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Channel: La lucha es el único camino
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¿Está el enemigo por ahí?

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En octubre del año pasado, un mes que siempre recuerda a 1917, los medios de comunicación del mundo entero desencadenaron la histeria colectiva sobre el peligroso submarino ruso que había sido visto navegando furtivamente cerca de las costas de Suecia.

Los rusos cada vez están más cerca. Se atreven a acercarse a las costas de países tan civilizados y pacíficos como Suecia. Si todo lo ruso es un peligro, lo del submarino ya es el colmo porque navega sumergido y se oculta a la vista.

Las histerias van y vienen. Sólo duran el tiempo suficiente para aparecer a toda plana en las portadas de los noticiarios. Luego nadie se acuerda. ¿Localizó por fin la marina sueca al submarino ruso o logró escurrir el bulto?

La respuesta ha tardado en llegar, por lo que ya no es noticia. El sábado el contralmirante sueco Anders Grenstad declaró a la agencia de prensa TT que lo que pensaron que era un submarino ruso no era más que un “barco de trabajo”.

Ya ven Ustedes la mierda de radares que tienen los suecos: no son capaces de diferenciar a un barco que navega en superficie de un submarino. Si hubieran estado en guerra hubieran matado a una cofradía de pescadores de bajura.

Si Ustedes sospechan que todo fue una payasada (periodística y militar) habrán vuelto a acertar. Pero la falsa alarma le sirvió al ejército sueco para lograr un incremento sustancial de los presupuestos públicos destinados a armamento y equipación militar para el periodo 2016-2020.

Es lógico que cambien los viejos radares por otros que les permitan diferenciar a un viejo barco de pesca de un submarino de combate. Pero ese dinero debería haber salido del sueldo de los militares suecos, por inútiles.

Para atraer la atención de los papanatas de la prensa, la Marina de Guerra sueca desplegó durante semanas una búsqueda intensiva del esquivo submarino en la que participaron helicópteros, dragaminas y destructores que recorrieron toda la costa hasta el Mar Báltico a la caza del enemigo ruso.

En Suecia aún no se han olvidado de la farsa. El diario sueco Svenska Dagbladet publicará próximamente un informe exhaustivo de un operativo de búsqueda que fue lo más parecido a los inolvidables monólogos de Gila:



La invención del tetrapartidismo para proteger al bipartidismo

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Podemos: 22,1%, PSOE: 21,9%, PP: 20,8% y Ciudadanos: 19,4%. Es el irreal escenario político que el domingo dibujó “El País” con cuatro fuerzas a la par en intención de voto.

Es la enésima encuesta de la prensa que ensalza a Podemos y a Ciudadanos situándolos como alternativas reales al bipartidismo imperante. Basándose en datos de Metroscopia -esos que casi nunca aciertan y que no previeron ni el despegue de Podemos en las europeas ni el boom de Ciudadanos en las andaluzas- dicen que hay un cuádruple empate.

Las encuestas están creando una suerte de tetrapartidismo con dos formaciones de nuevo cuño que comparten protagonismo con el PP y el PSOE. Todo responde a una clara estrategia puesta en marcha desde La Moncloa y ejecutada por los diarios de la casta para movilizar a los votantes indecisos de los partidos tradicionales y así dar un arreón final en las elecciones municipales.

Los datos no son muy distintos a los que hace una semana mostró “El Mundo” y que situaba a estos dos nuevas formaciones en puestos destacados dentro de plazas claves para el bipartidismo como Madrid o Valencia ¿Porqué las encuestas de los diarios de la casta no apoyan a la casta? La verdad es que sí les apoyan pero de una manera diferente. Estamos ante una clara estrategia, nuevamente delineada desde Moncloa mediante la cual las encuestas favorecen a estos partidos con la clara intención de movilizar al electoral indeciso del PPSOE.

La estrategia -de las más viejas en el mundo de la propaganda- de momento ha dado resultado y al menos en las elecciones andaluzas, el enemigo único -es decir Podemos -sacó muchos menos escaños de los esperados, precisamente y porque en definitiva los dos grandes partidos se movilizaron y lograron ganar escaños de última hora. Como ya viene siendo tradicional la prensa afín sigue siendo el principal instrumento donde se ponen el práctica las estratagemas del laboratorio monclovita.

Fuente: http://www.prnoticias.com/index.php/prensa/59-prensa-pr-/20140363-podemos-ciudadanos-encuestas-prensa-miedo-pp-psoe

Harry Truman después de ganar las elecciones de 1948

¿Todavía crees en los Reyes Magos? ¿Y en las encuestas? Pues son parecidos. En las Facultades de Sociología aún estudian los sondeos de 1948 que daban la victoria al republicano Dewey y que ganó el demócrata Truman, quien después de su victoria exhibía eufórico los titulares de la prensa del día anterior, que profetizaban la victoria de su rival.

Una de marxismo (con perdón)

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 Nicolás Bianchi

Lo genial en Marx (Lenin dixit) es que dio respuesta a los problemas que el pensamiento más avanzado de la humanidad había planteado ya. El marxismo es el heredero de lo mejor que la humanidad creó en el siglo XIX: la filosofía alemana, la economía política inglesa y el socialismo (utópico) francés.

La filosofía del marxismo es el materialismo  histórico y dialéctico. Así como el conocimiento del hombre (no digo "y la mujer" porque hablo en transgenérico y se sobreentiende) refleja la naturaleza, o sea, la materia en desarrollo, dizque la vida misma, que existe independientemente de él (¿tendré que decir "y ella"?), así el conocimiento social del hombre (religión, política, filosofía, etc. ) refleja el régimen económico de la sociedad, cualquiera que sea. Las instituciones jurídico-políticas son la superestructura que se alza sobre la base económica, pero no como "pisos", sino como reflejo y, también, como distorsión o ideología o falsa conciencia otrosí la ideología dominante.

"El Capital", de Marx, está consagrado (quemándose las pestañas y la salud este hombre inconmensurable) al estudio del modo de producción capitalista, al capitalismo, desde el simple trueque mercantil hasta sus formas más elevadas. La economía política clásica anterior a Marx surgió en Inglaterra, el país capitalista más desarrollado entonces. Adam Smith y David Ricardo sentaron las bases de la teoría del valor por el trabajo. Marx desarrolló esa teoría consecuentemente. Mostró que el valor de toda mercancía está determinado por la cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario invertido en su producción. Allí donde los economistas burgueses veían relaciones entre objetos (cambio de una mercancía por otra, un obrero muerto por otro, o sea, otro "objeto"), Marx descubrió relaciones entre personas (capitalista/asalariado; propietario de los medios de producción y el trabajador que no tiene más remedio que vender lo único que tiene: su fuerza de trabajo para mantener a su familia y cebar a su patrón). La teoría de la plusvalía (el trabajo no pagado a la clase obrera y trabajadora asalariada) es la piedra angular de la teoría económica de Marx. La esencia del capitalismo no es tanto la ganancia como la explotación del trabajo no pagado.

La Revolución francesa, que tumbó el feudalismo, reveló que la base de todo desarrollo y su fuerza motriz es la lucha de clases. A Luis XVI, el Rey Borbón, lo guillotinaron no por desfalcos, sino por un único delito, que diría el gran Robespierre: ser rey. No la persona, la institución. Como hoy encarcelan a comunistas y antifascistas o abertzales: por serlo.

Ni un solo país capitalista se formó sin una lucha a muerte entre las diversas clases sociales. Ni uno. Nacieron matando y morirán matando, así se carguen el planeta con tal de mantener la piscina, la querida y las tarjetas black.

Yo sólo conozco un terrorismo:el del Estado y el del capital(ismo). No conozco otro. Y bendigo a quien se le oponga. Vale.

Estados Unidos también presiona a Grecia

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Por si no tuviera bastante con las presiones financieras procedentes de Bruselas, también Estados Unidos aprieta las clavijas a Grecia, según ha denuciado el ministro de Energía de Syriza Panagiotis Lafazanis.

En declaraciones a la prensa rusa el ministro griego ha manifestado el interés de su país por la prolongación del gasoducto que la empresa rusa Gazprom va a tender hacia Turquía, denominado “Turkish Stream”. Sin embargo, ha reconocido que sus intenciones no son del agrado de Washington, desde donde están recibiendo presiones para disuadirles del proyecto.

“Ejercen una presión muy fuerte”, dijo Lafazanis al diario Ria Novosti tras una conferencia de prensa en Moscú. Pero no parece que las presiones hayan surtido efecto hasta la fecha: “Nosotros consideramos que se deben abrir todos los corredores [de gas] para Rusia”, añadió.

El ministro griego precisó que no consideraba que el gasoducto “Turkish Stream” compitiera con con el transadriático (TAP) porque éste no podría cubrir las necesidades europeas de gas natural.

El gasoducto no está al margen de los problemas financieros de Grecia, por lo que Lafazanis ha reconocido que Grecia pretendía obtener de Rusia una reducción de las tarifas del gas suministrado a partir del año que viene, así como una reducción de los volúmenes comprometidos según los contratos ya cerrados entre ambos países (“take or pay”) o, dicho con otras palabras, los anteriores gobiernos griegos firmaron contratos con Rusia para que los griegos pagaran unas determinadas cuotas mínimas de gas, tanto si lo consumían como si no.

A finales del año que viene Gazprom tiene previsto poner en funcionamiento una nueva tubería que llegará hasta la frontera greco-turca, un proyecto que compensaría en parte el abandono europeo del proyecto “South Stream”.

En febrero el consejero diplomático de Putin, Yuri Uchakov, declaró que en varias ocasiones Moscú y Atenas habían abordado conjuntamente cuestiones como la guerra en Ucrania y el abandono de proyecto “South Stream”, es decir, dos asuntos que conciernen a la Unión Europea en su conjunto, así como su independencia energética.

Putin felicitó a Syriza por su reciente victoria en las urnas e invitó a Tsipras a visitar Rusia con un ojo puesto en un proyecto que en el Kremlin también consideran estratégico.

En diciembre del pasado año durante una visita a Turquía el presidente ruso anunció la suspensión del gasoducto “South Stream” y la alternativa prevista ante ello, que consiste en conducir el gas por Turquía hasta las mismas puertas de Grecia.

El gasoducto “South Stream” debía unir a las costas rusas del Mar Negro con Italia sorteando el paso por Ucrania, por donde hoy circula la mitad del gas ruso que llega a Europa y que ya ha padecido varios cortes de suministro a causa del impago de Ucrania, del desvío y del robo.

