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La policía británica consintió que un refugiado fuera asesinado y quemado por sus vecinos racistas

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Bijan Ebrahimi, refugiado asesinado
El refugiado iraní Bijan Ebrahimi residía en Bristol, Gran Bretaña, en un bloque de viviendas de protección oficial y antes de ser asesinado en 2013 llamó a la policía en más de 85 ocasiones para advertir que sus vecinos racistas querían asesinarle. Pero los que tenían el deber de protegerlo (la policía) eran tan racistas como sus verdugos (los vecinos).

La Comisión de Quejas contra la Policía, un órgano gubernamental, publicó la semana pasada el informe sobre el asesinato de Ebrahimi.

La primera denuncia a la policía tuvo lugar en 2007. El apartamento se incendió cuando el refugiado estaba en su interior. Sobrevivió, pero se tuvo que mudar de casa. Antes de marchar, su hermana lo ayudó a vaciar la vivienda. “Vino la policía y, sin dar ningún tipo de explicación, los agentes esposaron a mi hermano”, explica Khayatian. “Indicaron que alguien los había llamado y había denunciado un allanamiento de morada. Les expliqué que estábamos limpiando, pero no me hicieron caso. Lo arrestaron y no le quitaron las esposas hasta que un miembro del ayuntamiento vino y les dio la misma versión que yo les había dado. No se disculparon. Simplemente, se fueron. Fue entonces cuando me percaté de que lo que estaba pasando no era normal”.

La segunda se produjo agosto de 2013; un mes después de que un vecino matara a Ebrahimi a golpes y luego quemara su cuerpo. Fue entonces cuando la familia se dio cuenta de que la policía seguía actuando igual después de su muerte. Khayatian y su hermana, Manizhah Moores, fueron a dejar flores en la puerta del apartamento de su hermano. Iban acompañadas por dos policías. Todavía no sabían qué le había pasado a su hermano y por qué los dos policías no les daban ningún tipo de explicación.

“Cuando vaciamos uno de sus armarios decidimos donar algunas pertenencias que no tenían ningún tipo de valor sentimental”, indica Khayatian. “Los policías sabían lo que había pasado, pero nos dejaron dar estas pertenencias a las personas que le habían causado la muerte. Cuando más tarde supimos lo que había pasado, nos sentimos mal con nosotras mismas. Tras descubrir qué había pasado, perdí la confianza en el sistema y supe que los problemas no terminarían allí”.

Las dos hermanas decidieron que no pararían hasta descubrir qué había pasado a su hermano pequeño y durante cuatro años impulsaron una campaña con este objetivo y con el fin de dar a conocer esta historia al mundo entero.

A principios de la semana pasada, la Comisión de Quejas contra la Policía publicó un informe en el que indica que la policía no protegió a Ebrahimi a pesar de que en numerosas ocasiones este había denunciado que era víctima de una campaña de odio violenta y racista orquestada por sus vecinos.

Ebrahimi era el hermano menor y durante muchos años cuidó de sus padres enfermos en Teherán. Tras la muerte de estos, solicitó la condición de refugiado en el Reino Unido y, tras una breve estancia en Leicester, se mudó a Bristol para estar más cerca de sus hermanas. Tuvo problemas en la columna y en las rodillas que lo dejaron incapacitado.

Ebrahimi fue víctima de abusos sistemáticos en la comunidad de viviendas de protección oficial donde vivía. Algunos de estos actos de acoso eran menores. Adoraba a su gato atigrado, así que sus acosadores lo patearon. Le gustaba tener flores y plantas, así que el vecino que lideró la campaña de acoso animó a los niños a arrancarlas. Algunos de estos actos fueron mucho más graves.

Difundieron el rumor de que Ebrahimi era un pederasta, le dijeron que lo iban a atropellar y lanzaron piedras contra sus ventanas. Unos días antes de asesinar a Ebrahimi, Lee James entró en su casa y lo golpeó con la excusa de que había tomado fotografías de sus hijas. En el transcurso de seis años, Ebrahimi llamó a la policía en 85 ocasiones.

La investigación dejó al descubierto que tanto la policía como las autoridades locales habían ignorado sistemáticamente sus llamadas o habían optado por creer la versión de sus vecinos. En 2009, la policía lo describió como alguien “que se quejaba sistemáticamente de sus vecinos a pesar de que las investigaciones siempre revelaban que era él el agresor”. Cuando James se metió en casa de Ebrahimi y lo golpeó en la cabeza, la policía arrestó a Ebrahimi por alterar el orden público.

La policía británica defendía a los asesinos, no a sus víctimas porque su tarea no tiene nada que ver con los delitos sino con el color de la piel.

http://www.eldiario.es/theguardian/britanica-protegio-Ebrahimi-refugiado-asesinado_0_662484057.html

¿Por qué el equipo de Trump mantuvo negociaciones secretas con los rusos?

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Richard Nixon, el Presidente defenestrado
El enfrentamiento actual de Trump con los monopolios mediáticos de Estados Unidos y, por extensión, del mundo entero es una reproducción del Watergate, no sólo por la obsesión que muestran los medios sino porque, lo mismo que entonces, lo que está en juego es un golpe de Estado como consecuencia de las relaciones con Rusia, que hace 45 años eran relaciones con la URSS.

También se reproduce el mismo hecho, insólito en los anales del periodismo: tanto Nixon como Trump tienen “mala prensa”, en donde las grandes cadenas desinformativas juegan el papel de portavoces de lo que entonces se llamó “garganta profunda”, los poderes fácticos o el Estado paralelo, es decir, todo el conglomerado de fuerzas que actúa en la sombra porque no son ni el poder legislativo, ni el ejecutivo, ni el judicial. El poder de verdad es otra cosa diferente a esas.

Lo mismo que Trump, también Nixon mantuvo negociaciones secretas, tanto con la URSS como con China, para lo cual utilizaba a Henry Kissinger quien primero actuó en secreto como consejero de seguridad nacional y luego en público como secretario de Estado.

Se pueden poner tantas semejanzas como se quiera. Una de ellas es el papel del tan alabado Washington Post, que destapó Watergate y del que todos ocultan que, lo mismo que el periodista Woodward, no era más que un portavoz de la CIA.

La última artimaña del Washington se produjo la semana pasada cuando aireó la entrevista del yerno de Trump, Jared Kushner, con el embajador ruso  Serguei Kislyak en diciembre. La filtración estuvo acompañada de otra de la CNN el 17 de mayo sobre la interceptación de una serie de conversaciones de diplomáticos rusos que se estaban entrevistando con el general Michael Flynn, yapurgado por Trump de la Casa Blanca a causa de las presiones mediáticas (o sea, de la CIA).

Las filtraciones suben de tono cuando John Brennan, yihadista y antiguo director de la CIA, manifiesta el 23 de mayo ante un comité del Congreso su preocupación por el hecho de que ciertos funcionarios hubieran sido sorbornados por los rusos, lo que era una forma sutil de acusarles de traidores, un delito muy grave. Lo más preocupante, dijo Brennan, es que posiblemente los rusos hayan tenido éxito. “A menudo los que recorren el camino de la traición no saben que están en ese camino hasta que es demasiado tarde”, añadió el yihadista.

En una entrevista con PBS NewsHour, el antiguo director de inteligencia, James Clapper, añade otro eslabón a la cadena de imputaciones: todas esas entrevistas con los rusos fueron secretas. ¿Qué es lo que ocultaban?

Desde 1968 las negociaciones de Nixon y Kissinger con los soviéticos fueron igualmente secretas y se llevaron a cabo a través de Boris Sedov, un espía del KGB que ejerció ese papel de intermediario antes de la investidura de Nixon, como ha puesto de manifiesto un reciente libro de Richard A. Moss, del Instituto de Guerra Naval. Tras la toma oficial de posesión, el contacto se reanudó con Anatoli Dobrinin, el embajador soviético en Washington.

Los contactos eran tan reservados que Nixon tendió una línea telefónica en la Casa Blanca exclusivamente para hablar con Dobrinin, manteniendo apartada a la CIA, algo que los espías nunca le perdonaron, haciéndoselo pagar muy caro.

En sus memorias Dobrinin cuenta que Kissinger le explicó los motivos de dicha reserva: mientras en Moscú saben guardar un secreto, en el Departamento de Estado se producían fugas constinuas de información a la prensa.

Lo mismo que Trump, también Nixon quiso mejorar las relaciones con los soviéticos, avanzar en las negociaciones de desarme y consolidar los acuerdos SALT, algo a lo que se oponían los mismos que ahora: la prensa, los servicios de inteligencia y la industria de guerra. Después de muchas negociaciones, el 26 de mayo de 1972 Nixon y Brezhnev firmaron el tratado SALT de limitación de armas nucleares, que estuvo en vigor durante 30 años, hasta 2002, momento en el que Estados Unidos se retiró unilateralmente del mismo.

Una parte de los círculos dominantes en Washington siempre afirmaron que Nixon había realizado concesiones intolerables a los “comunistas” y pusieron toda clase de obstáculos a la ejecución de los acuerdos. El Senado se negó a ratificar SALT II y en 1986, en tiempos de Reagan, Estados Unidos se desvinculó definitivamente de sus compromisos con el desarme y la distensión.

Entre SALT y Watergate sólo transcurre un año. Los acuerdos SALT fueron los que acabaron con Nixon; Watergate fue la excusa. Ahora con Trump sucede lo mismo. Siguen buscando excusas para acabar con él y con cualquiera que en la Casa Blanca trate de mantener buenas relaciones con Rusia. En Washigton sólo manda el Presidente cuando le dejan.

Más información:

El oscuro espía del KGB que infligió a la CIA el mayor golpe de su historia

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George Blake, el espía más ocuro
En 1955 la CIA y el MI6 excavaron un túnel para espiar a las tropas del ejército soviético estacionadas en la República Democrática de Alemania. Los espías alemanes y estadounidenses lo llamaron “Operation Gold” (Operación Oro), mientras que para los británicos fue la “Operation Stopwatch” (Operación Cronómetro).

Fue el intento de escucha telefónica más grande de la historia del espionaje y el más estrepitoso fracaso de la CIA a lo largo de su historia.

Se trataba de una variante mucho más compleja que un proyecto anterior conocido como “Operation Silver” (Operación Plata) que la CIA intentó en Viena en 1949. Se sabe que fue Reinhard Gehlen, el director del recién creado BND, el servicio secreto alemán, quien alertó a Dulles de la existencia de un nudo de redes telefónicas que utilizaba el Ejército Rojo en Berlín a dos metros de profundidad, muy cerca del sector ocupado por los estadounidenses en la capital alemana.

En diciembre de 1953 la operación se puso bajo la dirección de William King Harvey, antiguo policía del FBI transferido a la CIA y el 2 de septiembre de 1954 comenzó la excavación del conducto, que se completó el 25 de febrero del año siguiente. Removieron 3.000 toneladas de tierra y 125 toneladas de metal. A seis metros de profundidad y con una extensión de 450 metros, el túnel comenzaba en el sector americano de Berlín, en el barrio fronterizo de Rudow, y alcanzaba hasta Altglienicke, justo por debajo de un nudo de comunicaciones soviético en la zona oriental.

Antes de iniciar la construcción del túnel, asistió a casi todas las reuniones entre la CIA y el MI6 George Blake, un agente del KGB infiltrado en el servicio de inteligencia británico. Blake conoció de primera mano los detalles de la operación y alertó al KGB, pero el Kremlin decidió dejar abierto el canal para transmitir informaciones falsas.

Si, a causa de su fracaso, de la operación sabemos poco, de Blake no sabemos mucho más. No conocemos su identidad real. Parece que su nombre original era George Behar y luego fue cambiándolo por Max de Vries, George Blake, Georgi Ivanovich. Parece ser que nació en Rotterdam en 1922, y que era hijo de una holandesa y un judío de origen turco, Albert Behar.

Vivió en Alejandría y se educó en un colegio inglés bajo la tutela de su tío, el dirigente comunista egipcio Henri Curiel, que se ocupó de él cuando George se quedó huérfano a los 13 años.

Regresó a Holanda, donde le sorprendió la invasión alemana en 1940. Se incorporó a la resistencia con el alias de Max de Vries, pero le capturaron. Sin embargo, como no tenía 18 años, lo soltaron. Iban a volver a detenerlo al cumplir los 18 años, pero entonces él se escapó a Inglaterra.

En Londres fue reclutado por el Special Operations Executive, el servicio que organizaba sabotajes en la Europa ocupada. Lo emplearon en traducir del alemán y tomó el nombre de George Blake. En 1944 volvió al continente para interrogar a los nazis prisioneros y en Hamburgo, con 22 años, dejaron en sus manos a los comandantes de submarinos. Tras la guerra pasó al MI6, el espionaje exterior, que lo envío a Corea en 1950, destinado en la embajada británica en Seúl, donde trabajaba cuando el imperialismo atacó la península.

Fue “capturado” por los norcoreanos y al ser liberado, le consideraron como un “héroe de guerra” y le enviaron a Berlín, la capital mundial del espionaje durante la Guerra Fría, el frente candente para los agentes de uno y otro lado, una ciudad dividida pero aún sin barreras, donde todos podían ir a todos los sectores y casi toda la población trabajaba para algún servicio de espionaje.

La misión de Blake en Berlín era la de convertir a los soviéticos en agentes dobles, pero hacía como Penélope, que deshacía de noche lo que había tejido de día. Le pasaba los nombres de sus agentes al KGB, 400 delatados en total, de los que al menos 42 fueron fusilados.

Pero su gran golpe fue su infiltración en la operación de la CIA en Berlín. Aunque estaba reciente la deserción de Burgess y McLean, el espionaje imperialista todavía no había cobrado conciencia de lo profunda que era la infiltración soviética en el servicio secreto británico, y los americanos seguían fiándose del MI6.

