Policía religiosa de Arabia saudí |
El 20 de noviembre el New York Times publicó un artículo del periodista francés Kamel Daoud en el que denuncia el papel de Arabia saudí en la gestación del Califato Islámico, así como la hipocresía de Occidente, cuando le declara la guerra al Califato Islámico a la vez que abraza a los saudíes como aliados.
Daoud da una breve historia del surgimiento del wahabismo en el siglo XVIII y la alianza entre el clero wahabí y la Casa de Saud, con la advertencia de que es el clero saudí, lo que él llama Valle Fetua, la fuente del Califato Islámico y todas las generaciones futuras de yihadistas.
El Califato Islámico tiene una madre: la invasión a Iraq. Pero también tiene un padre: Arabia saudí y su complejo religioso-industrial. Hasta que no se entienda esto, advierte, se podrán ganar batallas, pero se perderá la guerra. Se matarán a los yihadistas, solo para que vuelvan a renacer en generaciones futuras y ser criados con los mismos libros.
Daoud advierte también sobre la inmensa influencia transformadora de los canales de televisión religiosos en la sociedad, y destaca que existen miles de periódicos wahabíes y clérigos que diseminan la palabra. "La ceguera de Occidente a este problema saudí significa que su guerra [en contra del Califato Islámico] no puede ser más que miope, ya que ataca al efecto en vez de la causa”.
“Dado que el Califato Islámico es ante todo una cultura, no una milicia, ¿cómo se puede evitar que generaciones futuras se conviertan al yihadismo cuando la influencia del Valle Fetua y su clero y su cultura y su inmensa industria editorial continua intacta?”
Daoud da una breve historia del surgimiento del wahabismo en el siglo XVIII y la alianza entre el clero wahabí y la Casa de Saud, con la advertencia de que es el clero saudí, lo que él llama Valle Fetua, la fuente del Califato Islámico y todas las generaciones futuras de yihadistas.
El Califato Islámico tiene una madre: la invasión a Iraq. Pero también tiene un padre: Arabia saudí y su complejo religioso-industrial. Hasta que no se entienda esto, advierte, se podrán ganar batallas, pero se perderá la guerra. Se matarán a los yihadistas, solo para que vuelvan a renacer en generaciones futuras y ser criados con los mismos libros.
Daoud advierte también sobre la inmensa influencia transformadora de los canales de televisión religiosos en la sociedad, y destaca que existen miles de periódicos wahabíes y clérigos que diseminan la palabra. "La ceguera de Occidente a este problema saudí significa que su guerra [en contra del Califato Islámico] no puede ser más que miope, ya que ataca al efecto en vez de la causa”.
“Dado que el Califato Islámico es ante todo una cultura, no una milicia, ¿cómo se puede evitar que generaciones futuras se conviertan al yihadismo cuando la influencia del Valle Fetua y su clero y su cultura y su inmensa industria editorial continua intacta?”