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España es un lacayo fiel de Estados Unidos

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Más que nunca, España se está mostrando como un lacayo fiel de Estados Unidos. En los últimos años, el Pentágono está reduciendo significativamente su despliegue militar en toda Europa, menos en España. La importancia geoestratégica de nuestro país ha traído consigo el aumento de las soldadesca estadounidense en suelo español y la inclusión de nuevas e importantes unidades de combate en las dos bases militares, la aeronaval de Rota (Cádiz) y la aérea de Morón de la Frontera (Sevilla).

Pero Washington ha dado un pasó más al exigir al gobierno español la eliminación de la limitación temporal del despliegue de unos 1.000 marines en la base aérea de Morón de la Frontera porque la autorización vigente, que es de un año, vence el próximo 19 de abril.

La exigencia ha dado sus frutos. El pasado 23 de enero el gobierno autorizó el inicio de unas oscuras negociaciones con Estados Unidos para convertir Morón de la Frontera, en Sevilla, en una base aérea permanente, conocida por sus códigos internacionales LEMO y OZP, para el despliegue de las tropas imperialistas.

Así lo manifestó la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, tras la reunión del Gabinete para modificar el Convenio Hispano-Estadounidense en materia de Defensa, que deberán acometer los ministerios de Exteriores y Defensa.

Estados Unidos mantiene también desplegados varios aviones de transporte, de repostaje y de apoyo. El gobierno estima que la nueva petición norteamericana altera la naturaleza del acuerdo por lo que procede “negociar la modificación del convenio”, según avanzó la vicepresidenta.

Según Sáenz de Santamaría, las relaciones con Estados Unidos en materia de defensa, junto con las establecidas con la OTAN, constituyen uno de los tres pilares básicos de la defensa nacional. Es, pues, seguro que el gobierno se allanará a las exigencias del Pentágono.

El 7 de marzo de 2013 el gobierno decidió renovar por un año el acuerdo para el despliegue temporal de marines y de los medios aéreos en esa base, donde están desplegados los mercenarios del imperialismo dispuestos para invadir los países de Oriente Medio, norte de África y el Sahel.

El 19 de abril del año pasado el gobierno autorizó el despliegue de 500 infantes de Marina y 8 aviones estadounidenses en Morón para sus agresiones en Oriente Medio, norte de África y el Sahel. La decisión revaloriza claramente a Morón y confirma su valor estratégico para los imperialistas.

Del franquismo al Pentágono

La base aérea de Morón de la Frontera la construyó el franquismo en 1941 a 56 kilómetros al sudeste de Sevilla y desde 1953 está bajo soberanía estadounidense, concretamente bajo control de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, en aplicación de los Pactos de Madrid de 1953 firmados entre Eisenhower y Franco.

El nuevo estatus permanente de Morón acabará plasmado en un Protocolo de Enmienda al Convenio Bilateral de Defensa de 1988, que ya ha sido retocado dos veces a la baja para España y al alza para Estados Unidos.

El primero fue en 2002, cuando el gobierno de Aznar legalizó la actuación en suelo español de los servicios de inteligencia de la Armada y la Fuerza Aérea estadounidenses. El segundo fue en 2012, cuando el de Rajoy permitió el despliegue en la base de Rota de cuatro destructores para el escudo antimisiles de la OTAN.

En la época del PSOE, la ministra Carme Chacón renunció a iniciar la renegociación del Convenio Hispano-Norteamericano de Defensa, contradiciendo sus compromisos previos y claudicó de manera lamentable ante Washington al aceptar la prórroga.

Las instalaciones militares de Morón de la Frontera han incrementado en los últimos años su valor estratégico para el imperialismo como base logística, ya que permite un rápido despliegue a prácticamente cualquier parte del mundo. Ha sido activada por el Pentágono en casi todas las crisis mundiales importantes, desde la de Cuba, hasta la operación sobre Libia.

La base de Morón de la Frontera está unida a la de Rota por un oleoducto construido por Estados Unidos para no tener problemas de combustible. Pone a disposición de la Fuerza Aérea de Estados Unidos la pista de aterrizaje más larga de Europa y una zona para almacenamiento de material y aviones de más de 48,7 millones de metros cuadrados. Es una de las razones por las que la NASA la seleccionó como aeropuerto alternativo del programa de transbordadores espaciales, lo que implicaba que sea puesta en alerta en cada vuelo.

Desde el día que el Pentágono comenzó a estudiar dónde quería tener bases aéreas en España, Morón estuvo en la lista de imprescindibles, a pesar que en los años cincuenta estaba anticuada y era poco moderna, en comparación con Torrejón de Ardoz y Zaragoza. En 1958, los primeros bombarderos estadounidenses B-47 y los aviones cisterna KC-97 tomaron tierra en Morón y, poco después, los mejores cazas del momento, los F-100 Super Sabre, al mando del entonces teniente coronel Chuck Yeger.

