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Los oportunistas no nacen: se hacen

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Juan Manuel Olarieta

Ni siquiera eso es cuestión de cromosomas: los oportunistas se hacen. Pero no se hacen a sí mismos, como ellos creen, sino que el Estado burgués -quienes llevan sus riendas- los hacen porque los necesitan. Ellos sólo se dejan hacer. Son los sujetos pasivos.

Un Estado necesita su oposición, como el organismo necesita sus propios anticuerpos. Si la burguesía no tiene una oposición, la crea como un traje a la medida porque necesita un determinado tipo de oposición, una oposición domesticada, no una oposición verdadera. Si no hubiera oposición, tampoco habría democracia. Es más, lo que demuestra que hay democracia es que hay oposición, ese tipo de oposición leal que es tan necesaria para la supervivencia del moderno Estado monopolista.

Pero nadie se convierte en oposición de la noche a la mañana. Los aspirantes a opositores tienen que pasar su Via Crucis; no se lo dan todo hecho sino que tienen que poner algo de su parte. En fin, tienen que demostrar cierta valía, cumplir determinadas funciones que son paradójicas: pronunciarse en contra del Estado que defienden.

Se les llama oportunistas porque son gentes sin principios, o sea, que al principio son muy radicales pero acabarán adocenados. Los oportunistas aparecen cuando al Estado, lo mismo que al mando a distancia, se le acaban las pilas y se echa de menos un recambio. Su ascenso es el termómetro que detecta el malestar social. La gente está harta, descontenta y reniega de todo, pero sobre todo del viejo andamiaje oficial, de los gastados partidos e instituciones. Hacen falta caras nuevas, modernas, que digan cosas que no estamos acostumbrados a escuchar. A veces ni siquiera son necesarias migajas para ilusionar a la gente y que todo vuelva a su cauce.

La crisis es a los oportunistas lo que la mierda a las moscas. Proliferan en esos ecosistemas. Por eso nunca hay sólo un único oportunista sino varios al acecho de su oportunidad, a la espera del momento de trepar. A medida que la crisis se profundiza, los oportunistas se multiplican como la gangrena. No debe sorprender que algunos de ellos logren un puñado de votos porque el gran oportunista de los tiempos recientes siempre fue Felipe González, que logró 10 millones de ellos en 1982.

Los del PSOE de hace 30 años sí que eran oportunistas de verdad, no los de ahora. Aquello sí que fueron campañas de imagen, no el circo de ahora. Para ser oportunista hay que ser joven, tener recorrido por delante, ya que, de lo contrario, no te da tiempo para dar el cambiazo. Los viejos no cambian, mientras que a Felipe González le pusieron de "primer secretario" con 33 años. Se preparaba la transición.

Hasta que ocupó su cargo, la secretaría del PSOE era colectiva, algo que está reñido con el marketing moderno, eso que procede de las universidades gringas y que llaman "liderazgo". La política burguesa es electoralismo puro; votamos a personajillos y fantoches, no a partidos, ni a programas. ¿Cómo promocionar a una dirección colectiva? De ahí que con Felipe González en el PSOE se acabaran los órganos colegiados de dirección.

El oportunista es fruto de un diseño. En la transición los oportunistas como Felipe González exhibían una cuidada imagen descuidada: pelo largo, patillas y chaqueta de pana. Lo de menos es lo que uno sea; lo que vale es una imagen que sea nueva, distinta. Por eso en tiempos de la transición al PSOE se le llamaba "renovado". Ya no era el de la guerra, sino un partido a la última moda, lo mismo que la movida madrileña y su lema "Enamorado de la moda juvenil" que cantaba Radio Futura:

Y yo caí enamorado de la moda juvenil
de los precios y rebajas que yo vi
enamorado de tí.
Sí, yo caí enamorado de la moda juvenil
de los chicos, de las chicas, de los maniquís
enamorado de tí.


En la transición la tele no era tan importante y quienes te vendían eran periódicos y revistas. Por ejemplo, el Congreso del PSOE en Suresnes lo promocionó hasta Pedro Rodríguez, un conocido columnista del diario de los sindicatos franquistas "Pueblo", que hizo una reseña del mismo en octubre de 1974. El PSOE necesitaba al franquismo casi tanto como el franquismo al PSOE.

Como toda la política burguesa y demás modas, los oportunistas son de usar y tirar. Tienen fecha de caducidad. Más tarde o más temprano se quedan obsoletos para que la rueda de la política siga funcionando. Son la respiración asistida: estiran un poquito más la agonía, necesitan ganar un tiempo precioso que les permita llegar hasta las próximas ilusiones.

Sí, he escrito ilusiones y no elecciones porque la política burguesa vive de ilusiones más que de elecciones. Me imagino que el lector se habrá apercibido, como yo, de lo siguiente: todos los partidos políticos quieren cambiar las cosas, lo cual significa que todos ellos reconocen que las cosas están mal. Es más, hay partidos y elecciones precisamente porque hay que cambiarlas. Sin embargo, las cosas no van a cambiar nunca mediante los votos, porque para eso están las elecciones: para que todo siga como hasta ahora. De lo contrario, ¿con qué cambio nos engañarían en las siguientes elecciones?

Para quienes votan, la verdadera elección es sólo una: o bien votas a alguien que nunca va a poder poner en marcha su programa electoral, porque nunca va a gobernar, o bien votas a alguien que va a traicionar su programa electoral en cuanto gobierne. Ésta última es siempre mayoritaria, es decir, que la mayoría vota a un oportunista que le va a engañar. Pero casi todos saben que hablar de elecciones y engaños es un redundancia. Lo importante es la ley de la transformación de los cambios cuantitativos en cualitativos: el engaño es mayor cuantos más sean los votos. No me refiero a hayan engañado a más votantes sino al aspecto cualitativo del fraude, que se convierte en un fiasco. Las elecciones de 1982 son el mejor ejemplo de ello.

Pero, ¿como lograr muchos votos? Los que buscan votos en la blandenguería política se equivocan de estrategia. En la transición Felipe González, el PSOE y la UGT eran extremistas y radicales, la izquierda de la izquierda. A nadie se les calentaba la boca tanto como a ellos. Cuando Felipe González se oponía a la reforma del franquismo para exigir la ruptura, le acusaban de incitar a la violencia, o sea, al terrorismo. Pero en la política burguesa no importa lo que digan de tí; el caso es que hablen. En eso los tiempos no han cambiado nada: si los franquistas te atacan es para promocionarte.

No hay más que recordar los mítines de Felipe González en contra de la OTAN, entonces el asunto de moda: "OTAN de entrada no", fue el lema de la campaña electoral que recaudó 10 milones de votos. Naturalmente que muy poco después Felipe González nos metió en la OTAN de cabeza y otro del mismo equipo, Javier Solana, fue secretario general de la OTAN, que fue el criminal que ordenó el bombardeo de Yugoeslavia con armamento radiactivo, y así sucesivamente.

De Suresnes (1974) al gobierno (1982) sólo transcurrieron ocho años. Pero mientras en París prometieron construir el socialismo, en Madrid lo que hicieron fue iniciar la reconversión industrial. En Suresnes el PSOE se pronunció en contra de la Unión Europea, pero quien introdujo a España en ella fue el gobierno de Felipe González...

Etcétera. ¿O hay que seguir contando batallitas?

El primer levantamiento popular contra el fascismo

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Juan Manuel Olarieta

El Partido Comunista de Bulgaria fue uno de los primeros que se formó en el mundo y, desde luego, siempre fue uno de los más fuertes, si por tal se entiende que era muy numeroso y con más de 200.000 votantes. En 1922 tenía más de 3.000 concejales, que en un país tan pequeño es una cifra gigantesca.

En junio de 1923 Bulgaria también fue uno de los primeros países en padecer un golpe de Estado fascista que, como el de España, estuvo promovido por altos oficiales del ejército organizados de manera secreta en torno a la Liga Militar. Pero los fascistas no impusieron un régimen de partido único ni suprimieron las elecciones sino que, lo mismo que hoy en España, aprobaron una ley de partidos y cambiaron la ley electoral para dejar fuera a los comunistas y concurrir ellos y sus cómplices bajo denominaciones tales como "concordia democrática", "bloque constitucional" y similares.

Otro de sus rasgos comunes es que, a pesar de que justificaban sus acciones en nombre de la lucha contra el bolchevismo, en realidad la política fascista en Bulgaria también estaba enfilada contra las amplias masas populares, en general, cuyas condiciones de vida después de la Primera Guera Mundial, eran calamitosas.

En fin, lo mismo que en la España de hoy, entonces Bulgaria también era una monarquía fascista, que tras la abdicación de Fernando estaba capitaneada por su hijo Boris III.

Los ataques fascistas contra el PCB empezaron antes del golpe de 1923. Por ejemplo, en 1921 arrasaron con dos locales comunistas. Los grupos de autodefensa del PCB lograron rechazar el primero pero no el segundo, cuando los fascistas quemaron la Casa del Pueblo de Sofia, donde el PCB tenía su sede central. En aquella época el lema de los comandos de autodefensa era "golpe por golpe".

El PCB denunció que la ofensiva fascista preparaba un golpe de Estado y que en el mismo participarían las unidades de guardias blancos del general Wrangel, una parte de las cuales, unos 10.000 mercenarios, se habían replegado a Bulgaria tras ser derrotadas en la guerra civil rusa.

Espontáneamente el golpe de Estado suscitó un levantamiento en armas de cientos de miles de obreros y campesinos por todo el país, que llegó a tomar ciudades parcialmente, como Pleven. El Presidente del gobierno derrocado, Stamboliski, se puso al frente de la resistencia, siendo derrotado después de varios días de combates. Como muchos otros, el propio Stamboliski fue detenido, torturado y finalmente asesinado por los fascistas.

Frente al golpe el PCB adoptó una posición errónea de neutralidad que fue criticada por la Internacional Comunista, lo que los comunistas búlgaros no aceptaron, hasta que en agosto rectificaron, lanzando un llamamiento a la insurrección contra el fascismo, a cuyo fin empezaron los preparativos militares correspondientes: entrenamiento militar, organización de comandos y almacenamiento de explosivos.

Para impedir la insurrección el gobierno fascista empezó a detener en masa a los comunistas, a cerrar sus locales, a prohibir la prensa, los sindicatos y las cooperativas agrarias. Los fascistas no lograron su propósito y la insurrección estalló de manera precipitada.

El gobierno fascista tuvo que recurrir a la ayuda de las grandes potencias imperialistas para que le autorizaran a movilizar tropas contra las masas, lo cual estaba prohibido por el Tratado de Neuilly que había puesto fin a la Primera Guerra Mundial.

El levantamiento antifascista de Bulgaria fue el primero del mundo dirigido contra el fascismo (1), pero el PCB no pudo coordinar bien sus fuerzas, por lo que no estalló de una manera simultánea en todas las regiones. En el noroeste se llegó a formar un poder paralelo obrero y campesino, pero en otras zonas ni siquiera se formó una fuerza guerrillera capaz de atacar al enemigo en su retaguardia. Tampoco se llevó a cabo un trabajo de zapa dentro de las unidades del Ejército, que pudieron mantener su unidad y concentrarse contra los insurrectos.

Fue salvajemente aplastado, cobrándose los fascistas un tributo sanguinario. Según cifras de Dimitrov, más de 5.000 comunistas fueron asesinados, otros 15.000 fueron detenidos y torturados y muchos miles más se tuvieron que exiliar en los países limítrofes, hasta el punto de que ante la avalancha de refugiados Rumanía tuvo que cerrar la frontera. Sobre el país cayó "una negra y sangrienta noche", escribió Dimitrov (2). Ni bajo el yugo otomano Bulgaria conoció una cacería humana de tan vastas proporciones.

El PCB tuvo que pasar a la clandestinidad. Inició "un largo periodo de renovación interior", en palabras de Dimitrov porque "es preferible un fin horrible que un horror sin fin". Llamó a los comunistas a encabezar la lucha armada (3) y con las unidades guerrilleras que lograron replegarse, el PCB formó la OM (Organización Militar). Los comunistas se aprestaban a defenderse contraatacando, a pesar de que las condiciones eran muy difíciles por el clima de terror sembrado por el gobierno.

Una vez aplastada la sublevación, los fascistas convocaron elecciones, las ganaron -como estaba previsto- e ilegalizaron al PCB, que se vio oligado a reestructurar su Organización Militar, poniéndose al frente Jako Dorosiev. La OM se distribuyó en comandos que emprendieron audaces acciones armadas, como la ejecución el 10 de marzo de 1925 del alto dirigente fascista Valcho Ivanov, a la que el gobierno repondió 16 días más tarde con el asesinato de Dorosiev.

Entonces los guerrilleros diseñaron una de sus acciones más audaces. Se trataba de ejecutar al jefe de la policía Vladimir Nacev y preparar una trampa para sus funerales, a los que acudirían el rey y la plana mayor del gobierno, los partidos y el Estado fascista. Una bomba colocada en la catedral de Santa Dominga, en pleno centro de Sofia, daría un golpe contundente al fascismo.

La OM no pudo llevar a cabo la ejecución de Nacev, por lo que tuvieron que cambiar de objetivo, centrándose en el general Konstantin Georgiev, jefe de la Liga Militar fascista, diputado y uno de los cabecillas del golpe de Estado de 1923. Un guerrillero, Atanas Todovitchin, le disparó mortalmente cuando acudía a misa el 14 de abril de 1925.

Dos días después, jueves santo, se celebró su funeral en la catedral de Santa Dominga, donde la guerrilla había dispuesto 25 kilos de explosivos para que explotaran cuando la plana mayor del Estado fascista estuviera allí congregada. A las 15:20 de la tarde una brutal explosión desplomó la cúpula de la catedral sobre los asistentes, matando a 128 de ellos e hiriendo gravemente a cerca de 500 políticos fascistas, oficiales del ejército y grandes capitalistas.