Para evaluar el flujo de desinformación entrante, en Washington se creó un equipo de traductores y analistas de la CIA que continuó funcionando hasta septiembre de 1958. Fue un trabajo ingente y totalmente inútil. La CIA se quedó con un botín de 50.000 cintas grabadas que documentaban un millón de conversaciones telefónicas ficticias que durante años tomaron por informaciones solventes.

El KGB esperó hasta que, al cabo de los años, unas lluvias torrenciales afectaron a las líneas telefónicas de Berlín y comenzaron labores de reparación. De esa manera los soviéticos “redescubrieron” el túnel para denunciar que los imperialistas habían violado los tratados internacionales firmados al acabar la Segunda Guerra Mundial.

El topo aún no había sido descubierto. El KGB aprovechó tan bien el “redescubrimiento casual” del túnel que la CIA se lo tragó. Blake no fue destapado hasta 1961. 

La CIA padeció tres duros golpes en uno.

Estados Unidos masacró al 20 por ciento de la población coreana durante la guerra de 1950 a 1953

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Durante la Guerra de Corea (1950-1953) la aviación estadounidense lanzó más bombas contra la península que a lo largo de toda la Segunda Guerra Mundial en el Pacífico. El 75 por ciento de Pyongyang, la capital, resultó destruida; la reconstrucción no se pudo terminar hasta 1964, once años después.

Después de uno de aquellos brutales bombardeos, el Ministro coreano de Asuntos Exteriores envió un dramático cable a la ONU, que había avalado la agresión. También iba dirigido “a todos los ciudadanos del mundo” y se ha publicado muy recientemente (*).

Está fechado el 3 de enero de 1951 a las 10:30 y anuncia que 82 bombardeos cargados de explosivos incendiarios habían sobrevolando Pyongyang con una “carga mortifera” de centenares de bombas, que los “bárbaros transtlánticos” han dispersado por toda la ciudad.

Las bombas han provocado incendios permanentes que no se pueden apagar porque algunas de ellas son de efecto retardado y explotan a intervalos regulares a lo largo de todo el día.

A causa de ello, las personas no pueden escapar por las calles. “Toda la ciudad ha quedado incendiada, envuelta en llamas durante dos días”, dice el cable.

El segundo día 7.812 viviendas civiles habían sido quemadas. “Los americanos eran conscientes de que no había objetivos militares en Pyngyang”, añade el ministro coreano.

El número de civiles muertos, quemados vivos o asfixiados por el humo es “incalculable”, aunque el ministro estima que sólo una quinta parte de la ciudad ha sobrevivido al atroz bombardeo.

La Guerra de Corea es la gran desconocida porque Estados Unidos no quiere destapar uno de sus mayores crímenes. Los historiadores hablan del lanzamiento de 32.000 toneladas de napalm, siempre sobre la población civil, destruyendo ciudades enteras y con ellas exterminando a toda su población.

Aproximadamente el 20 por ciento de la población fue asesinada, confesó en 1984 el general Curtis LeMay, jefe de la Fuerza Aérea de Estados Unidos. En Corea no hay nadie que no tenga un allegado muerto en aquella gran carnicería.

Dean Risk, que fue secretario de Estado, dijo que en Corea del norte bombardearon “a todo lo que se movía”, pero también a lo que no se movía: edificios, presas, cultivos, fábricas... No dejamos “piedra sobre piedra”, fueron sus palabras.

(*) http://repository.un.org/bitstream/handle/11176/85491/S_1980-EN.pdf

Un bombardero estadounidense B-26 lanza un ataque contra la población civil de Wonsan en 1951

La evolución de las relaciones del PKK/PYD con el gobierno sirio

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Saleh Musslim, dirigente kurdo del PYD
La frontera de Siria con Turquía la dibujaron los imperialistas hace 100 años de tal manera que Siria pasó de constituir un país dominado por el Imperio Otomano a serlo por el imperio francés, mientras los kurdos quedaron al otro lado de la frontera, además de Irak e Irán, prácticamente en su totalidad.

La presencia significativa de los kurdos en Siria es muy reciente, consecuencia de la llegada del capitalismo al Kurdistán turco en los años setenta y de refugiados políticos a partir de la década siguiente.

Para los kurdos, Siria ha sido siempre un lugar de acogida y Turquía el enemigo común de ambos. La lucha de las organizaciones kurdas en Siria nunca tuvo un relieve propio; ha sido un eco de las entabladas contra Irak y, sobre todo, Turquía.

Desde 1957 la existencia de organizaciones como el Partido Democrático del Kurdistán Sirio es testimonial y absolutamente irrelevante. Ninguna de ellas tenía como objetivo la reivindicación de la autonomía del Kurdistán sirio o, como hoy se llama, de Rojava (y mucho menos la independencia).

En Siria los kurdos nunca tuvieron reconocida la nacionalidad siria no por discriminación sino porque no eran sirios sino “ajanib” (extranjeros) que disponían de un estatuto como tales, o bien “maktumin”, es decir, no registrados o sin papeles.

Las relaciones de Siria con Turquía han sido siempre malas porque, además de ser la antigua potencia colonizadora del mundo árabe, formaba parte de la OTAN, lo que condujo a los gobiernos de Damasco a apoyarse en la URSS primero y luego en Rusia.

La base de la OTAN en Incirlik, muy cercana a la frontera entre Siria y Turquía, está entre las tres más importantes del mundo, junto a Ramstein y Okinawa.

Desde 2011 la dirección de las operaciones militares de los imperialistas contra Siria se ha llevado a cabo en Incirlik y no en otra base del Centcom (mando del Pentágono en Oriente Medio) que Estados Unidos tiene en Qatar porque la Guerra de Siria está bajo la competencia de la OTAN.

Cuando a finales de los setenta se funda el PKK, su dirección y toda su logística está bajo la protección, la financiación, el armamento y el adiestramiento del gobierno, el ejército sirio y su servicio de inteligencia.

El apoyo sirio le permite al PKK iniciar y mantener la lucha armada en Turquía desde 1985.

La situación adquirió tales dimensiones que en 1998 el ejército turco invadió el norte de Siria, imponiendo al gobierno el Tratado de Adana, por el cual el apoyo sirio al PKK se tuvo que reducir y una parte de la dirección, incluido su máximo dirigente, Abdullah Öçalan, tuvo que abandonar el país, lo que condujo a su posterior detención en África.

El estatuto kurdo en Siria cambia con motivo de la escalada de agresiones imperialistas que se inicia con el ataque a Irak en 2003 y como otro eco derivado de ellas. Los 15 partidos kurdos con presencia en Siria se dividen y se reagrupan varias veces. En esos procesos tiene una intervención directa el nuevo gobierno regional creado en el Kurdistán irakí, es decir, Barzani y su Partido Democrático.

El PKK entra en los listados internacionales de organizaciones terroristas, se enfrenta al gobierno regional irakí y en Siria se reagrupa en 2004 bajo las siglas PYD, como partido “sirio”. Al no estar incluido en los listados de organizaciones “terroristas”, cuenta con importantes apoyos internacionales.

El problema kurdo deja de ser patrimonio de Turquía y se convierte en un problema también para Siria. Es el fin de una larga luna de miel del PKK con el gobierno sirio, uno de los efectos colaterales de la guerra desatada por Estados Unidos contra Irak: algunas organizaciones kurdas, entre ellas el PKK, empiezan a volver sus ojos contra su antiguo aliado, el gobierno de Siria.

En 2004 estalla la “intifada” kurda (serhildan, revuelta en kurdo) de Qamishli, cuando tras un partido de fútbol se producen enfrentamientos entre kurdos y supuestos “nacionalistas árabes” que acaban en enfrentamientos con la policía siria, ataques a sedes del Baas y edificios públicos, no sólo en Rojava sino también en Alepo y Damasco.

La cadena de televisión kurda Roj TV, dirigida por el PKK, llamó a la insurrección contra el gobierno y algunos dirigentes del PYD fueron detenidos.

No obstante, las distintas organizaciones kurdas siguen muy lejos de la unanimidad. Incluso dentro del PKK hay quienes son partidarios de mantener la lucha únicamente contra Turquía y quienes quieren meter la cuchara en los asuntos sirios. Estos últimos están apoyados por Turquía.

La Primavera Árabe dividió aún más a los kurdos, lo mismo que el inicio de la guerra. Una minoría comienza a incorporarse a los tinglados que crean los imperialistas, como el Consejo Nacional Sirio, mientras la mayoría, incluido el PKK, se mantiene en contra, e incluso se enfrentan en las calles a los manifestantes.

En setiembre de 2011 el PYD crea una coordinadora (Tev-Dem, Movimiento por una Sociedad Democrática) con el Baas y diferentes movimientos árabes progresistas, en la que participan los arameos (cristianos). El dirigente del PYD Saleh Musslim, que estaba en el exilio, aparece en Damasco a plena luz para intervenir en una reunión de una parte de la oposición, que se agrupa en un Comité Nacional para el Cambio Democrático.
 
Además, el gobierno realiza otras concesiones:

- el PYD abre cuatro escuelas en lengua kurda y tres centros culturales en Alepo, Qamishli y Malikiyi
- otorga la nacionalidad siria a casi 300.000 kurdos
- libera a más de 600 presos políticos del PKK/PYD que cumplían condena en Siria

Como consecuencia del acuerdo entre el gobierno sirio y el PKK/PYD, 3.000 combatientes kurdos que tenían su base en el nordeste de Irak entran en Siria huyendo de la presión del gobierno regional de Barzani, se incorporan al ejército regular sirio, obteniendo el control de Rojava. En los edificios oficiales los kurdos sustituyen el retrato de Bashar Al-Assad por el de Abdullah Öçalan.

El acuerdo no logra la unanimidad dentro del PKK/PYD. Mientras una parte, que actúa en nombre de Öçalan, quiere cesar la lucha armada con Turquía y lograr una tregua para concentrarse en Rojava, las unidades militares, encabezadas por Cemil Bayik, son partidarias de lo contrario: mantener el acuerdo con Siria y atacar a Turquía.

En 2013 la creación y posterior expansión del Califato Islámico vuelve a redistribuir las cartas en el norte de Siria, lo que se pone de manifiesto en la batalla de Kobane, de setiembre de 2014 a enero de 2015, cuando los kurdos se arrojan en brazos de Estados Unidos y de su estrategia de destruir Siria. Les ofrecen a los imperialistas lo que necesitaban: un protectorado en Rojava, bases militares y enfrentamientos permanentes con todos los vecinos, incluidos los popios kurdos.

En marzo de este año, las sedes del Partido Democrático del Kurdistán Sirio y de otro partido, Yekiti, en Qamishli fueron asaltadas y quemadas. Dos semanas después el PKK/PYD clausuró las sedes de casi todos los partidos y movimientos sociales de Rojava que no eran los suyos.

Las nuevas tecnologías identifican a los manifestantes por sus rostros

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Un grupos de internautas rusos ha abierto un sitio para demostrar el funcionamiento de la policía allí, que es como la de aquí.

Se han dedicado a localizar fotos de manifestaciones por las calles para contrastarlas con las fotos de los perfiles que hay disponibles en la red social Vkontakte, que es como el Facebook ruso.

La identificación de cada uno de los manifestantes se llama AFR (Automatic Face Recognition, Reconocimiento Instantáneo del Rostro) y se puede llevar a cabo mediante FindFace, un sencillo programa que se puede descargar incluso en el móvil (1).

El reconocimiento facial de las personas en internet causa verdadero furor en Rusia aunque, naturalmente, la policía tiene medios mucho más potentes que una simple aplicación para móvil. Pero el hecho es que ahora ya no son necesarias las huellas dactilares para identificar a alguien, rellenar ficheros de revoltosos y controlarlos.

Con una aplicación tan simple como FindFace lo puede hacer cualquiera. También puede buscar en internet a un hermano gemelo del que sus padres nunca le hablaron o averiguar en dónde alguien ha colocado una foto suya en compañías poco recomendables.

El problema no está sólo en las manifestaciones. La costumbre de tomar fotos con el móvil a cada momento y publicarlas es un vicio que ha arraigado muy rápidamente. El FBI almacena cada foto que encuentra en internet para alimentar su base de datos.

Además, desde que hace 35 años en España se aprobó la ley de videovigilancia, las calles y plazas se han llenado de cámaras de seguridad. Las empresas, los ayuntamientos, los contratistas de seguridad, los detectives privados, la policía, las compañías de seguros... todos han llenado sus servidores con bases de datos de dónde estamos en cada momento y con quién.

Como todas las demás “técnicas” policiales, el AFR falla más que una escopeta de feria. En junio del año pasado la Oficina de Rendición de Cuentas de Estados Unidos publicó un informe que afirma que el FBI no ha probado adecuadamente la precisión de su sistema de reconocimiento facial, ni la de las masivas redes a escala federal de bases de datos de imágenes faciales a las que tiene acceso.

Pero la policía es persistente. La técnica se lleva experimentando varios años en el Reino Unido. El pasado 31 de mayo la policía de Cardiff, la capital Gales, detuvo por primera vez a un hombre basándose en un reconocimiento facial mediante ordenador. La policía de Cardiff estaba al acecho porque tres días después se celebraba la final de la Champions League.

Un mes antes la policía galesa anunció que una empresa privada se disponía escanear para ellos las caras de la gente que se encontrase en localizaciones estratégicas del centro de la ciudad. El contrato durará dos años y cuesta más de 200.000 euros.

