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Rusia es la prioridad militar de la OTAN

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El general de la OTAN Philippe M. Breedlove
Neil Clark

El Comando norteamericano en Europa (USEUCOM) ha publicado una actualización de su estrategia militar (*) y adivinen la que ha sido listado como la primera de seis principales “prioridades”: ¡“Impedir una agresión rusa”! Según el texto, una “agresión rusa amenaza a los aliados y los socios de la OTAN en Europa”. Rusia se ve acusada de proclamar su desprecio “respecto a la soberanía de sus vecinos en Europa”, violando “numerosos acuerdos que exigen que Rusia actúe en el marco del derecho internacional”.

“En las zonas del este y del norte, Rusia provoca la mayor inquietud, con motivo de su comportamiento cada vez mas agresivo... Como se ha demostrado en Crimea y en el Este de Ucrania, Rusia aplica una forma de guerra que incluye medios convencionales, irregulares y asimétricos (entre ellos la manipulación permanente de conflictos políticos e ideológicos) a fin de promover la inestabilidad, y rechaza una actitud de colaboración en materia de seguridad junto a la comunidad internacional”.

No hay otra amenaza para Europa que no sea Rusia. El “oso” está de caza en todo el mundo. “Rusia está en el origen de los constantes desafíos para nuestros aliados en numerosas regiones; por consiguiente, es un desafío a escala mundial que necesita una respuesta global”.

El documento de doce páginas redactado por el general Philippe M. Breedlove, comandante de la USAF, recupera el espíritu de los años 50. No es extraño, porque la guerra de propaganda en curso contra Rusia es tan fuerte y encarnizada como en la época del senador McCarthy. Una Rusia “revanchista” se considera ahora el factor mas importante de “los cambios negativos mas profundos que atañen a la seguridad europea desde el fin de la Guerra Fría”.

Como obra de ficción, esta puesta al día de la estrategia militar debiera ser candidata a los más importantes premios literarios de 2016. Porque en realidad, el “cambio negativo mas profundo en el terreno de la seguridad europea desde el fin de la Guerra Fría” es la Marcha Hacia el Este, inspirada por los neoconservadores. Es Washington y su política agresiva, y no Moscú, quien ha hecho de Europa y del mundo en general un lugar menos seguro.

En realidad, tendría mas sentido reemplazar la palabra “Rusia” por la palabra “Estados Unidos”.

Volvamos a 1990. En aquella época, finalizada la Guerra Fría, los progresistas eran, y con razón, entusiastas respecto a los denominados “beneficios de la paz”. El dinero invertido en ejércitos pudiera destinarse a proyectos de más valor, como hospitales, escuelas y bibliotecas públicas. Pero la OTAN (a diferencia del Pacto de Varsovia) no procedió a ningún desarme; muy al contrario, se fue extendiendo hasta las fronteras de Rusia.

Los países que rechazaron unirse al club de la OTAN fueron castigados por sanciones (Bielorusia), o por sanciones y bombardeos (Yugoslavia). En 1999, la OTAN, que fue fundada como una alianza militar defensiva en 1949, no violó solamente el derecho internacional atacando a la República Federal de Yugoslavia, sino que igualmente contravino el Artículo nº 1 de su propia Carta, que indica que “Las partes se comprometen, como se indica en la Carta de las Naciones Unidas, a solucionar por medios pacíficos toda diferencia internacional en la que pudieran estar implicados, de tal manera que la paz y la seguridad internacionales, así como la justicia, no sean puestas en peligro, de igual manera que abstenerse en sus relaciones internacionales del recurso a la amenaza o al empleo de la fuerza en cualquier forma incompatible con los fines de las Naciones Unidas”.

¿Qué quiere decir pues esa línea en el informe del ISEUCOM respecto a la violación de numerosos acuerdos y del derecho internacional?

Todo marchaba bien con Rusia cuando se mostraba de acuerdo con todo, pero desde que inició la defensa de sus puntos de vista y de sus propios y legítimos intereses, la Guerra Fría se ha reiniciado. Como escribe mi colega, el autor John Wight en un reciente artículo sobre la criminalización de Vladimir Putin: “Todas  estas estupideces a propósito de Putin, quien tendría objetivos expansionistas, es el intento de tender una cortina de humo sobre el programa expansionista de Occidente en Europa del este, con la finalidad de implantar un cordón sanitario alrededor de Rusia, en una prolongación de la estrategia de la Guerra Fría”.

Cuando el gobierno claramente pronorteamericano de Georgia atacó Osetia del Sur en agosto del 2008, respondiendo Rusia a fin de proteger a los ciudadanos de origen ruso, Rusia fue presentada como el agresor en los medios neoconservadores. Lo mismo sucede en Ucrania entre 2014 y 2015, con ocasión de la operación de “cambio de régimen” orquestada por el Departamento de Estado norteamericano y la Unión Europea, dirigida a derribar un gobierno neutral reemplazándole por un gobierno decididamente pronorteamericano, proeuropeo y anti ruso.

Lo sucedido en el este de Ucrania y en Crimea, tras el cambio de régimen en Kiev no ha sido ninguna “agresión rusa”, sino la respuesta a la agresión de los Estados Unidos y la Unión Europea contra Rusia. Como he destacado aquí, imaginemos simplemente la reacción de Estados Unidos si Rusia hubiera financiado y organizado un “cambio de régimen” contra el gobierno democráticamente elegido en Canadá, y si un ministro ruso de Asuntos Exteriores y el embajador de Rusia en Canadá hubieran sido grabados mientras discutían las personas que deberían componer el nuevo gobierno canadiense proruso, como lo hacían Victoria Nuland y Geoffrey Pyatt en el caso de Ucrania.

