que se aprovecha de nuestra necedad y de nuestra necesidad. A nadie le debe extrañar que los “progres” quieran legalizar la prostitución. Si los órganos se donan, la sangre se vende, los cuerpos se entregan y los vientres se alquilan, ¿por qué no?

A este cambio algunos lo llaman “avance” y los más osados se atreven a hablar incluso de “revolución”. Ya ven como cambia el lenguaje en poco tiempo.

Lo que los obreros ‘son’ y lo que los obreros ‘deben ser’ en todo el mundo: una única clase social

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Uno de los artículos sobre los “chalecos amarillos” ha suscitado los comentarios de dos lectores que, a su vez, puede ser interesante comentar porque exponen opiniones bastante comunes, pero no por ello menos erróneas.

El primero de ellos dice así: “Si os creéis que los proletarios de los chalecos amarillos son todos de izquierdas vais mal, una gran cantidad son nacionalistas liberales que solo quieren dejar de pagar impuestos y luchar contra eso que llaman globalización”.

Este lector lleva el fenómeno de la protesta francesa terreno de la ideología y de la conciencia. Le preocupa si los manifestantes son de una u otra filiación política, con el agravante de que se refiere a “todos”, lo cual es ya una exageración en sí misma.

A una lucha tan masiva, como la de los “chalecos amarillos”, los manifestantes acuden con su propia cabeza, creencias y, posiblemente, algunos también con el carnet de afiliado, y es muy típico juzgar a las personas por ello, por sus opiniones, por su afiliación, sus votos, o su pancarta.

En definitiva, el lector supone que las personas “somos” diferentes en función de lo que pensamos: “somos” de izquierdas, de derechas, anarquistas, reformistas, socialdemócratas, etc. Lo que nos define es nuestra ideología porque “somos” o nos definimos por eso: por nuestras peculiares ideas.

No obstante, el materialismo sostiene lo contrario. Independientemente de sus creencias, las personas se definen por las relaciones de producción en las que participan, es decir, por sus condiciones de trabajo y por el trabajo mismo que desempeñan, o por la falta de trabajo, que es lo que les conduce (o no) a la lucha y a la protesta, es decir, a una práctica social.

Es lo que Marx y Engels escribieron en el “Manifiesto comunista” de varias formas distintas, como por ejemplo: “El capital no es una fuerza personal sino una fuerza social”. No se trata de que la ideología no sea interesante, e incluso la ideología personal de todos y cada uno de los que han intervenido en la movilización de los “chalecos amarillos”, sino que es más interesante aún eso que normalmente se llaman las “condiciones objetivas”.

Por ejemplo, el lector hace referencia a que los manifestantes no “quieren” pagar impuestos (directos, suponemos), que es otra manera de llevar el análisis al terreno de lo subjetivo. Pero el problema principal no es lo que quieran o no y, según una reciente encuesta publicada por Le Monde, resulta que una buena parte de ellos no es que no “quiera” pagar sino que no paga ningún tipo de impuestos directos, seguramente (así lo interpretamos nosotros al menos) porque su salario no llega al mínimo impositivo, es decir, porque no puede.

Otro lector escribe lo siguiente: “Hablar de la clase obrera como algo monolítico es no tener ni puta idea de la realidad en la que se vive pero bueno lo importante es hacer un artículo ‘redondo’ para tener el ego y la vanidad bien alimentados”.

Es una buena demostración de que lo que cada uno lee puede no tener nada en común con lo que queda escrito, aparte de que el recurso a la palabra “monolítico” es algo que se viene imputando al movimiento comunista internacional desde la Guerra Fría.

Cualquiera que haya leído un poco por encima a Marx y Engels sabrá que nadie más que ellos han descrito hasta la extenuación las diferencias entre unos trabajadores y otros, entre unas condiciones de trabajo y otras, de tal manera que una de las categorías básicas del marxismo es la “división del trabajo” que se extiende al ámbito internacional, es decir, a todos los trabajadores del mundo.