El rey Boris III salvó su vida porque llegó tarde a la ceremonia fúnebre. Regresaba de otro funeral por otro atentado ocurrido el día anterior contra él en las montañas de Stara Planina. En la acción habían muerto dos personas muy cercanas. En aquella época Bulgaria vivía bajo el fascismo, que es tanto como decir: en medio de un funeral permanente. Durante las dos semanas siguientes la policía detuvo a 3.194 personas, de las que 1.182 fueron acusadas y 268 condenadas a muerte. Otras 450 personas fueron asesinadas sin condena judicial previa. En menos de dos años el fascismo había aniquilado a 20.000 obreros y campesinos revolucionarios: "El rasgo más característico del terror búlgaro reside en el exterminio sistemático y organizado de la vaguardia de la clase obrera y de las masas campesinas", escribió Dimitrov (4).

Notas:

(1) Nikifor Gorenski: La lucha del pueblo búlgaro contra el fascismo, Sofia, pg.19.
(2) Dimitrov, Después del levantamiento, Obras Escogidas, tomo I, pg.236.
(3) Dimitrov, Cómo actuar en el futuro, Obras Escogidas, tomo I, pgs.251 y 289.
(3) Dimitrov, La lección búlgara, Obras Escogidas, tomo I, pg.337.

El imperialismo orquestó la Primavera Árabe

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Juan Manuel Olarieta

Un documento confidencial elaborado en 2010 por el Departemento de Estado confirma que la denominada Primavera Árabe no sólo no fue espontánea sino que estuvo promovida de forma activa por el imperialismo estadounidense después de un largo periodo de maduración.

El documento, que tiene cinco páginas, lo ha publicado la organización Middle East Briefing (1), que pudo tener acceso al mismo recurriendo a la legislación sobre libertad de información. Se titula "Middle East Partnership Initiative: Overview" y está fechado el 22 de octubre de 2010.

La Primavera Árabe comenzó en diciembre de aquel año con el derrocamiento del gobierno en Túnez, denominada "Revolución de los Jazmines" y desde entonces sacudió a varios países, afectando a Egipto, Libia, Yemen y Siria y causando cruentas guerras civiles y una conmoción sin precedentes en el mundo árabe.

No obstante, los preparativos empezaron varios años antes, cuando en 2002 la Casa Blanca empezó a elaborar los planes de desestabilización que forman parte del programa regional "Middle East Partnership Initiative" dirigido contra países del norte de África y Oriente Medio apoyándose en ONG locales que son los tentáculos de la diplomacia imperialista.

El gobierno de Obama no escatimó en gastos para interferir sobre los asuntos internos de los países árabes. En 14 años se han gastado 600 millones de dólares en unos 1.000 grandes proyectos políticos. La financiación de las ONG ha supuesto más de la mitad de los proyectos del plan, señala el documento. Los agentes de enlace con las ONG locales los designa la embajada de Estados Unidos en cada país.

La Iniciativa "no suministra fondos a los gobiernos extranjeros y no negocia acuerdos bilaterales de asistencia", señala el informe, que establece una lista de los países destinatarios con prioridad: Yemen, Arabia Saudita, Túnez, Egipto y Bahrein. Libia y Siria fueron añadidos un año después de la elaboración del informe por el Departamento de Estado.

En Egipto el gobierno de Estados Unidos se centró en la Hermandad Musulmana, a la que consideraba compatible con la política imperialista de Estados Unidos. El gobierno de Obama aseguraba incluso el "servicio post-venta" de las ofensivas de desestabilización, que forman parte de la remodelación del "Gran Oriente Medio".

En septembre de 2011 la Iniciativa creó una oficina especial de coordinación de las transiciones políticas en aquella región estratégica, poniendo a William B. Taylor al frente. Se trata de un diplomático con experiencia en campañas de desestabilización ya que fue el embajador de Estados Unidos en Ucrania durante la "revolución naranja" de 2006 a 2009.

Según el informe del Departamento de Estado, su tarea es la de coordinar la asistencia de Estados Unidos a las "democracias emergentes" el norte de África y Oriente Medio, incluyendo a Egipto, Túnez y Libia.

Contra viento y marea, Santiago Alba Rico y otros miembros significados de Izquierda Anticapitalista siempre sostuvieron el carácter espontáneo de la Primavera Árabe (2) que, según dijeron, sirvió luego de detonante para que estallara el movimiento de los indignados del 15-M en la Puerta del Sol. Esther Vivas llegó a decir que la Primavera Árabe tuvo un carácter "internacionalista", pero eso nunca lo entendí muy bien. En aquel momento pensé que la indignación estaba dirigida -entre otras cosas- contra la Casa Blanca. Ahora mismo me da la impresión de que la indignación no era de unos contra otros, sino que es muy posible que se tratara de la misma indignación, es decir, que la Casa Blanca y los indignados compartieran el mismo estado de ánimo.

Uno de los motivos que me lleva a pensar de esa manera es que tras la "Revolución de los Jazmines", el Foro Social Mundial se pudo reunir en Túnez en marzo de 2013. Creo que es a eso a lo que Vivas llama "internacionalismo": el imperialismo abría las puertas a la "democracia", no sólo en el interior de aquel país árabe, sino a 5.000 indignados procedentes de todas las partes del mundo, que dos años después se pudieron congregar allá en paz y libertad para que luego Vivas nos lo pudiera contar a nosotros (3).

No sólo los árabes; todos los pueblos del mundo debemos sentirnos deudores de la política benefactora del Departamento de Estado, el Pentágono, la CIA y la Casa Blanca.

(1) U.S. State Dept. Document Confirms Regime Change Agenda in Middle East, http://mebriefing.com/?p=789
(2) Santiago Alba Rico, Libia, el caos y nosotros, Gara, 19 de septiembre de 2011, http://www.anticapitalistas.org/Libia-el-caos-y-nosotros
(3) Esther Vivas, Del Foro Social Mundial a las Revueltas Árabes, http://cemsenmoviment.wordpress.com/tag/movimiento-antiglobalizacion/

O sea que era esto

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Nicolás Bianchi

Teníamos mi quinta y yo, cuando existía el Bachillerato, un ocioso profesor falangista que nos impartía (¿) Formación del Espíritu Nacional (FEN). Era una asignatura “maría” que se daba un solo día a la semana y en las postrimerías del franquismo. Este “maestro” era un cachondo que odiaba tener que dar siquiera esa hora semanal de clase y siempre estaba pensando en sus chuflas. Pero había algo que le ponía mártir. No soportaba que nosotros, el alumnado que ya rebasamos la cincuentena, llamáramos “política” a su asignatura, esto es, la FEN. No es que le entrara urticaria –era un vividor- pero le incomodaba muchísimo que empleáramos ese término: ”política”. Era ceutí y le apodábamos “Mamoavé” porque siempre, cuando empezaba su clase, en vez de decir: ”vamos a ver”, decía –con un acento muy cálido- “mamoavé”. Sabía esto pero no le importaba y hasta se descojonaba. No estaba allí para adoctrinar sino para cobrar.

El adjunto de este parrasplas era un pícaro de baja estofa que se apuntó para medrar en el Frente de Juventudes (a la OJE, como se decía entonces), una especie de boy-scouts a la españolísima manera, con aire militar tipo Baden-Powell, y gestionaba un antro que se suponía era sede de la Guardia de Franco (Bono igual lo conoció). No había tal, sino un bailongo donde este buscón –un oportunista desideologizado y amoral- se sacaba bastantes pelas cobrando la entrada –el “ticket”- a los que íbamos allí a ligar, tomar un trago y echar un tiento a las mozas. La ventaja era que no había curas husmeando.

Como puede verse, nuestras intenciones no eran nada “políticas” aunque sí aviesas. Desdichadamente, no tuvimos la suerte de nuestros hijos en aquel tardofranquismo. Hoy, eureka, gracias al “psoecialismo vasco”, nuestros vástagos sabrán, at last (por fin), en qué consiste la auténtica y muy verdadera FEN dizque la “política”. Y ello merced al revolucionario plan de, a ver si lo digo bien, ”Convivencia Democrática y Deslegitimación (o “desligitimiziación”, que diría algún locutor/a de ETB) de la Violencia”. ¿Les enseñarán a nuestros retoños, acaso, marxismo como furibundos sociatas que profesan ser? ¿Les explicarán estos sociolistos lo que es la lucha de clases? ¿Les hablarán de explotados y explotadores? ¿Les dirán que forman parte de una nación oprimida a la que, por fas o por nefas, no dejan pronunciarse ni decidir qué cojones quieren ser? ¿Tal vez, por ventura, ya llegó la hora de que nuestros infantes sepan la verdad y los centros públicos e ikastolas dejen de ser nidos y viveros de futuros “terroristas” como hasta ahora? ¿Les instruirán sobre qué es un Estado de Derecho (como Dios y la Guardia Civil manda), ese comodín y “joker” histriónico del que ya hablaba Franco y algo diremos, si sobrevivimos a tanta molicie, en otro artículo?

No, no harán nada de esto. Mostrarán qué es un zulo, lo que antes se llamaba “cárcel del pueblo”. Inyectarán, con aguja hipodérmica, que un pueblo, o lo mejor de él, no tiene derecho a defenderse con las armas que estime oportuno y no con las que le digan. Porque no es lo mismo la violencia de respuesta que el terrorismo de Estado, algo que ya sabían los escolásticos españoles del siglo XVI. Todo está claro, demasiado claro para soportarlo. Por eso usan la fuerza y la represión y no la razón.

Guía práctica del perfecto criminal

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Fritz Haber
Juan Manuel Olarieta

Algún marxista ortodoxo diría que los grandes crímenes y criminales son como una superestructura: reflejan el momento social como un termómetro refleja la temperatura. El asesinato de la Presidenta de la Diputación de León, por ejemplo, pasará a los anales más negros de la historia como una miniatura del caciquismo político de principios de este siglo, de la España más siniestra y la piscaresca más ruin.

Pero si somos sinceros tendremos que reconocer que lo que realmente tiene morbo es el crimen perfecto: burlar la ley y que no te pillen. Hay crímenes tan perfectos que nadie los considera siquiera como crimenes. Parecen cosas normales. Por ejemplo, el ex-rey Juan Carlos mató a su hermano de un disparo, pero nadie habla de asesinato sino de "accidente". Por eso ni siquiera los jueces ni la policía abrieron nunca un sumario. No había nada que investigar y todo aquello que no se investiga no existe. No forma parte de eso que los científicos llaman "los hechos".

Tenéis que ver esas series de la televisión que tratan del CSI, la policía científica: la ciencia y la policía funcionan de la misma manera. Se atienen a "los hechos". A veces incluso ambos, policías y científicos, utilizan el mismo lenguaje y hablan de "evidencias", es decir, de hechos tan claros que ni siquiera es necesario explicarlos: son evidentes.

Si miras para otro lado, las cosas dejan de ser evidentes, por lo que a los científicos y policías hay que preguntarles: ¿a dónde miran?, ¿a quién investigan?, ¿que buscan? Luego que no me hablen de "pruebas" porque las pruebas hay que buscarlas. Las pruebas no sólo son un asunto que concierne al intelecto, sino también a la voluntad: no hay más ciego que el que no quiere ver.

En todo el mundo uno de los crímenes más graves que existen es el empleo de armas químicas y gases, que los tratados internacionales prohíben desde hace más de un siglo. Naturalmente su empleo siempre ha quedado impune porque quienes matan con tales medios es porque disponen de ellos, es decir, porque tienen poder y a quien tiene ese poder no hay manera de llevarle a los tribunales esposado.

Por lo tanto, el crimen perfecto, la impunidad, no es más que una radiografía de la balanza de poder en el mundo. Pero no sólo de eso, sino también de la hipocresía, de eso que el saber popular dice: "el que hace la ley hace la trampa". Primero calman a los moralistas, prohiben las armas químicas y luego pasan olímpicamente de prohibiciones.

A los profesores universitarios les encanta hablar de "los hechos" pero se pasan el curso ocultándolos, es decir, hablan de los hechos que les da la gana. Por eso se les considera como una parte de "la autoridad", porque funcionan como la policía y como todos los que comparten el poder: pasan por alto todo aquello que no les interesa. Como ejemplo hablemos de una serie de "hechos" que nunca nadie explicará en una Facultad de Química a sus estudiantes, seguramente porque no los consideran como parte integrante de tal ciencia.

El desarrollo de la Química siempre estuvo impulsado, a partes iguales, por el capitalismo y la guerra. Desde 1800, con los fertilizantes y plaguicidas, el capitalismo convirtió a la agricultura en una rama de la química. Marx dijo que la agricultura había pasado de ser "un procedimiento puramente empírico de la parte más rudimentaria de la sociedad" en el empleo científico consciente de la agronomía. Lo mismo cabe decir de los tintes, cuyo uso se expandió como un anexo de la industria textil.

El otro motor de la Química fue la guerra, o sea, la pólvora y tuvo su origen en el mismísimo Lavoisier, el fundador de la Química científica, un lacayo del feudalismo que inventó un nuevo método de producción explosivos con el potasio extraído de Alsacia. En España tenemos un ejemplo parecido en la empresa Explosivos Rio Tinto que, además de lo que su denominación indica, tiene una segunda fuente de negocio: la fabricación de agrotóxicos, fertilizantes y pesticidas.