En Bruselas no hicieron más que poner excusas para frenar el tendido de la tubería “South Stream”, que ya estaba comprometido desde hacía muchos años, lo que suscita dos cuestiones. La primera es que la construcción de la tubería del sur se paralizó cuando Alemania ya tenía la suya propia por el norte, que le asegura el suministro de gas ruso de manera discriminatoria y absolutamente injustificada.

La segunda es que si ahora Grecia sufre presiones de Estados Unidos para que le llegue gas ruso procedente de un gasoducto más bien modesto, como es “Turkish Stream”, cabe sospechar que esas presiones acrecentadas también estuvieron presentes en la decisión de Bruselas de paralizar un proyecto mucho más ambicioso como “South Stream”.

El gran beneficiario del cierre de “South Stream” es Turquía que deja un enchufe de su línea justo en la frontera de Grecia como un caramelo delante de la boca del niño, no sólo para sus vecinos sino para la propia Turquía: si alguien como Grecia quiere engancharse al gasoducto, Turquía se lleva un seis por ciento de beneficios por el transporte, una cantidad fabulosa de dinero sin dar un palo al agua. Cuando se abra el grifo del gas, Turquía se habrá convertido en el segundo cliente de Rusia, detrás de Alemania.

La geopolítica actual está marcada por ese tipo de tuberías, como en otros tiempos estuvo marcada por las rutas marítimas. Tanto si “South Stream” prospera, como si lo hace “Turkish Stream”, Grecia habrá obtenido un triunfo significativo. Ya no será un rincón sino que se habrá puesto en medio del tablero. En esta apuesta la gran perdedora es Ucrania que, a pesar de su privilegiada situación, queda completamente fuera de juego. La geografía no lo es todo.

La presencia de las marionetas fascistas en el gobierno de Kiev y su cerrada sumisión a Washington pueden comprometer el futuro del país durante muchos años. La política sí lo es (casi) todo.

La importancia del arte revolucionario y de la militancia

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Pablo Hasel

El rap, como otros tipos de música y arte en general, es una herramienta útil para facilitar la difusión de unas ideas, sean de la ideología dominante o revolucionarias, sobre todo para la juventud. A todos nos ha hecho pensar una canción, sentir empujándonos a luchar o simplemente, nos han acompañado en luchas por reflejar lo que vivimos. Todas las revoluciones apreciaron el arte revolucionario por su facilidad para resumir un mensaje y hacerlo accesible al pueblo. Pero evidentemente, para cambiar el mundo no basta el arte revolucionario, sólo es un paso más. En todo caso este arte debe intentar empujar a la organización que con la acción, transforme la realidad.

A estas alturas, negar la importancia del arte revolucionario es estar ciego. Pero es muy importante recordar que de poco sirve llevar música combativa en los cascos, si luego no hay una militancia revolucionaria. Aunque desde luego, ya es un primer paso escuchar música que ataque de forma explícita al orden establecido. También está el asunto de qué grupos son realmente comprometidos, pero en este artículo no entraré a analizar esta cuestión.

Están quienes infravaloran a los artistas revolucionarios, sobre todo por diferencias ideológicas y también quienes sobrevaloran. En lo que a mi concierne, siempre he repetido que no quiero que nadie me idolatre y que quienes deben ser los mayores referentes en cuanto a militancia revolucionaria, son los elementos más avanzados, los militantes del Partido comunista, en el caso del Estado español, del PCE(r). Con mis canciones he conseguido que muchas conozcan su lucha, es cierto, pero no es un mérito excepcional, yo le debo mi educación política al Partido, aún con todo lo que me queda por aprender, que no es poco. Por lo tanto, lo menos que puedo y debo hacer, es utilizar el arte para denunciar las injusticias y reconocer a quienes más las han combatido organizándose de forma consecuente por el Socialismo. Pero igual que yo andaría mucho más perdido si no fuera por las enseñanzas del Partido; la represión del Estado y los revisionistas-reformistas que me señalan por defender esa línea (con mucho que aprender y con errores como he dicho) saben bien que he sido un altavoz y por ello me atacan llegando en ocasiones a la obsesión, queriéndome infravalorar pero a la vez sobrevalorándome por la importancia que me dan. Cosa que demuestra que algo bien he hecho, de lo contrario ni me nombrarían.

No me atacan a mi, atacan la línea que defiendo. Bien que en su momento partidos y organizaciones quisieron llevarme para su terreno y entonces sí que les gustaba mi música y les parecía un buen tipo, pero como no cedí y defendí a quienes han llevado una práctica consecuente, para muchos soy lo peor en todos los sentidos. Pero en un debate ideológico si les gusta cómo rapeo o no, no tiene la menor importancia, otra cosa es que recurran a ello faltos de argumentos. Lo que no me perdonan es que haya evolucionado políticamente, pero tanto que hablan de marxismo algunos, deberían comprender más la dialéctica. Atacan a la línea que defiendo porque sus críticas al PCE(r), también con todo tipo de calumnias, son constantes. Si yo rapeara para sus partidos, es evidente que entonces no se obsesionarían así, pero al atacar cosas como la falta de solidaridad con los presos políticos antifascistas y llegar a tantas orejas, es algo que les irrita en exceso y así lo demuestran. Algunos, en su insultante ambigüedad, no comprenden que alguien se posicione. Son quienes defienden la unidad abstracta, pero qué casualidad, siempre olvidando a los revolucionarios presos o ilegalizados a los que sus partidos insultan, condenan y miran hacia otro lado hasta cuando sufren torturas o son exterminados en prisión.

Como no huyo de la autocrítica, la hice al ver lo perjudiciales que son esos partidos con los que un día tuve un trato demasiado cordial, pero desde el primer momento les eché en cara esas actitudes, otra cosa es que por ingenuidad no viera cuánto alejan del camino revolucionario y quisiera pensar que no son tan nocivos. Si de algo no se me puede acusar es de tragar por interés, pues cuando me di cuenta rompí con muchos que me hubieran facilitado las cosas. ¿Cuántas puertas me he cerrado por posicionarme? ¿Cuántos problemas me he ganado? Para que algunos sin vergüenzas tengan la mala baba de decir que esto le beneficia a mi “carrera musical”. Me temo que Monedero o Iglesias, que en su tiempo ponían canciones mías en sus redes sociales o me invitaban a rapear a sus actos, me abrirían muchas más puertas que solidarizarme con los presos políticos, que en todo caso me abrirá las de la cárcel. Pero es algo que los cobardes resentidos y los insolidarios no pueden soportar, que renegara de ese camino cómodo y me posicionara con los revolucionarios. Están tan podridos de odio absurdo, que algunos llegan a decir que busco ser preso político, como si fuera un capricho solidarizarse, atacar al Estado o no apoyar a un partido reformista. Como si no poder ver a tus seres queridos, comer mierda, pasar todo el día en una celda, que tu vida corra más peligro, no poder grabar y un largo etc, fuera algo que se busca. No sorprende viniendo de los mismos que justifican que Cao de Benós diga que dispararía a inmigrantes o que votan a quienes llaman terroristas a los antifascistas que han ido más allá de la legalidad fascista. Como ellos no pretenden pasarla, atacan a quienes lo hacemos. Pero lo más absurdo, es que también más de una vez han deseado por redes sociales, manifestaciones o canciones, cosas a los capitalistas/fascistas como por las que se me condena. Pero como las digo yo, entonces está mal y es justificable que Cao de Benós defienda la represión de la Audiencia Nazi-onal deseándonos cárcel a quienes pasemos ciertas líneas. No se puede caer más bajo que defendiendo la represión del Estado, pero eso hacen los partidos que votan muy a menudo.

A diferencia de ellos, jamás he ocultado mis errores. Es más, los he grabado. Eso es lo que aprovechan quienes en vez de alegrarse de una evolución, como cualquier comunista, la maldicen. Como no pueden atacar con el presente, recurren al pasado. En el presente también tengo errores, desde luego, pero entre estos no está atacar a partidos que legitiman la represión del Estado o silencian el exterminio contra presos políticos antifascistas, ejerciendo una repugnante complicidad. A veces, agobiado por muchas cosas, pierdo las formas en debates con quien igual no ha hecho méritos para que así sea, pido disculpas e intento corregirlo. Otros, desde luego, merecen que se utilice cierto tono por cómo entran. No voy a excusarme en que no soy perfecto para no poner empeño en mejorar, pero más de uno que critica sin piedad veríamos cómo actuaría en mi situación y no digamos ya en otras. Como revolucionarios debemos tener empatía, cosa que no quita la crítica constructiva que tanto agradezco y gracias a la que he evolucionado y seguiré evolucionando para desgracia de enemigos.

Otros, pretenden responsabilizarme de todos los actos de mis oyentes. ¿Hace falta contestar a semejante bobada? Yo respondo por mis actos, no por los de mis oyentes y es evidente que entre tantos, habrá algunos que actúen de forma muy distinta a la música que escuchan. No será porque yo lo recomiende. ¿Acaso no había y hay “seguidores” de Lenin que actúan de forma muy distinta a lo que él proponía? Uno se siente hasta ridículo contestando a cosas tan evidentes, pero ante tanto listillo que ha leído mucho pero que ha puesto en práctica poco y las repite, hay que hacerlo. Son los que insultando al marxismo, utilizan como "argumento" una foto de hace años con X reformista para atacar. Lo único que consiguen es mostrar una evolución de la que estoy orgulloso y de la que ellos carecen defendiendo a esos reformistas. Imagino que piensan que alguien puede nacer sabiendo, aunque desde luego ellos no.

No se me puede juzgar como si fuera el secretario general del Partido comunista, soy un artista comprometido, no un cuadro del Partido, y como tal, evidentemente cometo más errores. Cumplo una función y a tenor de algunos resultados, da sus frutos, pero la puedo mejorar y en ello ando. No temo la autocrítica, gracias a esta se avanza y si no fuera por revolucionarios ejemplares que me han hecho críticas constructivas, no hubiera mejorado así. Reconoceré mis errores cuando haga falta, entre estos que a veces debería utilizar con más tacto la pedagogía, no con los que faltan al respeto a revolucionarios a conciencia, por supuesto. Pero que no esperen que rectifique ante mis ataques a quienes legitiman la represión del Estado, faltaría más, eso no es un error y siempre nos quedaremos cortos atacándolos. Aquellos a los que tanto les ofende que se ataque a quienes actúan como lacayos de los capitalistas, deberían dedicar más tiempo en solidarizarse con quienes sufrimos la represión y menos en insultarnos, pero eso en demasiadas ocasiones es pedir peras al olmo porque están más ocupados en el folklore que en empezar a actuar como comunistas con la correspondiente autocrítica materializada en hechos.