Analizar al detalle esas diferentes condiciones de trabajo en las que cada trabajador está inmerso, es fundamental para llevar a cabo una buena labor sindical y política, y en función de ello podríamos hacer un largo listado de tipos diferentes de trabajadores: trabajadores del campo y la ciudad, trabajadores y trabajadoras, trabajo simple y complejo, manual e intelectual, trabajadores autóctonos e inmigrantes...

La clase obrera es, pues, esencialmente heterogénea pero, al mismo, todos sus integrantes tienen en común un hecho igualmente básico: todos ellos son obreros asalariados (o parados), es decir, todos ellos pertenecen a una única clase, cualquiera que sea el lugar en el que trabajen o el tipo de trabajo que desempeñen.

“Unitas complex”, decían los clásicos. Tan erróneo es decir que todos los trabajadores son iguales, como lo contrario: decir que no son trabajadores. Todos los trabajadores del mundo forman parte de una única clase obrera y ese es el significado con el que concluye el “Manifiesto comunista”: proletarios del mundo uníos.

En el mundo actual y en cada uno de los países la burguesía impone, sin embargo, lo concreto, las peculiaridades entre unos y otros trabajadores, el “divide et impera”. La tarea de los comunistas es justamente la opuesta: unir a millones de trabajadores que son diferentes unos de otros.

El artículo versaba precisamente sobre eso: no de lo que los trabajadores “son” sino de lo que “deben ser” en la medida en que todos ellos forman parte de la misma clase social, única en todo el mundo (repetimos). Pues bien, si todos ellos forman parte de una misma clase social, deberán actual como tales, es decir, como una clase única, uniforme y homogénea, para lo cual es necesario tener lo que decíamos en el artículo: programa, organización y dirección.

Más información:
- ‘Chalecos amarillos’: como pollo sin cabeza
 

¿Ha cambiado el fascismo?

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Darío Herchhoren

Lenin enseñaba que el imperialismo es la fase superior del capitalismo. Pero al decir "fase superior" no quería decir con esto que el capitalismo se había superado, sino al contrario se había hecho más cruel, más rapaz y más feroz todavía.

Siguiendo ese concepto de Lenin podemos decir sin lugar a errar, que el fascismo es la fase superior del imperialismo. Las ideas fascistas no nacen en Italia con Benito Mussolini, sino en Francia,  son producto del pensamiento del marqués de Gobineau, qe asustado por las revoluciones populares francesas de 1844 y 1848, propone una serie de medidas para poner remedio drásticamente a tanto "alboroto". Posiblemente el reinado de Luis Napoleón estuviera inspirado en esas ideas.

Pero es recién con la llegada de Mussolini y sus camisas negras al poder en Italia en 1922, cuando el fascismo muestra toda una panoplia de medidas de tipo social, económico y político que lo caracterizan cabalmente.

El fascismo italiano suprime el derecho de huelga, la libertad de prensa, la libertad de sindicarse a los trabajadores, suprime los partidos políticos, y crea un remedo de poder legislativo que era el gran consejo fascista, donde se integraban los patronos y grandes empresarios, los "productores" (así se llamaba a los trabajadores), la iglesia católica, y los grandes de Italia (la vieja nobleza). No hay que olvidar que Mussolini era en realidad un primer ministro, y que en Italia había un monarca que era Victor Manuel II, de la dinastía Saboya.

El fascismo italiano al igual que el nazismo  alemán, desarrolló una economía planificada, al igual que lo hicieron los bolcheviques en la URSS, con la pequeña diferencia, de que tanto en el fascismo como en el nazismo, la mayor parte de los beneficios se los llevaba el capital privado, que se beneficiaba de la prohibición de huelgas y de los bajos salarios que se pagaban. Igual ocurrió en Alemania.

Pero hay algo que imprimía un carácter peculiar al fascismo y al nazismo, y era su defensa a ultranza del papel del estado en la economía. En esto eran intransigentes. Se trataba de un capitalismo de estado, donde el estado favorecía al gran capital, y a cambio este obedecía los mandatos del estado.

Es decir, que el estado fascista, el estado nazi y también más luego el estado impuesto en España por la falange y el nacional catolicismo eran fuertemente intervencionistas en la economía de sus respectivos países.