Las técnicas de reconocimiento facial son como todas las demás “técnicas”, es decir, no son tales técnicas sino que están condicionadas por la ideología. Desde 2011 se sabe que son tan racistas como los policías e informáticos que las diseñan. El porcentaje de acierto depende de si el rostro es el de un blanco, un negro o un asiático, de si es hombre o mujer, joven o viejo, etc. “La precisión de los sistemas de reconocimiento facial de la policía depende de la raza”, titula una revista de tecnología (2).

Si una etnia o grupo social está menos representado en la base de datos, el rendimiento del AFR se resiente. A los blancos nos viene muy bien que la policía fiche a los gitanos, los moros, los negros o los amarillos lo más posible; de esa manera los ordenadores nos reconocen con muchas más dificultades y parece que los crímenes siempre los cometen los mismos.

(1) https://play.google.com/store/apps/details?id=ru.trinitydigital.findface
(2) https://www.technologyreview.es/s/6065/la-precision-de-los-sistemas-de-reconocimiento-facial-de-la-policia-depende-de-la-raza

España se prepara para hacer frente a Marruecos en la lucha por el petróleo de Canarias y el Sáhara

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Las primeras exploraciones petrolíferas en las costas de Canarias pusieron encima de la mesa el espinoso asunto de la delimitación de las aguas jurisdiccionales entre Marruecos y España, que pueden conducir a una guerra entre vecinos. El asunto del Sáhara y el estatuto africano de Ceuta y Melilla son las otras aristas de un conflicto que ningún partido ni político se atreve a airear.

Los españoles jamás en su vida han visto un plano de las Islas Canarias que responda a su ubicación real en África, pero sólo 100 kilómetros separan a Fuerteventura de la costa de Marruecos.

Si los lectores recuerdan la reacción del gobierno de Aznar ante la “invasión” marroquí de la isla de Perejil en 2002, sabrán de lo que estamos hablando.

Según el Derecho Internacional, cada país puede delimitar sus aguas jurisdiccionales comprendidas entre las 200 y 350 millas marinas (entre 370 y 630 kilómetros) y en 2007 Marruecos ratificó la Convención de la ONU sobre el Derecho del Mar (Montego Bay), por lo que disponía de diez años para delimitar sus aguas jurisdiccionales.

Es lo que acaba de llevar a cabo, aprobando dos leyes que delimitan su espacio marítimo, incluído el del Sáhara, frente a las Islas Canarias.

Este fin de semana el portavoz del gobierno marroquí, Mustafá El Jalfi, aseguró que las leyes pretendían“incorporar el espacio marítimo que hay frente a las costas del Sáhara dentro del arsenal jurídico nacional”, o sea, dentro de Marruecos, con el fin de cimentar la tutela sobre dichas aguas y acabar con todas las alegaciones que ponen en duda la soberanía de Marruecos sobre ellas.

La agencia oficial MAP añade que el gobierno va a realizar las operaciones técnicas de delimitación jurisdiccional a lo largo de la costa atlántica, incluyendo las costas del Sáhara dentro de la “zona económica exclusiva”.

En mayo de 2014 el gobierno español autorizó a Repsol para llevar a cabo las prospecciones petrolíferas, que luego fueron tan protestadas, a 60 kilómetros de las costas canarias.

En 2013 la Unión Europea se declaró incompetente para mediar entre Marruecos y España en caso de un eventual litigio por la delimitación jurisdiccional en el Océano Atlántico para explotar eventuales yacimientos petrolíferos.

De momento España ha reforzado -no muy discretamente- su presencia militar en Canarias. La pesadilla de la Legión volverá a Fuerteventura, donde el Puerto del Rosario se ha convertido en una “zona militar”. En 2012 un general español al mando en las Islas, César Muro Benayas, advirtió que el ejército se prepara para una escalada de la tensión con Marruecos. “La cuestión del petróleo, que se va a plantear próximamente, será una fuente de inestabilidad y acentuará la tensión”, admitió el general.

Dropshot: el siniestro plan de Estados Unidos para acabar con la URSS

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Nada más terminar la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos, que eran los únicos poseedores de armamento atómico, estudiaron la posibilidad de lanzar un ataque “preventivo” contra la Unión Soviética que eliminase del tablero de juego a la superpotencia de las fichas rojas. Los Estados Unidos temían una posible invasión de la URSS en Europa occidental, Oriente Medio y Japón.

En septiembre de 1948 el presidente estadounidense Harry S. Truman aprobó un documento del Consejo de Seguridad Nacional sobre “La política de la Guerra Atómica”, que declaró que Estados Unidos debía estar preparado para “utilizar con prontitud y eficacia todos los medios apropiados disponibles, incluidas las armas atómicas, en interés de la seguridad nacional y que debía planificar en consecuencia”.

El general LeMay era famoso por haber dirigido la campaña de bombardeos estratégicos contra el Japón, que concluyó con el bombardeo nuclear de las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. Esto le valió recibir doctorados honoris causa en Derecho en las universidades John Carroll, Kenyon College, la Universidad del Sur de California la Universidad Creighton y la Universidad de Akron, entre otras distinciones.

Luego organizó el Mando Aéreo Estratégico (SAC o Strategic Air Command, instancia suprema de mando de las fuerzas aéreas estratégicas de Estados Unidos) como organismo para gestionar una posible guerra nuclear durante la guerra fría, evidentemente contra la URSS.

Antes de que este organismo estuviese totalmente operativo, en 1949, LeMay propuso lanzar el inventario atómico completo en manos de Estados Unidos (133 bombas) contra 70 ciudades soviéticas y capitales de Europa del este en un período de 30 días. Basaba su estrategia en que los soviéticos no tenían una fuerza capaz de equiparar al SAC en esos momentos y el tiempo jugaba en favor de los rusos.

El 1949 se elaboró el plan Dropshot, que preveía que Estados Unidos atacaran la URSS y arrojaran más de 300 bombas nucleares y 20.000 toneladas de bombas convencionales en 200 objetivos situados en 100 áreas urbanas, incluyendo Moscú y Leningrado (el actual San Petersburgo).

Además, se confeccionó una lista de blancos para ataques nucleares en los territorios de la Unión Soviética y sus aliados que contenía la friolera de 1.200 ciudades desde la República Democrática Alemana en occidente hasta China en oriente. Moscú encabezaba la lista con 179 blancos asignados (entre ellos, la mismísima Plaza Roja) mientras que en Leningrado se habían fijado 145. La potencia del armamento atómico empleado fluctuaría entre 1,7 y 9 megatones (la bomba atómica Little Boy, arrojada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945 era de aproximadamente 0,013-0,018 megatones).

Berlín oriental, como Varsovia (Polonia) o Budapest (Hungría), estaba en la lista junto a otras ciudades ubicadas más allá de las fronteras soviéticas e incluía a 91 blancos asignados.

Entre 75 y 100 de los 300 artefactos nucleares tendrían la misión de destruir en tierra la aviación soviética de combate. Sin embargo, lo más perturbador de los listados de objetivos que pueden revisarse en The National Security Archive desde su desclasificación en el año 2015, era una serie de objetivos que aparecían bajo el epígrafe “Categoría 275” u “objetivos de población”. Se estimaba que, con el ataque norteamericano, morirían unas 60 millones de personas.

En caso de que la URSS se negara a rendirse tras el devastador ataque, Estados Unidos continuaría bombardeando regularmente las áreas urbanas e industriales hasta conseguir su destrucción total.

Además, los planificadores proponían dar inicio a una campaña terrestre contra la URSS para obtener una “victoria completa” con los aliados europeos.

Los planes norteamericanos iban más allá de la URSS. Beijing aparecía en el top 20 (era la número 13) de las ciudades objetivo de los bombarderos de Estados Unidos, con 23 zonas identificadas para ser devastadas.

Según los documentos desclasificados en 2015, las cabezas nucleares serían lanzadas desde aviones emplazados en bases de Reino Unido, Marruecos y España. Además, se emplearían bombarderos intercontinentales B-52, que en los momentos de la confección del plan agresor estaban empezando a ser distribuidos a la Fuerza Aérea de Estados Unidos.

Durante un largo periodo de tiempo, el único obstáculo en el camino para iniciar ese ataque nuclear masivo fue que el Pentágono no poseía suficientes bombas atómicas (en 1948 Washington se regodeaba de tener un arsenal de 50 bombas de este tipo), ni de disponer de aviones para llevar a cabo el ataque. Por ejemplo, ese mismo año la Fuerza Aérea de Estados Unidos tenía sólo treinta y dos bombarderos B-29 modificados para arrojar los mortales ingenios radioactivos.

En 1949 el arsenal nuclear de Estados Unidos había alcanzado ya las 250 bombas atómicas y el Pentágono llegó a la conclusión de que una victoria sobre la Unión Soviética era ya “posible”. Por suerte para el género humano, la prueba de la bomba atómica soviética ese mismo verano asestó un duro golpe a los planes militaristas estadounidenses. Así lo describe profesor Donald Angus MacKenzie, de la Universidad de Edimburgo, en su ensayo “Planificación de la Guerra Nuclear y Estrategias de coacción Nuclear”.

“La prueba de la bomba atómica soviética el 29 de agosto de 1949, sacudió profundamente a los estadounidenses, que habían creído que su monopolio atómico podría durar mucho más tiempo. Sin embargo, no alteró de forma inmediata el modelo de planificación de la guerra. La cuestión clave a considerar era qué nivel de daño forzaría una rendición soviética”.

En enero de 1950 el científico Klaus Fuchs, físico teórico nacido en Alemania y miembro del equipo del Proyecto Manhattan, que construyó la primera bomba atómica de Estados Unidos, fue detenido, juzgado y (tras reconocer su culpabilidad) sentenciado a catorce años de prisión por pasar secretos militares a una nación aliada (sí, la Unión Soviética todavía, de cara a la galería, estaba catalogada como estado aliado).

Fuchs había suministrado información vital a la Unión Soviética sobre el Proyecto Manhattan de forma absolutamente desinteresada, partiendo de sus convicciones políticas y la certeza del profundo peligro que suponía el monopolio nuclear que pretendió lograr Estados Unidos. Esto sirvió de forma decisiva para que los soviéticos creasen su propia arma nuclear.

El gobierno soviético agradeció a Fuchs sus actos condecorándolo con la Orden de la Amistad de los Pueblos, uno de los más altos galardones de la URSS. Fue liberado el 23 de junio de 1959, tras lo que emigró a la República Democrática Alemana, donde continuó con su carrera científica, logrando una considerable prominencia. Murió en 1988.

https://es.rbth.com/cultura/historia/2017/07/11/operacion-dropshot-el-plan-de-eeuu-para-destruir-la-urss-en-1959_800270



Más información:


Israel quiere crear otra tropa del mercenarios en el sur de Siria

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Israel planea crear un ejército mercenario en el sur de Siria en la frontera con los altos de Golán y Jordania para sustituir a los actuales grupos terroristas que operan en la región, fundamentalmente Al-Qaeda/Frente Al-Nosra/Fatah Al-Sham.

Según el diario Al-Sharq Al-Awsat, el “ejército del sur de Siria” que estará dirigido por Israel se basa en un modelo cercano del “ejército del sur del Líbano” que el régimen de Tel Aviv fundó y apoyó durante los años setenta. El referido “ejército” fue el que cometió en 1982 las masacres de Shabra y Chatila, donde 3.000 palestinos fueron asesinados.

El plan israelí fue revelado tras el acuerdo entre Estados Unidos y Rusia sobre un alto el fuego en el sur de Siria para evitar que las fuerzas leales al gobierno sirio y Hezbolah controlen la región, según el diario.

Israel considera como estratégicas a Daraa, Suwayda y otras áreas en la frontera con los altos de Golán. El régimen de Tel Aviv tiene aliados allí, incluyendo los integrantes del denominado “ejército libre de Siria”, que pueden ser parte de la nueva fuerza mercenaria.

Según las fuentes israelíes, el objetivo del “ejército del sur” sería impedir la caída de los altos de Golán después de que la guerra contra el Califato Islámico haya terminado, que dejará la región a merced de Siria y sus aliados.

A pesar de que Israel coordina su actividad en Siria con Rusia, pero desconfía. En Tel Aviv creen que Moscú puede llegar a acuerdos con Irán sobre el control de la región de acuerdo con su interés común en mantener al presidente sirio Bashar Al-Asad en el gobierno.

Israel arrebató los altos del Golán a Siria en 1967, durante la guerra de los Seis Días, que luego consolidó con otra guerra, la de 1973. La Resolución 242 del Consejo de Seguridad de la ONU lo considera como un territorio ocupado.

http://alwaght.com/es/news/103519

Reunión en Hamburgo: Rusia 1, USA 0

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Darío Herchhoren

Al fin se produjo el encuentro. Putin y Trump se vieron las caras, y la reunión que estaba programada para 40 minutos se prolongó dos hora casi y media. Esto es en sí mismo un triunfo. La prensa  occidental, tan manipuladora se dedicó a evaluar los gestos y apretones  de manos entre ambos, las miradas, el color de las corbatas, y si sus zapatos relucían o no. Todo muy importante y sustancioso.

Pero evidentemente hay mucha tela para cortar. El primer resultado es que se ha obtenido un alto el fuego, que en general se respeta. Otro de los resultados es que USA tira la toalla y deja en manos de Rusia el futuro de Siria, tal como le comentó Rex Tillerson, Secretario de Estado USA a Antonio Guterres, Secretario General de la ONU.

Esto es obviamente la constatación por parte del imperio de su impotencia para acabar con el gobierno legítimo de Siria, ante la resistencia del mismo, y sobre todo de la existencia de un aliado poderoso del mismo como es Rusia; y el peligro de internarse en un conflicto mayor donde intervendría Irán, que es una gran potencia regional.

