Quantcast
Channel: La lucha es el único camino
Viewing all articles
Browse latest Browse all 7676

El sombrero de Gessler

$
0
0
N. Bianchi

Bajo este Estado fascista -o de "corte fascistoide" para calmar los ánimos de las "almas bellas"- no existe algo tan noble como es la "política", sino politiquillos sin coturno ni alta estofa. Resulta ya fatigoso volver a citar a José Bergamín cuando decía -y no lo decía un comunista precisamente- que existir es pensar y pensar es comprometerse. A lo que Unamuno -que de comunista nada- le puso esta coda: "pensar es comprometerse... y, a las veces, caer bajo el Código Penal, porque el delito mayor del hombre es haber pensado". Los protoalemanes germánicos tenían este dicho: "Gedanken sind Zollfrei", o sea, los pensamientos no pagan aduanas. Y es del latino Ulpiano este principio: "cogitatienis poenam nemo patitur", esto es, el pensamiento no delinque... mientras no transcienda al exterior, es decir, que cobre fuerza y prenda la pradera.

Se atropella la voluntad de los ciudadanos de una nación como Catalunya y se recurre a la voluntad de la Reina sátrapa de Lewis Carroll en "Alice in Wonderland": "primero habrá una condena y, después, por supuesto, un juicio legal".

Hay dos clases de "hacer política": la de fábula y la real. La primera consiste en, "nolens volens", ya que vamos hoy de latinajos, en inclinarse ante el sombrero de Gessler, aquel bailío que impuso -como un vulgar Urquijo en Euskadi, un virrey, un gobernador- a los suizos inclinar la cabeza ante la sola visión de su copete (de su gorra) encima de un palo en un camino -un portazgo, un peaje "político"- y que Guillermo Tell dijo ya te vale y luego pasó, ya saben, lo de la manzana y su hijo y la flecha de su ballesta de reserva para cargarse al bailío si tuviera la mala fortuna de, involuntariamente, matar a su hijo.

Eso es la Constitución española y así la hacen entender: como el sombrero de Gessler.

Viewing all articles
Browse latest Browse all 7676

Latest Images





Latest Images