Estas eran las señas de identidad de los regímenes fascistas europeos sin excepción. Así fue en Italia, en Alemania y en España aunque en este último país, esa política se hizo más débil a partir de la entrada del Opus Dei en los círculos de poder del franquismo.

Pero en la actualidad, las ideas fascistas imperantes en Europa se han modificado y han perdido un elemento fundamental, que es el carácter "romántico" que les imprimía un sello particular. Ya no se habla de ideas vaporosas como "una unidad de destino en lo universal" (así llamaba Primo de Rivera a España), ni se habla de "caminos imperiales", ni en Italia donde ahora gobierna una rara amalgama de fascistas y una sedicente izquierda se habla del "mare nostrum", ni sus gobernantes aparecen con el águila imperial, ni en España aparece el "águila de San Juan". No nada de eso: Ahora el fascismo que nos acecha se ha entregado totalmente al imperio yanqui; un imperio ya en decadencia, que ha perdido su supremacía económica a manos de China, y que va perdiendo su supremacía militar a manos de Rusia. Ya el estado ha vuelto a lo que se llamó el estado gendarme, y el fascismo ahora es liberal en lo económico.

Aquí volvemos a lo que enseñaba Karl Marx: La historia se repite dos veces; una vez como tragedia y otra vez como farsa. El fascismo ya no es lo que era; ya no tiene la capacidad que tenía de hipnotizar a las masas, ni de entusiasmar a la chusma. Ahora sus consignas causan hilaridad. Pero estemos alerta, el fascismo sigue siendo peligroso y criminal.

El ejército británico impulsa el empleo militar de la ‘inteligencia artificial’

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El secretario de defensa de Reino Unido afirma que se hará un mayor uso de la inteligencia artificial y otras nuevas tecnologías para combatir las “amenazas mundiales emergentes”.

No habrá ninguna clase de recortes presupuestarios. Se establecerá un fondo de 160 millones de libras para apoyar las nuevas armas militares para hacer frente al espacio y las amenazas informáticas.

Gavin Williamson dijo que la inteligencia artificial tiene un papel cada vez más importante en la protección de la flota submarina del Reino Unido.

Pero el Laborista dijo que no se había destinado ningún dinero nuevo para enfrentar la “crisis de asequibilidad” en las inversiones.

En una declaración a los parlamentarios sobre el Programa de Modernización de la Defensa, una iniciativa de 1.800 millones de libras iniciada en enero para fortalecer a las fuerzas armadas, Williamson dijo que habría un mayor enfoque en las tecnologías de vanguardia para permitir que el Reino Unido siga el ritmo de sus competidores y adversarios.

Según el Partido Laborista, las estimaciones del gobierno sugieren un déficit de financiación de entre 7.000 millones y 15.000 millones de libras contra el gasto en equipos planificados durante la próxima década.

El Ministerio de Defensa también planea invertir fuertemente en buques de guerra, aviones y vehículos blindados (*).

Williamson dijo que la “inteligencia artificial” se integrará en nuevos programas mientras el Reino Unido se esfuerza por aprovechar su “variedad de capacidades de vanguardia en el mundo” de la manera más efectiva posible.

En particular, los nuevos programas de “punta de lanza” buscarían aplicar tecnologías modernas a las amenazas submarinas, las capacidades de vigilancia y reconocimiento, y el comando y control en operaciones terrestres.

El Williamson dijo que el gasto en defensa aumentaba en términos reales cada año y que el presupuesto total aumentaría a 40.000 millones de libras para 2021.

El secretario de defensa argumentó que debía tomar el control de la revisión para evitar ser forzado a hacer recortes de defensa más dolorosos. Ya ha persuadido al Tesoro para que otorgue al Ministerio de Defensa una suma adicional de 1.800 millones de libras.

También expuso sus planes para modernizar las fuerzas armadas, con una inversión adicional en nuevas tecnologías como la lucha contra la guerra informática y el desarrollo de robots para el campo de batalla con “inteligencia artificial”. Pero aún no ha demostrado cómo hará todo esto con el dinero que le han dado.