En la segunda mitad del siglo XIX donde más avanzó la química fue en Alemania, por la necesidad de desvincularse del bloqueo económico británico sobre las materias primas estratégicas por medio de sustitutivos sintéticos. A comienzos del siglo XX Inglaterra tenía el monopolio mundial de la explotación minera de los nitratos de Chile, un producto químico que integra la fabricación de explosivos. La pólvora negra se compone de un 75 por ciento de salitre (nitrato de potasio), un 12 por ciento de azufre y un 13 por ciento de carbón vegetal. El nitrato amónico, la nitroglicerina y el trinitrotolueno (TNT) también son derivados del nitrógeno. A finales del siglo XIX no era posible el rearme alemán sin eludir el control británico sobre los yacimientos naturales de nitrógeno.

No había otra posibilidad que acudir a la búsqueda de procedimientos artificiales de obtención de nitrógeno. El imperalismo alemán recurrió a la ciencia y, en concreto, a Fritz Haber, un prototipo del perfecto criminal, o mejor dicho, del trato dispensado en los países capitalistas a los criminales de guerra con diploma.

En 1908 Haber inventó un mecanismo de síntesis del amoniaco que liberó a Alemania de la dependencia de los nitratos naturales, de modo que a partir de entonces pudieron fabricar explosivos artificialmente con el amoniaco como materia prima. El procedimiento de Haber proporcionó el 45 por ciento del ácido nítrico necesario para la fabricación de los explosivos, municiones, proyectiles y bombas empleados por Alemania en la I Guerra Mundial.

Pero el papel de Haber (y la ciencia) en la guerra no acabó ahí. También organizó el departamento de gases tóxicos del ejército alemán a través del recién creado Instituto Kaiser Guillermo de Berlín, una leyenda en el mundillo científico, al que ponen como modelo de investigación. Naturalmente que a costa de ocultar y disimular determinados "hechos" nada gratificantes para la ciencia.

Por iniciativa de Haber, en 1916 se creó la Fundación Kaiser Guillermo para las Ciencias Técnicas y Militares, que al año siguiente pasó a depender del Ministerio de la Guerra. La fusión de la universidad con el ejército es un modelo típico del imperialismo que las universidades son las mayores interesadas en silenciar. Si no son capaces de reconocer la identificación de la ciencia con el capitalismo, mucho menos van a reconocer su complicidad con las guerras y las masacres.

Durante la guerra mundial, Haber propuso al ejército utilizar gas cloro contra las tropas aliadas y fue responsable directo de la fabricación de los primeros gases venenosos que -a pesar de la prohibición- se emplearon en el campo de batalla, entre ellos el gas mostaza. Bajo su dirección un grupo de investigadores creó el Zyklon B, un insecticida basado en el cianuro que fue utilizado años más tarde por los nazis en los campos de exterminio.

La actividad de Haber tampoco se limitó a los laboratorios, de los que extrajo 5.000 botellas metálicas repletas de gases tóxicos, sino que fue nombrado capitán de la Wehrmacht, en cuya condición estuvo supervisando su lanzamiento en el mismo campo de batalla, al mando de una compañía de infantería. La batalla química se saldó con 15.000 víctimas entre los aliados.

Al finalizar la contienda su nombre apareció en una lista de criminales de guerra y los aliados reclamaron su extradicion para procesarlo como tal. No obstante, ya en época de la República de Weimar, Haber volvió a la dirección del Instituto de Física y Electroquímica de Berlín, continuando sus investigaciones secretas para la fabricación de nuevo armamento químico.

A pesar de sus crímenes -o quizá gracias a ellos precisamente- fue laureado en 1918 con el premio Nobel de Química. Al fin y al cabo el mismo Alfred Nobel que había instituido el conocido galardón se enriqueció fabricando explosivos. El discurso que Haber pronunció en 1920 ante la Academia sueca es un ejemplo de la hipocresía típica de algunos científicos, aunque no sean capitanes del ejército: su invento de la síntesis del amoniaco era una gran aportación para la elaboración de abonos agrícolas, que a su vez aumentarían las cosechas y aliviarían así el hambre en el mundo.

Una fábrica de muerte que se presenta como alivio del hambre... algo parecido a la falacia que sostienen ahora mismo las multinacionales de los transgénicos, otro caso de aplicación humanitaria de la ciencia a la resolución -desinteresada- de acuciantes dramas de la humanidad, como el hambre y la enfermedad.

¿Quieres convertirte en un perfecto criminal? Antes deberás aprobar una licenciatura en ciencias, de esas que llaman "puras", o sea, que no tienen nada que ver con "la política", ni con las ideologías, ni con nada de nada. En la universidad te dan carta banca, licencia para matar, y si matas mucho es posible que recibas hasta el Premio Nobel.

En Irak los kurdos se han puesto bajo la tutela de Israel

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Juan Manuel Olarieta

Este artículo tiene que empezar como los cuentos infantiles, pero es rigurosmente cierto, aunque nadie se crea los cuentos: hubo un tiempo en que Kurdistán fue un país de religión judía. Si bien los kurdos son un pueblo de origen indoeuropeo, su religión ha ido cambiando a lo largo de la historia, en función de las necesidades políticas de su clases dominantes.

En el año 586 antes de nuestra era, es decir, hace unos 3.000 años el rey de Babilonia Nabucodonosor deportó a los judíos a Mesopotamia después de derrotarles militarmente. Luego Babilonia fue sometida al Imperio Persa y los antiguos deportados judíos se conviertieron en un sector muy influyente, hasta el punto de que un reino kurdo, Abiadene, se convirtió al judaísmo en el siglo I de nuestra era. Después los kurdos se convirtieron al cristianismo, después al islamismo... Todo dependió siempre de intereses que tenían que ver más con la tierra que con el cielo.

Después de la Segunda Guerra Mudial y la formación del Estado de Israel, uno de los objetivos militares más importantes de Tel Aviv fue la destrucción de Irak y la conquista de Kurdistán, un empeño en el que no cejó nunca. Durante el invierno de 1950 a 1951 organizó la operación "Ezra y Nehemiah" para trasladar en masa a Palestina a los judíos kurdos originarios de Irak, donde suman actualmente una comunidad de 200.000 habitantes que habla un dialecto del antiguo arameo.

Israel también estimuló los levantamientos de los independentistas kurdos, utilizando al régimen del Sha como plataforma de agresión. Hacia 1963 el apoyo israelí a los independentistas kurdos adquirió un carácter masivo, con el envío de consejeros militares.

En 1967 durante la Guerra de los Seis Días, para ayudar a Israel los kurdos organizaron una sublevación. El dirigente kurdo Mustafá Barzani se trasladó entonces a Israel para entrevistarse con el presidente Zalmar y el ministro de Defensa Moshe Dayan. Los kurdos lograron obstaculizar la movilización del ejército irakí en ayuda de Egipto y Siria contra Israel. En agradecimiento, Israel entregó a los kurdos el armamento soviético que obtuvo en el campo de batalla. Barzani reconoció que había recibido varios millones de dólares de Israel para financiar la revuelta kurda. Las fotos de la colaboración israelo-kurda revuelven los estómagos mejor asentados (1).

Una vez que el imperialismo destruyó Irak brutalmente, creando en su lugar un reino de taifas, los kurdos lograron una cierta autonomía, hasta el punto de que a finales de abril de 2004 algunas agencias de noticias anunciaron que capitalistas judíos estaban comprando tierras en le norte de Kurdistán y que estaba a punto de abrirse un puente aéreo de Kurdistán a Tel Aviv.

Dos años después la BBC informaba de que Israel había enviado instructores de las fuerzas especiales a Kurdistán para entrenar a dos unidades militares kurdas. La primera era una fuerza encargada de proteger el aeropuerto de Hawler, junto a Erbil, que está a medio camino entre Israel y sus objetivos militares en Irán. La otra se transformaría en una fuerza de élite de las autoridades independentistas.

La operación se llevó a cabo a través de un contratista privado de seguridad, la empresa de Interop, especializada en consultoría de seguridad. Uno de sus fundadores es Danny Yatom, un antiguo director del Mossad. Para disimular su origen, sobre el terreno Interop se presentó con la cobertura de dos empresas suizas: Kudo y Colosium.

En los años 2004-2005, Interop estuvo dirigida por Schlomi Michaels, un antiguo oficial de los servicios secretos israelíes. Además Israel ha suministrado a los kurdos 150 millones de dólares de equipos de comunicaciones y seguridad.

Naturalmente, el apoyo israelí ni es puramente sentimental, ni tiene sólo una expicación estratégica y militar. Tel Aviv se interesa también por dos materias primas vitales para ellos: el agua y el petróleo. Existe ya un proyecto para tender sendas tuberías a través de Jordania.

Los mensajes publicados por Wikileaks demuestran que los vínculos de Kurdistán con Israel alcanzan cotas aún más preocupantes: en los ataques llevados a cabo por comandos israelíes contra centrales nucleares irakíes participaron unidades kurdas. La información se obtuvo a través de Statfor, la empresa privada que sirve de pantalla a la CIA, y fue validada por el diario israelí Haaretz hace 10 años.

Hay otros indicios que conducen sobre esa pista. El Mossad ha ejecutado, directa o indirectamente, a cinco científicos nucleares iraníes, como Ahmadi Roshan, que fue asesinado en Teherán el 11 de enero de 2004. Pues bien, al mes siguiente la cadena NBC admitió que Israel había contratado los servicios de la organización iraní MEK, Mujahidin-e-Khalq, para asesinarlos.

La MEK, Organización de los Mujahidines del Pueblo de Irán, es un antiguo movimiento guerrillero que luchó contra el régimen del Sha. Tras la agresión imperialista de 2003 fueron perseguidos inicialmente y, aunque lograron trasladar sus bases a Irak, empezaron a colaborar con Israel contra Saddam Hussein, momento a partir del cual los imperialistas les borraron del listado de organizaciones terroristas.

Las zonas kurdas de Irak se han convertido en una de las bases de apoyo fundamentales de Israel, con el beneplácito y la cobertura de los "autonomistas" kurdos. En un artículo titulado "The Kurds and Israel: Straws the wind" el diario Jersusalem Post propuso en febrero una cooperación entre Israel y el nuevo Estado kurdo para crear una "fuerza política" en Oriente Medio (2).

El mes pasado el dirigente del PDK y presidente del Parlamento kurdo, Massud Barzani, se mostró dispuesto a abrir un consulado israelí en la región que ocupa en el norte de Irak y advirtió a los palestinos que viven en Irak que se abstengan de empreder acciones que calificó de "terroristas".

Hace unos días el antiguo dirigente de la seguridad israelí, Avi Akhtar, reconoció durante una conferencia de prensa en Tel Aviv que a Israel le interesa la división de Irak y que su objetivo estratégico es que el país no vuelva a alinearse con los países árabes, así como crear un Estado kurdo en Kirkuk, junto a los pozos de petróleo que controlan los independentistas y que están exportando sin autorización del gobierno de Bagdad. El destino del petróleo kurdo es Israel.

La semana pasada el primer ministro israelí Netanyahu volvió a mostrarse abiertamente partidario de la creación de un Estado independiente de Kurdistán: "Debemos [...] apoyar la aspiración de los kurdos a la independencia", dijo. Los kurdos "son un pueblo de luchadores que han dado prueba de su compromiso político, su moderación política y merecen que se les de la independencia política".

Era cuestión de tiempo que se oyera la palabra mágica: traición. La pronunció el martes pasado un diputado chiita que, además, calificó a Barzani como "agente" de Israel. En Irak los kurdos son otro buen ejemplo de un movimiento nacional que no lucha contra el imperialismo sino que forma parte de él.

(1) http://saradistribution.com/barzanisisraelresa.htm
(2) http://www.jpost.com/Experts/The-Kurds-and-Israel-Straws-in-the-wind-361248

Un manifiesto para justificar que las tripas se queden vacías

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Juan Manuel Olarieta

Hace un par de siglos las corrientes más avanzadas de la burguesía eran ateas, de manera que acabaron con lo sobrenatural para quedarse sólo con lo natural, aunque no fueron capaces de llegar a una concepción científica de lo que es la naturaleza, y mucho menos de la relación entre lo natural y lo social, una tarea que incumbió al marxismo.

La concepción burguesa de la naturaleza es paisajística, o sea, estética. El burgués no es el campesino que trabaja la tierra de sol a sol y huye de ella a la menor oportunidad. A pesar de que es una clase social urbana, que siempre ha vivido de espaldas del campo, la burguesía ha impuesto sus puntos de vista sobre la naturaleza, como tantos otros que forman parte de la ideología dominante.

El capitalismo nos ha traido a una ciudad asfaltada, con viviendas de ladrillo y aire acondicionado en el coche, pero soportamos una contradicción: vivimos en una ciudad aunque nos gusta engañarnos y creer que lo que en realidad nos gusta es todo lo contrario, el césped, pasear por el campo los domingos por la mañana y respirar aire puro. Mientras históricamente la humanidad ha huido siempre del campo a la ciudad, la burguesía "alternativa" quiere recorrer ahora el camino inverso... eso sí, en coche, con paraguas por si llueve, crema para que el sol no nos queme la piel, spray contra los mosquitos y un iPod en el bolsillo.

Para la burguesía, lo mismo que para la mayor parte de nosotros, la naturaleza representa el paraíso perdido. Es idílica y su prototipo sigue siendo el viejo romanticismo de 1800, el mito del buen salvaje de Rousseau: frente a la ciudad donde vivimos, que es la cuna de todos los males, la gente "de campo" es depositaria de los mejores valores de la humanidad.

Nuestra concepción de la naturaleza forma parte de una ideología burguesa arraigada a la conciencia como una hiedra. Por su origen romántico, está repleta de sentimentalismo: dado que la naturaleza es, por sí misma, algo bueno y bonito, hay que conservarla tal cual porque todo lo que el hombre ha hecho siempre con ella es destruirla. Y cuando me refiero "al hombre" en general también estoy hablando de ese "hombre" típico del idealismo alemán del siglo XIX del que no se sabe ni de dónde viene ni a dónde va.