Fuente: http://amnistiapresos.blogspot.com.es/

Hablar en cristiano

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Nicolás Bianchi

Diremos, en principio, que la lengua castellana es consistente, pero también polisémica (lo que no es una tara). También el alemán se presta a calambures o juegos de palabras. El inglés es más perfecto y consistente. Lo que no diremos es que dichas lenguas sean bellas porque no la hay que no lo sea.

El recién finado Eduardo Galeano, excelente escritor y promiscuo ideólogo, decía que cuando Dios quiso confundir a los hombres y su soberbia (de querer alcanzar el cielo mediante la Torre de Babel), los hizo hablar en diferentes lenguas para no poder entenderse entre ellos, es decir, impedir que se pudieran comunicar y, por tanto, desbaratar sus planes de edificar y construir la célebre Torre, pues si uno pedía la broca del 12 el otro entendía que le pedía la llave alen... Galeano decía que a Dios le salió el tiro por la culata, pues gracias a esa diversificación del idioma éste se enriqueció para que la humanidad no se aburriera hablando la misma prosa.

Ilan Stavans, traductor norteamericano estadounidense (porque podía ser canadiense), novelista y crítico de origen mejicano, tiene una versión de "El Quijote" en spanglish que, como se sabe, es la jerga de los latinos en EEUU. El primer párrafo, el más famoso de la lengua castellana, suena así, agárrense: "In un palacete de la Mancha of which nombre no quiero remenbrarme vivía, not so long ago, uno de esos gentleman who always tienen una lanza in the rack, una buckler antigua a skinny caballo y un greyhound para el chase. A cazuela with más beef tan mentón, carne choppeada para la dinner, un omelet pa' los sábados y algún pigeon pa' los domingos, consumían si income. El resto lo employaba en un coat de broadcloth y en soketes pa' los holidays with the slippers pa' combinar, while los otros días de la semana él cut a figura de los más finos cloths".

¿Cómo se les quedó el body (el cuerpo)? Muy fuerte, ¿no es cierto? Descacharrante, desarmante, pero los puristas se ciscarán en lo más barrido. Vean ahora fragmentos de un relato del "negro"Fontanarrosa, así llamado sin serlo, recién occiso, viñetista de Rosario (Argentina) y "loco" del fútbol, escrito en lunfardo (entre paréntesis va la traducción para que el lector no se vuelva majara). Ahí va la "crónica": "esos turros (macarras) festejando un pedo (borrachos). ¿De qué se la tiran, hijos de mil putas (es claro que no le hizo mucha gracia que perdiera su equipo. NB) ¡Qué pija (espina) que tienen! ¿Te vas a dejar basurear por estos soretes (mierdas, gilipollas)? Ya dije que si perdía agarraba un bufo (revólver) y me volaba la sabiola (con "b", y no con "v", como Saviola, jugador que fuera del Real Madrid). Me haré trolo (gay).

El viejo la posta posta (verdad de verdad) era que nunca le había tocado ver un partido del Central (es el Rosario, NB) en que la lepra (la hinchada contraria) nos hubieras roto el orto (el culo). Hay tipos mula (gafes). Y no es joda (cortazariano "no es broma"; joda=broma). Los hay, también, ojetudos (suertudos). Ya ando mal del bobo (del corazón) y me quieren hacer la croqueta (comerme el coco) estos del Ñúbel (el Newel's Old Boys, equipo argentino de fútbol, de abolengo -sobra decirlo- inglés). Éramos boleta (estábamos muertos). Se iba a armar un quilombo (un follón del copón) y terminaríamos en cana (en comisaría; cana: policía, madero). A mis sesenta afios (años), como un pendejo (joven), viviendo como un bacán (un rajá). No, eso no: Beirut (este cuento está escrito en 1971) será un poroto (una menudencia). El bocho (la cabeza) no carbura bien. Lo más probable es que nos hiciéramos pelota (puré) en el camino por ir a los pedos (a toda pastilla, a toda hostia). Menos mal que Rulo es fana (fanático, hooligan) amigo de Central. Y no esos quilomberos (ultrasur, diríamos aquí) de la barra (la grada) que se hicieron los sotas (los locos, longuis, distraídos). Yo, ché, de lo más piola (tranquilo)". ¡Ufa, bárbaro, viste?!

¿Hablar en cristiano, como se decía en el franquismo? ¿Esa quintaesencia del "ser" español? Y eso mientras no dudan en adulterar y torturar la bellísima lengua de Cervantes con anglicismos, extranjerismos y demás barbarismos con perfectas equivalencias léxicas en castellano. Se jactan de lo que más deberían avergonzarse, que decía el bilbaino Unamuno. Luego se extrañan de que en el Senado español -institución inane e inútil donde las haya hecha para parásitos- haya quien se ponga auriculares ¡¡¡cuando hasta en Oregón y en Montana se habla español !!!

El hombre que mejor conoce los chanchullos de la Casa Real

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¡Vaya par de gemelos!
En la grabación de la conversación mantenida entre los chorizos Javier de la Rosa y Francisco Nicolás Gómez Iglesias el primero tira de la manta y vierte importantes acusaciones contra el rey dimitido, contra personalidades del mundo político catalán y de los diferentes gobiernos centrales, contra varios capitalistas y contra la policía.

En la conversación De la Rosa asegura que hay varias personas que tienen hasta 300 millones de euros en cuentas corrientes que realmente pertenecen al Borbón padre. Uno de los testaferros que maneja los fondos ocultos del antiguo rey es José Manuel Romero Moreno, conde Fontao y marqués de San Saturnino, a quien se le ha mantenido oculto en el Caso Noos para que la mierda no salpique al monarca actual a cambio de 72.000 euros anuales.

Fontao sustituyó en su papel de testaferro (“administradores del dinero privado del rey”) a Manuel Prado y Colón de Carvajal cuando éste acabó implicado judicialmente por los casos relacionados con De la Rosa, en torno al cual se cimentaron algunos de los pelotazos más importantes de los años 80, como el de las Torres KIO, en los que el antiguo monarca participó de la mano de la Casa Real saudí.

En 2012 la revista estadounidense Vanity Fair decía que el conde es “el hombre que mejor conoce las intrigas de la familia real española”. Para que mantenga la boca cerrada los pagos de la Casa Real a Fontao se camuflan con un contrato como asesor para asuntos jurídicos.

Además, al conde le han enchufado en el consejo de administración de Patrimonio Nacional. El conde es presidente del bufete Romero Moreno Abogados y patrono de numerosas fundaciones, como la Fundación CEAR Habitáfrica y asesor legal de las fundaciones de Caja Madrid, Caixa Galicia, y de la del Centro Internacional de Estudios Económicos y Sociales. Es, además, miembro del Club de Madrid, una organización sin ánimo de lucro compuesta por 80 ex-jefes de Estado y de Gobierno. Desde 2009 es secretario del Patronato del Real Instituto Elcano.

El testaferro fue el representante legal del rey y sus hermanas, las infantas Pilar y Margarita, en la controvertida operación inmobiliaria para la venta en 2002 de Villa Giralda, el chalé de lujo madrileño así llamado en honor de la residencia lisboeta en la que vivió el abuelo Juan de Borbón, que dejó en herencia a sus tres hijos. La residencia fue vendida en 2,7 millones a la promotora inmobiliara CPV, que poco después saltaría a los titulares por su quiebra fraudulenta, que afectó a 1.200 familias que habían confiado por adelantado más de un millón de pesetas para unas viviendas que jamás se construyeron. Dos hijos de la infanta Pilar se sentaron en el banquillo, acusados de cobrar una comisión de 1,5 millones de euros en dicha transacción inmobiliaria, cuya escritura fue firmada por el conde de Fontao.

Junto a Urdangarín, el duque de Palma, el testaferro real impulsó la creación de la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social, una pantalla de apariencia tan filantrópica como Noos. En 2006 Urdangarín y Fontao extrajeron fondos de las sociedades Noos y Areté a aquella supuesta Fundación deportiva, que aparece vinculada a una supuesta estructura fiduciaria creada por los dos socios para desviar dinero al extranjero, concretamente a Belice y Reino Unido.

El conde Fontao es el único que presta servicios al rey a título estrictamente personal. No hay ningún otro contrato similar con otros asesores externos. Se trata de un contrato anual por adjudicación directa o, como se decía antiguamente, “a dedo”, que es como se fraguan los chanchullos en las altas esferas.

Cuando se conoció el Caso Noos, Fontao recomendó a Urdangarín que pusiera tierra por medio, abandonara el Instituto corrupto y se largara fuera de España.

El conde-testaferro ha sido interrogado por el juez Castro, encargado del caso. Era el segundo peón de La Zarzuela que comparecía después de que días atrás lo hiciera como imputado el secretario de las infantas, Carlos García Revenga, antiguo tesorero de la trama corrupta.

El Caso Noos ha salpicado también al eurodiputado del PP Esteban González Pons, que fue citado por un Juzgado de Madrid para explicar su papel en los convenios firmado con Noos cuando era consejero de la Generalitat Valenciana, en diciembre de 2005, para la preparación de unos Juegos Europeos que nunca llegaron a celebrarse.

Se multiplican las visitas de Tsipras a Moscú

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A fin de echar un velo sobre el replanteamiento de las relaciones entre Grecia y Rusia, la prensa europea, fiel portavoz de sus amos imperialistas, ha calificado de “simbólica” la visita de Tsipras a Moscú, no habiendo obtenido resultados concretos. Por el contrario, la revista griega Prothema ha destacado de ella cuatro aspectos importantes, que merece la pena consignar.

El primero es la prolongación del corredor energético “Turkish Stream” que convertirá a Grecia en una plataforma para la distribución del gas ruso en Europa y del que obtendrá 500 millones de euros anuales. Como consecuencia de ello, los ministros de Asuntos Exteriores de Hungría, Serbia, Grecia y Macedonia se reunieron el 2 de abril para firmar una declaración de apoyo al proyecto greco-ruso.

El segundo es que Grecia y Rusia van a constituir empresas conjuntas para eludir las sanciones impuestas por Bruselas a Moscú. Dichas empresas tendrán su sede en Moscú y permitirán a Grecia continuar con sus exportaciones a Rusia.

El tercero es que ambos países van a colaborar en al comercio, las finanzas, el turismo y la cultura, y las empresas rusas podrán acudir a las subastas de las empresas griegas que sean privatizadas, así como a la construcción de infraestructuras. Las empresas rusas están interesadas por el puerto de Salónica y por las vías ferroviarias.