Pero este imperio y todos ellos funcionan igual: ante el revés sufrido, han comenzado maniobras militares de la OTAN en aguas del Mar Negro, con participación de fuerzas de doce paises de la misma, y con epicentro en el puerto de Odessa en Ucrania, en una clara provocación a Rusia.

Quizá Trump y Tillerson estén interesados en mantener el "statu quo" con Rusia, pero estas provocaciones no dependen de la buena voluntad de unas personas individuales. La OTAN es no solo un pacto militar agresivo; es básicamente un inmenso negocio, y como todo negocio está hecho para ganar dinero. Y muchísimo dinero.

La OTAN es una oligarquía integrada fundamentalmente por el complejo militar industrial de los USA; pero además de los fabricantes de armas estadounidenses, están las fábricas de los otros miembros, y otros países ajenos a dicha organización que proveen material militar como es el caso de Suecia que fabrica motores para aviones cazabombarderos.

Esto significa en el lenguaje del imperio que se acepta la derrota ante la evidente superioridad rusa en  armamento, y significa la confesión indirecta de su fracaso en el escenario sirio. Esto es obviamente una provocación que sirve para "equilibrar"la humillación de Hamburgo.

Ya sabemos por experiencia, que no se debe confiar jamás en la palabra del imperio ni de sus representantes. La provocación de la OTAN es obvia. Pero, ¿es la OTAN una organización independiente del gobierno de los USA? La respuesta es compleja; como aproximación podemos decir que la OTAN está manejada por una oligarquía formada por el complejo militar industrial de los USA, y de los diversos proveedores de material militar de la misma, y de proveedores de otro material no directamente militar como raciones de comida, uniformes, calzado y todo aquello que necesita un ejército.

Imaginemos por un momento cuánto gasta la OTAN en jabón para que se duchen sus militares, cuanto gasta en sábanas, cuanto paga en gordas comisiones a glotones intermediarios, comisionistas, etc. Hay algo alrededor de la OTAN que se parece mucho a una bandada de buitres, a los cuales es muy difícil hacerles soltar la presa.

Este enorme grupo de cleptócratas no tiene el menor interés en acabar con el bloque militar y en rebajar la tensión. Quizá no quiera una guerra nuclear que sería catastrófica para la humanidad entera; pero sí es partidaria de una situación de "ni guerra ni paz". Solo crear conflictos regionales o de baja intensidad, que justifiquen el gasto militar y una nueva carrera armamentística.

Rusia sale fortalecida de la cumbre de Hamburgo; pero el imperio nunca va a renunciar a ser imperio y la única forma de derrotarlo es ir comiéndole el terreno y hundirlo en su economía. Ese camino está ya siendo transitado. Los BRICS, el grupo de Shanghai, el Banco Euroasiático de Desarrollo, las dos rutas de la seda que ya están diseñadas y en construcción están desangrando al imperio, y ya podemos avizorar su fin.

El fascismo no paga traidores

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B.

Estuvo en Ermua en los actos del vigésimo aniversario de la muerte del concejal del PP de esa localidad vizcaína, Miguel Ángel Blanco, una representación de Sortu, partido abertzale, y les preguntan qué pintan allí. Y no les falta razón, o, al menos, coherencia para el sector más facha, vamos a decir así, más ultra, que ve en ellos algo más "pecaminoso" que ver a un troskista en un homenaje al gran Stalin: un despropósito, una impostura. El sector más "inteligente" del fascismo, vale decir también, que es quien maneja el cotarro, ve con buenos ojos estas nuevas demostraciones de bajada de pantalones de la ya extinta izquierda abertzale, pero no lo demuestra dejando el protagonismo a lo más ultramontano del Régimen (del 36), a lo más vistoso y ruidoso que acapara titulares.

¿A qué van a ese tipo de propaganda fascista si, además, saben que los van a linchar mediáticamente, que no se lo van a "agradecer", que no tendrán conmiseración, que saben que esos fachas jamás irán -en contrapartida- a un homenaje a, por ejemplo, se me ocurre, de Santiago Brouard, asesinado por sicarios a sueldo del PsoE del criminal González, otro hijoputa que morirá en la cama, que no hay "reciprocidad", que no escarmientan en cabeza ajena como le ha pasado a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, que cede ante las "presiones" del facherío y va a actos donde la van a abuchear, y ni los representantes de Sortu ni esta señora tienen el amor propio suficiente para decir algo así tan castizo como "joder, encima que voy, tragando sapos, van y me pitan, que les den por culo a esos fachas", pues no, va a ser que no, que la degradación no tiene solución de continuidad. Me mean encima y digo que llueve.

Es igual lo que hagan, les pedirán más "gestos". La cosa ya empezó "negociando" con los fiscales la no entrada en la cárcel de acusados abertzales a cambio de "reconocer" que hemos sido unos chicos malos, ellos no, nosotros, y reconocemos la "democracia" española que negábamos ayer mismo. Y antes se vió en el "caso Bateragune" donde Otegi fue juzgado por, según los jueces españoles, tratar de recomponer Herri Batasuna -ilegalizada entonces, hoy legalizada tras pasar por la horca caudina de la "Ley de Partidos" español-, cuando no hacía otra cosa que justamente lo contrario, esto es, decirle a ETA que lo deje, que ya le vale, que se rinda, que toca "hacer política", o sea, "vivir de ella", de la poltrona.

Aún así, el fascismo no pagó a este traidor -no encuentro otro término, lo siento, ya sé que puede sonar fuerte, sobre todo a los vascos- y le hizo "chupar" seis años y medio de trullo por la puta cara por "filoterrorista"y demás mandangas para adormecer al público que tanto me adora. Sólo los que saben de qué va esto, empiezan a reconocer los "méritos" de este buen hombre por la paz (romana), o sea, por la rendición incondicional (unilateral) del otrora llamado MLNV (Movimiento de Liberación Nacional Vasco). Yo, de tener un mínimo de vergüenza, me estaría comiendo los hígados, que decía mi madre.

No, el fascismo no paga traidores porque se sabe vencedor desde el 36 (no hay más que ver la mueca de risa del chulo de barra pepero Hernando), salvo a quienes venden cara su piel y su cotización como los "podemitas" y quintacolumnistas tipo Ada Colau para reventar el referéndum catalán y su derecho -sin más ni más, señores, su derecho- a decidir lo que les salga de los perendengues, dicho en roman paladino a la Berceo manera.

Goog night, ladies and gentlemen.

Los vecinos de Moscú se alzan contra el plan urbanístico del alcalde

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Serguei Sobianin, alcalde de Moscú
Desde la primavera se vienen convocando en Moscú protestas vecinales contra el proyecto del alcalde, Serguei Sobianin, de derribar 4.500 “jruschevkas” que es como llaman allá a los edificios de viviendas de cuatro plantas contruidas en época de Jruschov. Es una obra faraónica, con un coste estimado de 21.000 millones de euros, uno de los mayores planes urbanístico europeos, comparable a la Operación Chamartín de Madrid, que supondría el desalojo de un millón de vecinos de sus casas y barrios.

Algunos hablan de “la destrucción del siglo” y las manifestaciones callejeras denuncian la naturaleza claramente especulativa del plan urbanístico. Lo que quieren derribar no son las “jruschevkas” en mal estado, los viejos “komunalka” (apartementos comunitarios), sino los que se encuentran en las mejores zonas de la ciudad, donde las grandes torres de apartamentos sustituirán a los actuales edificios bajos.

Por lo tanto, unos vecinos protestan porque les derriban sus “jruschevkas” y otros porque no se las derriban. Todos ellos, acostumbrados a los antiguos tiempos, se quejan de que el alcalde no les ha consultado previamente. También se han acostumbrado a los barrios pequeños y espaciosos donde todos se conocen y departen en los parques y zonas comunes, destinadas a desaparecer del nuevo Moscú. Los abuelos ya no tendrán estanques donde pasan el tiempo arrojando migas de pan a los patos.

La alcaldía ofrece realojamiento al millón de afectados, pero es un trágala: los que no se vayan por las buenas se irán por las malas en el plazo de 60 días. Los más “modernos” se aferran a su derecho a la propiedad: compraron una casa y ahora un organismo público se la expropia para cambiársela por otra peor, de baja calidad. ¿No se había acabado el socialismo?

Para que el realojamiento sea “rentable” el alcalde deberá edificar entre 1,5 y 3 veces más de lo que ya hay en la misma zona, lo que supone entre 3 y 4 millones más de habitantes en Moscú, una capital ya muy saturada de población. El alcalde tiene otras cifras: Moscú sólo crecerá en medio millón de habitantes como máximo, asegura. Cualquiera que sea la cifra, ese volumen adicional de población necesitará escuelas, centros de de salud...

Para ese volumen de edificación hay que acabar con las zonas verdes, los parques y las zonas de juegos para niños, que son prestaciones típicas de los viejos tiempos soviéticos. Como en cualquier otra ciudad del mundo, en Moscú hay quien defiende el patrimonio cultural, arquitéctónico e histórico, que tratándose de Rusia tiene un fuerte contenido político y, por qué no decirlo, sentimental: lo que algunos quieren conservar es la URSS, o algo de ella, lo que quede.

Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, además de las “jruschevkas” el alcalde ha puesto en la lista negra a edificios del constructivismo soviético, una corriente cultural de los años veinte que también tuvo su influencia en la arquitectura.

El conservacionismo arquitectónico es como todo y quien lo lleva al extremo quiere que Moscú sea declarada patrimonio de la humanidad para impedir el derribo de cualquier vivienda.

El alcalde se apoya en un sondeo telefónico realizado en mayo, según el cual más de un 75 por ciento de los moscovitas están a favor de su proyecto urbanístico.

El Ministerio del Interior y las empresas contratistas explotan el trabajo de los presos

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La multinacional Delphi Packard que preside el señor Zhongchi Yu emplea presos de la cárcel de Daroca (Zaragoza) en la fabricación de componentes para los automóviles; Industrias Huerta, de la familia Huerta García, utiliza reclusos de Valdemoro (Madrid) en la producción de apliques, piezas y tornillería; Cándido Martínez encarga sus cajas para el pescado a los presos de Huelva; Calzados Robusta, de Adelardo Arechacaleta, en Arnedo (La Rioja), saca parte de su producción con el trabajo de los presos de Logroño. Y así, hasta 133 empresas se benefician del subempleo de personas condenadas en otros tantos talleres penitenciarios repartidos en 53 prisiones de toda España, menos Cataluña, donde la Generalitat se encarga del trabajo de los presos. El rendimiento económico para elMinisterio del Interior es extraordinario: una facturación neta de 156 millones de euros, tras deducir gastos como los de las nóminas de monitores y funcionarios, que ascienden a 54,5 millones anuales.

De vez en cuando alguna empresa no paga. Es lo que ocurrió con Cables y Contratas SL, que utilizaba a los presos de Zuera (Zaragoza) en tareas de carpintería y manufacturas y, a pesar del bajo coste, su titular, Florencio Sebastián Pardillos, presentó concurso de acreedores; o de Aluminios Fedi, de los promotores y mercaderes Miguel Ángel Llorente Alonso y Javier Eduardo Ortiz Olaiz, que encargaban a los reclusos de Burgos la confección de puertas y ventanas. A las empresas les interesan los talleres penitenciarios porque les reportan un gran ahorro salarial y social.

“El pago a los internos trabajadores”, dice el ministro Zoido, un juez al fin y al cabo, acostumbrado a mandar gente a la cárcel, “se realiza ingresando su salario en la cuenta particular de su peculio. Se les ingresa el día 15 de cada mes, y como el ente estatal Trabajo Penitenciario y Formación para el Empleo (TPFE) es quién realiza el pago de las nóminas, siempre está garantizado. Actualmente no hay ninguna empresa morosa, si bien en casos puntuales, alguna empresa se ha retrasado en el pago de la facturación en el plazo acordado. Únicamente ha habido dos rescisiones de contrato por morosidad y han sido a las ya mencionadas Cables y Contratas SL y Aluminios Fedi”.

Aunque el TPFE que preside el secretario general de prisiones Ángel Yuste y gestiona José Suárez Tascón (dos históricos del PP en la materia) mete en el mismo saco a los que trabajan para el organismo propiamente dicho y los que producen para las 133 empresas externas que se han acogido a los convenios-marco de Trabajos Penitenciarios con la patronal, fuentes sindicales estiman que unos 3.500 presos trabajan en los talleres industriales de las cárceles para las empresas privadas. Esto significa que más de una cuarta parte de los 12.404 reclusos (dato de 2015) que realizan actividades productivas, con jornadas de tres a cinco horas como máximo, reportan beneficios a terceros.

Trabajos Penitenciarios paga a los presos entre 2,61 y 3,77 euros la hora, según la actividad de que se trate. Así, los que realizan tareas auxiliares cobran 2,61, mientras los de manipulados simples, confección industrial, madera, electricidad, cerámica, artes gráficas, cocina, panadería y agro reciben 3,66 euros, y los de manipulados complejos, mantenimiento, metálica, servicios y confección industrial compleja perciben once céntimos más: 3,77 euros la hora. De este modo, un “operario base” (argot administrativo) que trabaje tres horas al día ingresa entre 235 y 339 euros por treinta días de trabajo, mientras que el que pueda trabajar cinco horas diarias tiene una nómina de 391,5 a 565,5 euros al mes.