Sujeta a una decadencia imparable, para la burguesía actual el progreso ya no existe, y si existe hay que acabar con él porque destruye la naturaleza. En 1973 los imperialistas del Club de Roma lo llamaron "límites del crecimiento" y ayer un manifiesto firmado por relevantes personajes de la farándula política nos llamaron a poner coto a la supuesta "crisis ecológica", entre ellos Xosé Manuel Beiras, Alberto Garzón, Cayo Lara, Pablo Iglesias, Esther Vivas y López de Uralde.

El manifiesto asume todos los tópicos seudoecologistas que el imperialismo lleva predicando desde hace décadas para encubrir y, al mismo tiempo, justificar la profunda crisis que atraviesa y que se resume últimamente en la consigna del decrecimiento. Hablan de la "vida buena" por no decirlo más claramente: la buena vida, que debe ser la de los firmantes. Los burgueses que tienen la tripa llena miran a los demás con sus propios ojos y dicen que consumimos demasiado. Por consiguiente, que no tengamos trabajo, que quienes lo tienen ganen menos, los desahucios de viviendas, los recortes en educación o la liquidación de la sanidad, no es algo malo sino algo saludable, o dicho de otra manera: no es algo bueno para nosotros, pero sí para el planeta, para la naturaleza y para la ecología. Por lo tanto, ya sabéis: hay que resignarse a tener el plato cada vez más vacío o, como decía antiguamente el movimiento obrero, a apretarse el cinturón.

El manifiesto es un resumen de todos y cada uno de los topicazos de la posmodernidad burguesa más actual, más a la moda, que hay que mencionar aunque ni ellos mismos sepan lo que significa: caos, colapso de la civilización, barbarie, crecimiento demográfico, genocidio, agotamiento de los recursos, cambio climático, transversalidad... Para no repetir siempre las mismas frases grandielocuentes proponen algo tan infantil como "hacer las paces con la naturaleza".

El modelo es el 15-M, "que abre posibilidades para otras formas de organización social". La alternativa no es ya el socialismo sino "una nueva civilización" porque, como es bien sabido, el socialismo es "desarrollista", cree en el progreso, en el incremento de las fuerzas productivas y del bienestar de la humanidad.

A la burguesía "alternativa" el socialismo se le ha quedado pequeño. El próximo cambio tiene que ser del tamaño del neolítico. Lo que no saben es que con el neolítico es cuando aparecieron las grandes ciudades precisamente....

La crisis es una bendición que el cielo nos envía

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Juan Manuel Olarieta

Este fin de semana (*) se celebra en Barcelona la segunda reunión internacional para convencernos de que la crisis capitalista es una bendición que el cielo nos envía, de que el decrecimiento económico no es negativo sino positivo. La primera se convocó hace dos años en París. El lema es “small is beautiful”, el perfume auténtico se sirve en frascos pequeños. La calidad (no la cantidad) de vida está de moda.

La capacidad del capitalismo para tratar de sucederse a sí mismo en las condiciones más difíciles, como las actuales, no puede constituir ninguna sorpresa, así como tampoco la imaginación de sus corifeos, como Carlos Taibo, para que su desplome sea lo más dulce posible. Antes a eso lo llamaban “aterrizaje suave"; ahora decrecimiento económico. De paso el capitalismo puede aprovecharse de ella para resolver algunos problemas ecológicos que tiene pendientes.

En 1972 lo llamaron “crecimiento cero” y en 1987 “crecimiento sostenible” pero con la crisis eso se ha vuelto insostenible. Ahora lo mejor que podía pasarnos es que nos cayéramos por la cuesta abajo. Bendito sea el capitalismo; hemos tenido suerte: nos estamos hundiendo y debemos alegrarnos por ello.

En fin, las teorías del decrecimiento económico que propugnan los imperialistas son la personificación de la desvergüenza, con el añadido de que nos llegan como otra de esas modas rabiosamente revolucionarias (como todas las modas), que es como aparece recurrentemente en esos ridículos medios “alternativos” que la propugnan.

Repasar el recorrido que han seguido los imperialistas para colarnos esta sandez supina del decrecimiento económico resulta, además de largo, bastante pesado, pero se puede resumir diciendo que tiene su origen moderno en aquel montaje de monopolios multinacionales como Volkswagen que se llamó “Club de Roma”, un puchero en el que guisaron sus postulados malthusianos, confirmados en el informe que llevaba como título “Los límites del crecimiento” que constituyó la más gigantesca campaña de propaganda que se ha llevado a cabo jamás.

El famoso informe fue una de las primeras proyecciones informáticas que se hicieron, aunque ahora nadie se quiere recordarlo porque sus predicciones tenían el mismo nivel científico de las de Rappel, el tarot y los horóscopos. Cómo serían las cosas en aquel fatídico año de 1972 que todos pudimos empezar a respirar mucho más tranquilos: hasta las Cortes franquistas presentaron el primer proyecto de ley contra la contaminación.

Lo que quisieron demostrar entonces ya lo sabíamos de antemano porque nos lo habían dicho los Testigos de Jehová y las corrientes protestantes milenaristas que pululan en el mundo anglosajón: el mundo se acaba. La traducción de la Biblia al lenguaje de la teoría económica imperialista, realizada por el reverendo Malthus a finales del siglo XVIII, tiene varias connotaciones que conducen al mismo sitio: las materias primas se agotan, el suelo se desertiza, el hambre acecha, el aire se contamina, la demografía explota, la biodiversidad se reduce, etc.

Pero, ¿por qué se acaba el mundo? Si lo estudiamos despacio veremos que tiene su lógica: el mundo se acaba porque, como dice Carlos Taibo, es finito. La Tierra es como una nave espacial que recorre el universo, un recinto cerrado en el que el agua, los alimentos y el combustible se agotan... Todo se acaba tarde o temprano... Hasta la paciencia.

Los más listillos lo plantean de una manera mucho más “científica”, introduciendo términos difíciles como entropía, tendencia al caos, al desorden, muerte térmica, paralización de la vida... como en las películas de ciencia ficción de la serie B pero totalmente creíble porque se apoya en la magia: la segunda ley de la termodinámica. Incuestionable.

Cuando se presta un poco de atención a ese tipo de disquisiciones se aprecia algo muy significativo: las relaciones de producción han desaparecido y con ellas ya no hay mención a ninguna sociedad de clase; no hay capitalismo sino que nos hablan de sociedad industrial, o moderna, o avanzada, o tecnológica. Todo son fuerzas productivas. Lo que se agota no es el capitalismo sino la civilización contemporánea (toda ella).

El decrecimiento, pues, consiste en dar marcha atrás, es una ideología reaccionaria, un retorno al mito del “buen salvaje” de Rousseau que hoy se reviste de un aspecto modernista: volver de la sociedad industrial a la agrícola, de la ciudad al campo. Es allá donde está la vida sana, natural, auténtica, pura, sin CO2, aditivos, colorantes, ni conservantes. Los jornaleros que emigraron en los sesenta a las grandes urbes masificadas se equivocaron de recorrido. Tenemos que cambiar nuestros artificiales calzoncillos de nylon por otros de auténtica lana de oveja merina, abandonar internet para volver a las señales de humo.

La teoría del valor es una antigualla; hay que empezar a pensar en la economía en términos físicos. Pongamos un ejemplo: el problema del hambre en el mundo no es un problema del precio de los alimentos sino de su volumen: de las toneladas de producción mundial de trigo, de arroz, de maíz, etc. El problema más grave es que la Tierra tiene una superficie limitada de cultivo; no da más de sí y, además, como sabemos desde comienzos del siglo XIX gracias a David Ricardo, el suelo tiene una fertilidad decreciente. En la ideología burguesa todo es siempre decreciente, todo cae cuesta abajo... menos los beneficios de las multinacionales.

¿Qué debemos hacer? Dar media vuelta. La economía, como el reloj de la historia, puede entrar en el túnel del tiempo, retroceder, dar marcha atrás. Es reversible y en lugar de progresar lo que debemos hacer es regresar porque la civilización moderna, la industria, la tecnología, tienen un carácter destructivo hacia la naturaleza.

A partir de este punto el imperio del sol decreciente enfrenta a la naturaleza con la sociedad y al hombre con el medio. Se plantea justamente de ese modo, en términos abstractos e intemporales: el hombre deteriora el planeta, el agua, el aire, el paisaje, el subsuelo, el océano, etc. En nombre de la naturaleza la burguesía imperialista y sus secuaces están logrando que en amplios sectores del mundo entero el ser humano se desprecie a sí mismo, reniegue de sí mismo y de su capacidad para seguir evolucionando, mejorando.

Yo no voy a ser de los que caigan en esa trampa. ¿Por qué creo que sigue siendo posible el progreso? ¿Por qué creo que sigue siendo posible la (r)evolución? Pues por lo que ya dijo Giordano Bruno y le costó la hoguera: el mundo no es una nave espacial cerrada porque es infinito. ¿Que hace falta para seguir avanzando? La revolución socialista. ¿Qué es lo que conduce al mundo hacia el socialismo? El desarrollo incesante de las fuerzas productivas y su contradicción con las relaciones de producción.

Pero mi opinión no vale nada. El que quiera tener la suya propia que eche un vistazo a la historia desde los tiempos del neolítico. Se dará cuenta de que no ha habido, no hay y no habrá nunca marcha atrás en este proceso. Como la evolución, la revolución es irreversible e inevitable.

(*) Artículo publicado en marzo de 2010 en http://odiodeclase.blogspot.com.es/2010/03/la-crisis-es-una-bendicion-que-el-cielo.html

Ucrania ha puesto a Rusia en guerra con Estados Unidos

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Óscar Miguélez

Así lo manifestó públicamente Sergei Glazyev, consejero económico de Putin, el 31 de mayo (1) en referencia a la presencia de consejeros militares del Pentágono en Ucrania. Pero las declaraciones de Glazyev, quien expresa lo que Putin no puede decir abiertamente, fueron mucho más allá, entrando en el terreno geoestratégico e histórico. "Cualquier guerra en Europa supone grandes beneficios para Estados Unidos, en el fortalecimiento de su influencia geopolítica, y se están aferrando a su tradición", dijo Glazyev.

En declaraciones posteriores a la BBC (2) Glazyev atacó también a la Unión Europea tras el acuerdo firmado con Ucrania el 27 del mes pasado. Calificó al presidente ucraniano y al primer ministro, Yatseniuk, de nazis y fascistas y al primero le llamó Frankenstein nazi: "Organizaron un golpe militar en Ucrania, ayudaron a los nazis a ocupar el poder. Este gobierno nazi está bombardeando la región más grande de Ucrania". El asesor de Putin dijo que Europa quiere como vecino a un Frankenstein nazi.

Glazyev considera a Ucrania como un país ocupado por Estados Unidos, que está "desplegando una guerra en Ucrania, después de organizar un golpe de Estado y poner a su propia gente al mando, para usar a Ucrania como un detonador en contra de Rusia y Europa. El caos se extiende por Ucrania y el caos adquiere cada vez más las características de una catástrofe general". De hecho la situación en Ucrania ya es de guerra, agregó Glazyev, y la misma no se dirige sólo contra Rusia, sino también contra la propia Europa.

En cuanto a las sanciones económicas impuestas a Rusia, Glazyev las calificó como una "guerra económica total" en la que Alemania y los países bálticos perderían un billón de euros.

El objetivo del nuevo gobierno ucraniano es el mismo que el de Estados Unidos, y no se trata de los ucranianos a los que la prensa imperialista denomina "prorrusos" sino de la misma Rusia. Frente a cada una de las trampas y provocaciones tendidas por el ejército ucraniano junto a la frontera, Glazyev preconiza una línea estratégica a largo plazo contra Estados Unidos, que debe tener su expresión en el terreno militar. La situación en Ucrania, concluye Glazyev, conduce a la Tercera Guerra Mundial.

En Ucrania Estados Unidos está movilizando todas las fuerzas disponibles. El Pentágono controla las armas, controla las finanzas, controla al gobierno y, finalmente, controla a las bandas nazis, un término que Glazyev no rehuye utilizar. Las tropas ucranianas ascienden ya a unos 50.000 soldados, que en setiembre serán 200.000, una militarización total del país. Está renovando el equipamiento de los carros de combate, que ya se han utilizado en la lucha contra los insurgentes en el este.

No obstante, Glazyev afirma que el objetivo es la recuperación de Crimea, lo cual puede ser la excusa, el propósito inmediato, pero no el verdadero proyecto de Estados Unidos, que parece ser el que defendió el 13 de marzo el senador John McCain cuando le exigió a Obama que instalara el escudo antimisiles en los países de Europa del este.

En el oeste, durante su etapa al frente del gobierno, Zapatero ya introdujo a España en dicho escudo, poniendo a la base naval de Rota y al resto de la Península en el ojo del huracán.

(1) Vídeo: US is militarizing Ukraine to invade Russia, http://www.youtube.com/watch?v=nWT5HM_NMlI
(2) Asesor de Putin califica de "nazi" al gobierno de Ucrania, http://www.bbc.co.uk/mundo/ultimas_noticias/2014/06/140627_ultnot_rusia_ucrania_nazis_men.shtml

La justicia del tendero

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Nicolás Bianchi

Turiferarios, tertulianos, “todólogos” y demás fauna, cuando sueltan el latiguillo que versa “la gente no es tonta”, en realidad están pensando lo contrario, que sí lo es. O, si no lo es del todo, es susceptible de ser manipulable. Que eso son los medios de comunicación de masas bajo el capitalismo, salvo excepciones, al servicio de la ideología dominante: manipular a las masas y conformar eso que llaman “opinión pública” como si sus cerebros fuesen de plastilina. Y la manipulación no es otra cosa que ofrecer una mercancía ponzoñosa en contra de los intereses objetivos de las masas y/o el “público” convertido en espectáculotariado. La sociedad no se dividiría en clases sino, como lo presumía Ortega y Gasset, en élites y masas, en listos y purria.

