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Channel: La lucha es el único camino
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No hay futuro...

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Nicolás Bianchi

... para las masas, que no pase por la revolución, palabra anacrónica que me coloca en el pleistoceno o en el cretácico, época de los dinosaurios. Y todavía lo habrá menos -futuro- sin una escoba revolucionaria que despache a toda esta cuadrilla de vividores y zánganos al Museo de la Historia junto con la rueca. Y aún lo habrá menos -futuro- sin una vanguardia que organice y dirija el proceso revolucionario y a las clases trabajadoras. ¿Me convertirá esto en un visionario? ¿Diré, como los Pistols, que todo esto es una puta mierda... y nada más? ¿Me quedaré ahí, en el desahogo? ¿Soy yo el antiguo o lo es este podrido sistema capitalista en completa descomposición, como el señor Waldemar de E.A.Poe en estado hipnótico?

Le llaman democracia -a otros le llamaban Trinidad- y no lo es. Le dicen "reforma laboral" y es una permanente contrarreforma que atenta a los derechos sociales básicos de la ciudadanía conquistados a base de sangre, sudor y lágrimas. Nos hablan de "crisis" cuando bajo el capitalismo lo normal es la crisis estructural y la excepción periodos cortísimos de vacas gordas.

Nunca ha habido tantas guerras como ahora. Es como la conocida fábula de la tortuga y el escorpión vadeando el río. Este último promete no picar con su mortífera cola a la tortuga si le pasa de una orilla a la otra, a lo que accede esta, pero, a mitad del lecho fluvial, le pincha, y, antes de hundirse los dos, el quelonio le pregunta al alacrán ¿por qué, si todo iba bien? Y el escorpión responde: va en mi naturaleza. El imperialismo procede igual. No es que sea intrínsecamente -o metafísicamente- perverso: es que no puede actuar de otra manera si no quiere suicidarse, algo que nunca hará, aunque ande con ruedas cuadradas. Y es que no son los ideales los que le mueven, sino los intereses. Es como el Rey español, el anterior, y sus cacerías y saraos: un Borbón no puede actuar de otra manera, va en sus genes, se diría hoy.

O como la Ertzaintza cuando, hace unos años, dispara a diestro y siniestro, a mansalva e indiscriminadamente, que eso es el terrorismo, ocasionando el homicidio de un hincha -Iñigo Cabacas- de un equipo de fútbol -el Athletic de Bilbao- que sólo festejaba en la calle el pase de su equipo en una eliminatoria. Es consustancial a su propia naturaleza: reprimir, están adiestrados para eso, como un reflejo pavloviano, como un perro que, al sonar un timbre, le saliva automáticamente -reflejo condicionado- la boca asociando el tañer del timbre con comida. Incluso el cinismo vergonzante insulta a la inteligencia del pueblo tratando de trasladar el debate -en su día- a si deben emplearse o no pelotas de goma obviando quién las dispara y, sobre todo, quién ordena apuntar: la culpa la tuvo la escopeta y no quien apretó el gatillo y mandó percutir. Sólo les faltó decir que la culpa la tuvo la víctima por estar donde no debía.

Se dice que se está acabando con el Estado de Bienestar. Es cierto. Ocurre que el capitalismo está en un punto de no retorno y no hay salida salvo para él mismo y quienes se aprovechan y se forran con la "crisis". Al resto que le den... A la "gente", como llaman ahora al pueblo, a las masas.

¿Seré yo un apocalíptico, tipo Umberto Eco? Tal vez, pero, desde luego, no un integrado que coadyuve a sostener este carcomido y corrupto y depredador sistema. O contribuyendo a sostenerlo adoptando supuestas poses "radicales", esto es: obedeciéndolo.

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