El Primer Ministro griego Alexis Tsipras, que ya parece olvidado, sigue cayendo por una pendiente degenerativa que no parece tener fin.
En sus últimas declaraciones se ha unido al coro xenófobo de quienes se alarman por la “destrucción de la civilización occidental” como consecuencia del flujo masivo de refugiados y emigrantes procedentes de Oriente Medio.
El caso de Tsipras demuestra que siempre es posible caer más bajo. Para Tsipras el Mar Egeo no es peligroso para los refugiados que quieren llegar Europa, sino que quien corre el peligro es Europa.
La presencia de extranjeros en Europa tiene un “impacto destructor”. Para Tsipras hay una “diferencia considerable” entre la cultura de occidente y la de quienes llegan a Europa, y ya que el Pisuerga pasa por Valladolid nos alerta sobre el peligro que tiene la difusión de pensamientos extremistas.
Parece increíble que a un griego como Tsipras haya que recordarle lo más elemental y básico acerca de la maravillosa “civilización occidental”.
Primero: la civilización occidental no nació en Grecia, como dicen los manuales de historia, sino en Oriente Medio y más allá. La civilización occidental es oriental.
Segundo: las ideologías extremistas más criminales, como el fascismo, no tienen su origen en Oriente Medio, sino que forman parte de esa maravillosa “civilización occidental” que los xenófobos como Tsipras defienden.
Tercero: la humanidad ha sido nómada desde el nacimiento del “Homo sapiens” y el “Out of Africa”. Así seguirá siendo en el futuro, por más que se empeñen en colocar barreras, fronteras y pasaportes. La historia de la humanidad es una crónica de emigraciones masivas de personas que se desplazan de un lado para otro.
En sus últimas declaraciones se ha unido al coro xenófobo de quienes se alarman por la “destrucción de la civilización occidental” como consecuencia del flujo masivo de refugiados y emigrantes procedentes de Oriente Medio.
El caso de Tsipras demuestra que siempre es posible caer más bajo. Para Tsipras el Mar Egeo no es peligroso para los refugiados que quieren llegar Europa, sino que quien corre el peligro es Europa.
La presencia de extranjeros en Europa tiene un “impacto destructor”. Para Tsipras hay una “diferencia considerable” entre la cultura de occidente y la de quienes llegan a Europa, y ya que el Pisuerga pasa por Valladolid nos alerta sobre el peligro que tiene la difusión de pensamientos extremistas.
Parece increíble que a un griego como Tsipras haya que recordarle lo más elemental y básico acerca de la maravillosa “civilización occidental”.
Primero: la civilización occidental no nació en Grecia, como dicen los manuales de historia, sino en Oriente Medio y más allá. La civilización occidental es oriental.
Segundo: las ideologías extremistas más criminales, como el fascismo, no tienen su origen en Oriente Medio, sino que forman parte de esa maravillosa “civilización occidental” que los xenófobos como Tsipras defienden.
Tercero: la humanidad ha sido nómada desde el nacimiento del “Homo sapiens” y el “Out of Africa”. Así seguirá siendo en el futuro, por más que se empeñen en colocar barreras, fronteras y pasaportes. La historia de la humanidad es una crónica de emigraciones masivas de personas que se desplazan de un lado para otro.
Es una putada, pero hay que reconocerlo así: la humanidad tuvo su origen en África. Todos somos emigrantes.