De un tiempo a esta parte la prensa venal –sobre todo la más troglodítica- hace escrutinios aritméticos, en especial divisiones y cocientes, calculando a cuántos años de cárcel sale al criminal dizque “terrorista” cargarse a según cuántas víctimas. Lo han hecho ahora con el noruego Behring diciendo que la máxima pena que le puede caer, según la legislación noruega, es de 21 años que, divididos por los muertos que ha causado, le sale a este vikingo por sólo ¡82 días por occiso! Y saldría del trullo con “sólo” 53 añitos (tiene 32 ahora). Estas aritméticas penales me recuerdan al cáustico Swift (el autor de “Los viajes de Gulliver”) cuando decía aquello de que, si voy a ir a la horca lo mismo por un hurto famélico que por asesinar a alguien, pues no dudo en matar al sujeto y así no hay testigos que me delaten. En otras palabras, con tal de defender la sacrosanta propiedad privada, siendo indiferente que hubiera hurto o robo con intimidación, al margen de circunstancias agravantes o atenuantes o eximentes, se incitaba o inducía –indirectamente- al crimen pues, hicieras lo que hicieras, el resultado era el patíbulo y, claro, de perdidos al río.

El fascismo rampante al que, en realidad, le importa menos la vida de la víctima que su utilización política, por mucho que finjan, “descubrió” que a Iñaki de Juana Chaos o a Troitiño les salía la condena casi gratis. Dividieron el número de años cumplidos (una burrada de tiempo) entre el supuesto número de víctimas y les pareció poco y de ahí la “doctrina Parot” como némesis fascista. Por supuesto no estoy comparando al noruego con estos voluntarios antifascistas.

El Derecho Penal –español o no- no divide las condenas. Al contrario, no sólo se suman aritméticamente (que no dividen) los delitos sino también las penas, sean en el mismo o en diferentes sumarios. Las penas se acumulan (se refunden), pero se fija un máximo de cumplimiento, que antes era de 30 años y ahora de 40, cualquiera que fuese la pena impuesta, sean 200 ó 2.000 años. Se supone que la finalidad de la pena es la reinserción y, por tanto, que no cabe la perpetua porque si hay perpetua no hay reinserción que valga, ya me contarás. Algún día debería salir el penado. La pena no se divide, como les gustaría a estos vampiros, sino que se refunde. No les importaría morirse si se les garantizara que el penado viviera los 2.000 años de condena y los cumpliera íntegramente. Ni Satanás sería tan cabrón.

Junto al asesino siempre hay un cajero

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Óscar Miguélez

En la actualidad la invocación de los derechos humanos y las consiguientes sanciones internacionales a los países que no los respetan son una de las formas más importantes de injerencia imperialista, porque quienes las imponen desempeñan el doble papel de jueces y partes. Naturalmente que en las democracias europeas no hay violaciones de los derechos humanos, ni presos políticos, ni torturas, ni nada de eso. Los que los violan son países del Tercer Mundo. Lo que no van a hacer los imperialistas es sancionarse a sí mismos...

Pero... siempre hay un pero. A diferencia de Estados Unidos Europa no ha sanciondo al régimen de Omar al-Bashir que gobierna Sudán desde 1989 tras un golpe de Estado militar, a pesar de que está procesado por el Tribunal Penal Internacional acusado de masacres en masa contra la población y de convertir a su país en el centro de operaciones más importante de Al-Qaeda.

¿Por qué? ¿Se les ha olvidado? ¿Lo propondrán ahora los nuevos eurodiputados de 'Podemos'?

La explicación es la siguiente: el banco francés BNP es al gobierno de Omar al-Bashir lo que Bárcenas al de Rajoy y Jake Guzik a Al Capone, por lo que caben las dos posibilidades de siempre:

a) el cajero se chiva del jefe y queda impune
b) el cajero paga el pato y es el jefe el que queda impune

Tras arduas negociaciones Estados Unidos ha impuesto una sanción económica brutal (8.900 millones de dólares) al BNP y va a someter a investigación (o sea, a chantaje) a otra serie de grandes bancos europeos que se están lucrando con los negocios sudaneses, entre ellos Commerzbank, Deutsche Bank, Crédit Agricole, Société Générale y UniCredit. En la banca europea está la clave que explica los motivos por los que Europa ha dado carta blanca a Omar al-Bashir.

Las sanciones económicas no conciernen sólo a Sudán sino a otros países sometidos al bloqueo imperialista, cuyo ejemplo más conocido es Cuba. Se trata de algo mucho más amplio. Francia ya fue sancionada por Estados Unidos por vender fragatas Mistral y también el banco Abn-Amro fue multado en 2005 por hechos similares.

Lo curioso es leer la explicación que expone el decreto del gobierno de Etados Unidos que multa al BNP. Dice que a través del banco francés, el gobierno de Sudán "y bancos vinculados a él" han llevado a cabo operaciones de miles de millones de dólares, que desde 1997 la sucursal del BNP en Ginebra era el banco central de facto del Estado de Sudán y que desde 2000 ha estado poniendo en circulación pagarés de los bancos sudaneses para financiar las exportaciones de petróleo del país africano:

"Por su papel en la financiación de las exportaciones de petróleo de Sudán -dice el decreto- el BNPP de Ginebra ha jugado un papel clave en el comercio internacional de Sudán. En 2006 los pagarés gestionados por el BNPP de Ginebra suponían cerca de una cuarta parte de las exportaciones, y una quinta parte de las importaciones procedentes de Sudán. Más del 90% de esos pagarés eran en dólares estadounidenses. Además, los depósitos del Banco sudanés número 1 en el BNPP de Ginebra representaron aproximadamente el 50% de las reservas de divisas de Sudán en esa época".

La sentencia afirma abiertamente que el BNP ha estado financiando conscientemente tanto el terrorismo de Al-Qaeda como las masacres cometidas por el gobierno de Sudán contra su propia población, detallando las medidas adoptadas por el banco para ocultar sus negocios en el país del Nilo. Por eso la prensa europea ha silenciado las sanciones de la Casa Blanca o las ha explicado recurriendo a Cuba. O el silencio o la media verdad.

Las sanciones son tanto un aviso para navegantes (Commerzbank, Deutsche Bank, Crédit Agricole, Société Générale, UniCredit) y una amenaza a los monopolistas eurpeos, como un espejo del nivel al que están cayendo las relaciones entre Estados Unidos y las potencias europeas. Habría que complementar la información con la reciente depuración de los espías dobles que tenía Estados Unidos empotrados en el gobierno alemán y las acusaciones contra Alstom por currupción ante los tribunales de Estados Unidos, iniciadas el año pasado y que se han saldado este año con la venta de sus acciones a General Electric. Un chantaje en toda regla porque las sanciones solicitadas ascendían a mil millones de dólares.

La espada de Damocles no sólo pendía sobre Alstom sino sobre sus capataces, uno de los cuales, el número dos, es Georges Chaudron de Courcel el cual, a su vez, ya estaba en el banquillo de los acusados porque también era el número dos del banco BNP y "dimitió" de sus cargos hace unas pocas semanas en medio de una tortuosa negociación sobre las sanciones entre Francia y Estados Unidos.

En su libro "Hard choices" Hillary Clinton confiesa que cuando era Secretaria de Estado, presionó al presidente argelino Buteflika para que firmara un contrato de suministro de gas con General Electric. Eso que ahora llaman "puertas giratorias" no es otra cosa que capitalismo monopolista de Estado, es decir, que los grandes negocios se hacen de la mano del Estado de cada cual. No hay que rasgarse las vestiduras, esto funciona así: en cada negocio hay un gobernante y en cada divisa un carro blindado.

Francia ha amenazado con tomar represalias. Está estudiando la posibilidad de abandonar el dólar en sus transacciones comerciales y de deshacerse de sus reservas de divisas estadounidenses, como ya están haciendo Rusia y Japon, entre otros países.

Las sanciones económicas forman parte de la rivalidad entre las grandes potencias imperialistas. El vacío que unos crean los aprovechan otros, como China, que ha exportado armas a Sudán violando las resoluciones de la ONU en la que ocupa una plaza en el Consejo de Seguridad. El 18% del petróleo que llega a China procede de Sudán.

Esta situación explica la sangrienta guerra civil en Sudán y que los imperalistas lo dividieran hace dos años, creando un Estado fantasma en el sur. Fue el fin del estado más extenso de África. A marchas forzadas los imperialistas están creando pequeños Estados por todo el mundo. Les resultan mucho más manejables. El modelo de Estado del imperialismo es San Marino, Singapur, Mónaco, Bahrein, Andorra, Barbados, Swazilandia, Kosovo, Liechtenstein...

La letralleta

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Nicolás Bianchi

No fue una decisión fácil. No para John Ezkerra, ”El Zurdo”. Vivía, no hacía muchas lunas, en un rancho modesto, propietario de pocos acres como pasto para cristianas reses bovinas y ovinas así como una huerta autárquica que abastecía a sus dos hijas y su laboriosa mujer de origen vasco (su fortísimo acento la delataba). Los sábados, John, bajaba al mercado local –vivían en un monte- a intercambiar quesos y leche de oveja (para hacer cuajadas), también lekas y puerros, por monedas bastantes para reparar un apero descompuesto u otro avatar imprevisto. Una economía mercantil, simple y descomplicada, preindustrial, sin plusvalía, fisiócrata, de trueque, yo qué sé. De John Ezkerra, ”El Zurdo”, nunca se oyó decir que fuera un reaccionario amante de relaciones feudovasalláticas ni que fuera cuáquero o metodista puritano, pues tenía transistor y televisión y gustaba de francachelas con camaradas. No desconectó, como suele decirse, del mundanal ruido (porque se dice así, no?) y le gustaba estar informado, aunque siempre pensó, desde que se cayó de un guindo, que la información veraz era para ingenuos y la información falsa dizque desinformación para ilusos. la verdad es ingenua, infantil, y la mentira ilusa, ilusionante, prestímana y para adultos. Así discurría nuestro héroe fumando su pipa al calor de su victoriana chimenea mientras leía –en inglés- al lakista poeta Wordsworth y acariciaba a su setter. Todo muy british, flemático, encantador, ciudadano. Sin pecar de escaso rigor, puede decirse que era un hombre feliz, de una felicidad agraria, descomplicada, ya se dijo esto. Las horas demoraban, cansinas, tac-tic y no tic-tac, casi aburridas en un tiempo abolido, que eso debe ser el paraíso y la parusía: una ritmia arrítmica.

Una vez a la semana, mirándose al espejo –se ignora con qué secreta intención- para recortarse el bigote donde se le pegaban los fideos, pensaba en lo dichoso y suertudo, puritita alacridad, apocatástasis y ataraxia, que era pues se había metamorfoseado –sin llegar a onerosas exageraciones kafkianas- en todo aquello que había combatido cuando era joya y líder, talentoso y carismático. Ya era cincuentón, canoso (herencia genética) y con caries (herencia desconocida). Sus ojos, según sus amantes, lindos (según los buitres, qué más da). La melena rebelde, pero la opinión pública no estaba con este sansón. Se volvió un buen hombre, un buen ciudadano, viendo crecer a sus hijas legítimas y bastardas como si fuera un Borgia antiabortista, aparentando pero sin disimulo, o al revés, según. Todo okey, all right, hasta que...

No lo hagas, John–imploró su bella esposa.
No, papá, no seas cabrón, joputa–suplicaron sus delicadas vástagas.
I’m sorry –dijo nuestro Hamlet-: debo hacerlo.

John Ezkerra cogió del vetusto arcón lo que más temía su familia: la pluma como caduceo y letralleta pues nunca tuvo valor para esgrimir otras armas más letales. Desempolvó el cálamo, entintó, y se fue a desfacer entuertos por polvorientos caminos defendiendo quijotescas causas perdidas rumiando ese tiempo en que llegue... el día menos pensado.

Un neonazi en la Comisión de Libertades del Parlamento europeo

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Juan Manuel Olarieta

El eurodiputado Udo Voigt, de 62 años, antiguo presidente de la organización neonazi alemana Partido Nacional Democrático (NPD), ha sido elegido hace unos días para formar parte de la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento de Bruselas. Eurociudadanos, habéis leído bien: vuestra libertad depende de un nazi como Voigt.

El 20 de noviembre de 2010 Voigt fue invitado por los fascistas hispanos a celebrar los actos de conmemoración de la muerte de Franco, e incluso llegó a pronunciar un discurso en la Plaza de Oriente de Madrid.

Voigt es un militar de profesión que alcanzó el grado de capitán tras 12 años de servicio en la Luftwaffe, las fuerzas aéreas alemanas, de donde le expulsaron en 1984 por negarse a abandonar el NPD. Su padre también era nazi y luchó en las SS durante la Segunda Guerra Mundial, lo que le costó cuatro años de cárcel en la Unión Soviética. En 1968, cuando sólo contaba con 16 años, el hijo se afilió al NPD, que presidió entre 1996 y 2011. Una de sus campañas políticas más conocidas es la petición de que le concedieran el Premio Nobel de la Paz a Rudolf Hess, entonces preso en la cárcel de Spandau por crímenes de guerra.

El europarlamentario ha sido encausado en 15 procesos judiciales acusado de “incitación al odio racial y a la violencia”, “negación del Holocausto” y “ostentación de propaganda y símbolos nazis”. En 1998 los tribunales alemanes le condenaron a cuatro meses de prisión por pedir a sus votantes durante un mitin que se involucraran en un “combate armado”.