Con excepción de las retribuciones de los empleados en los economatos y en los servicios auxiliares de las prisiones, que han subido 2 céntimos de euro la hora en 2016, pasando de 2,59 a 2,61 euros, las demás tarifas laborales se mantienen congeladas desde 2012. Si se toma como referencia el salario mínimo interprofesional (707 euros netos mensuales), la tarifa mínima por hora de trabajo tendría que ser de tres euros. Las retribuciones de una gran parte de estos trabajadores privados de libertad pueden ser calificadas, pues, de injustas y abusivas. En contraste con este trato, el gerente de Trabajos Penitenciarios, Suárez Tascón se ufana del crecimiento de los ingresos: “Nos encontramos ante unos niveles de ventas por encima del inicio de este ciclo de cuatro años, habiendo obtenido en 2015 un total neto por ventas y prestación de servicios de más de 156 millones de euros, frente a los 150 millones de 2014, cifras que indican un alto nivel de productividad en la gestión de los empleados”.

Los gastos en “salarios y asimilados” (argot burocrático) fueron 54,5 millones, a los que se añaden 7,8 en cargas sociales y que la gestión ordinaria y los suministros y servicios prestados por empresas del exterior para el normal funcionamiento de los talleres y la formación representó un gasto de 8,3 millones de euros anuales. En las nóminas del personal se incluyen 297 funcionarios y 36 contratados laborales que prestan servicio en TPFE. El gerente cobró oficialmente 77.000 euros brutos el año pasado.

El Ministerio del Interior se ha opuesto a facilitar la lista de empresas que emplean presos, por considerarlo “perjudicial” para los intereses económicos y comerciales del departamento, pero tuvo que facilitar la relación por decisión del Consejo de Transparencia. El gobierno del PP sigue negando, en cambio, los ingresos procedentes de esas empresas a las que facilita la mano de obra y otros servicios para que desarrollen su producción en los talleres penitenciarios. Al tratarse de una situación al margen del Estatuto de los Trabajadores y de los convenios colectivos, los trabajadores presos se ven privados de los derechos constitucionales básicos y laborales mínimos como son la afiliación sindical y las vacaciones anuales retribuidas.

Probablemente al gobierno del PP le resulte paradójico el derecho a vacaciones en prisión, donde residen algunos correligionarios incursos en delitos de corrupción, pero las leyes deberían prevalecer sobre la alegalidad. Luego ya, en el terreno de la paradoja cabe incluir el hecho de que los presos quienes confeccionen los uniformes de los funcionarios encargados de vigilarles. Para CCOO no hay duda de que las empresas privadas se están beneficiando de las instalaciones del organismo público y de una mano de obra en unas condiciones “casi esclavistas”. Además, el sindicato denuncia las“prácticas inaceptables, de competencia desleal y dumping social” por parte de empresas a las que se facilita la producción en las cárceles mientras reducen sus plantillas laborales.

Esta situación se produce en el país con mayor número de presos de toda Europa por cada cien mil habitantes y en el que gran parte de los 51.743 reclusos existentes (13.805 menos que en 2009) se muestran dispuestos a trabajar a cambio del salario mínimo interprofesional.

https://www.cuartopoder.es/economia/relaciones-laborales/2017/07/13/interior-se-forra-trabajo-los-presos/

El Pentágono admite que sus ‘consejeros y acompañantes’ están en Raqqa armados pero sin disparar

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Dos consejeros y acompañantes en Raqqa
Ayer el portavoz del Pentágono, el coronel Ryan Dillon, admitió la presencia de comandos de operaciones especiales en el centro de Raqqa bajo el eufemismo de “consejeros y acompañantes” de otro eufemismo, como las FDS (Fuerzas Democráticas Sirias).

El portavoz se esforzó en enfatizar que dichos “acompañantes” no combaten directamente sino que “coordinan” los ataques aéreos, es decir, que dirigen desde el suelo a la aviación de su propio país: Estados Unidos.

Desmintiendo lo que muestran las fotografías, dichas tropas van armadas con todo su equipo y se encuentran en medio de los combates, a diferencia de lo que está ocurriendo en Mosul. “Están mucho más expuestas al contacto con el enemigo que en Irak”, explicó Dillon.

La ofensiva de Estados Unidos y las FDS para recuperar Raqqa comenzó en noviembre del año pasado. El 6 de junio las FDS lograron abrir una brecha dentro del muro que rodea la parte vieja de la ciudad, el último feudo del yihadismo en Siria.

Según Dillon, el Califato Islámico utiliza drones cargados de explosivos cada vez más asiduamente, una táctica que también han empleado en Mosul. “Desde hace una o dos semanas aumenta a medida que hemos seguido penetrando en el corazón del centro de la ciudad de Raqqa”, manifestó el portavoz.

El Pentágono rehúsa informar sobre el número exacto de tropas que tiene desplegadas en Siria, aunque se estima que 500 soldados de operaciones especiales dirigen los movimientos de las FDS y que, además, hay infantería de marina al mando de las baterías de artillería que bombardean Raqqa.

La presencia de una unidad de artillería fue admitida en mayo por el Centcom, el mando del Pentágono en Oriente Medio y sus efectivos se calculan en 400 soldados de la XI Unidad de infantería de marina.

Estados Unidos tampoco ha establecido ningún límite temporal a su invasión de Siria, aunque el general Stephen J.Towsend ha admitido que permanecerán incluso después de la derrota del yihadismo.

El gobierno de Siria ha repetido que no admite la presencia de tropas estadounidenses en su territorio y que su función real no es la de combatir a los yihadistas, sino de proteger la huida de sus dirigentes para posteriores utilizaciones.

En junio Hezbollah amenazó con atacar directamente a las fuerzas estadounidenses desplegadas en Al-Tanf, en la frontera sur de Siria.

Las múltiples sucursales que mantienen los sionistas en Kurdistán

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Muy poco después de la invasión imperialista de Irak y la imposición de un gobierno regional kurdo, en agosto de 2003, Israel organizó en Tel Aviv una conferencia para aconsejar a los capitalistas que invirtieran en Kurdistán utilizando para ello a empresas radicadas en Jordania y Turquía y códigos de barras falsificados que ocultaran su verdadero lugar de producción: Israel.

El Kurdistán irakí está lleno de este tipo de mercancía averiada y de empresas israelíes. En 2008 el sitio Roads to Irak contabilizó 210 sociedades israelíes de falsa bandera operando en los mercados kurdos. Al año siguiente su número se disparó cuando el Primer Ministro irakí, Nuri Al-Maliki, suprimió el boicot empresarial a Israel, una parte de las cuales eran ventanillas de reclutamiento del Mosad.

Líbano es el segundo país inversor en Kurdistán, con 13.000 millones de dólares, que también aparece muy frecuentemente en el sur de Irak, en la zona petrolífera de Basora, alguna de cuyas empresas son mixtas líbano-israelíes, a veces con la apariencia procedente de su constitución en Estados Unidos, con denominaciones típicamente occidentales y con escala en Dubai.

En los capitales libaneses que operan en Kurdistán hay muchos oficiales retirados del ejército, viejos pistoleros de las milicias cristianas que ofician como contratistas privados de seguridad, visten el traje de intérpretes de Blablater u ofician como instructores de todo tipo.

Turquía no podía faltar en un negocio de estas características. Las relaciones de Erdogan con Barzani son casi íntimas porque están cosidas por la animadversión de ambos hacia el PKK/PYD. Cuando en 2013 se produjo la creación y expansión del Califato Islámico, Barzani elogió a la nueva organización yihadista que trataba de hacer una “revolución de las tribus”, es decir, crear un nuevo Estado exclusivamente suní, paraleleo al kurdo. Los propios yihadistas se encargaron de desengañarle. Sólo entonces se apercibieron de que uno de los objetivos militares de los yihadistas era Kurdistán y que su pretensión era reducir a la población kurda a la condición de esclavos.

No contento con aquella torpeza, Barzani lanzó otra provocación contra el gobierno central de Bagdad, participando en el saqueo del petróleo y su exportación a Israel. El primer cargamento de petróleo llegó al puerto israelí de Ashkelon a finales de jiunio de 2014, dos semanas después del ataque del Califato Islámico al Kurdistán. Otra parte del petróleo se exporta a través del puerto turco de Ceyhan y en el negocio estaba involucrado Erdogan personalmente.

Un Estado kurdo independiente crearía un “tsunami político” en Oriente Medio, reconocen los propios kurdos. Ningún país vecino lo reconocería, “excepto Israel” (1). “Israel quiere ser el primer país en reconocer la independencia de Kurdistán”, decía Reuven Azar, un diplomático israelí en Estados Unidos (2). Los sionistas están interesado en la fragmentación de Irak tanto como en la de Siria. En ambos países utiliza a los kurdos como peones contra los países respectivos. El otro objetivo de Israel al apoyar a los kurdos es Irán. En el Kurdistán irakí el Mosad entrena comandos para infiltrarlos dentro de Irán, con un balance nefasto hasta la fecha. Como carne de cañón, los comandos están siendo aniquilados uno detrás de otro por las fuerzas iraníes.

Los centros de adiestramiento del Mosad en el Kurdistán irakí también imparten formación y equipan a los peshmergas de Barzani, es decir, que su colaboración se extiende a muy diferentes organizaciones kurdas.

Durante una conferencia en Tel Aviv en 2014 el antiguo dirigente de la seguridad israelí, Avi Akhtar, admitió los sionistas que están interesados en la partición de Irak y que su gobierno jamás pudiera volver a a recuperar el protagonismo que había tenido en el mundo árabe. Para Israel el Kurdistán irakí es una atalaya inmejorable de agresión: desde el inicio de la invasión en abril de 2003 y octubre de 2004 el Mosad asesinó a 310 científicos, ingenieros y especialistas irakíes, es decir, la parte sustancial de fuerza de trabajo más especializada, algo parecido a lo que han llevado a cabo con los palestinos.

Tras la batalla de Fallujah, el Pentágono construyó en el desierto de Neguev un centro de entrenamiento para infantería de Marina llamado Baladia City, situado cerca de la base secreta de Tzeelim en el que los soldados israelíes participan hablando árabe, jugando a ser el enemigo o población civil. Según el Marine Corps Time, el centro se ha levantado siguiendo los planos de Bint Jbeil, donde en 2006 el ejército israelí fue derrotado por Hezbollah.

(1) http://www.rudaw.net/english/middleeast/iraq/21042017
(2) http://http://www.kurdistan24.net/en/feature/7cb7106e-0698-4520-a9fc-eb20073e26e4/%E2%80%98Israel-would-be-first-to-recognize-indepen

Los funcionarios jubilados están dejando de cobrar sus pensiones en Estados Unidos

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La quiebra de Lehman Brothers fue un pequeño aperitivo. Todo el sistema financiero de Estados Unidos está al borde del abismo, especialmente los fondos de pensiones. No es un problema del futuro sino del presente.

En todo el mundo a los jubilados les espera un futuro muy negro, pero especialmente en Estados Unidos, donde sólo el 25 por ciento de los trabajadores cotizan en el sistema público; el resto lo hace en el privado, incluidos los funcionarios.

El Instituto Hoover, un centro de análisis de la Universidad de Stanford, ha lanzado la alarma. El agujero es de 3.850 millones de dólares. Grandes ciudadaes como Dallas, Filadelfia, Nueva Orleans y Chicago no tienen forma de pagar las pensiones contratadas. Algunas de ellas ya han dejado de pagar, otras sólo pagan en parte y otras han prometido que buscarán dinero para pagar.

El año pasado se acumularon deudas por valor de 434 milloones en pensiones impagadas y las típicas explicaciones absurdas vuelven a aparecer, especialmente el aumento de la esperanza de vida, dejando al margen la crisis, el papel de los fondos privados y la gestión de los mismos.

Necesitados de dinero fresco, los fondos han llevado a cabo inversiones cada vez más arriesgadas. Necesitan una rentabilidad del 7,5 por ciento pero no llegan a un tercio de ese porcentaje a causa de la caída de la bolsa y los tipos de interés.

En 2008 los fondos privados en el mundo perdieron el 18,3 por ciento de su valor, el 20 por ciento en EEUU y el 9 por ciento en España.

Los fondos privados tuvieron su etapa dorada entre 1995 y 2000, coincidiendo con las primeras amenazas de quiebra del sistema público. Los economistas engañaron a los trabajadores afirmando que para que el sistema público no se hundiera había que promocionar el privado.

Los fondos privados pasaron de gestionar 4,9 billones de euros a 11,5 billones en sólo cinco años. En España pasaron en el mismo periodo de tiempo de 13.000 a 38.000 millones de euros.

El derrumbe previsto para el año 2000 no llegó, pero el engaño sigue adelante. Periódicamente nuevos informes de “expertos” siguen con el mismo mantra, una y otra vez.

Pero el mundo vuelve a estar del revés: lo que realmente está en quiebra es el sistema privado que, al estar vinculado a la bolsa, se ha hundido como consecuencia del colapso financiero de 2008.

57 años del asesinato de Lumumba por los imperialistas

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Hace 57 años agentes de los servicios secretos belgas y de la CIA introdujeron el cuerpo de Patrice Lumumba en un barril de ácido y lo hicieron desaparecer. El Congo pudo haber ido hacia una democracia y, por el contrario, fue hacia una de las peores dictaduras africanas del siglo XX.

Patrice Lumumba fue el primer jefe de gobierno de la República Democrática del Congo. Buscó la descolonización de su país en manos de Bélgica y destruir totalmente el poder colonialista europeo presente en África, erradicar el ultraje y el expolio que durante siglos había sufrido el continente.

En 1958 se orientó decididamente hacia la lucha por la descolonización del Congo por las escasas posibilidades de acción social que le permitían las autoridades coloniales belgas y así fundó el Movimiento Nacional Congolés, partidario de crear un Estado independiente y laico, cuyas estructuras políticas unitarias ayudaran a superar las diferencias tribales creando un sentimiento nacional.

Tras la independencia de Bélgica, el 30 de junio de 1960, el Congo celebró elecciones, y Patricio Lumumba, líder de la lucha independentista, llegó a la presidencia con un programa nacionalista y de izquierda.