El cuarto es que las empresas rusas participarán en los sondeos de 20 pozos petrolíferos en el Mar Jónico y en el sur de Creta.

Estos acuerdos demuestran, en palabras de Tsipras, que Grecia se dispone a desarrollar una “política exterior multipolar”. Grecia ni es un país mendigo ni una colonia deudora sino un país soberano que tiene un derecho indiscutible a “explotar su papel geopolítico”.

Syriza está llevando a cavo un replanteamiento estratégico de la posición de Grecia en Europa. El segundo día de su estancia en Moscú, en un discurso pronunciado en la Facultad de Relaciones Internacionales de Moscú, Tsipras aseguró que el acercamiento de Grecia a Rusia no ha sido por motivos oportunistas sino que formaba parte de un viraje estratégico en materia económica y energética.

En su discurso el primer ministro griego afirmó también que “es imposible construir la seguridad europea sin Rusia, y mucho menos contra ella”, lo que acompañó con un llamamiento dirigido a la Unión Europea para que restablezca su diálogo con Rusia, e pesar de las discrepancias existentes entre ambas partes sobre Ucrania.

Tsipras ha vuelto de su viaje a Moscú, pero se dispone a regresar otra vez en mayo para participar en las conmemoraciones del 70 aniversario de la derrota del fascismo en Europa y después habrá un tercer viaje a fin de que participe como invitado de honor en Foro Económico de San Petersburgo.

Las visitas a Tsipras a Moscú se van a convertir en una rutina que, por cierto, son mucho más que simbólicas.

Arabia saudí lanza gases tóxicos contra la población yemení

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“Vamos a publicar un vídeo sobre la muerte de decenas de niños muertos por inhalación de gases tóxicos”, declaró ayer Alí Abdullah Mabud-Chokr, miembro de la Media Luna Roja de Yemen a la agencia de noticias iraní Fars News.

Mabud-Chokr ha asegurado  que las bombas que lanza la aviación saudí no sólo destruyen un gran número de viviendas, sino que crean, además, una espesa nube de gases tóxicos mortales.

Algunos responsables yemeníes ya habían advertido que las bombas saudíes que cayeron sobre la capital Sanáa eran diferentes a las utilizadas en otras regiones del país. Se trataba de bombas de un tipo especial que asfixian a los residentes de los barrios bombardeados.

Según los miembros de las organizaciones humanitarias yemeníes, el viernes pasado los aviones de combate saudíes utilizaron armamento prohibido en sus bombardeos sobre la región de Fag Atta, al sur de Sanáa.

La aviación saudí empezó a bombardear Yemen hace un mes con el fin de restablecer en su cargo al depuesto presidente Mansur Hadi, un aliado muy cercano a la familia real saudí. Durante este tiempo los bombardeos han causado la muerte de 2.645 personas, entre ellos centenares de niños.

El antiguo presidente Hadi dimitió en enero y rechazó replantearse su dimisión a pesar de las peticiones del movimiento Ansarollah

A pesar de las afirmaciones de Ryad de que los bombardeos se dirigen contra las posiciones de las milicias hutis, los aviones de guerra saudíes han destruido zonas residenciales e infraestructuras civiles.

Cinco Estados del Golfo Pérsico, Arabia saudí, Emiratos Árabes Unidos, Barein, Qatar y Kuwait, a los que se suma Egipto, declararon la guerra a Yemen en un comunicado publicado el 26 de marzo. Para ello cuentan con el apoyo de Estados Unidos e Israel.

Si las agresiones del imperialismo contra Irak y Siria se basaron en falsas acusaciones de empleo de armas químicas, ahora tienen una buena oportunidad de cambiar de bando ante un empleo real de las mismas contra la población yemení.

Memoricidio cultural

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Nicolás Bianchi

Mal, muy mal, rematadamente mal, está destruir el milenario patrimonio histórico-cultural asirio preislámico en Mosul como hace esa excrecencia creada por el imperialismo denominada Estado Islámico basándose en la iconoclastia de Mahoma (y antes bizantino-cristiana) cuando entró en La Meca. Aunque muchas de las esculturas destruidas fueran réplicas, cosa que no eran los budas de Bamiyán que destrozaron los talibanes en Afganistán.

De haber existido realmente los Reyes Magos, y viendo el "memoricidio" cultural llevado a cabo en Irak, estos sabios astrólogos (astrónomo sería Galileo) de tierras mesopotámicas y caldeas, cuna de la civilización como reza el tópico, se ciscarían en los salvajes que invadieron Irak basándose, encima, en una mentira, la de las armas de destrucción masiva.

Porque del genocidio cultural occidental en suelo iraquí estamos hablando. Un millón de libros de la Biblioteca Nacional y diez millones de documentos del Archivo Nacional quemados, quince mil objetos del Museo Arqueológico desaparecidos, diez mil yacimientos arqueológicos saqueados. La Biblioteca Coránica y la Casa de la Sabiduría ardieron. Entre las obras quemadas o desaparecidas desde 2003 se encuentran textos y originales de valor incalculable; tratados matemáticos de Omar Khayyan; otros filosóficos de Avicena, Averroes, Al Hindi o Al Farabi; piezas de las épocas babilónica, sumeria, caldea y asiria; tablillas cuneiformes con las primeras formas de escritura...

Mientras protegían el Ministerio del Petróleo y los oleoductos, las tropas de ocupación dejaron museos y yacimientos arqueológicos a merced de los saqueadores que, en muchos casos, trabajan por encargo de coleccionistas internacionales. Tropas invasoras han robado piezas en los asentamientos de Ur, destruido ruinas de la antigua Babilonia y provocado daños irreparables al palacio de Nabucodonosor. Soldados italianos han estado esquilmando miles de antigüedades de los asentamientos arqueológicos que tenían la obligación de cuidar. Los mercenarios gringos envían por mail fotografías de recuerdos que han tomado de los zigurats y las ruinas de lugares como Ur, Uruk, Nínive, etc. En Ur, en concreto, al enterarse estos paletos de que allí nació el profeta Abraham (que tampoco existió, históricamnente hablando, pero dejemos esto por ahora, que es secundario), la soldadesca se ha llevado ladrillos como souvenir. Carabineros italianos, polacos y estadounidenses dejaban graffitis en las paredes con leyendas que pasarán a la historia universal (de la infamia) como "yo estuve aquí" o "amo a Mary". Muy emotivo, ciertamente.

Claro que, como en el Saco de Roma protagonizado por el catoliquísimo Carlos I de España y V de Alemania en 1527, estaban auspiciados. El Secretario de Defensa (entonces), el criminal D. Rumsfeld, llegó a decir este animal que "la gente es libre de cometer fechorías, y eso no puede impedirse", o sea, como los lansquenetes de la Edad Media con el derecho al botín sólo que estos no destruían catedrales. Lo dijo quien algo sabe sobre la voladura controlada de las Torres Gemelas de Nueva York el 11-S (y del "Tamiflú", que esta es otra).

Los anticuarios iraquíes -supongo que con negocios ruinosos- han denunciado que numerosos soldados se acercan a sus tiendas para vender sellos sumerios y objetos decomisados (?). Roban tesoros para venderlos en las fronteras de Jordania y Kuwait a mercaderes de arte. Y todo ello violando la Convención de La Haya de 1954 de protección al patrimonio cultural en caso de conflictos armados, que Washington nunca firmó, a todo esto, o sea, barra libre.

¡ Muera la inteligencia !

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Ataques contra las librerías en la España de la transición

A lo largo de la transición las librerías de las ciudades españolas fueron testigo de una escalada de agresiones sin precedentes por parte de grupos fascistas apoyados por los aparatos represivos del Estado, dentro de una "estrategia de la tensión" destinada a sembrar el pánico y paralizar el movimiento de masas.

El 6 de mayo de 1976 el diario El País titulaba una noticia: "Un centenar de atentados a librerías españolas". Unos días más tarde titulaba otra: "Una librería asaltada cada dos semanas". Nada menos que 33 establecimientos habían sido destrozados en los últimos 16 meses después de la muerte de Franco. La prensa de la época hablaba de "ola", "espiral" o "escalada" y el período que se extiende desde la muerte de Franco fue calificado como una "etapa negra" para los libreros. Las cifras utilizadas ascienden a 200 establecimientos afectados.

Algunas librerías son objeto de ataques en varias ocasiones, así como de intimidaciones de diverso grado, convirtiéndose en víctimas múltiples. La librería Tres i Quatre de Valencia ostenta un récord: el número de ataques fascistas más alto de Europa. A finales de 1976 había sufrido siete atentados. Otra librería, Pórtico, de Zaragoza, era veterana en agresiones: tuvo su primer ataque en 1946 y tres décadas después acumulaba ya cinco en pocos meses. La dos librerías Antonio Machado, tanto la de Sevilla como la de Madrid, también fueron atacadas en muchas ocasiones por los fascistas.

La librería Rafael Alberti de Madrid padeció cinco ataques. A finales de abril de 1976 provocó la cólera de los fascistas tras organizar un acto en el que el cantaor Manuel Gerena firmó sus obras. Primero les enviaron un anónimo: "Lo de Manuel Gerena ha colmado nuestra paciencia. Pronto os visitaremos". Ese primer anónimo se saldó con dos atentados el 30 de abril y el 8 de junio, que destruyeron completamente la librería siete meses después. En el primero utilizaron piedras para romper las lunas, que luego sustituyeron por un bloque de hormigón traído de alguna obra cercana, dada la ineficacia de las piedras. El bloque de hormigón, ante la resistencia de las lunas, tampoco fue eficaz, por lo que utilizaron las pistolas. Se identificaron cinco disparos que consiguieron perforar una de las cinco láminas de las lunas. Luego utilizaron una barra puntiaguda y un martillo. La finalidad era hacer un agujero para introducir una carga explosiva.

La librería fue víctima de dos atentados más. El 9 de julio los fascistas pintaron las paredes de la librería con varias cruces gamadas y una amenaza: "Volveremos". Finalmente estuvieron a punto de perforar con un punzón la luna antibalas. Tras nuevas amenazas de muerte contra el propietario el 14 de octubre y el 6 de noviembre, la librería fue objeto de un incendio. Para ello introdujeron gasolina bajo la puerta y prendieron fuego después.

Los ataques violentos sólo eran la punta de un iceberg. Además las librerías, revistas y periódicos debían hacer frente a los controles de la censura y a los riesgos de secuestros y de multas que la todavía vigente Ley de Prensa de 1966 albergaba.

