âEl Ășltimo golpe propinado a la familia real saudĂ procede de Hachem al-Ahmar, comandante de artillerĂa del ejĂ©rcito saudĂ de Al-Wadia, quien ha cruzado la frontera con 300 soldados que se han unido al ejĂ©rcito yemenita y las fuerzas revolucionariasâ, segĂșn el sitio Panorama de Oriente Medio.
El rĂ©gimen saudĂ se encuentra en una situaciĂłn difĂcil y los dirigentes saudĂes son plenamente conscientes de ello.
El miĂ©rcoles las fuerzas tribales y militantes de la regiĂłn de Najran, en Arabia saudĂ, formaron un movimiento de oposiciĂłn polĂtica y militar a Riad, llamado âAhrar Al-Najranâ. Previamente la regiĂłn habĂa declarado su independencia y se ha unido a Yemen en la guerra contra el rĂ©gimen de Riad.
La ineptitud que viene mostrando la monarquĂa saudĂ en la guerra de Yemen es preocupante. Lleva dĂ©cadas armĂĄndose hasta los dientes, ha necesitado formar una especie de coaliciĂłn bendecida por la Liga Ărabe, ha tenido que esperar a recibir el apoyo expreso de los imperialistas... y, sin embargo, sus ataques no han hecho mĂĄs que reforzar al movimiento insurgente.
Para justificar sus reveses, la autocracia saudĂ apela al apoyo que presta IrĂĄn a los huties, mucho menos importante de lo que dicen y, en cualquier caso, irrelevante frente a la fuerza de choque saudĂ. La autocracia no puede disimular por mĂĄs tiempo su absoluta ineptitud.
Por el contrario, los huties no necesitan demostrar nada. Entre 2004 y 2009 libraron seis guerras contra el gobierno central y los que siguen en pie son ellos.
El rĂ©gimen saudĂ se encuentra en una situaciĂłn difĂcil y los dirigentes saudĂes son plenamente conscientes de ello.
El miĂ©rcoles las fuerzas tribales y militantes de la regiĂłn de Najran, en Arabia saudĂ, formaron un movimiento de oposiciĂłn polĂtica y militar a Riad, llamado âAhrar Al-Najranâ. Previamente la regiĂłn habĂa declarado su independencia y se ha unido a Yemen en la guerra contra el rĂ©gimen de Riad.
La ineptitud que viene mostrando la monarquĂa saudĂ en la guerra de Yemen es preocupante. Lleva dĂ©cadas armĂĄndose hasta los dientes, ha necesitado formar una especie de coaliciĂłn bendecida por la Liga Ărabe, ha tenido que esperar a recibir el apoyo expreso de los imperialistas... y, sin embargo, sus ataques no han hecho mĂĄs que reforzar al movimiento insurgente.
Para justificar sus reveses, la autocracia saudĂ apela al apoyo que presta IrĂĄn a los huties, mucho menos importante de lo que dicen y, en cualquier caso, irrelevante frente a la fuerza de choque saudĂ. La autocracia no puede disimular por mĂĄs tiempo su absoluta ineptitud.
Por el contrario, los huties no necesitan demostrar nada. Entre 2004 y 2009 libraron seis guerras contra el gobierno central y los que siguen en pie son ellos.