(*) https://www.gov.uk/government/organisations/ministry-of-defence

Unas Navidades alternativas con barricadas y huelga de los estibadores de Valparaíso

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Después de 32 días de huelga y duros enfrentamientos en la calle con la policía, los estibadores del puerto de Valparaíso han conseguido que el gobierno obligue a la empresa a sentarse a negociar una mejora salarial, aunque los disturbios no han acabado y el acuerdo deberá ser ratificado por la asamblea de los trabajadores.

Por segundo día consecutivo en el centro de la urbe costera, ayer se volvieron a reproducir los enfrentamientos de los trabajadores con la policía.

Las manifestaciones se desarrollaron en el corazón del principal puerto chileno, que a causa de la huelga ha estado paralizado, en el inicio de la temporada de exportación de frutas y de la recalada de cruceros de turismo.

El lunes, en medio de los violentos choques, los Carabineros entraron en la sede de un sindicato y detuvieron a una veintena de trabajadores, y los incidentes acabaron con la destrucción de una feria de artesanía navideña instalada en una plaza de la ciudad portuaria.

Desde el pasado 16 de noviembre, cuando comenzó la huelga, los embarques de frutas suman apenas 3.006 toneladas en Valparaíso, un 95  por ciento menos que en igual período del año pasado, cuando concentraba el 54 por ciento del total de dichos embarques.

Una parte de las actividades tuvieron que ser desviadas al cercano puerto de San Antonio.

Según la empresa, hasta ahora las pérdidas, sólo por la no atención de buques, llegan a unos 4,2 millones de dólares.

Los estibadores eventuales trabajan por turnos y se les contrata sólo por ocho horas diarias, sin salario mínimo ni beneficios por años de servicio, vacaciones ni derecho a negociación colectiva.

Al comienzo, los trabajadores pidieron un aumento de turnos y un bono compensatorio de 2 millones de pesos operario (unos 2.900 dólares), a lo que luego agregaron un crédito blanco de 500.000 pesos (unos 735 dólares) y la eliminación de las “listas negras” de dirigentes obreros a quienes se margina de los turnos.

El presidente de la empresa pública Empresa Portuaria de Valparaíso, Raúl Celis, fue destituido por el gobierno a causa de “diferencias en la apreciación del conflicto”.

El pasado viernes los trabajadores anunciaron manifestaciones “con barricadas” en Navidad y Año Nuevo, cuando cada 31 de diciembre Valparaíso recibe el año nuevo con un gigantesco espectáculo pirotécnico que abarca cerca de 50 kilómetros a lo largo de la costa.

“No queremos arruinarle el Año Nuevo a nadie, pero tendremos un show nunca antes visto en Valparaíso, un Año Nuevo alternativo, con barricadas y protestas en la calle”, anunció Pablo Klimpel, portavoz de los huelguistas.

‘Abrí la fosa de mi padre con mis propias manos’

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“Yo tenía 18 meses cuando fusilaron a mi padre. Mataron a ocho de mi familia. Los falangistas fueron a buscarles a las eras, al campo, donde estaban todos trabajando. Iban a por mi padre, querían tomarle declaración, dijeron. Pero mi abuelo dijo: ‘Donde va mi hijo voy yo’. Y su sobrino, lo mismo. Y así, se los llevaron a todos. Ya no les volvimos a ver”, recuerda Esperanza Pérez Zamora.

Acaba de cumplir 77 años y hace 35 estaba recorriendo pueblos, buscando pistas sobre el paradero de sus familiares para abrir las fosas donde se encontraban. Hoy, incluso el partido que tanto criticó la memoria histórica, ahora en el poder, apoya y planea subvencionar las exhumaciones. Pero entonces, cuando Esperanza Pérez empezó a hacerlas, justo después de la muerte de Franco, solo expresar en público el deseo de abrir las fosas del franquismo era peligroso.

“Muchos me insultaban. ‘Puta comunista’, me decían. O directamente, me cerraban la puerta en las narices en cuanto les decía por qué estaba allí. Todavía había mucho miedo. Solo me ayudaron mujeres en una situación parecida. Alguna me cogía de la camisa por el pecho, me metía dentro de su casa y me contaba en voz muy bajita lo que sabía. Una señora me dijo: ‘Subía la gente a ver a los muertos como en una procesión. Los habían dejado mal enterrados. Fue una vergüenza...”.