Voigt cuestiona el número de muertos del Holocausto. En un cartel electoral de 2011 se le veía subido a una moto con el lema “Gas geben!”, que se puede traducir como “¡A todo gas!”, una referencia directa a los campos de exterminio nazis. En 2010 tuvo que pagar una multa de 1.000 euros por hacer apología de las SS en un discurso durante la celebración del 65 aniversario del final del III Reich. El año pasado publicó un libro que presentó en un conocido bar de Berlín famoso por ser el centro de reunión de los nazis de la capital germana.

En Alemania Voigt es muy conocido por sus declaraciones imperialistas, chovinistas y racistas. En unas declaraciones a "El Mundo" (1) exigió la anexión de los territorios polacos fronterizos que Alemania perdió tras la Segunda Guerra Mundial. Para él “Europa es el continente de los blancos” y Hitler "un gran hombre de Estado” que “consiguió algo fantástico, eliminó el paro en muy pocos años”.

El NPD se fundó en 1964 para reagrupar a los naonazis alemanes, que hasta entonces estaban muy divididos. Entre ellos estaba el Partido Socialista del Reich de Otto Ernst Remer, heredero del NSDAP que presidió Hitler. El nuevo dirigente del NPD, Udo Pastörs, ha calificado a Alemania como “república de judíos”. Voigt, Pastörs y el NPD representan fielmente al típico movimiento nazi, esclareciendo la verdadera naturaleza del fascismo, que es inseparable del Estado burgués al que sirve y del que se sirve, por lo que merece la pena prestar un poco de atención a asuntos de este tipo.

Hace 10 años 16 Estados Federados alemanes -nada menos- presentaron un demanda colectiva ante el Tribunal Constitucional alemán exigiendo la ilegalización del NPD. La sentencia falló a favor de los nazis al asegurar que los servicios secretos alemanes (BND) estaban tan ligados a ellos que era imposible diferenciar las actividades realizadas por los espías de las propias del partido.

Actualmente hay un segundo intento de ilegalizar al NPD a través del Tribunal Constitucional que está pendiente de sentencia. En Munich un tribunal alemán juzga a la NSU (Clandestinidad Nacionalsocialista), un grupo de matones del que formaba parte Ralf Wohlleben, un antiguo dirigente del NPD en Turingia. Entre 2000 y 2007 la NSU asesinó a 10 personas, entre ellas 8 de origen turco.

Pero lo realmente importante es tomar nota de lo siguiente: además de la complicidad de los aparatos represivos del Estado, se ha vuelto a demostrar que la NSU estaba asociada al espionaje del gobierno de Turingia. Los fascistas no son nada sin el Estado que está detrás suyo. Para cometer sus crímenes los nazis tenían documentación falsa, tarjetas, pisos francos, dinero, vehículos, armas e información proporcionados por el Estado. Como han reconocido algunos parlamentarios alemanes, el movimiento neonazi está a sueldo del Estado (2).

La imagen de fuerza electoral de los neonazis que están transmitiendo los medios burgueses es errónea. Su apoyo electoral es insignificante: el uno por ciento de los votos. Para que Voigt llegara al Parlamento de Estrasburgo ha necesitado que el Tribunal Constitucional alemán rebaje el suelo mínimo necesario (tres por ciento de los votos) para obtener representación parlamentaria. Lo mismo que Hitler en su época, que trepó gracias a los centristas católicos, los nazis trepan gracias al apoyo que le dan otras fuerzas políticas.

Los nazis izan las velas pero son otros los que soplan. ¿Quién ha votado en Bruselas a favor de que Voigt forme parte de la Comisión de Libertades del Parlamento? Cuando contestemos a esta pregunta sabremos quiénes están impulsando al fascismo en Europa y se lavan las manos como Pilatos.

Messi: ¿Pucherazo?

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Nicolás Bianchi

Andan, con razón, las redes agitadas ante la injusta decisión de la FIFA de otorgar a un gris y desdibujado Lionel Messi el Balón de Oro al mejor jugador del Mundial. Hasta el propio presidente de quien siempre gana la organización de los Mundiales de Fútbol, el kapo Blatter, dice estar (o fingir) "sorprendido", aunque sobrepone su condición de "diplomático", es decir, de cínico.

Después de la Copa del Mundo en Alemania-2006, la FIFA diseñó una nueva estrategia comercial para hacerse con los derechos televisivos y los patrocinadores (las entradas en taquilla son el "chocolate del loro" -aún así eran muy caras y entre el público brasileiro no vimos ni un rostro negro, todos blancos y recién duchados-, lo que no obsta para que insten a los Gobiernos a que no permitan la venta ambulante alrededor de los estadios de productos relacionados con el Mundial o la venta en las gradas de la cerveza Budweiser -pese a que la ley brasileña prohíbe su consumo en los recintos deportivos- por su contrato con la FIFA además de ser patrocinador ("sponsor"). Y es que están los patrocinadores como Budweiser o McDonald's, los patrocinadores locales (de la nación que sea) y, sobrevolando a todos, los socios ("partners") como Coca-Cola. Adidas o Sony, entre otros, no muchos más. Aún en tiempos de crisis, el fútbol de élite sigue siendo un gran negocio.

La Copa del Mundo tuvo un ganador: la marca Adidas, uno de los principales socios de la FIFA. La empresa alemana llegó al Mundial patrocinando a nueve selecciones, una menos que su gran competidora, la estadounidense Nike, y una más que la italiana Puma. La final la disputaron dos selecciones de la firma de las tres tiras, Alemania y Argentina, quienes dejaron a Nike la consolación entre Brasil y Holanda. Desde 2006, cuando Francia (Adidas) e Italia (Puma) jugaron la final en Berlín, Nike no se quedaba fuera de la final del campeonato. La firma americana perdió, además, a su estrella, Cristiano Ronaldo, en la fase de grupos (Portugal), mientras que, por su parte, la marca teutona sufrió la mala imagen de un patrocinado suyo: Luis Suárez y su mordisco -reincidente, aquí lo más grave- al italiano Chiellini.

Es Adidas quien viste a los árbitros y proporciona el balón oficial (Brazuca). Además de esto, casi todos los premios individuales se los llevaron jugadores Adidas: Messi el Balón de Oro; Manuel Neuer, el portero alemán, el Guante de Oro y el colombiano James Rodríguez la Bota de Oro como máximo goleador del torneo. Sólo el francés Paul Pogba, jugador de la "cuadra" -hay que hablar así- Nike, se llevó un galardón al mejor jugador joven (21 años).

Lionel Messi, al margen de su indiscutible calidad como futbolista, un fuera de serie, ni siquiera fue incluido en el once ideal del campeonato. Sin embargo, recibió, "sorprendentemente", el trofeo patrocinado por Adidas, curiosamente el patrocinador de Messi y socio de la FIFA. Las uvas están maduras. Desconocemos si entre el jurado estaba algún pariente del pulpo Pol.

Nota. - Messi, que ni él se cree merecedor de ese premio, y hasta lo puede perjudicar, no podía rechazarlo -lo que le hubiera rehabilitado en cierta forma- pues, al fin y al cabo, se debe a su patrón, pero desde aquí apostamos a que a no mucho tardar, Messi declarará que no se merecía ese galardón.

Ustedes lo van a ver.

La dialéctica está por todas partes

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Juan Manuel Olarieta

En un foro comunista uno de los participantes abre un hilo para exponer que a pesar de que los marxistas afirman que las contradicciones están por todas partes, él no es capaz de verlas, sin embargo, en una piedra que hay tirada en un camino. A mi ocurre lo mismo cuando me asomo al balcón de mi casa: veo pasar a la gente por la calle pero no se quiénes son. Para encontrar la dialéctica en una piedra hay que saber qué es la dialéctica. Cuando en un camino te encuentras con alguien a quien conoces le saludas, pero pasas de largo en caso contrario. Lo mismo ocurre con la dialéctica. Pasamos de largo ante ella porque no sabemos lo que es.

Para reconocer a la dialéctica hay que ver las cosas en movimiento porque donde hay movimiento hay contradicciones y, por lo tanto, dialéctica. Dado que todo está en movimiento, la dialéctica está por todas partes. Si estamos rodeados por ella deberíamos ser capaces de verla. Si no es así es porque no la conocemos: o no sabemos lo que es o no vemos que todo está en movimiento.

En el caso de la piedra, que nos parece como algo inerte, sin movimiento, se me ocurre que su composición atómica es consecuencia de una larga transformación a lo largo del tiempo, como tantos otros compuestos químicos. Por ejemplo, es muy posible que antiguamente esa piedra estuviera compuesta de elementos radiactivos inestables que con el tiempo han modificado su composición atómica hasta convertirse en estables, bien entendido que esa estabilidad es relativa, es decir, que a pesar de las apariencias sigue siendo inestable, que sigue cambiando como consecuecia del viento o la lluvia u otros fenómenos físicos, químicos, geológicos o de otro tipo.

La radiactividad es un fenómeno típicamente dialéctico, una contradicción que se produce en el núcleo de los átomos de determinados elementos químicos entre los protones y los neutrones, por la cual dicho elemento se transforma en otro distinto. Lo que ocurre es que la radiactividad no se ve a simpe vista y da la impresión de que la piedra no está cambiando.

"Mientras contemplamos las cosas como en reposo -escribió Engels en el Anti-Dühring- cada una para sí, junto a las otras y tras la otras, no tropezamos ciertamente con ninguna contradicción en ellas". A su vez, si no somos capaces de analizar las cosas en movimiento es como consecuencia de una larga tradición metafísica, es decir, como consecuencia de una deformación intelectual que es típica de la cultura occidental, a diferencia de la oriental.

Pero padecemos otra deformidad aún más característica: tenemos la estúpida creencia de suponer que la cultura occidental es toda la cultura, la cultura por antonomasia, mientras que las concepciones orientales las tomamos por exóticas, curiosas e irrelevantes. Donde en China ven contradicciones por todas partes, nosotros no somos capaces de ver nada.

Además de ignorancia, lo nuestro es pura soberbia intelectual que, con el tiempo, no ha hecho más que crecer y desarrollarse, por lo que vivimos en medio de la estupidez y disfrutamos con ella. Por eso es costumbre burlarse de la dialéctica y considerarla como una reliquia de la que sólo se acuerdan los marxistas. Desprecian la dialéctica aquellos que no saben lo que es.

El ejemplo más conocido es el de Dühring, que consideraba la contradicción como un contrasentido que tenemos que rechazar porque es ilógico o incoherente. Lo mismo que Dühring han repetido otros autores, como el jurista austriaco Hans Kelsen o el filósofo Karl Popper. En la cultura occidental todo conocimiento que se precia de ser científico empieza por el principio de no-contradicción, es decir, desde el principio tiene la voluntad de no incurrir en contradicciones, de tal manera que si, a pesar de ello las contradicciones aparecen, hay que rechazar la teoría por incoherente.

No voy a entrar ahora a criticar un punto de partida (el repudio de las contradicciones) que carece de justificación, es decir, a preguntarle a un científico algo que parece una obviedad: ¿por qué rechaza Usted las contradicciones desde un principio? ¿En qué se fundamenta? Lo que sí quiero poner de manifiesto es algo que me parece mucho más importante: aún en el supuesto de que las contradicciones se intenten rechazar, reaparecen igualmente, lo cual demuestra que ninguna ciencia puede prescindir de ellas.

El ejemplo más clamoroso fue el intento que desde finales del siglo XIX se llevó cabo para axiomatizar la matemática, fundamentándola en la lógica, es decir, en el principio de no-contradicción. El intento"fracasó" porque las no- contradicciones produjeron contradicciones.

Pero resulta aún más curioso recordar lo que le ocurrió a Niels Bohr cuando propuso los fundamentos de la Mecánica Cuántica. Entonces muchos físicos le dijeron que los postulados de aquella teoría eran contradictorios, lo cual parecía obvio. Bohr no fue capaz de encontrar ninguna explicación, hasta que durante un viaje a China se topó con una frase de Heráclito que a partir de entonces se convirtió en el lema que defendió toda su vida: Contraria sunt complementaria. Para el físico danés no había otra manera de explicar algo tan moderno como la Mecánica Cuantica que la dialéctica: los contrarios forman una unidad, son complementarios.

Con la dialéctica siempre nos topamos con una contradicción. Por un lado están aquellos que se burlan de Engels diciendo que los ejemplos que pone para explicarla son simplones, banales y ridículos. A esos tipejos les ocurre lo mismo que a Monsieur Jourdain, que era tan ignorante que no sabía que hablaba en prosa. Como la dialéctica es tan corriente, se pueden ejemplos tan sencillos que los vemos por todas partes, o deberíamos y, desde luego, podemos entenderlos a la perfección. Pero para los listillos las cosas nunca pueden ser simples ni sencillas; hay que complicarlas.

El otro polo de la contradicción está en aquellos que dicen: ciertamente la dialéctica está por todas partes, pero hay una manera más sencilla de explicar los fenómenos. Es típica del positivismo anglosajón, lo que pasa es que esas personas también les ocurre lo mismo que a Monsieur Jourdain: no saben que están defiendo una ideología (no una posición científica) y que la misma les lleva a otra contradicción: a tratar de explicar un fenómeno dialéctico de una manera no-dialéctica.

Los que no gustan de las contradicciones viven en medio de una contradicción, y a los demás nos pasa lo mismo.

Los ataques contra Engels están dirigidos contra el materialismo

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Juan Manuel Olarieta

Un escrito anterior ha suscitado comentarios críticos que, aparentemente, se dirigen sólo contra Engels, de quien dicen que le hizo un daño inmenso al marxismo con su Dialéctica de la naturaleza. No obstante, a pesar de las apariencias, el objetivo de ese tipo de críticas no está enfilado contra Engels sino contra el materialismo, es decir, que se trata de otro intento más de convertir al marxismo en una variante del idealismo subjetivo, que es el propósito de esos "marxistas occidentales" partidarios de la filosofía "de la praxis", que se pretenden amparar en la Tesis 11 sobre Feuerbach acerca de "cambiar el mundo".