Durante la transición los libreros fueron amenazados  permanentemente. Los fascistas les intimidaron y llenaron sus escaparates de pintadas. La amenaza iba a menudo acompañada de pintadas y el cóctel molotov era avalado por la presencia de cruces gamadas.

Los fascistas justificaban sus crímenes por la presencia en todas las librerías españolas de autores marxistas y progresistas en detrimento de los títulos de los escritores reaccionarios como Menéndez Pelayo, Maeztu, José Antonio y Onésimo Redondo.

En noviembre de 1971 se produjo el primero de los ataques, dirigido contra la librería "Cinc d’Oros" de Barcelona. En esta ocasión varios cócteles Molotov contra los escaparates del establecimiento provocaron un incendio ocasionando la destrucción de libros pero también de una reproducción del "Guernica" de Picasso.

En febrero de 1972 un segundo ataque esta vez contra la librería "Antonio Machado" de Madrid ocasionó el destrozo de las lunas de los escaparates y una serie de pintadas insultantes.

A partir de mayo de 1973 las acciones violentas comenzaron a extenderse a otros centros de interés relacionados con la cultura como revistas, editoriales y distribuidoras. Así, "El Ciervo" (1973), "Nova Terra" (1973), y "Enlace" (3 de julio de 1974) respectivamente, fueron objeto de incendios con consecuencias cada vez mayores.

En la madrugada del 14 de octubre de 1975 explotó una bomba en la sede de la editorial Ruedo Ibérico de París. El atentado no constituía un acto aislado contra editoriales en Francia ya que otras empresas habían sufrido la misma suerte: la editorial vasca de Hendaya Mugalde en dos ocasiones, en abril y mayo; la librería "Naparra"en Biarritz, y en París, las Ediciones Ebro.

Tras la muerte de Franco, 1976 fue el año el más intenso en acciones terroristas. De mayo a diciembre se produjeron 55 atentados a librerías, frente a 25 durante los meses de enero a junio del año 1977. Se trataba del envío de anónimos, amenazas verbales, llamadas telefónicas anunciando estallidos de artefactos, incendios provocados, ráfagas de metralleta, lanzamiento de botes de tinta y colocación de cargas explosivas, cuando no utilizan los excrementos para embadurnar los escaparates de las librerías.

El alcance de los ataques a las libdrerías queda claro en el siguiente telegrama de 1976, firmado por 27 librerías madrileñas y dirigido a los libreros afectados: "Frente actual escalada violencia extrema derecha, que alcanza a todos los pueblos de la Península, enviamos mensaje solidaridad y hacemos constar indignación ante impunidad de los hechos".

Es otra de las constantes que aparece siempre en el terror fascista de la transición: la impunidad de los criminales. La policía se cruza de brazos y los periódicos se limitan a utilizar términos tales como "unos desconocidos" o "incontrolados".

Sólo hubo una detención, que correspondió al incendio de la ya mencionada librería "Rafael Alberti" de Madrid. Sus autores fueron José Alberto García, Alfonso Moreno, Ricardo Manteca y Francisco José Alemany. Eran los mismos que el 5 de noviembre de 1971 destruyeron la galería de arte Theo, comprendidas una serie de litografías de Pablo Picasso. Aunque la prensa reveló entonces la identidad de los fascistas, en ningún momento establecieron sus vínculos con los servicios de información del franquismo, de la Guardia Civil, del Estado Mayor y de la Presidencia del Gobierno. Sus autores eran agentes de la policía de Madrid: Francisco José Alemany había sido informador de la policía en la universidad y Ricardo Manteca era un asalariado de la Dirección General de Seguridad. La ultraderecha siempre estuvo muy bien controlada.

La impunidad estuvo rodeada de una constelación absurda de siglas que fueron otras tantas cortinas de humo. En cuatro ocasiones la autoría la reivindica un supuesto "Comando Adolfo Hitler". Otra referencia que aparece con cierta frecuencia en los artículos de opinión es la de los Guerrilleros de Cristo Rey y las siglas GAS pertenecientes a los Grupos de Acción Sindical.

Las compañías de seguros se negaron a pagar los destrozos provocados y a cubrir el coste de las reparaciones por el carácter extraordinario de los daños, por lo que la indemnización recaía en el Consorcio de Reasegurados, compañía estatal dependiente del Ministerio de Hacienda que cobraba el 15 por ciento correspondiente a las primas de los seguros normales.

Ahora bien, para que tales indemnizaciones fueran acordadas era necesario un certificado de la policía como prueba del carácter político de los actos violentos cometidos. La condición previa al pago era que los culpables hubieran sido detenidos y condenados por un juez, lo cual no existió nunca tras alguno de los cientos de atentados.

Los ataques a las librerías nunca han cesado. En 1980 los fascistas volvieron a atacar la librería La Oveja Negra en el barrio de Quintana, en Madrid, que ya había sido atacada cuatro años antes. Unos quince o veinte fascistas armados con bates de béisbol y cadenas profirieron gritos fundamentalistas de "¡Viva Cristo Rey!" y otros similares, arrojando una papelera a su interior y rompiendo las lunas. Uno de los cristales rotos hirió en la mano a una de las trabajadoras.

En 2005 se produjo otro ataque en Madrid cuando varias decenas de fascistas irrumpieron en la librería Crisol para reventar el acto de presentación del libro "Historia de las dos Españas", agrediendo violentamente a los asistentes y destrozando el local.

A los asistentes los fascistas les metieron panfletos en la boca, además de zarandear e intentar agredirles, entre gritos de “asesinos”, “genocidas”, patadas por doquier, y destrozos de las estanterías repletas de libros.

Uno de los atacantes era un sargento en activo del Ejército de Tierra. Todos ellos eran miembros de Falange Española.

Vietnam derrotó al imperialismo hace 40 años

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La liberación de Saigon (hoy Ciudad Ho Chi Minh) el 30 de abril de 1975 dio el toque final de la prolongada lucha llena de sacrificios y hazañas gloriosas del pueblo vietnamita por la reunificación nacional.

En ocasión del 40 aniversario de la histórica efeméride, la Agencia Vietnamita de Noticias (VNA) ofrece a continuación un breve resumen de las campañas más importantes desarrolladas por las fuerzas patrióticas del 4 de marzo al 30 de abril de 1975.

La campaña estratégica de Tay Nguyen (Altiplanicie Occidental) del 4 de marzo al 3 de abril de 1975, con asalto al punto clave de Buon Ma Thuot, cabecera de la provincia altiplana de Dak Lak, inició la Ofensiva General y levantamientos populares de la Primavera de 1975.

En julio de 1954, bajo la orientación del entonces secretario general del Partido Comunista de Vietnam (PCV), Le Duan, el Estado Mayor General del Ejército Popular de Vietnam comenzó la elaboración del plan estratégico de liberación del Sur.

En los meses de octubre y diciembre, los miembros del Buró Político (BP) y la Comisión Militar Central del PCV celebraron dos reuniones, durante las cuales ratificaron su determinación y aprobaron la estrategia.

La decisión tomada por el partido es liberar el Sur en dos años, el 1975 y 1976. Constituyeron las principales metas en ese período, consolidar las fuerzas armadas y llevar a cabo sucesivos ataques y sublevación popular a fin de debilitar al enemigo y crear condiciones favorables para la gran ofensiva y levantamiento general en 1976.

A inicios de 1975, basados en sus estimaciones, el poderío de las fuerzas enemigas y de sí mismo, el BP tomó la decisión de lanzar una ofensiva general para liberar totalmente el Sur del país y derrotar a los invasores estadounidenses.

Con el fin de realizar con éxito el plan, se creó una posición coordinada en todo el campo de batalla, estrechando el cerco en torno a Saigon y los municipios de los alrededores, e impulsando la lucha en las tres regiones estratégicas del territorio sureño.

a primera cuestión es seleccionar un campo de batalla para comenzar el despliegue del plan estratégico.

Basado en un estudio integral, el Buró Político y la Comisión Militar Central del PCV determinaron que la Altiplanicie Occidental constituye el escenario inexpugnable por su posición geográfica, y es donde la fuerza de defensa del enemigo se muestra más débil comparado con los demás campos de batalla a lo largo de la región de la llanura central y el sureste.

Por otro lado, Tay Nguyen es para las fuerzas revolucionarias el lugar donde puede movilizar las fuerzas diversas para formar un gran puño y realizar una operación aprovechando los bosques para mantener sus acciones en secreto, garantizando la sorpresa de los ataques a los enemigos. Comprendiendo que la victoria en ese campo creará un trampolín para avanzar en la zona deltaica central y dividir así las fuerzas enemigas. Los dirigentes del PCV decidieron elegir Buon Ma Thuot como el punto álgido para la arremetida.

La dirección nacional designó el 5 de febrero de 1975 al general de división Hoang Minh Thao jefe de la Comandancia de la Campaña Tay Nguyen.

A las 2:30 de la madrugada del 10 de marzo de 1975, el regimiento de misión especial número 198, fortificado con otras unidades con armas B72 y DKZ, acometió el aeropuerto de Buon Ma Thuot (conocido como aeródromo Hoa Binh).

Ho Chi Minh, forjador de la victoria, desgraciadamente murió antes de la misma.

Tras 30 horas de lucha consecutivas, a las 11:00 del día siguiente, Buon Ma Thuot fue librado totalmente. Se trató de una ofensiva de significado estratégico que marcó el derrumbo por “efecto de dominó” de las tropas estadounidenses. Según Le Duan, la hazaña Buon Ma Thuot, dejó una gran huella la historia vietnamita como una epopeya que dio inicio a la Ofensiva general de la Primavera.

Con este triunfo, el BP decidió el 18 de marzo de 1975 adelantar su plan de liberar el Sur en el mismo año.

La campaña Tay Nguyen culminó el 3 de abril, bajo la estrecha cooperación entre las fuerzas armadas y los pobladores y etnias minoritarias en la Altiplanicie Occidental. Todas las provincias altiplanas y la región centrosureña quedaron liberadas.

Según especialistas, el ataque a Buon Ma Thuot demostró el sabio liderazgo del PCV en todos los aspectos, desde la selección del campo de batalla, al momento para desencadenar la acometida y el punto clave para el ataque, hasta el aprovechamiento de oportunidades para emprender y desarrollar la operación.

La campaña Tay Nguyen marcó un cambio crucial en la estrategia, creando condiciones propicias para que el ejército norvietnamita encaminara con un año de antelación la liberación total del Sur. La victoria es fruto de los 30 años prolongados en la formación de contingente y lucha ardua del pueblo vietnamita y las minorías de la Altiplanicie Occidental. Hoang Minh Thao enfatizó que el éxito de esa campaña creó nuevas fuerzas para el Ejército norvietnamita y apoyó en gran medida al espíritu combativo del pueblo.