Lumumba no pudo impedir que la retirada del ejército belga diera paso conflicto político con pronunciamientos militares, ataques a la población blanca y disturbios generalizados.

La rebelión fue especialmente grave en la región minera de Katanga, que se declaró independiente bajo el liderazgo de Tschombé; Lumumba denunció que esta secesión había sido promovida por el gobierno belga en defensa de los intereses de la compañía minera que explotaba los yacimientos de la región.

Lumumba pidió ayuda a la Organización de Naciones Unidas (ONU), que envió un pequeño contingente de cascos azules incapaces de restablecer el orden, y por eso pidió el apoyo de la Unión Soviética, con lo que amenazó directamente los intereses occidentales.

El presidente de Estados Unidos, Eisenhower, dio entonces orden de eliminarlo. Y envió al agente de la CIA, Frank Carlucci, quien luego sería secretario de Defensa de Ronald Reagan.

Un golpe de Estado derrocó a Lumumba en septiembre de 1960. Fue torturado brutalmente y fusilado por mercenarios belgas, que disolvieron su cuerpo en ácido y esparcieron sus restos para que no fuera reconocido.

En noviembre de 2001, el Parlamento de Bélgica reconocía la responsabilidad de su Estado en la muerte de Patricio Lumumba.

Lumumba fue asesinado de esa manera por la gran lucha política e ideológica que realizó para dar a conocer la unidad como instrumento y vía para el logro de la liberación por parte de los pueblos africanos, de los yugos coloniales que se mantenían en el momento en que libró su lucha y que aún se mantienen, incluyendo entre ellos al neocolonialismo naciente y al imperialismo norteamericano que ya comenzaba a meterse en los países africanos para sumarse a los saqueadores de las riquezas de ese continente.

El pensamiento de Patrice Lumumba constituyó un peligro para las potencias occidentales explotadoras de los pueblos africanos. Medio siglo después, las autoridades estadounidenses reconocieron su implicación en el derrocamiento y asesinato del dirigente congoleño.

http://www.telesurtv.net/news/Patrice-Lumumba-el-heroe-asesinado-de-Africa-20160116-0031.html

Las Guerras del Cáucaso (1)

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Shamil, el León de Daguestán
El Cáucaso es una frontera natural entre Europa y Asia. Dominado de este a oeste por una gigantesca cordillera, allá se pueden escalar 17 montañas más altas que el Mont Blanc que han sido tradicionalmente el refugio de muchos pequeños pueblos y comunidades religiosas perseguidos por sus poderosos vecinos. De entre ellos los más importantes han sido tres de los más grandes imperios que la historia ha conocido: el persa, el otomano y el ruso. Allí han coincidido estos tres gigantes con las tribus más minúsculas y entre ellos se han dado toda clase de combinaciones.

Los chechenos, que proceden de antiguas migraciones europeas a la región, se denominan a sí mismos “nojchi” porque su idioma pertenece al grupo “naj”, una de las familias lingüísticas caucásicas. De vida nómada y organizados en clanes, entre los siglos VIII y XIII estuvieron sometidos a la dominación de osetinos y kabardios y entre los siglos XIII a XIV a la de los mongoles. Desde el siglo XV hasta el XVIII luchan entre sí turcos, persas y rusos por el dominio de Chechenia y el Cáucaso.

Al mismo tiempo, muy lentamente, los valles y las aldeas más remotas fueron aceptando el islam que, en su avance, fue ocupando casi todo el Cáucaso en el siglo XVIII. La región se fragmentó en pequeños janatos o clanes donde la autoridad religiosa se confundía con la política. Tan sólo los georgianos, los armenios y los osetinos no se islamizaron, mientras otros pueblos, como los kalmucos, de origen mongol, preservaron el budismo.

Los chechenos son musulmanes sunnitas, si bien pertenecientes a una rama muy minoritaria: los sufitas. El sufismo es un movimiento gnóstico del islam que pone el énfasis en el misticismo y establece prácticas destinadas al logro de un mayor desarrollo espiritual interno. Los sufitas consideran que pueden alcanzar un contacto directo con dios y tienen un maestro que actúa como intermediario entre dios y los fieles.

Este es un elemento de identidad trascendental para comprender algunos de los acontecimientos chechenos, especialmente frente al último imperio de los tres que llegó a la región, el imperio zarista, de religión ortodoxa. A diferencia de otras ramas islámicas, los sufitas están organizados en hermandades (“tariqas”), de las cuales las más importantes y las más antiguas son la “Qadiriya” (fundada en 1166) y la“Naqshbandiya” (fundada en 1389). La influencia sufí ha sido más fuerte allí donde el islam ha estado más amenazado y actúa como fuerza integradora y movilizadora de los pueblos caucásicos frente a las amenazas externas. A partir del siglo XVIII el sufismo adopta una actitud política militante y militar, convirtiendo a las mezquitas en verdaderos centros de resistencia frente al colonialismo zarista.

Durante el siglo XVIII Rusia es un prototipo de monarquía absoluta y de régimen feudal. Pedro I El Grande (1682-1725) y Catalina II expandieron las fronteras del Imperio y trataron de conquistar y colonizar el Cáucaso. Esto significaba occidentalizar y, por tanto, imponer la religión ortodoxa, además de un sistema uniforme de administración. La política de Rusia hacia el Cáucaso se complementó con el reemplazo de la cultura islámica por la rusa (cambio del alfabeto árabe por el latino y después por el cirílico).

El jeque Mansur, primer dirigente muyahidin del Cáucaso

Se producen los legendarios levantamientos campesinos, tanto en las fronteras del Imperio como, sobre todo, en el interior de la propia Rusia. Naturalmente los dirigentes religiosos sufitas se opusieron a la colonización y alentaron su religión, a la que unieron el rechazo de las reformas administrativas, que les privaban de su poder, que en el islam es a la vez espiritual y político.

Se oponían a eso justamente y no por razones “nacionales” por cuanto Chechenia no era entonces una nación. El motor de la resistencia caucásica contra los rusos fue de tipo religioso, mientras los pueblos cristianos fueron integrados más fácilmente dentro el Imperio zarista.

Chechenia era un país muy atrasado, sometido a leyes tribales, basadas en costumbres ancestrales y atávicas. Los janes musulmanes tenían un poder absoluto sobre las vidas y las propiedades de los aldeanos y no se oponían a la servidumbre, de la que fueron beneficiarios hasta que un decreto imperial la abolió en 1861. La vida del Cáucaso estaba dominada por los“kanli”, de modo que ninguna ofensa podía pasar sin la venganza de los parientes de la víctima. La literatura épica chechena abunda en leyendas de conflictos interminables que empezaron con simples hurtos y acabaron con el exterminio de poblaciones enteras.

Los pueblos de la región opusieron una feroz resistencia a la conquista. La primera yihad entre los rusos y los musulmanes norcaucasianos se prolongó de 1785 a 1791. La guerra santa fue dirigida por los jefes religiosos y en ella, junto a los chechenos, estaban también los daguestanos, cherkesos, kabardos y abjasios.

En 1791 el jeque Manzur Ushurma, un musulmán sufí de la cofradía “Naqshbandiya”, alzó la bandera de la yihad islámica, que se caracterizó por lo siguiente:

— su naturaleza religiosa
— la dirección ideológica del sultán de Constantinopla
— la falta de unidad de los caucasianos.

Manzur Ushurma fue un personaje de oscura pero romántica biografía, por lo demás muy típica del Cáucaso. No era checheno sino italiano. Su nombre originario era Elisha Mansur, era sacerdote jesuita y había llegado a Anatolia para convertir a los griegos al catolicismo. Pero fue él quien se convirtió al islam y el sultán de Constantinopla le encomendó organizar la resistencia caucásica frente a los rusos. Sin embargo, no logró fundir a los pueblos del Cáucaso en un único frente. Todos aquellos montañeses sólo estaban unidos por su condición de “muridin”, creyentes seguidores de un mismo jeque sufí.

Su falta de unidad obstaculizó la resistencia frente al enemigo. En 1794 Manzur Ushurma fue derrotado y capturado en la batalla de Tatar-Toub. Pasó el resto de sus días preso en un monasterio en la costa de Anatolia, donde los monjes trataron infructuosamente de que regresara a la religión católica.

Los rusos ocuparon el Cáucaso con métodos brutales, matando y quemando todo lo que se oponía a su paso. En el centro de Chechenia establecieron una sólida fortaleza militar rusa, bautizada con el elocuente nombre de Grozni (“terrible”, en ruso). Las fértiles llanuras del norte de Chechenia, y más hacia el oeste el país de los tártaros, fueron arrebatadas a sus pueblos, que fueron expulsados hacia el Imperio Otomano y, en casos extremos, aniquilados, como los ubyks (emparentados con chechenos y abjasios). Los que permanecieron en sus tierras fueron forzados a trabajar como siervos para los terratenientes rusos.

La incorporación de Georgia al Imperio zarista pareció impedir de una manera definitiva el estallido de cualquier brote de resistencia en el futuro, ya que a partir de entonces Chechenia quedaba rodeada por territorios zaristas.

Ghazi Mullah, segundo dirigente de la yihad

Ghazi Mullah era un estudiante del pueblo de Avar, al sur de Daguestán. No era, pues, de origen checheno. Pronto se convirtió en un “murshid” (maestro) y empezó su propia enseñanza en 1827, eligiendo la villa de Ghirmi como centro de sus actividades. Los “muridin” de Ghirmi se distinguían del resto de los montañeses por sus banderas negras y por la ausencia de oro o plata en sus vestimentas y armaduras.

Durante los dos años siguientes, Ghazi Mullah propagó la idea de unidad de los musulmanes caucasianos frente al enemigo infiel, unidad que debería forjarse en torno a la ley islámica. Según él, los caucasianos no habían abrazado completamente el islam pues sus viejas leyes y costumbres, el “adat”, variaba en cada tribu, y por tanto tenían que ser reemplazadas por la shariá (ley) islámica. Viajó por todo Daguestán, predicando abiertamente contra el vicio, rompiendo con sus propias manos las grandes tinajas de vino que se vendían en el centro de las ciudades. Había que suprimir el “kanli”, las venganzas, y todas las injusticias tenían que ser juzgadas de acuerdo con la ley islámica. Sólo así, les dijo, podrían vencer sus viejas divisiones y conseguir la unidad para hacer frente a la amenaza de los infieles rusos.

En 1829 Ghazi Mullah consideró que sus “muridin” estaban preparados para la guerra. Había llegado el tiempo de la yihad. En una serie de encendidas alocuciones animó al pueblo para el “ghazwa”, la lucha armada: “¡Un musulmán debe obedecer la Shariá, pero todo su Zakat, todos sus Salat y abluciones, todas sus peregrinaciones a La Meca, no valen de nada si se hacen bajo la mirada Rusa. Vuestros matrimonios son ilícitos, vuestros niños son bastardos, mientras quede un solo ruso en vuestras tierras!” Los jeques islámicos de Daguestán reunidos en la mezquita de Ghirmi lo aclamaron como imam y le prometieron su apoyo. Marcharon tras Ghazi Mullah, cantando el grito de guerra de los muridin: “La ilaha illa Alá”.

Los rusos habían desplazado colonos a la región y el proceso de limpieza de musulmanes de sus tierras había comenzado. Para protegerlos habían construido fortalezas militares, en Grozni, Khasav-Yurt, Mozdok y en las planicies del norte.

Ghazi Mullah atacó y tomó el fuerte ruso de Vnezapanaya. Durante todo el período 1827-1859 se sucedieron las escaramuzas entre los montañeses y las fuerzas zaristas. Estas últimas llegaron a talar bosques enteros donde se ocultaban los guerrilleros, quemaron los cultivos y destruyeron 61 ciudades.

Pero lentamente los “muridin” se tuvieron que replegar a las montañas. Ghazi Mullah decidió hacerse fuerte en Ghimri. Después de un amargo asedio, con numerosas bajas en ambos bandos, las tropas rusas entraron en la ciudad identificando a Ghazi Mullah entre los muertos.

El León de Daguestán

Tras la muerte de Ghazi Mullah, su discípulo más influyente, el imam Shamil (1796-1871), el León de Daguestán, se convirtió en otro “murshid” (maestro), quizá el dirigente más conocido de la resistencia montañesa contra los rusos.

Gravemente herido en Ghimri, Shamil había logrado romper el cerco y huir con los supervivientes para reemprender la lucha. Marchó hacia Sakli, una villa rural junto a los ríos helados del alto Daguestán. Fue aclamado como el Imam al-Azam, el dirigente de todo el Cáucaso y aprovechó su influencia para imponer la paz entre las distintas tribus musulmanas de la región, hasta entonces enfrentadas entre sí.

Había nacido en el seno de una familia noble de Avar, el mismo pueblo en el que había nacido Ghazi Mullah y donde apacentaba el rebaño de ovejas de su familia. Tampoco era, pues, checheno. Con Ghazi Mullah había sido discípulo de Muhammad Yaraghi, el maestro que enseñaba a los jóvenes que no bastaba con la pureza espiritual, sino que, además, debían combatir con las armas en la mano para hacer prevalecer la ley de Alá, la sharía, sobre las leyes paganas de las diferentes tribus del Cáucaso. Tan sólo entonces Alá les daría la victoria sobre los rusos.

El levantamiento se inició en Daguestán, región contra la cual los rusos lanzaron su ataque en 1831. En la ciudad de Ashilta, al tiempo que los rusos se aproximaban, 2.000 muridin juraron sobre el Corán defenderla hasta la muerte. Después de una encarnizada lucha en las calles, los rusos la tomaron y destruyeron, sin poder apoderarse de ningún prisionero.