La burguesía no sólo tiene una concepción errónea acerca de la naturaleza sino que su error desemboca en otra concepción no menos errónea acerca de eso que llaman "ciencias de la naturaleza" por contraposición a las ciencias humanas o sociales. Son dos variedades del mismo error. Un ejemplo de ello es cuando el Vaticano rechaza la homosexualidad por ser una práctica "antinatural", cuando entre los animales el índice de homosexualidad oscila de un 2 a un 15 por ciento, según las especies. Como no podía ser de otra forma, el récord del orgullo gay lo ostenta la cacatúa rosa, una especie de loro con un 44 por ciento de ejemplares que mantienen relaciones "íntimas" con los de su mismo sexo. Decir que en el sexo hay algo natural o antinatural es absurdo, lo mismo que hablar del índice de crecimiento "natural" o "vegetativo" de la población. Por cierto: ¿la demografía es una ciencia social o natural?

El "marxismo occidental" quiere reducir el marxismo al materialismo histórico porque así es como entienden ellos la práctica y la consigna de "cambiar el mundo". También dicen que "extender la dialéctica a todo lo que existe en la naturaleza es salirse completamente del objeto del marxismo". El propósito del idealismo es que la burguesía pueda proseguir indefinidamente lanzando todo tipo de sandeces en nombre de la ciencia, mientras que los marxistas deben mantener la boca cerrada porque lo suyo son sólo las ciencias sociales. Es fácil adivinar que se trata de un desarme en toda regla del proletariado y, naturalmente, un intento de vaciar al marxismo de contenido, que empieza por expulsar a Engels del olimpo de los "padres fundadores", del que hace tiempo que ya han sacado a Lenin y Stalin.

El ataque fue iniciado por Lukacs quien imputó a Engels (nada menos que) una profunda incomprensión de la naturaleza práctica de la industria y la experimentación científica que, según Lukacs, son puramente contemplativos (1). En este punto el problema de los idealistas como Lukacs es doble. Por un lado, tienen una noción muy diferente de la de Marx y Engels acerca de la práctica: lo mismo que los partidarios de la filosofía "de la praxis", Lukacs no sabe lo que es la praxis. Por el otro, el tortuoso concepto de naturaleza (y de la dialéctica de la naturaleza) que trata de esbozar (2), también es ajeno al marxismo.

Lo mismo le ocurre a Alfred Schmidt, un seguidor de la llamada Escuela de Frankfurt que en los años sesenta escribió una penosa obra titulada "El concepto de naturaleza en Marx", en la que se saca de la manga un supuesto enfrentamiento entre Marx y Engels y le imputa a la Dialéctica de la naturaleza un tratamiento exterior al objeto de la ciencia (3), algo superpuesto a él, artificioso. Lo ha repetido la burguesía muchas veces: la dialéctica de la naturaleza de Engels se superpone a la naturaleza e incluso a la ciencia, adherida como si fuera un apósito, un postizo.

Por ejemplo, según Schmidt Engels aplica categorías hegelianas a la célula, incluso despreocupándose de sus presupuestos idealistas especulativos. Es falso. Engels no aplica nada a la célula y mucho menos categorías hegelianas, es decir idealistas. Schmidt oculta que Engels no se refiere a la célula sino a la teoría celular, que es algo muy distinto. Por lo demás, hasta el menos informado se apercibe de que la esencia del desarrollo celular es dialéctica: uno se divide en dos y dos forman uno.

En estos ataques Engels sólo es la coartada. El verdadero propósito del "marxismo occidental" es lanzar un torpedo a la línea de flotación del materialismo en su conjunto y, por consiguiente, Marx es la otra parte del asunto porque, como materialista, se le pueden hacer exactamente las mismas imputaciones que a Engels, ya que ambos defienden el mismo materialismo. En la obra de Marx no existe ninguna dicotomía entre el ser humano y la naturaleza. Ésta no es algo externo o exterior al ser humano: "El hombre no está en la naturaleza sino que es naturaleza", dice Marx.

A diferencia de Lukacs, Marx no considera al hombre como un espectador que no interviene en la naturaleza sino que, muy al contrario, habla de "metabolismo" (Stoffwechsel) entre el hombre y la naturaleza. El trabajo humano, la producción, es la parte principal de ese metabolismo del que habla Marx.

Pero, por cierto, hagamos un inciso: el concepto de metabolismo procede de la filosofía griega (metabolei), en donde significaba "movimiento", de donde pasó a la biología para sustituir al término "intosuscepción" con el que hasta principios del siglo XIX se había explicado la especificidad de los cambios (dialécticos) que experimentan los seres vivos, a diferencia de los objetos llamados "inertes".

Es obvio que hoy (como en tiempos de Marx) el metabolismo es un concepto propio de las ciencias naturales y, más en concreto de la fisiología y la bioquímica. Pero el metabolismo supera la descripción científica de un mera interacción dialéctica de la manera en que habitualmente se entiende: se trata de una auténtica interpenetración, de una progresiva asimilación de la naturaleza por la sociedad. Ciertamente hay una diferencia: donde las ciencias naturales hablan de digestión, Marx habla de producción.

El concepto de metabolismo que utiliza Marx ayuda a entender su definición de naturaleza: "La naturaleza es el cuerpo inorgánico del hombre, es decir, la naturaleza en cuanto no es ella misma el cuerpo humano. El hombre vive de la naturaleza; esto quiere decir que la naturaleza es su cuerpo, con el que debe permanecer en un proceso continuo, a fin de no perecer. El hecho de que la vida física y espiritual del hombre depende de la naturaleza no significa otra cosa sino que la naturaleza se relaciona consigo misma, ya que el hombre es una parte de la naturaleza".

Las citas de Marx se pueden multiplicar a gusto del lector, pero me quedaré con aquella en la que afirma que la historia misma, la historia social, no es más que una parte de la historia natural, es decir, de la transformación (desdoblamiento lo llama) de la naturaleza en sociedad y, por consiguiente, que no existe ninguna diferencia entre las ciencias de la naturaleza y las de la sociedad (4). Lo mismo cabe decir de Darwin, del que parece que cuando habla del origen de las especies se refiere sólo a la naturaleza; pero cuando habla del origen del hombre, ¿no habla Darwin también de la naturaleza? Si eso es así, ¿cuál es la diferencia entre unas ciencias y otras?

Los marxistas tienen un concepto erróneo de sí mismos si creen que Marx y Engels procedieron de una manera diferente al resto de los pensadores más grandes de la humanidad al "mezclar" a la ciencia con "otras cosas" que (por ello mismo) parece que no lo son, es decir, que no son científicas. Newton hizo exactamente lo mismo que ellos al llamar "filosofía natural" a la física. Lo mismo cabe decir de Descartes, conocido tanto por su filosofía como por su geometría analítica. Además de un conocido filósofo, Aristóteles escribió varias obras sobre biología, Kant fue el pionero de la cosmología...

Ya que he hablado antes de la sexualidad, recordaré que Darwin la ponía como ejemplo de selección "natural", después de llevar a cabo su propia selección, que era muy poco "natural" y, desde luego nada científica: las mujeres, decía Darwin, seleccionan a los hombres por su atractivo físico (5). Mi duda es si una afirmación como esa:

a) forma parte de las ciencias sociales
b) forma parte de las ciencias naturales
c) es una chorrada, o sea, ideología y prejuicios de la peor especie

Los guapos, las guapas, los feos y las feas son un ejemplo claro de lo que los biólogos llaman "dimorfismo" o sea otro ejemplo de dialéctica: a lo largo de su evolución "natural" las especies, lo mismo que las células, experimentan un desdoblamiento dialéctico (uno se divide en dos) entre ejemplares sexualmente diferenciados, macho y hembra, que en las especies menos evolucionadas no existe porque son "unisex".

Etcétera. La dialéctica está por todas partes, incluida la naturaleza, las galaxias, los átomos, la geometría y la lucha de clases. Al defenderlo así Engels llevó a cabo un trabajo magistral, escribió una obra pionera y revolucionaria en su campo, tanto que, por esos escritos y por otros a la misma altura, Engels pasará a la historia como uno de los más grandes pensadores de la humanidad: el que sentó las bases del materialismo realmente científico. Los marxistas deberían sentirse muy orgullosos de contar entre sus filas con un gigante de la talla de Engels.

(1) Lukacs, Historia y conciencia de clase, Grijalbo, México, 1969, pgs. 179 y stes.
(2) Historia y conciencia de clase, cit., pgs. 263 a 265.
(3) Schmidt, El concepto de naturaleza en Marx, Siglo XXI, Madrid, 1977, pgs. 46 y stes.
(4) Marx, Manuscritos: economía y filosofía, Alianza, Madrid, 1968, pgs.110-111 y 152-153.
(5) Darwin, El origen del hombre, Madrid, 2006, tomo II, pg.376.

Y también dos huevos duros

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Nicolaś Bianchi

Que le pedía insistentemente Chico Marx a Groutxo en la famosa escena del camarote en “Sopa de ganso”.

Yo, más que comedor, he sido bebedor (sospecha de los abstemios, decía Baudelaire). Comer, lo justo, igual que las tonterías, las justas. Nada en exceso, que diría el estoico Séneca quien, por cierto, estaba podrido de sestercios.

Buceando por Internet (otros navegan, yo buceo), me topo con un Doctor brasileño –Paulo Uribaran–, de Porto Alegre, que dispara estas gemas antiparanoicas socolor de patafísicas. Dice este Licenciado, a quien instalé en mi panteón doméstico como penate, estas primicias conspiranoicas. Preguntado este friki genial sobre si es verdad que los ejercicios cardiovasculares prolongan la vida, responde así: el corazón está hecho para latir una cantidad de veces determinadas. No hay que desperdiciar –continúa– esos latidos en ejercicios. Acelerar su corazón no va a hacer que usted viva más. Es como decir que puedes prolongar la vida de tu coche corriendo más deprisa. ¿Quieres vivir más? Échate la siesta. Esto me recuerda a Mark Twain y sus “sanos” amigos a los que enterró. Le preguntan a este santo iconoclasta –un oximorón– si es más aconsejable comer más frutas y vegetales que carnes rojas, y el doctorcito nos sale con que, mire usted, milord, ¿qué comen las vacas?, coño, pues hierba y maíz y ¿qué es eso?, joer, pues vegetales. Conclusión del entimema: un filete es el mecanismo más eficaz de colocar vegetales en su organismo. ¿Necesitas comer cereales? Pues jama pollo.

¿Y qué pasa con el alcohol, ein? ¿Hay que reducirlo? De ninguna manera, nos revela este clarividente a quien venero. El vino está hecho de fruta. La cerveza también está hecha de cereales (lúpulo). No limite demasiado su consumo. Pero –le preguntan insidiosamente–, ¿hacer ejercicio no estará mal, no? Nuestro admirado galeno no cae en esa “trampa saducea” y se pronuncia así: ”mi filosofía es que si no tienes dolor, no hagas nada, estás bien”. Me rindo. Y no es joda (“broma”, en lunfardo). Insiste el becario periodista que va de meritorio y tratando de pillar al maestro esgrimiendo el pequeñoburgués argumento de que la gimnasia ayuda a reducir la obesidad. Respuesta: ”absolutamente no. Ejercitar un músculo lo único que hace es aumentar el tamaño del músculo”. Acá lo coloqué en una “stuppa” budista. No se ría el lector, que le estoy imaginando. Y no digo lectora pues uso pangenérico.

Voy acabando, que estamos en verano y yo con estos pelos. ¿El chocolate hace daño? No, es cacao, otro vegetal. Ayuda a ser feliz. La vida no es un viaje para la tumba donde llegar. En una mano la birra, y en la otra un bokata. Gastar el cuerpo, y no desgastarlo, sexo incluido.

Lo último de este gurú: si andar mucho fuera saludable, los carteros serían inmortales. Las tortugas no corren y viven 450 años, como Carrillo. Igual por eso los revolucionarios morimos pronto.

La dialéctica es el álgebra de la revolución

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Juan Manuel Olarieta

Le agradezco sinceramente a Eduardo Rojas el nuevo comentario que escribe, que me anima a volver a la carga sobre el mismo asunto. Para mi no es ninguna molestina sino un estímulo que, además, me ayuda a aclararme a mí mismo y espero que también contribuya a aportar algo a los lectores.

No puedo ahora entrar ahora a responder a cada uno de los aspectos que aborda, aunque espero hacerlo en un futuro próximo porque creo que son interesantes. No obstante, me gustaría dejar apuntadas al menos algunas cosas. La primera es que sus comentarios sí son un ataque directo y frontal al materialismo y a Engels. Cuestión distinta es que no sea consciente del alcance de sus afirmaciones, algo bastante frecuente que podríamos calificar como el síndrome Monsieur Jourdain que padecemos todos los seres humanos (unos más que otros) por el hecho de ser humanos, o sea, por el hecho de ser inconscientes (al menos en parte).

La conciencia, decía Lenin, es un grado, y yo añado de mi cosecha: y la inconsciencia también es un grado. Lo que ocurre es que los marxistas, como la mayor parte de los seres humanos, hablan mucho de la conciencia, muy poco de la inconsciencia, casi nada de la subconsciencia y aún queremos ir mucho más allá para no hablar absolutamente nada de la ciencia.

Si algún lector cree que esto es juego de palabras se equivoca rotundamente: la ciencia es una parte de la conciencia y quien no quiere hablar de ciencia tampoco quiere hablar de conciencia. Pues bien: una revolución no es posible sin conciencia; luego tampoco es posible sin ciencia. El marxismo no es más que una ciencia de la revolución; su conciencia.