A partir de 1963, durante la guerra de Vietnam, se despliegan los primeros KC-135 como parte del Mando Aéreo Estratégico, que permitían mantener en vuelo los B-52 con bombas nucleares, y desde entonces ha sido una base de referencia para el estacionamiento de aviones cisternas con los que ampliar el radio de despliegue y acción de las Fuerzas Armadas estadounidenses.

Durante los años setenta, Morón fue designada como Base de Apoyo Primaria por Washington y su estructura e instalaciones se estabilizaron en unas 400 personas. En 1994, como consecuencia de las reducciones en Europa, los imperialistas recurrieron de nuevo a Morón para que asumiera la responsabilidad de apoyar a todas las unidades de la USAF en España, Italia y Grecia.

En 2003, con la agresión a Irak, más de 7.000 soldados pasaron por sus instalaciones, el tránsito más grande de militares desde la II Guerra Mundial. En 2006 llegó a gestionar un total de 966 vuelos y, en 1999, a raíz de la operación aérea sobre Kosovo, se convirtió de nuevo en la base de aviones cisternas más grande e importante del momento.

En 2009, el Mando de Movilidad Aérea del Pentágono analizó las necesidades futuras de despliegue en un extenso informe llamado Estrategia de Rutas Globales, en el que definió las instalaciones en el extranjero que serían claves para soportar las operaciones militares del siglo XXI, con el horizonte de 2025. El documento recomienda colocar a Rota en el nivel de máxima prioridad, junto a las de Ramstein y Hickman, y mantiene a Morón en un tercer nivel de importancia. "La base de Rota, junto con Morón AB –dice el informe– representan el ancla de la ruta central Atlántica [...] La base de Morón representa una capacidad tremenda, con la rampa de aparcamiento más grande del teatro de operaciones y sin restricciones por ruido u otras amenazas. Por eso, recomendamos que continúe en el tercer nivel. Para mejorar sus capacidades, recomendamos que Morón regrese al status de poder operar 24/7 al menos durante la temporada turística".

Con Morón el Pentágono quiere asegurarse poder dividir el tráfico que pasa por la península ibérica –6.000 vuelos anuales– entre las dos bases con que cuenta en suelo español y gozar siempre de esa capacidad, independientemente de contingencias inesperadas.

La decisión del Pentágono de desplegar la Fuerza de Tarea de Repuesta de Crisis de Marines Aire-Tierra con Propósito Especial (SP-MAGTF) en Morón ha causado una cierta sorpresa por haberse elegido la base española, ya que para muchos el lugar ideal hubiera sido Aviano, en Italia, instalación mucho más importante, más cercana a la supuesta zona de operaciones y por contar con más medios de mando y control y de apoyo en general.

La vigilancia del espacio profundo

Además, la base de Morón de la Frontera contribuye al sistema de Vigilancia Electro-Óptica del Espacio Profundo Basado en Tierra (GEODSS), cuya finalidad es vigilar y controlar todos los objetos construidos por el hombre que orbitan alrededor de la Tierra. Algunos cálculos estiman que existen más de 10.000, desde satélites espías hasta basura espacial. El Centro del Control del Espacio, dependiente del Mando Estratégico de Estados Unidos, es responsable de su seguimiento e identificación, una misión cada vez más relevante, por la creciente militarización del espacio exterior. Su principal objetivo son los más de 2.500 objetos, incluidos los satélites geoestacionarios de comunicación, que orbitan en el denominado espacio profundo. 

El sistema cuenta con telescopios instalados en cuatro centros operativos en las bases de Socorro (Nuevo México), Maui (Hawai), Diego García (Oceánico Indico) y Morón. Esto quiere decir que ésta es la única instalación que forma parte del GEODSS situada fuera de Estados Unidos.

Operativo desde febrero de 2000, el GEODSS es capaz de identificar y seguir objetos tan pequeños como una pelota de baloncesto a más de 32.000 kilómetros de la Tierra a través de telescopios, cámaras de TV que trabajan con poca luz y sofisticados ordenadores.

El sistema Moron Optical Space Surveillance (MOSS) nunca ha sido mostrado en público o fotografiado. Diseñado como un sistema transportable, se basa en un potente telescopio de 56 cm. Ritchey-Chrétien –lo que lo convierte en uno de los más sofisticados que existe en el territorio peninsular.

Según documentos oficiales del Mando Espacial del Pentágono desclasificados a principios de esta década, la información obtenida desde Morón representaba el 6,8 por ciento de todos los seguimientos de objetos en el espacio profundo que realizaba la USAF, y el 8,7 de satélites geosincrónicos, entre los que se incluyen los conocidos como satélites espías.

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