Las operaciones militares prosiguieron entre 1832 a 1839. Shamil recurrió a la guerra de guerrillas ante la imposibilidad de ganar una batalla frontal contra los bien preparados y numerosos ejércitos rusos. Dividía al enemigo, lo atraía a remotas montañas y bosques para caer sorpresivamente sobre él en ataques fulgurantes. Moviéndose con una extraordinaria rapidez, los guerrilleros engañaban al enemigo y le asestaban golpes por sorpresa. Pero tenían que defender las ciudades que, a pesar de sus fortificaciones, eran vulnerables a los asedios con la moderna artillería.

Los rusos llegaron a lanzar al combate hasta medio millón de mercenarios contra los guerrilleros de Shamil, que envió peticiones de ayuda a los dos principales dignatarios musulmanes del mundo; al Sultán de la Sublime Puerta, que además de mandar en el Imperio Otomano, ostentaba el título de Califa (Comendador de los Creyentes) y, como tal, era el dirigente espiritual del mundo islámico. Y al Emir de La Meca, Guardián de los Santos Lugares del islam. Ni uno ni otro prestaron ninguna ayuda a Shamil, que en 1859 fue derrotado. El último grupo de 400 guerrilleros se entregó a una formación rusa de 40.000 hombres, bajo el mando del general Baratinski. Como renocimiento a su heroísmo, el zar permitió a Shamil conservar su espada. Confinado al sur de Moscú, se exilió luego en Estambul con su familia y falleció el 4 de febrero de 1871 durante una peregrinación a La Meca.

Los supervivientes sólo pudieron seguir viviendo en las montañas. Convencidos de que serían difícilmente asimilables, los rusos les presionaron para que emigraran hacia el Imperio Otomano. Entre 1858 y 1864, unos 500.000 miembros de distintas tribus caucasianas se refugiaron en Turquía, Siria y los Balcanes.

Los chechenos consideran a Shamil como su héroe legendario. Basaiev, uno de los dirigentes islamistas que a finales del siglo pasado volvió a luchar contra los rusos en Chechenia, tomó de él su nombre de pila. Pero, en realidad, Shamil es el héroe de todos los pueblos montañeses del Cáucaso y de todos los musulmanes. La Naqshbandiya sufí mantiene actualmente un museo en Pakistán en el que se veneran sus reliquias y fue la inspiración ideológica de los talibanes afganos contra la intervención soviética a partir de 1979. Allí se entrenó Basaiev en los campamentos que organizó la CIA.
 
 

La guerra ruso-turca de 1877

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Las Guerras del Cáucaso (2)

La herencia de Shamil fue recuperada por un miembro de la hermandad Qadiriya, Kunta Hasi. En medio de la salvaje política de exterminio y deportación que estaban practicando los rusos, Kunta Haxi logró extender la influencia de esta cofradía, de la que era el dirigente reconocido en el Cáucaso. Los rusos persiguieron a los cofrades y los documentos rusos de la época narran con estupor las historias de centenares de musulmanes norcaucasianos que se dirigían al martirio entonando himnos religiosos sufíes o bailando las danzas rituales de las hermandades. Otros seguidores de Kunta Haxi formaron grupos guerrilleros en las montañas.

Hasta este momento toda la resistencia de los pueblos montañeses contra el zarismo presenta los tres rasgos característicos que ya hemos señalado antes. No se trata de una lucha nacional ni tampoco de una lucha exclusiva del pueblo checheno sino que -no obstante sus peculiaridades- hay que encuadrarla en el marco más general de las luchas campesinas contra el zarismo que no son exclusivas del Cáucaso sino que se exienden a toda Rusia. También se produjeron movimientos revolucionarios en las ciudades, el más conocido de los cuales es el de los “decembristas” de 1825, encabezado por la nobleza. En este clima de oposición al zarismo es donde surge también el populismo a mediados de aquel siglo. Lo que realmente singulariza a la resistencia del Cáucaso es su carácter anticolonial y su mensaje islámico.

La lucha de los pueblos contra el zarismo en el Cáucaso tampoco se puede desvincular de la rivalidad rusa con el Imperio Otomano, entonces máxima fuerza defensora del islam. En 1877 la guerra ruso-turca levantó otra campaña de resistencia de los pueblos musulmanes del norte del Cáucaso contra la dominación rusa. Cuando los otomanos desembarcaron en las costas del Mar Negro, entre sus tropas había numerosos norcaucasianos que habían estado refugiados en Anatolia. Los abjasios, cuyo territorio acababa de ser anexionado a Georgia por el zarismo, también se unieron a las tropas otomanas. También Daguestán y Chechenia volvieron a levantarse en armas, pero la guerra acabó con la victoria rusa y, tras ella, se produjo una nueva emigración masiva, ahora formada fundamentalmente por musulmanes de Abjasia.

Se acercaba la I Guerra Mundial, el capitalismo entraba en su fase imperialista. Fue entonces cuando empezaron a formarse los primeros grupos políticos nacionales en Transcaucasia. Antes no solamente no existían naciones sino que hasta la misma palabra era desconocida. Los términos que hoy traducen la palabra “nación” en las tres lenguas más importantes del área musulmana (turco, árabe y farsí) tienen un origen religioso. En el Corán la voz árabe “milla”, tiene el sentido de “palabra”, equivalente de la expresión “verbo” en la Biblia, que es la palabra de dios. Denota a un grupo de creyentes que acepta una predicación o un libro revelado y así pasó al turco “millet” para designar, en el Imperio Otomano, una comunidad religiosa. En árabe, lengua en la que “milla” y “milli” habían caído en desuso, en la época contemporánea se adoptó otra palabra del vocabulario religioso, “umma”, que en el Corán también designa a una comunidad de creyentes. Sólo a mediados del siglo XIX la palabra “milla” adquirió un sentido político para denominar a una comunidad nacional independientemente de su religión. Esta misma evolución lingüística se aprecia en farsí (mellat, melli) con una evolución incluso más tardía.

Hay una expresión menos religiosa, la de patria (“watan” en árabe, “vatan” en turco y en farsí), pero la traducción no es exacta porque “watan” designa el lugar de nacimiento de una persona, con una connotación sentimental y nostálgica, o lo que es lo mismo, la patria en el sentido de “patria chica”, sin connotaciones políticas.

Hasta el siglo XX esas palabras, en su nueva significación, son neologismos y cultismos que sólo se utilizan en las traducciones de idiomas extranjeros. Para los países islámicos es especialmente importante el idioma árabe, el equivalente al latín para los cristianos. Fue a través del islam y del árabe clásico como pueblos muy lejanos, que muy poco tenían que ver entre sí, crearon una cierta superestructura (el panislamismo) y la utilizaron en sus luchas como estandarte común. A finales del siglo XIX la utilizaron para luchar contra el imperialismo, cuya política era de división y reparto de la región en zonas de influencia. El II Congreso de la Internacional Comunista llamó a la lucha contra el panislamismo porque trataba de“combinar el movimiento de liberación contra el imperialismo europeo y americano con el fortalecimiento de los khanes, de los terratenientes, de los mullahs, etc.” No basta, pues, con tener en cuenta sólo uno de los caracteres de ese movimiento complejo, sino los dos.

Ismail Bey Gasprinski
Panturquismo e imperialismo

Por tanto, el nacionalismo sólo penetra en la región a finales del siglo XIX y exclusivamente entre los pueblos más avanzados. En Azerbaián se creó el partido “Hümmet” (Ayuda Mutua) y después el partido “Mussavat” (Igualdad), con elementos ideológicos tomados de fuentes diversas, entre ellas el panturquismo.

Hasta cierto punto se puede decir que el panturquismo es una versión laica, moderna y política del panislamismo, que lo hereda. Es causa y a la vez consecuencia del nacionalismo y su aparición sólo se explica, a su vez, por la entrada del capitalismo en su etapa imperialista. Mientras el Imperio Otomano, como el zarista, era un conglomerado heterogéneo de pueblos, de los cuales los turcos sólo eran una parte, existían sin embargo turcos fuera de las fronteras de dicho Imperio. Precisamente el panturquismo aspiraba a la unificación de todos los pueblos de origen, habla o cultura turcas, incluyendo tanto a los que eran de origen tártaro (descendientes de los mongoles) como a los de origen turco. Hasta el siglo XX los turcos no se llamaban a sí mismos con esa denominación. Era más bien un calificativo con el que eran conocidos por los demás. Pero la mayor parte de las veces, se empleaba la denominación de “turcos” para aludir a los musulmanes. Todavía hoy los españoles de Ceuta llaman “turcos” a los musulmanes, aunque sean de nacionalidad española (y por supuesto a los marroquíes). Lo mismo sucede en otros pueblos más próximos al Cáucaso. Hoy se suele hablar de “turcos” en sentido estricto para los que pueblan Turquía, mientras se reserva el de “turcomanos” para los de los demás países, pero siempre que se trate de pueblos de ese origen, especialmente los de Turkestán (Kazajistán, Turkmenistán, Uzbekistán y Kirguistán).

Los rusos tampoco distinguían con claridad entre unos y otros pueblos islámicos aplicándoles a todos el mismo nombre de “tártaros”, mientras reservaban el de “turco” para los súbditos del Imperio Otomano. Muchos pueblos tártaros habían acabado adoptando lenguas de origen turco y su cultura estaba muy influenciada por la turca. En resumen: aunque de origen distinto, tártaros y turcos del Imperio zarista tenían la misma religión y se sentían miembros de un mismo pueblo.

Es importante recordar que el panturquismo no nace en Turquía sino en Rusia a finales del siglo XIX. Su principal impulsor fue Ismail Bey Gasprinski (cuyo nombre real era Ismail Bey Gaspraly), un tártaro de Crimea que en 1883, había creado el diario “Targuman”. Gasprinski preconizaba la resurrección de los pueblos turcomanos, comenzando por la lengua, con el fin de alcanzar su unificación desde los Balcanes hasta China. Este panturquismo original aspiraba a la modernización de las sociedades islámicas del Imperio zarista a través de su alfabetización y educación para impulsar así una lengua literaria común capaz de forjar una conciencia nacional común. Naturalmente los panturquistas aspiraban a lograr posteriormente la independencia de la Rusia zarista como vía para una posterior anexión al Imperio Otomano. El movimiento panturco se extendió por las tres grandes regiones musulmanas del Imperio zarista: el Cáucaso, el Asia Central o Turkestán (Kazajistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Kirguistán y Tajikistán) y las regiones tártaras (Crimea, el bajo Volga y los Urales).

Inicialmente el panturquismo de Gasprinski encontró poco eco en el Imperio Otomano. Pero la progresiva pérdida de la hegemonía otomana en los Balcanes acabó promoviendo la formación del Movimiento de los Jóvenes Turcos, cuyas pretensiones eran:

“turquizar” un Imperio Otomano multinacional
— compensar la pérdida de los territorios otomanos en los Balcanes con la absorción de las regiones turco-tártaras del Imperio zarista.

Se estableció una estrecha colaboración entre los Jóvenes Turcos y los seguidores de Gasprinski que veían en el Imperio Otomano al único gran Estado musulmán que podía liberarles del dominio ruso. Así pues, desde principios del siglo XX, los musulmanes de Rusia volvían sus ojos hacia Turquía, mientras que desde Estambul se veía con agrado la posibilidad de reconstruir un gran Imperio turco.

El panturquismo expresa la llegada de la conciencia nacional a los pueblos más avanzados de la región. Es un nacionalismo reactivo que expresa la oposición al imperialismo emergente de las grandes potencias occidentales. El nacionalismo turco en el siglo XIX fue una reacción al retroceso del Imperio Otomano frente a la superioridad del occidente cristiano. A su vez, el nacionalismo árabe que surgió en Oriente Medio era antiturco. Aunque era musulmán, afirmaba una identidad árabe (política) que le permitía atraerse también a los cristianos. Pero tanto en un caso como en otro, en el mundo musulmán el nacionalismo no surge de una afirmación positiva, sino de un sentimiento de opresión. Además, en vez de tomar un derrotero laico, está vinculado a la religión, predica la vuelta al islam, observándose una creciente politización del clero contra el imperialismo extranjero. Finalmente, frente al imperialismo, que divide y enfrenta a los pueblos de la región para imponerse, el nacionalismo adopta una forma panislamista y promueve la unidad y la solidaridad de todos los creyentes, independientemente de su nacionalidad, frente al imperialismo.

Por si no fuera suficiente, a este complejo panorama ideológico hay que añadir el político. En la I Guerra Mundial el Imperio Otomano se había alineado con las potencias centrales (con Alemania fundamentalmente), lo cual significa que en el otro lado de las trincheras estaba -otra vez- el Imperio Ruso. La I Guerra Mundial es una continuación de la lucha de rusos y turcos por conquistar el Cáucaso y, mientras los cristianos de Turquía apelaban al zar para que los rescatara, los musulmanes de Rusia hacían lo propio con el sultán de Constantinopla. Por ejemplo, los armenios de Turquía querían ser protegidos por Rusia; los azeríes de Rusia querían serlo por Turquía. Hay quien a eso le llama “nacionalismo” (y en cierto modo así es) pero parece claro que no se trataba más que de un intento de cambiar de dueño. Ya en la época imperialista, como escribió Stalin, los pueblos no podían conformarse con cambiar de dueño, sino que debían conquistar su derecho a la autodeterminación y a la independencia.

Tras la derrota de Turquía en la guerra imperalista, el otro bloque planeó su fraccionamiento para repartirse los despojos. Sólo la llegada al poder de Mustafá Kemal Ataturk lo impidió. En la nueva República de Turquía que sustituía al viejo Imperio Otomano, Ataturk impuso una nueva orientación que rechazaba el panturquismo y formalizaba relaciones de buena vecindad con la -también nueva- Unión Soviética.