En la lucha armada por la reunificación de Vietnam, resultó estratégica la contribución de las tropas especiales del Ejército Popular, con muchas de sus hazañas reveladas hace poco. Fundadas por orientación del Presidente Ho Chi Minh, esas unidades elites crecieron en el seno de la lucha libertadora contra los invasores estadounidenses y dispusieron de fuerzas acuáticas, terrestres y urbanas. Su potencia no residió en sofisticadas armas sino en la experiencia acumulada de las históricas guerras de defensa nacional, una paciencia ejemplar, una rara capacidad de resistencia corporal y, sobre todo, una férrea voluntad.

Con esas cualidades, los combatientes de “cabeza descubierta y pie descalzo” se convirtieron en una pesadilla para los invasores extranjeros al cumplir misiones casi imposibles. Para dar un ejemplo, el coronel Do Van Ninh, ex-vicecomandante y jefe del Estado Mayor de la Fuerza Especial, citó la destrucción en marzo de 1975 del almacén de armas del aeropuerto de Bien Hoa, donde se encontraba la mayor reserva de explosivos estadounidenses. Exploradores del batallón especial 113, asignado para la tarea, se aproximaron y cavaron un túnel para permanecer al lado del blanco, pero no pudieron penetrar a través de la densa cerca e intensa guardia del enemigo, dada la importancia estratégica del lugar.

Tras semanas de observación y análisis del sistema defensivo, cinco combatientes fueron enviados al almacén por el río de Dong Nai, vía menos esperada por los defensores. Lograron instalar bombas de tiempo en determinados puntos y se retiraron antes de activarlas sin pérdida alguna.

Otra hazaña poco contada fue la liberación del archipiélago Truong Sa a principios de abril de 1975, según órdenes directas del legendario general y comandante en jefe Vo Nguyen Giap. “Una compañía de 250 combatientes acuáticos tuvo la tarea de atacar seis grupos de islas fortificadas en una amplia y lejana zona marina sin ningún vehículo de guerra o conocimiento del lugar y sistemas defensivos”, recordó el octogenario general Mai Nang, el comandante de esa campaña.

“La misión, añadió el ex Comandante de la Fuerza Especial, fue la primera de su tipo, para la cual sus efectivos no tuvieron experiencia similar alguna, ni tiempo para exploraciones por cuestiones de urgencia y sorpresa. Entonces, debimos aplicar una táctica nueva de explorar y atacar a la vez, reveló el condecorado posteriormente con el título Héroe de las Fuerzas Armadas”.

Desde tres barcos simulados como pesqueros, los soldados nadaron dos millas marinas para aproximarse a sus objetivos, con plena disposición de sacrificarse al saber que no tenían ningún tipo de refuerzos, narró Nang. Pero sólo 15 minutos después de bajar al agua, el entonces coronel recibió otra orden para detener la operación. Visto que era imposible revertir el ataque, Nang decidió asumir la responsabilidad y llevarlo a cabo.

Con valentía, determinación y magistral arte de combate, las tropas especiales acuáticas recuperaron un valioso territorio y legítimo de Vietnam en el Mar Oriental, con sólo dos bajas.

Otro histórico mérito de estas fuerzas en aquella gloriosa primavera fue la ocupación de 14 puentes alrededor de Saigón, capital del régimen pronorteamericano. Esta misión resultó vital para el avance directo de las cinco columnas libertadoras hacia los centros neurálgicos del enemigo y aceleró así la reunificación del país.

A diferencia de otras operaciones, cuyas metas solían ser atacar y destruir, esta misión fue la de atacar ocupar y defender la posición, destacó el coronel Van Ninh, también Héroe de las Fuerzas Armadas. Su pelotón logró aniquilar unidades guardianas de forma rápida en sorprendentes combates nocturnos en el puente Ghenh, narró y remarcó que la batalla para defender ese nudo de transporte resultó mucho más cruenta. En varios casos, los equipos elites combatían hasta dos días bajo fuego del enemigo sin conocer el momento de la entrada de las fuerzas principales. En Ghenh, 50 de los 52 movilizados cayeron en combate, pero ninguno abandonó su puesto y el pelotón logró defenderlo hasta el final, contó el veterano coronel con expresa lastima y orgullo a la vez.

Otro personaje histórico, el sargento de tropas especiales Pham Duy Do participó en la ocupación y defensa del puente de la carretera Bien Hoa y fue quien después ondeó la bandera libertadora en el palacio presidencial del gobierno títere de Saigón, hecho que marcó la victoria final de los revolucionarios.

Ingresado al Ejército a los 17 años de edad y en su vida militar de seis años, Duy Do se escapó dos veces de la muerte pese a graves heridas pero no pudo hacer lo propio del Agente Naranja o la dioxina esparcida en los bosques vietnamitas durante la guerra, reveló el ex combatiente elite en entrevista con la VNA. Sus hijos sufren hoy de defectos físicos y mentales causados por ese tóxico, uno de los peores conocidos por el hombre, pero se consideró aún afortunado de poder disfrutar una vida pacífica y sencilla cuando otros compañeros cayeron en la lucha. La operación de los 14 puentes fue el mayor ejercicio de las tropas especiales vietnamitas durante la guerra, con la participación de una división, una brigada, cuatro batallones y numerosos comandos urbanos.

Esas construcciones abrieron, el 30 de abril de 1975, el paso para la entrada triunfante del Ejército Popular en Saigón, inaugurando una nueva era de reunificación, paz y desarrollo.

Fuente:  http://www.librered.net/?p=38381

La banca europea va de la crisis al desplome

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En el capitalismo antes había bancos “buenos” y tras la crisis aparecieron los “malos”. Pero la crisis ha dado lugar al desplome y de los bancos “malos” vamos a pasar a los “peores”.

El mes pasado se descubrió que el banco “malo” austriaco Hypo Alpe Adria, también conocido como Heta Asset Resolution, tenía un agujero de 7.600 millones de euros y que el gobierno no estaba dispuesto a pagar los platos rotos.

El resumen de la situación financiera en Austria es el siguiente: se crea un banco “malo” tras el colapso del banco “bueno” y luego el banco malo se colapsa a su vez. Según cálculos de Reuters, el agujero es de más de 9.800 millones de euros.

A partir de entonces en Austria ya no se habla de otra cosa y recuerdan los viejos tiempos: en 1931 el banco Creditanstalt colapsó en circunstancias muy similares, desatando un efecto dominó que llevó a una crisis financiera general. Tras la gran depresión dos años antes, llovía sobre mojado. Era la crisis dentro de la crisis.

Lo que la prensa austriaca ha callado es que tras la crisis de la crisis llegó el Anchluss, es decir, el III Reich y la guerra mundial.

Quizá alguien se pregunte los motivos por los cuales en este mundo en el que vivimos los depósitos bancarios están garantizados, mientras que no se garantiza nada más: ni el trabajo, ni las pensiones, ni la paz, ni la vivienda, ni la educación, ni las vacaciones, ni la sanidad...

También es posible que se pregunte por qué tiene que ser el Estado quien garantice los depósitos bancarios. Pero es todavía más sorprendente saber que hasta eso se ha acabado: a partir de julio en Austria el Estado dejará de garantizar los saldos bancarios.

Es interesante contar esta historia porque demuestra que hasta la propia burguesía sabe que el capitalismo no tiene ningún futuro por delante.

Hoy en Austria los depósitos bancarios están garantizados hasta 100.000 euros, la mitad por al propio sistema bancario y el resto por el Estado. A partir de julio esta garantía desaparecerá. El Estado dejará de garantizar la devolución de los depósitos. A cambio se creará un fondo de aseguramiento de depósitos financiado por la banca para afrontar las futuras quiebras.

En los próximos 10 años el fondo crecerá gradualmente hasta alcanzar los 1.500 millones de dólares. Si antes de llegar a dicha cantidad se produjera una quiebra bancaria, el fondo podría pedir un préstamo internacional aunque, según el diario austriaco Die Presse, la cosa no está tan clara. Incluso en el caso de que el fondo llegara a alcanzar los 1.500 millones de dólares, no sería suficiente para afrontar el desplome bancario.

Las cifras cantan: 1.500 millones de dólares no alcanza ni al 0,8 por ciento de los depósitos existentes. No es capaz de asegurar la solvencia de un banco austriaco de calado mediano y si son varios los bancos los que se encuentran en dificultades, los austriacos verían esfumarse sus ahorros.

El diario Die Presse pone el ejemplo del Bank Corp de Bulgaria. Cuando este banco se desplomó, tenía 1.800 millones de euros en depósitos, pero el fondo de garantía sólo alcanzaba hasta los 1.000 millones.

La prensa austriaca ha tomado buena nota de que Austria no es Bulgaria. Los demás debemos empezar a pensar por qué se habla tanto de la deuda griega y no tanto de la austriaca.

No es lo mismo...

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N.B.

... hacer una película como "El francotirador" (American Sniper, 2014), de Clint Eastwood, sobre un soldado norteamericano en ¡¡tierras invadidas!! que la historia de un francotirador en defensa de tu propia tierra contra el invasor. Excelente ejemplo de esto último fue la película de J.J.Annaud "Enemigo a las puertas" (2001) donde, en plena batalla de Stalingrado, un francotirador soviético de carne y hueso, un trabajador en las vísperas, Vasili Záitsev, causa estragos en las filas nazis entre las ruinas de Stalingrado. La película gira, suponemos que en una concesión comercial de cara a la taquilla, sin raíz histórica, o muy improbable, sobre un duelo de puntería con otro francotirador (figura que le ponía enfermo, por cierto, al gigante Napoleón) alemán, el Mayor König (magnífico Ed Harris).

Pero hete aquí que la Unión Soviética también tuvo a su heroína particular, una francotiradora oriunda de Ucrania, igual que Záitsev. Lyudmila Pavlichenko, que así se llamaba, aprendió el oficio, digámoslo así, de francotiradora de forma amateur en un club de tiro mientras estudiaba en la Universidad de Kiev.