Esperanza tardó tres años en encontrar a todos sus familiares. “En el momento en que salió Adolfo Suárez, fui a por ellos. Mi marido, que es taxista, dejó de trabajar para llevarme de un pueblo a otro, a preguntar a la gente si sabía algo. Tenía que volver muchas veces a la misma casa para que me contaran cosas. Al principio estábamos muy solos, pero luego nos fueron ayudando familiares de otros fusilados”.

Esperanza tenía a sus familiares repartidos por varias fosas en distintos pueblos. El paradero de su padre se lo dijo el mismo asesino. “Me dijeron el nombre del falangista que le había matado y esa misma noche fui a verle. Era 1977. ‘Soy la hija de Juanón y sé que usted le dio el tiro a mi padre. Mañana a las nueve de la mañana más le vale que esté usted en las tierras que tiene en Villamuriel para que me diga exactamente dónde está enterrado’, le dije. Se quedó blanco. Al día siguiente se presentó allí con la Guardia Civil. Los agentes me pidieron un montón de papeles, pero al final, el asesino señaló el sitio”.

Esperanza abrió tres fosas en Villamuriel, cuatro en Villamediana, cinco en Magaz, dos en Valdespina y una en Valoria la Buena, todas en Palencia. “En total recuperamos unos 150 cuerpos. Teníamos una pala, un azadón y un cepillo. Pero todo lo hacíamos con las manos, con las uñas, un día y otro día, hasta que terminábamos. Luego metíamos los restos en sacos. La excavadora que utilizamos alguna vez, la pagamos a escote entre los familiares”. Aún guarda aquellas facturas. “Es lo mejor y lo más difícil que he hecho en mi vida. Pero fue muy duro. En la primera exhumación pensé que me iba a dar algo y que me iba a morir allí mismo yo también. Tener una calavera en la mano y pensar que es de tu padre es terrible. En Villamediana, por ejemplo, los restos estaban cubiertos de cal y las faldas de las mujeres se veían todas blancas. Aún conservaban larguísimas trenzas. También encontraba botas, cucharas, monedas...”.

Esperanza calcula que en total debió poner de su bolsillo un millón de pesetas. “Por cada cuerpo que sacábamos teníamos que pagar 1.000 pesetas al Ministerio de Sanidad, por eso no declaramos a todos. Entonces no había ADN y enterrábamos a muchos juntos. Vendimos los dientes de oro de uno y nos dieron 14.000 pesetas para seguir exhumando. Otro señor que se enteró de lo que estaba haciendo me dio 20.000 pesetas y así íbamos tirando. Era mucho dinero y muchos trámites: había que ir a la sede del Ministerio de Justicia a Madrid, y a Sanidad, y luego hablar con el alcalde del pueblo...”

En cuanto terminó las exhumaciones, se puso con las pensiones. “Empecé a buscar a viudas de fusilados para explicarles que podían pedir la pensión. A algunas les daba todo tanto miedo que no querían ni llevarse los papeles para no tenerlos en casa. ¡Y Franco ya había muerto! Otras no sabían escribir y para firmar tenía que llevarlas yo con la mano sobre el papel”.

En 1979 ya había terminado su misión, exhumado a sus familiares, celebrado dos funerales y enterrado a los fusilados en cementerios. “El día que terminé sentí mucha felicidad y mucha tristeza. Ese día le pude decir a mi madre: ‘Ya está’, y lloramos las dos todo lo que nos dio la gana. Me abrazó como nunca me había abrazado y solo por eso ya valieron la pena todos los malos ratos”, explica Esperanza. “Tuve muchas pesadillas. Por la noche, en la cama, me veía a mí misma dentro de una tumba, rodeada de huesos. Miedo creo que no tuve nunca. Cuando murió Franco, abrimos una botella de champán y luego me vine como una fiera a España a buscar a los míos. Entonces estaba en Bélgica. Todo lo que quedó de nuestra familia después de la guerra se había refugiado en otro país. Creo que he sido valiente. Y estoy muy orgullosa de haber hecho lo que hice”.

https://elpais.com/politica/2012/04/07/actualidad/1333834735_777733.html
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