Las dobles varas de medir respecto a los “intereses nacionales” que yacen en la puesta al día de la estrategia quedan bastante evidentes. “Históricamente, Europa es un territorio clave para el ejército norteamericano y lo seguirá siendo, escribe el general Breedlove. Nos indica que “las bases, el acceso y la libertad de circulación que los aliados y los socios europeos proporcionan a los estados Unidos son esenciales para la misión del Departamento de Defensa estadounidense, consistente en utilizar fuerzas a escala mundial a fin de responder a las eventuales necesidades, ejecutar operaciones y defender los intereses nacionales vitales de los Estados Unidos”.

Sin embargo, mientras que los Estados Unidos pueden afirmar que un continente que está millares de kilómetros de sus fronteras es un “territorio clave” y esencial para la defensa de sus “intereses nacionales”, Rusia no tiene derecho a responder a un cambio de régimen organizado por los norteamericanos en la puerta de su casa. Una vez más, imaginemos el furor provocado por la revelación de un documento militar ruso calificando a América Central de “territorio clave para el ejército ruso...”

Como muestra el documento de Breedlove, las ambiciones del USEUCOM van más allá de las fronteras de Europa. “El Levante y el Mediterráneo son también regiones en las que el USEUCOM se comprometerá plenamente, Una de las misiones esenciales de USEUCOM es ayudar a Israel a gozar de su derecho intrínseco a la legítima defensa”. Evocando la “amenaza que representa Irán y Hezbollah se nos cuenta que el USEUCOM continuará su estrecha colaboración con Tsahal, a fin de garantizar “el compromiso americano de contribuir a su defensa y preservar su superioridad militar cualitativa sobre sus adversarios, en medio de una transformación regional rápida e incierta”.

Muy evidentemente, esta “defensa” va a necesitar mucho personal e inversiones. A Breedlove le preocupa que menos de 65.000 militares “siguen estacionados de forma permanente en Europa para asegurar y defender los intereses nacionales norteamericanos, desde Groenlandia al Mar Caspio, y del Océano Ártico al Levante”. Advierte de que la “reducción de la presencia en el porvenir y la degradación de la disposición en los servicios reducen la capacidad de los Estados Unidos de modelar el entorno de forma positiva”.

¡Adelante, señor Obama, saque el talonario de la nación y pague los gastos militares para enfrentarse a la “amenaza” rusa, ayudando a los Estados Unidos a promocionar sus intereses nacionales “desde Groenlandia al Mar Caspio y del Océano Ártico al Levante”!

Únicamente con la ayuda de tropas suplementarias pueden esperar los Estados Unidos y sus aliados afrontar la “amenaza rusa”. Reuters ha revelado que la OTAN persigue también luchar contra lo que se denomina “la militarización de la información” por parte del Kremlin. “La OTAN y la Unión Europea están inquietos por la capacidad de Rusia de emplear la televisión e Internet para presentar lo que ellos dicen como una deliberada desinformación”, informa Reuters. Aparentemente, este documento de 23 páginas ha sido producido por el comité militar de la OTAN para hacer frente a este problema. Se cita a un diplomático occidental que a propósito de los rusos habría dicho: “Pueden crear una realidad virtual destinada a confundir y obtener ciertos objetivos”. Aún no he visto una mejor descripción de los neoconservadores occidentales.

No es difícil comprender de qué son capaces la OTAN y el USEUCOM.

Hubo un tiempo en el que el compromiso militar norteamericano en Europa se acogía muy bien, cuando los Estados Unidos ayudaron a liberar el continente de la ocupación nazi en 1944 y 1945. Contrariamente a lo sucedido tras la Primera Guerra Mundial, los Estados Unidos se quedaron en Europa, lo que tal vez era comprensible a la luz de lo que había pasado en el continente en el transcurso de los años 30. Al mismo tiempo, no hay ninguna duda de que la “amenaza soviética” en Europa occidental ha sido manipulada para justificar una presencia militar continua en el continente.

Hoy, algo muy similar se está produciendo, con la diferencia de que la “amenaza soviética” ha sido sustituido por una “amenaza rusa”. Pero hay un problema: la gente tiene necesidad de ser convencida de que hay efectivamente una amenaza, especialmente en una época de austeridad, cuando las reducciones presupuestarias se aplican en las áreas más importantes. La época de internet, que ha dado el acceso a mas fuentes de información y la creciente popularidad de cadenas como la RT, que llevan a la gente a atreverse a cuestionar cosas, han hecho mas delicada la tarea de engañar al público y lanzar discursos fraudulentos.

Y tenemos también la herencia de Irak. Las flagrantes mentiras narradas sobre Irak y las supuestas armas de destrucción masiva, antes de la invasión ilegal de 2003 no se han olvidado ni se olvidarán.

La OTAN el alto mando militar norteamericano no debieran acusar a lo que denominan “militarización de información por el Kremlin” al hecho de que los europeos no se crean la última ola de propaganda anti-rusa. Los responsables de ello debieran ser George W. Bush y Tony Blair.

(*) http://francais.rt.com/international/14688-pentagone-agression-russe

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