Pese a las reticencias iniciales de los reclutadores que querían enrolarla en el cuerpo de enfermeras, la soldado Lyudmila consiguió salirse con la suya y entró a formar parte de la 25ª División de Infantería. Armada con un rifle de cerrojo Mosin-Nagant (un ruso y un belga de la época de los zares que en la II GM fue adaptado -el fusil-  para el tiro con precisión con una mira de cuatro aumentos) pronto destacó por su increíble puntería: en sus dos primeros años de servicio en Odesa abatió a 187 soldados y oficiales alemanes. Pese a todo los nazis ocuparon la zona y su unidad tuvo que ser desplazada al cerco de Sebastopol, en la Península de Crimea, donde ya con el grado de Teniente fue mencionada por el Consejo del Ejército Soviético debido a sus 257 alemanes abatidos. En total le contabilizaron 309 bajas durante el periodo en el que combatió durante la II GM, 36 de los cuales eran francotiradores como ella. No es este un plato de gusto pero amamos más la verdad que a Platón.

En junio de 1942 fue herida por fuego de mortero y retirada de combate ya como heroína oficial del Ejército Rojo. Siendo la URSS aliada (Stalin hasta tuvo una portada en "Life"), Lyudmila fue enviada a Canadá y Estados Unidos donde fue recibida como un héroe. Se convirtió en el primer ciudadano -ciudadana en este caso- soviético en ser recibido por el Presidente de los USA. Pero Pavlichenko no fue la única. Se cree que más de 2.000 francotiradoras sirvieron en el Ejército Rojo, de las cuales sólo sobrevivieron unas quinientas. Heroínas anónimas.

No, no es lo mismo, no.

El Pentágono apuesta por internet para la guerra imperialista

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El jueves de la semana pasada el Secretario de Defensa estadounidense Ashton Carter visitó Silicon Valley, donde tienen su sede las principales empresas tecnológicas de Estados Unidos, pronunciando una conferencia en la Universidad de Stanford (1) en la que presentó las líneas maestras de la Estrategia Ciber del Pentágono (2) hasta 2018.

Es el primer documento en afirmar que Washington utilizará internet como un arma de guerra, al afirmar que Estados Unidos “debe ser capaz de utilizar las ciberoperaciones para quebrar las redes de mando y control, infraestructuras críticas y sistemas de armas de los potenciales adversarios del país”.

Las operaciones de piratería informática se integrarán plenamente en las operaciones militares. Para ello, el Pentágono creará una fuerza compuesta por 6.200 piratas repartidos en tres tareas principales relacionadas con la defensa, inteligencia y ataque. Los piratas del imperialismo no estarán formados únicamente por personal militar, sino también por personal civil y reservistas, a tiempo parcial.

En su discurso Carter dijo que el Pentágono tiene que estar a la vanguardia de la innovación tecnológica como elemento central de la tercera estrategia de compensación (Third Offset Strategy) presentada durante el pasado mes de octubre (3). Pero para el imperialismo la innovación tecnológica ya no tiene como motor principal al ejército.

El Pentágono seguirá financiando, a través de la Agencia de Proyectos Avanzados (DARPA) o de otras instituciones científicas, proyectos tecnológicos avanzados que luego serán explotados comercialmente. Sin embargo, el grueso del desarrollo tecnológico se financiará con recursos privados.

La visita de Carter a Silicon Valley tiene un claro mensaje: la guerra imperialista necesita una industria tecnológica de vanguardia, en especial, en el ámbito de internet. El Pentágono va a poner sobre la mesa miles de millones de dólares para dinamizar la industria tecnológica en el ámbito bélico. Creará la Defense Innovative Unit Experimental para estrechar las relaciones entre los monopolios informáticos y el Pentágono, estar al día de las nuevas tecnologías y ayudar a las nuevas empresas a iniciarse en la guerra.

Los imperialistas seguirán financiando nuevos proyectos informáticos a través de IN-Q-Tel, la empresa de capital riesgo financiada por la CIA que impulsó Google hasta la cúspide tecnológica en la que se encuentra ahora. IN-Q-Tel lleva más de 15 años trabajando en Silicon Valley financiando a empresas que desarrollan nuevas tecnologías bélicas.

El Pentágono considera que la formación de sus informáticos es inadecuada. Los capitalistas privados hace mucho tiempo que van por delante y por ello ha previsto programas de intercambio con el sector privado. Durante un par de años los informáticos militares trabajarán en empresas civiles donde aprenderán su modo de trabajo e intentarán trasladar sus métodos al Pentágono.

A la inversa, los principales informáticos en materia de piratería de las empresas privadas trabajarán en las actividades bélicas del Pentágono.

Hace años que el Pentágono sabe que el único camino para mantener la hegemonía de Estados Unidos sobre el mundo requiere de consolidar su dominio en internet y en las nuevas tecnologías informáticas.

(1): http://www.defense.gov/Transcripts/Transcript.aspx?TranscriptID=5621
(2): http://www.defense.gov/home/features/2015/0415_cyber-strategy/Final_2015_DoD_CYBER_STRATEGY_for_web.pdf
(3): http://www.thiber.org/washington-tenemos-un-problema-thiber-en-el-ieee/

El FBI falsifica las pruebas para llevar a los presos al corredor de la muerte

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¿Ven Ustedes habitualmente las películas del CSI?, ¿han oído hablar de peritos?, ¿de huellas dactilares?, ¿de autopsias?, ¿de ADN?, ¿creen que la policía tiene algo que ver con la ciencia? En Estados Unidos un informe gubernamental ha tirado por los suelos todos esos fantasmas. Para elaborar el informe los investigadores estudiaron los informes periciales aportados por el FBI en 268 juicios celebrados entre 1980 y 2000 y su conclusión es que la policía falsificó los resultados de las pruebas, lo cual tuvo como consecuencia que unos inocentes fueron condenados a penas de cárcel y otros enviados al corredor de la muerte.

Nadie esperaba que el resultado fuese tan contundente, pero el Ministerio de Justicia lo ha reconocido formalmente: casi la totalidad de los médicos forenses de una unidad de élite del FBI prestaron un testimonio sesgado en casi todos los juicios que fueron revisados. Dado que sólo se han analizado 268 de ellos, una ínfima cantidad, podría tratarse del comienzo de algo mucho más serio, capaz de acabar con la credibilidad de los juicios penales, si es que alguna vez tuvieron alguna.

El Washington Post reconoce que decenas de ciudadanos fueron injustamente encarcelados y ejecutados entre 1980 y 2000 a causa de las falsificaciones de la policía en los análisis capilares al microscopio. De los 28 peritos de la unidad de élite del FBI, 26 exageraron sus conclusiones para favorecer las acusaciones de los fiscales en un 95 por ciento de los 268 juicios revisados hasta el momento.

En los juicios sometidos a revisión, 32 acusados fueron condenados a muerte y de ellos 14 fueron asesinados legalmente en prisión por las falsas pruebas aportadas por el FBI.

Los peritos del FBI testimoniaron su certidumbre “casi total” sobre los resultados de sus análisis del cabello en la escena del crimen, reforzando sus datos dudosos con estadísticas “incompletas o engañosas extraídas de su experiencia en casos individuales”. Hoy no hay manera de afirmar con seguridad la probabilidad de que el pelo de dos personas diferentes sea idéntico. Incluso los peritos del laboratorio del FBI que fueron sometidos a escrutinio tuvieron que cambiar sus técnicas de análisis a partir de esta investigación.

Ha sido una tarea asumida por la Asociación Nacional de Abogados Penalistas y el Proyecto Inocencia, una asociación que lucha contra los errores judiciales que ayudan al gobierno de Estados Unidos en lo que ha sido calificada como la mayor revisión de pruebas médico-legales tras la condena que se ha emprendido en aquel país.

Estamos ante uno de los mayores escándalos de la historia de la medicina legal. Cuatro inocentes recluidos en los penales ya han podido recuperar su libertad. Las conclusiones del informe ya se han remitido a 46 Estados a fin de que tomen las medidas oportunas para proceder a revisar condenas y evitar que en lo sucesivo se reproduzcan las falsificaciones policiales en los juicios.

Una investigación interna del FBI ha detectado que en 2.500 casos su laboratorio de análisis ha afirmado una identificación de los acusados basándose en el cabello. Todos ellos van a ser minuciosamente revisados.

El primer narcotraficante que llega a general de la Guardia Civil

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El coronel García Santaella
El 12 de noviembre de 2004 durante un pinchazo telefónico a una banda de narcotraficantes apareció un referencia furtiva a un supuesto “Padre”. Casi un padrino siciliano.

Durante un desembarco de hachís procedente de Marruecos tres días después los narcos cayeron y confesaron que el “Padre” al que se referían por teléfono es Francisco García Santaella, coronel de la Guardia Civil.

El Juzgado de Instrucción número 2 de Granada considera que hay indicios suficientes para acusar al coronel de haber colaborado en la introducción de tres alijos por la costa de Granada entre 2005 y 2006, por los que habría cobrado 120.000 euros por cada entrega.

Era la época en la que Santaella estaba destinado en la Comandancia de Granada. Hoy presta servicio en el corazón mismo de la Guardia Civil, a escasos metros de donde tiene su despacho el director general del Instituto Armado, Arsenio Fernández de Mesa. Miembro del Estado Mayor de la Guardia Civil, Santaella se encuentra a un paso de ascender a general.

Rachid Zairi era el hombre de la organización en Marruecos y en la mañana del 12 de noviembre de 2004 hablaba con David García, Cani, dirigente del grupo en Granada. Los narcotraficantes estaban preocupados porque los intermediarios no valoran adecuadamente el riesgo de la introducción de hachís que planean. Zahiri dice que los chicos sólo piensan en la ganancia y que muestra de ello es que les hayan pedido dinero por adelantado.

Tres días después se produjo el desembarco del hachís en la zona conocida como Barranco el Cambrona, en el término municipal de Salobreña. La Operación Golia se saldó con 17 detenidos y 33 fardos de hachís incautados.

En su interrogatorio David García, Cani, manifiesta que entre 2005 y 2006 hizo algunos trabajos con el coronel de la Guardia Civil que consistían en introducir alijos de hachís en las playas de Granada. También confiesa que con el “Padre” introdujo tres alijos entre 2005 y 2006. Pero el verdadero giro en la declaración se produce cuando añade: “Esta persona era un cargo de la Guardia Civil, de rango teniente o comandante, conocido con el nombre de Santaella”.

El 6 de agosto de 2001 la Guardia Civil puso al narco al frente de la Comandancia de Granada. Cuando se producen los hechos, el entonces comandante conocía bien la zona: llevaba al menos cuatro años destinado en la provincia. Cani explica a los agentes que la función de “Padre” era “dar seguridad al alijo para que entrara”.