La segunda observación que quiero exponer es que, en efecto, Lenin no leyó la "Dialéctica de la naturaleza" ni muchas otras cosas de las que hoy disponemos, lo mismo que los comunistas de habla hispana no pudieron leer "El Capital" porque no se tradujo hasta hace apenas 40 años, lo cual no les impidió dirigir importantes batallas contra el capitalismo, como la guerra civil en 1936 o la revolución cubana en 1959. Muchos otros, la mayoría, siguen hoy sin leer "El Capital" y eso no les convierte en menos revolucionarios que a los que sí lo han hecho.

Si como dice Rojas los militantes revolucionarios no utilizan la dialéctica para avanzar hacia el socialismo, pueden suceder dos cosas: o bien no son tan revolucionarios como ellos creen (y así nos luce el pelo), o en caso contrario, si son auténticos revolucionarios padecen el síndrome Monsieur Jourdain: no saben que hablan dialéctica.

Como el aire que respiramos, la dialéctica -repito- está en todas partes. Todo el mundo hace uso de ella cotidianamente. Ese no es el problema. El problema es hacer un uso consciente de ella.

Como Monsieuer Jourdain todos los seres humanos hacemos cosas que no sabemos lo que son y nos quedamos sorprendidos cuando empezamos a saberlo. Como máximo sabemos el funcionamiento de las cosas. Yo he aprendido a golpear las teclas del ordenador, a borrar las errores ortográficos de mis escritos y a leer un correo electrónico. Pero no tengo ni idea de informática, no se lo que es un algoritmo matemático, ni el álgebra de Boole. Eso no me autoriza a afirmar que el álgebra de Boole no es necesaria para que yo escriba esto y los lectores lo puedan leer. Cada vez que arranco el ordenador, estoy utilizando el álgebra de Boole y no me entero, o sea: no soy consciente de ello.

Lo mismo ocurre con las revoluciones. Como dijo el gran revolucionario ruso Herzen, la dialéctica es el álgebra de la revolución. Por lo tanto, un revolucionario la está utilizando cada minuto del día (si es un revolucionario de verdad). La cuestión es siempre misma: si lo hace consciente o inconscientemente. Para que el lector entienda que no es juego de palabras voy a poner algunos ejemplos banales al más puro estilo Engels.

Como creo que todos, yo aprendí a nadar sin necesidad de leer ningún manual de instrucciones. Lo mismo me ocurrió con la bicicleta. No tenía ni idea de las razones por las cuales mi cuerpo flota en el agua, ni tampoco por qué es capaz de mantener el equilibrio sobre dos ruedas. No se lo que es el Principio de Arquímedes, ni soy capaz de calcular el centro de gravedad de las masas. No se lo que hago pero lo hago inconscientemente, como la mayor parte de las cosas que todos hacemos en la vida, porque la vida es sobre todo eso: práctica.

Con los años he practicado la natación, un monitor me enseñaba la manera correcta de nadar más y mejor. También se que hay gente profesionalizada que compite en la natación como en el ciclismo. Se entrenan para ello diariamente. Incluso hay quien lo estudia, hay manuales, centros especializados de educación física, han aparecido las ciencias biomecánicas, la medicina deportiva... En resumen: a pesar de que para nadar y correr en bicicleta no hace falta leer ni saber nada, también hay quien lo hace conscientemente, practica, se entrena y estudia. Son una minoría de atletas.

Pues bien, traslademos eso a la revolución: las revoluciones las hacen las masas, la inmensa mayoría de ellas ni siquiera han oido hablar nunca de dialéctica, pero están al cabo de la calle. Además de ellas hay una minoría de atletas de la revolución, profesionales que dedican a ella su vida y sus energías, que estudian, que se entrenan, que discuten, es decir, que hacen lo mismo que hacen las masas, pero conscientemente: sabiendo lo que hacen.

Esto ya lo explicó Spinoza, uno de los verdaderos "padres fundadores" del materialismo moderno. A su manera, Lenin dijo lo mismo cuatro siglos después: además de las masas, la revolución también tiene sus profesionales entrenados para ella. Hacen lo mismo que las masas, pero lo hacen conscientemente, y una conciencia sólo es verdadera cuando se sostiene sobre la ciencia.

La otra cara del Mundial

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Nicolás Bianchi

Que no es otra que la represión de las protestas sociales habidas en los días previos al inicio del Mundial de Fútbol en Brasil de este año, pero que ya fueron anticipadas desde la Copa de Confederaciones el año anterior, en 2013.

Detrás del lema "FIFA Go Home" estaba la indignación de los sectores populares contra la organización de una Copa del Mundo ("World Cup") con gastos irracionales -salvo para las grandes constructoras- en la construcción de faraónicos estadios sin otro uso que el propio evento deportivo y no más que ese acabado el festejo, salvo utilizarlos como cárceles, y a costa del pueblo que paga la crisis económica. Todo un despropósito, menos para los aprovechados.

Siempre que se celebra un acontecimiento de este calibre (y en 2016 vienen los Juegos Olímpicos también en Brasil) pasa tres cuartos de lo mismo: dar buena imagen de cara al exterior, es decir, desinfectar el interior de bichos molestos y enseñar una sonrisa profidén con dentadura limpia, sin caries, sin favelas, sin parias.

Se sabía que en Brasil había mucho follón. La prensa generalista y convencional informó en las vísperas del Mundial de los disturbios, pero apenas sonó el pitido inicial del partido inaugural, Brasil-Croacia, ya no supimos nada más de lo que pasaba en la calle. Ahora toca circo, el pan que espere. Y si hay pan, ¿de qué te quejas?

El día anterior al comienzo del Mundial se detuvo a cuatro personas bajo cargos tales  como tener una botella de desinfectante considerado artefacto incendiario. También por "formaçao de quadrilha", tipificado en el artículo 288 del Código Penal brasileño, algo así como la "asociación ilícita" en el franquismo donde una reunión de más de tres personas ya era "multitud". Esto es solo una muestra.

La represión se ensañó especialmente en la prensa alternativa que trataba de informar sobre las movilizaciones, entre otras, con la leyenda "FIFA Go Home". El mismo día de la final entre Argentina y Alemania, fuera del estadio de Maracaná, hubo casos de violencia contra la prensa, en particular contra los reporteros gráficos y camarógrafos. No se podía grabar la "otra" realidad, como le pasó al documentalista canadiense Jason O'Hara, que al menos lo puede contar.

En el mundial se movilizaron 26.000 policías y militares. Hay que decir que la policía brasileña está militarizada, es una parte del Ejército del país, o sea, forma parte del paisaje, como aquí la Benemérita.

Los transgénicos son un instrumento de dominación del imperialismo

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Juan Manuel Olarieta

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, vuelvo a la carga, o sea, a dar la carga. La noticia es la siguiente: Rusia acaba de prohibir totalmente los transgénicos basándose en que su consumo es nocivo para la salud, según han demostrado los científicos de la Academia de Ciencias rusa. No voy a citar fuentes científicas ni no-científicas. Lo que quiero destacar ahora de manera telegráfica son varias aspectos de la noticia que me parecen relevantes en todo este debate, lo mismo que en otros parecidos.

El primero es que como los científicos que han demostrado la nocividad del consumo de alimentos transgénicos son rusos, sus investigaciones científicas van a pasar desapercibidas porque para la "ciencia" actual las únicas investigaciones que existen son las que se originan en los laboratorios de Estados Unidos y países cómplices suyos. No es la primera vez que esto ha ocurrido y no sólo ha ocurrido con Rusia, sino con científicos de otros países, como Francia el año pasado (sin ir más lejos).

He escrito lo de "ciencia" entre comillas por lo siguiente: porque no es tal ciencia sino ideología dominante, que en este caso no es la de una clase social sino la de una potencia mundial: por medio de los transgénicos Estados Unidos intenta imponer unas determinadas concepciones políticas e ideológicas (imperialistas) acerca de ellos como si fueran ciencia de verdad.

El segundo aspecto es que en los transgénicos, lo mismo que en las habitaciones, hay cuatro paredes que forman una única habitación, pero que en los debates aparecen desconectados entre sí:

a) la primera es una pared ecológica, es decir, los efectos que pueden causar en la naturaleza los seres vivos modificados genéticamente

b) la segunda es médica: los efectos que pueden causar los alimentos transgénicos sobre aquellos que los consumen, es decir, que la salud de las personas está en manos de monopolios agroalimentarios cuyo objetivo es ganar dinero (a costa de lo que sea y especialmente a costa de la salud de las personas)

c) el tercer aspecto es criminal: la estafa más vieja del mundo que consiste en dar gato por liebre, es decir, que compras una cosa y te venden otra distinta sin informarte, o sea, que los transgénicos no están etiquetados como tales de manera que el consumidor pueda elegir

d) el cuarto es el imperialismo, o como se dice ahora, la hegemonía: éste es el aspecto que voy a desarrollar.

Los monopolios de cualquier tipo intentan dominar un mercado y los monopolios agroalimentarios tratan de dominar la agricultura mundial. Los que no hemos creído nunca en el neoliberalismo añadimos además: a través de los monopolios dominan las potencias imperialistas que los sostienen.

Algunos quieren quitar hierro al asunto y dicen: eso pasa con todos los sectores económicos, los monopolios agroalimentarios en nada se diferencian de los demás. Es erróneo: podemos prescindir del móvil pero no de un mendrugo de pan. Por lo tanto, para todos los países del mundo la agricultura es un sector estratégico. Ahora a eso le llaman "soberanía alimentaria" en el Tercer Mundo, pero hay algo más; no se trata sólo de los países sino de que la superviviencia física de millones de seres humanos depende de dos cosas:

a) la primera de que suceda algo imposible: que se mantengan las formas actuales de agricultura, es decir, las formas agrarias anticuadas, autárquicas, lo cual no va a suceder porque en todo el mundo la expansión del capitalismo es inexorable

b) que se imponga su contrario (dialéctica), la revolución socialista, que es la única alternativa con futuro para el campesinado, o sea, para la inmensa mayoría de la humanidad; esto es lo que sí va a suceder en todo el mundo inexorablemente

Ya lo explicó Marx en "El Capital", lo volvió a explicar Kautski en "La cuestión agraria", lo repitió Rosa Luxemburgo en "La acumulación de capital" y por enésima vez Lenin volvió sobre el mismo asunto en sus primeros escritos: en todos los países del mundo la agricultura ha sido el último sector económico en ser sometido al capitalismo, lo cual ha permitido sobrevivir a la mayor parte de la humanidad que de otra forma hubiera sido aniquilada por la expansión del capitalismo. El "retraso"de la agricultura ha favorecido formas autárquicas de producción y subsistencia que hoy están amenazadas por las multinacionales agroalimentarias.

El imperialismo de Estados Unidos está tratando de sostener su hegemonía de varias formas, entre ellas imponiendo un determinado desarrollo de las fuerzas productivas en la agricultura, especialmente las patentes sobre semillas y los transgénicos, de tal manera que el campesinado que hoy es autosuficiente deje de serlo y pase a depender de las empresas comercializadoras, que son monopolios de Estados Unidos (en su inmensa mayoría).

Hay países, como Francia y Rusia, que se oponen a esa hegemonía y, por lo tanto, son los países en los que la ciencia presenta un aspecto radicalmente opuesto a la "ciencia" que nos llega de Estados Unidos, que es la única que algunos conocen y reconocen como tal. De ahí el cariz canallesco de las lecciones impartidas en España en algunos cursos universitarios de genética, de agrónomos o de medicina. Realmente repugnante.

El lector se dará cuenta de que la ciencia está muy cerca de la ideología y a causa de ello es posible que padecezca dos tentaciones simétricas (dialécticas) casi irresistibles: unos dirán que la ciencia no existe, que todo es ideología ("nada es verdad ni es mentira, todo es del color del cristal con que mira"); otros incurrirán en el vicio opuesto para sostener que todo es ciencia, que la ciencia no tiene nada que ver con la ideologia, ni con el capitalismo, ni con las clases sociales...

Ahora mismo en algunos Estados de Estados Unidos, como California, está en marcha una campaña popular a favor de la celebración de un referéndum para que los transgénicos se etiqueten, es decir, sobre el aspecto criminal de este asunto. Dialécticamente las multinacionales en los medios (que son sus medios) han desatado su propia campaña para contrarrestar a la anterior (lucha de contrarios). Dicha campaña consiste en preguntar lo siguiente: ¿acaso un asunto científico se puede someter a referéndum?, ¿tiene el mismo valor el voto de un experto que el de un ignorante que no ha sido capaz de aprobar los exámenes del instituto?

Como véis un debate apasionante... apasionantemente fascista. Es otro intento de que mantengamos la boca cerrada. Nuestra opinión no vale nada. Nosotros no podemos tener una opinión distinta de la que nos aconsejen los expertos, los que saben de estas cosas. Lo que nos corresponde a la chusma como nosotros es lo siguiente:

a) convencernos a nosotros mismos de que somos unos ignorantes y que estamos mejor calladitos
b) aprender a obedecer, a decir que sí sin rechistar: los expertos saben lo que se traen entre manos

Voy a dejar para más adelante unas declaraciones repugnantes de un "científico" español (del CSIC) que se ha burlado de nosotros diciendo lo siguiente: hace tiempo que las multinacionales agroalimentarias están engañando al mundo entero al vender transgénicos sin etiquetar que todos hemos consumido. Seguimos vivitos y coleando. No pasa nada. Los transgénicos no son nocivos para nuestra salud.

Es otro ejemplo de lo cercanos que están algunos "científicos" al imperialismo y a la criminalidad. Hacen apología de un delito como la estafa. Comprendo que es difícil separar a esa "ciencia" de una estafa vulgar y corriente, pero hay que seguir intentándolo.
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