La política nacional de la Revolución de Octubre en el Cáucaso

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Las Guerras del Cáucaso (3)

Hoy apenas podemos concebir siquiera la magnitud impresionante que supuso la creación de la URSS como una comunidad de naciones precisamente en un momento histórico en el que en todo el mundo capitalista los Estados multinacionales desaparecían y en el que se producían gravísimos dramas, como el salvaje genocidio armenio en 1920. A muy pocos kilómetros de distancia, el panorama nacional a un lado y otro de las fronteras soviéticas era radicalmente dispar. En el Imperio Austro-Húngaro había once nacionalidades; en la Unión Soviética más cien.

Certeramente apuntó Stalin que mientras en occidente las naciones habían precedido a los Estados, en oriente sucedió al revés (1). Lo mismo cabe decir de la URSS, donde se concedió un estatuto nacional (y por tanto un reconocimiento político) a pueblos que, por su enorme atraso, no formaban verdaderamente unidades nacionales. La política nacional de la URSS, dijo Stalin, era igualitaria y otorgó el mismo tratamiento político a las nacionalidades clásicas (como Ucrania o Georgia) que a las pequeñas tribus, muchas de ellas inmersas en otros conjuntos nacionales y subyugadas por ellos. Así, existía un enclave armenio en territorio azerí (Nagorno Karabaj) y un enclave azerí en Armenia (Najichevan). Lo mismo sucedía con el encave abjasio dentro de Georgia. Según la nueva disposición nacional igualitaria de la URSS, los georgianos tenían los mismos derechos que los rusos, pero, a su vez, los abjasios tenían los mismos derechos que los georgianos.

En el V Congreso de la Internacional Comunista un militante turco dijo que los imperialistas aspiraban a conquistar los territorios de oriente, mientras los comunistas aspiraban a conquistar el corazón de oriente. Esto supuso un impacto social de primer orden en las sociedades caucásicas, especialmente entre aquéllas de tradición nómada, que fueron dotadas de todas los servicios de un Estado: un aparato político, un partido comunista local, una estructura estatal (Consejo de Ministros, gobierno republicano, jefe de Estado), una cultura nacional de la que la lengua era la piedra angular, una Universidad y una Academia de Ciencias y unos símbolos nacionales, como bandera e himno. La Revolución de Octubre aplica todos los derechos nacionales a una región que, por tradición histórica y cultural, los desconoce y forja todos los elementos conceptuales históricos, etnográficos y lingüísticos que proporcionan legitimidad al estatuto político de las nuevas repúblicas nacionales. Su existencia, a falta de un nacionalismo anterior que las fundamentara, está justificada por el desarrollo del estatuto que el proletariado soviético les confiere.

Esas naciones existen y sobreviven hoy gracias a la Revolución; esas naciones progresaron gracias al titánico esfuerzo de la URSS. Y por tanto, su dramática situación actual tiene ese mismo origen: ya no existe la URSS. Los imperialistas jamás han reconocido y jamás reconocerán nunca este gigantesco avance de la humanidad que, en medio de las más terribles condiciones externas, es ejemplar y sin precedentes en la historia. Por todo ello es comprensible que su esfuerzo esté destinado a ocultarlo y tergiversarlo.

Aquello rompió los moldes tradicionales: la URSS dividió para unir y unió para dividir. En primer lugar, fragmentó las grandes superestructuras que se pretendían crear artificialmente sobre bases lingüísticas, culturales (panturquismo) o religiosas (panislamismo). En segundo lugar, rompió con las arcaicas estructuras sociales basadas en los linajes o en la religión. Por ejemplo, Stalin dirigió un mensaje al I Congreso de Mujeres de la República Montañesa, que agrupaba -entre otras- a las mujeres chechenas e ingushes. Stalin, que no pudo asistir por encontrarse enfermo, les llama a que se organicen para impulsar la revolución (2). No es difícil imaginar el impacto que este tipo de situaciones tuvo que tener en una sociedad islámica que relegaba a la mujer a las labores del hogar.

Como es natural, los janes tradicionales perdieron sus prerrogativas políticas, pero no las abandonaron de buena gana. Esto se observa con más claridad aún en 1929, con la colectivización, que en 1917.

En 1917 estalló una gran revolución en Rusia pero en muchas regiones el viejo Estado zarista simplemente se desplomó y los bolcheviques, acuciados por la guerra civil, no llegaron inmediatamente. Por ello, varios pueblos del Cáucaso proclamaron su independencia. En mayo de 1918 se proclamó la República de los Pueblos del norte del Cáucaso, de la que formaron parte los chechenos junto con otros pueblos. Como dijo Stalin, esa República era inviable desde todos los puntos de vista:

— no interesaba a las potencias imperialistas vencedoras de la guerra mundial
— tampoco a la contrarrevolución zarista
— Turquía había sido derrotada y, a su vez, debía defenderse de los tiburones imperialistas.

Durante la guerra civil el viejo ejército zarista que invade el Cáucaso lo integran cosacos, los viejos enemigos de los montañeses musulmanes, comandados por el general blanco Anton Denikin. Su objetivo es tanto aplastar a los bolcheviques como a los independentistas caucásicos. En la nueva Turquía a la que se dirigen los independentistas, Ataturk no les presta apoyo y, además, firma un tratado internacional con los bolcheviques. Además se reproducen las ancestrales disputas internas entre ellos. En marzo de 1919 armenios y azeríes se enfrentan por Nagorno-Karabaj.

La única posibilidad para todos los pueblos de la región es unirse entre ellos y unirse a los bolcheviques. Así lo hace el jeque dagestano Unzun Hayi y, partir de septiembre de 1919, las zonas liberadas por la alianza de los bolcheviques y los independentistas forman el Emirato del norte del Cáucaso.

En 1920 acaba la guerra civil en el Caúcaso con la derrota de Denikin. El Ejército Rojo controla Chechenia, donde es recibido como una fuerza de liberación. Los imperialistas aprenden rápido y cambian de estrategia. Tras la muerte de Unzun Hayi, se vuelven“nacionalistas” y convierten a los nuevos países independizados en plataformas desde las que preparan el ataque a los soviets. Como observó el IV Congreso de la Internacional Comunista, “se armó un dique de pequeños estados vasallos alrededor de Rusia para sofocar a esta última en la primera ocasión”. Para aplastar a los bolcheviques, los imperialistas promueven en setiembre de 1920 un levantamiento de los montañeses contra los soviets. Lo dirige Said Beck Shamil, nieto del mítico León de Daguestán. Los bolcheviques no caen en la provocación y el enfrentamiento. El 16 de octubre de 1920 Stalin viaja a Vladikavkaz y, con el apoyo de Ordjonikidzé y Kirov, convoca dos Congreso de representantes, uno de los pueblos de Daguestán y otro de los montañeses. En este último pronuncia un discurso clave en el que afirma que los bolcheviques no van a hacer concesiones porque se encuentren en una situación de debilidad sino todo lo contrario; tras la victoria en la guerra civil están fuertes y esa es la importancia de los planes que les presentan a los caucasianos. Van a adoptar una serie de medidas a largo plazo porque están convencidos de que son justas. Por el contrario, dice Stalin, las que se toman bajo presión, a regañadientes, no pueden ser duraderas. En fin, les dice que no trata de ganarse su apoyo, y añade:

“Camaradas montañeses, el antiguo periodo de la historia de Rusia, aquel durante el cual los zares y los generales zaristas menospreciaban vuestros derechos, aniquilaban vuestras libertades, aquel periodo de opresión y de esclavitud ha acabado para siempre. Hoy, cuando el poder ha pasado en Rusia a manos de los obreros y de los campesinos, no debe haber oprimidos en el país”.

“Acordando vuestra autonomía, Rusia os restituye con ella la libertades que os robaron los zares sedientos de sangre y los generales zaristas opresores. Es decir que vuestra vida interior se debe edificar según vuestro modo de existencia, vuestros usos y costumbres, bien entendido, dentro del marco de la Constitución general de Rusia”
.

De inicio, Stalin decreta una amnistía para los sublevados y, sobre todo, consigue el apoyo del campesinado pobre checheno con la reforma agraria. Finalmente, explica el proyecto de crear una Unión de Repúblicas Socialistas en la que todos los pueblos montañeses dispondrán de una amplia autonomía que, en la práctica, significaba la independencia total. Moscú no podía interferir en los asuntos internos de la República montañesa ni en su ordenamiento legal. Ahora bien, les dice Stalin, aunque el poder soviético ha tomado medidas contra los cosacos, que habían agredido a los montañeses, y les ha desahuciado de las granjas para instalar en ellas a los chechenos, eso no autoriza a éstos a humillar a aquellos, agredirles, robarles el ganado o violar a sus mujeres porque “el poder soviético defiende a los ciudadanos de Rusia a título igual, sin distinción de nacionalidad, sean cosacos o montañeses” (3).

Las propuestas de Stalin fueron aceptadas y el levantamiento de Said Beck Shamil cesó sin derramamiento de sangre. El Congreso de los pueblos de la Montaña acabó constituyendo la República Autónoma Socialista Soviética de la Montaña (Gorskaya), junto con Nazran, Vladikavkaz, Kabardia, Balkaria y Karatchaev. Luego se fueron desgajando de ella estas últimas nacionalidades, hasta que desapareció el 7 de julio de 1924. A partir de entonces Chechenia fue una Región Autónoma (Oblast) integrada en la República Autónoma de Chechenia-Ingushetia.

Pero los imperialistas no dejan de acechar. El 10 de junio de 1921 el gobierno francés promueve en París la formación de la Unión de Repúblicas del Cáucaso, integrada por contrarrevolucionarios zaristas georgianos, azeríes, armenios y montañeses. Se produce un levantamiento reaccionario en Georgia en agosto de 1924, al año siguiente es derrotado el imán Najmudin, aunque la situación se agrava especialmente partir de la colectivización de 1929 que desata la lucha contra los “bey”, los campesinos acomodados, equivalente de los kulaks en Rusia. Los jeques islámicos reaparecen encabezando una resistencia feroz. Entre 1931 y 1934 se registran 69 atentados contra bolcheviques, cooperativistas y funcionarios sólo en Ingushetia-Chechenia. Se produce un éxodo -otro más- hacia Turquía de los montañeses que no aceptan la colectivización.

Al otro lado de la frontera turco-soviética, se mantenía la misma política de Ataturk de preservar buenas relaciones con la URSS. Sin embargo, en algunos sectores reaccionarios, el panturquismo seguía latente; en Turquía seguían viviendo los desplazados por el Imperio zarista y a ellos se unirían los contrarrevolucionarios que salieron de la URSS en tres las oleadas sucesivas: tras la Revolución de Octubre (1917), la guerra civil (1920) y la colectivización (1929). Al otro lado de la frontera, todos esos desplazados esperaban la revancha y aunque ya no tenían el apoyo del gobierno, otro apoyo -aún más fuerte- vino a sustituirle: Alemania. Las tesis panturquistas coinciden con las pangermanistas. En 1936 Gerhard Von Mende publica su obra “Der nationale Kamf der Russlandturken” (La lucha nacional de los turcomanos de Rusia) y muy poco después tendrá ocasión de llevar a cabo sus proyectos como dirigente del Ministerio alemán para los Territorios Ocupados del Este. Los nazis también publican en 1938 el libro de Mirza Bala “Historia de la nación azerí” y tratan de captar la atención de Turquía sobre los pueblos musulmanes del Cáucaso para integrarla en los planes que los nazis tienen sobre la región.

No se trató sólo de los pueblos islámicos. Salvo los armenios, la mayor parte de los contrarrevolucionarios del Cáucaso en el exilio se agruparon en 1928 en la Liga Prometeo, con sede en Varsovia, que se atribuía la representación de los pueblos “oprimidos” de la URSS.

Los imperialistas alemanes también utilizaron a los georgianos durante la I Guerra Mundial para socavar la retaguardia rusa. En Berlín existía un Comité Nacional Georgiano encabezado por el príncipe Macabeli y Tsereteli, que en 1915 reclutó una Legión Georgiana de 1.200 hombres para combatir junto al Ejército turco en Transcaucasia.

Lo mismo cabe decir de los armenios, si bien en este caso, la vinculación de los contrarrevolucionarios es con las potencias occidentales, a causa de su enfrentamiento con Turquía, que ocasionó -no lo olvidemos- un siniestro genocidio. Pero también hasta allá llegaban los tentáculos alemanes: entre 1926 y 1945 Paul Rohrbach, especialista en las minorías nacionales soviéticas, es presidente de la Sociedad Germano-Armenia.

Por tanto, tras la I Guerra Mundial los imperialistas alemanes retoman una parte de las redes contrarrevolucionarias organizadas fuera de la URSS, especialmente las panturquistas, con el fin de utilizarlas en su propio beneficio, y pronto las reforzarán para ponerlas en funcionamiento. Los servicios secretos de Alemania controlaban los contactos que el Imperio Otomano había tenido en Chechenia y las afianzaron con los “bey” opuestos a la colectivización y que diez años después formaron el denominado gobierno checheno en el exilio encabezado por Israilov y Sheripov. En junio de 1942 este gobierno fantoche checheno reparte una circular pidiendo a la población que “reciba a los alemanes como huéspedes bienvenidos” y declara que los nazis serían saludados con hospitalidad si reconocían la independencia de Chechenia.

Notas:

(1) Stalin, Las tareas inmediatas del Partido en la cuestión nacional, Oeuvres, tomo V, pg.26
(2) Stalin, Las tareas inmediatas del Partido en la cuestión nacional, Oeuvres, tomo V, pg.59
(3) Stalin, Congreso de los pueblos de Terek, Oeuvres, tomo IV, pg.347.
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