El guardia civil habría cobrado 120.000 euros por cada uno de esos tres alijos, pero Cani solo se encargó de materializar el pago en persona de uno de ellos, aunque da por hecho que los otros dos se realizaron, habida cuenta de que Santaella siguió trabajando con ellos. Lo hizo en el despacho que Santaella tenía en la propia sede de la Comandancia, según su relato. Cuando le piden detalles el narco dice sin pestañear que el despacho del coronel estaba en la primera planta de la Comandancia de la Guardia Civil.

Luego explica que Santaella se enfadó por el atrevimiento de García, que lo sacó de la Comandancia en su “Nissan Terrano azul con pegatinas amarillas en los cristales” y lo llevó hasta el barrio de La Chana. Allí se bajo y dejó el dinero en algún sitio que él desconoce.

Durante su interrogatorio Zahiri confirma en que “Padre” es “un jefe, responsable de la Guardia Civil de Granada, un mando de Granada”. No conoce su nombre, pero lo describe como de unos 50 años y con gafas. Añade que trabajó con él en tres ocasiones, con entradas de hachís en los Yesos, Castillo de Baños y La Mamola, los puntos señalados por Cani. Y da cantidades: 2.000 kilos, luego 4.000 y un tercero que no recuerda. Al menos, seis toneladas de hachís.

También coincide en la parte que cobraba el coronel: 120.000 euros por entrega, con independencia de la cantidad. Era el dueño de la mercancía el que ponía el dinero para el guardia civil. Ambos detenidos reconocen por fotografías al coronel Santaella.

El marroquí dice que su socio conoció a Santaella al ser detenido por una estafa. La primera vez que colaboraron, el guardia civil les propuso preparar una falsa entrega. Los narcos accedieron: utilizaron una embarcación en mal estado –“una goma mala”- y “dos o tres mil kilos de basura”, en referencia al desecho de la planta del cannabis durante la elaboración del hachís. El trato era que hubiera incautación, pero no detenidos. Zahiri comprobó el poder del mando el día que lo conoció. Según su relato, Santaella subió a los dos narcos a su vehículo y entró en el puerto de Motril sin identificarse ante los agentes.

Cani llega a describir cómo el coronel García Santaella sustrajo una vez un alijo de droga previamente incautada a delincuentes y se lo entregó para que él la vendiera. “Esos fardos se los entregó desde un vehículo oficial, todoterreno de la Guardia Civil, que le encarga que los venda y se repartirían los beneficios en un cincuenta por ciento. Vendió la droga y obtuvo 60.000 euros por ella, dándole la mitad al coronel en el mirador de Alfacar.

Estos hechos elevan la cantidad presuntamente obtenida por el coronel narco a 390.000 euros solo con esta organización. En una de esas entregas, a punto estuvieron de ser interceptados en un control de carretera de la Guardia Civil, pero una llamada a “Padre” hizo que se despejara el peligro, según explicó el detenido.

El 21 de noviembre de 2006 ascendieron al coronel narco, que comenzó a dirigir la Intervención Central de Armas y Explosivos de Madrid, ya siendo teniente coronel. Allí está destinado hasta que el 28 de febrero de 2010 pasa a la Jefatura de Protección de la Naturaleza, también en Madrid. El 28 de octubre de 2012 el coronel Santaella pasó a la Secretaría Técnica de la Subdirección General de Personal donde continúa a pesar de las acusaciones que pesan contra él.

De 57 años de edad, Santaella acaba de realizar el curso de ascenso a general de la Guardia Civil y ya solo aguarda la decisión política de concedérselo. En estos 10 años el coronel nunca ha sido detenido. Es posible que pronto España tenga al primer narcotraficante que llega a general de la Guardia Civil.

70 años de la Conferencia de Yalta

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En febrero se cumplieron 70 años de la celebración de la Conferencia de Yalta, casi al final de la II Guerra Mundial, que dio lugar a la famosa foto en la que aparecen juntos Churchill, Roosvelt y Stalin. Yalta era una pequeña localidad soviética a orillas del Mar Negro, en Crimea, recién liberada por el Ejército Rojo.

La imagen transmitida por los propagandistas del imperialismo acerca de los acuerdos firmados en Yalta es la misma que la del Pacto Molotov-Von Ribbentrop. Se trataría de un nuevo reparto del mundo entre potencias, esta vez con las potencias occidentales, marginando a la mayor parte de los países y, por supuesto, de las colonias. Esta leyenda incluye coeficientes y porcentajes de influencia sobre cada país concreto; como ejemplos evidentes de tal proceder soviético mencionan la división de Alemania y la imposición por el Ejército Rojo de las democracias populares en el este de Europa a punta de bayoneta.

No obstante, la tesis del reparto del mundo carece totalmente de base histórica; su único punto de apoyo son las Memorias de Winston Churchill, destacado político ultrareaccionario que fue de los primeros en promover la intervención del imperialismo contra la naciente Revolución soviética. Semejante infundio no tiene otro objeto que el de desacreditar la política exterior de los soviets, política que se ha caracterizado siempre por el respeto al principio de no injerencia en los asuntos internos de otros países, tratando de identificar dicha política con la que practican los países imperialistas, con la política de dominación y hegemonía mundiales. Como se hizo en 1939, también el Tratado de Yalta igualaría a la Unión Soviética con Estados Unidos o con Gran Bretaña: todos actúan de la misma manera prepotente, quiere ser la moraleja de dicha exposición. Si antes se decía que Stalin y Hitler eran lo mismo, ahora también puede equipararse a Stalin con Roosvelt o Churchill. La Unión Soviética también sería un país imperialista.

Al menos esta tesis elevaba el rango ínfimo hasta entonces otorgado a la Unión Soviética; los publicistas occidentales se rendían ante la evidencia de que no se trataba de un país débil y a punto de desmoronarse, como lo habían presentado hasta entonces.

También aquí las cosas sucedieron de forma bien distinta. Indudablemente la Unión Soviética defendió sus intereses como país, pero esos intereses no estaban en contradicción, sino más bien al contrario, plenamente conformes con los de la inmensa mayoría de países y pueblos del mundo, muchos de los cuales aún no habían logrado desligarse del colonialismo. La prueba evidente de ello es la Carta de las Naciones Unidas, donde la Unión Soviética logró plasmar los principios que hasta entonces habían guiado su política internacional, especialmente, el derecho a la autodeterminación y a la igualdad de todos los Estados.

Toda una nueva era de relaciones internacionales comenzó entonces, abriendo el camino a la descolonización.

Durante la guerra la Unión Soviética logró romper el aislamiento diplomático que había imperado durante la preguerra, derivado de la hostilidad y el intervencionismo que practicaron los Estados imperialistas contra la revolución. No por ello desaparecieron las discordias, pero, a pesar de los altibajos, se puso de manifiesto la existencia de un mecanismo regular de comunicaciones y consultas acerca de proyectos, planes operativos, etc. Esto se convirtió en una costumbre, en un trato normal entre potencias que tenía como misión discutir los problemas más acuciantes derivados de la guerra, negociar las diferencias entre ambas partes aliadas -la Unión Soviética de un lado y el bloque capitalista de otro- de manera que la diplomacia ocupara el lugar de la fuerza y de las injerencias en los asuntos internos de los demás. Por supuesto, esto no era una prueba de buena voluntad de las potencias imperialistas occidentales sino que derivaba del papel fundamental desempeñado por la Unión Soviética en la derrota del fascismo, frente a una participación sensiblemente más reducida que tuvieron Estados Unidos, Gran Bretaña, y naturalmente Francia, cuyo gobierno capituló y colaboró con el fascismo. En la guerra, el socialismo había demostrado su fortaleza, mientras que los expertos de los países occidentales habían previsto una rápida y catastrófica derrota del poder soviético. Tras la batalla de Stalingrado, el bloque occidental cayó en la cuenta de que ya no había lugar en el mundo para que ellos pudieran dictar sus condiciones unilateralmente como sucedió tras la I Guerra Mundial. La Unión Soviética había hecho buena demostración de su fortaleza y de que podía codearse en plano de igualdad con cualquier potencia imperialista. Su presencia y su prestigio en la arena internacional eran evidentes y sólo se podía tratar con ella en plano de igualdad. Ya no sólo no eran posibles intervenciones ni injerencias en su territorio, sino que en todos los asuntos mundiales se debía contar con el socialismo: el capitalismo ya no tenía las manos libres para manejar el mundo a sus anchas.

En verdad este mecanismo de comunicaciones y consultas mutuas entre la Unión Soviética y las potencias capitalistas duró bien poco, y numerosos problemas quedaron sin una solución negociada. Algunas instituciones como el Comité de Ministros de Asuntos Exteriores de las tres potencias, pronto quedaron estancadas: su funcionamiento se redujo a una serie de reuniones interminables que nunca llegaban a acuerdos concretos que satisfacieran a las dos partes implicadas. Es más, cuando tales acuerdos se lograron, incluido el Tratado de Yalta, los compromisos raras veces fueron más allá de la letra escrita. Surgió el problema de la interpretación de las cláusulas de los acuerdos, del cumplimiento de las obligaciones de cada uno que cada parte interpretaba de manera diferente; en otras ocasiones esas obligaciones firmadas eran olvidadas con enorme facilidad.

La fórmula más elevada en que cristalizó este sistema de mutuas consultas fueron las Conferencias-cumbre de Jefes de Estado, y otras de menor rango diplomático. Una de estas Conferencias se celebró en Moscú en octubre de 1943. Ya en aquel año surgieron importantes fricciones sobre los dos más importantes problemas del orden del día: los de Alemania y Polonia, dos cuestiones de las que llevaron al enfrentamiento de la guerra fría y que cristalizaron en la ruptura casi total de relaciones entre los Estados vencedores. En esta Conferencia Roosvelt propuso la división de Alemania en cinco Estados separados más dos zonas internacionales. Churchill, por su parte, planteó aislar y castigar a Prusia, por un lado, y fragmentar el resto del país, integrándolo en una Federación del Danubio con objeto de abarcar bajo el mismo techo a todos los países centroeuropeos en los que la lucha contra el fascismo hacia presagiar la revolución; sobra decir que tal Federación quedaría bajo la tutela del Imperio Británico. Por su parte, Stalin no expuso ningún plan para desmembrar Alemania, con excepción de Austria; su interés primordial versaba sobre el control tripartito de las potencias vencedoras durante la posguerra con objeto de garantizar su desmilitarización y su pacifismo. Era ésta la única fórmula que podía poner freno al revanchismo, al irredentismo y al nacionalismo que había supuesto para Hitler la plataforma desde la que alzarse al poder e iniciar su escalada de conquistas y agresiones.

En cuanto a Polonia, las potencias occidentales exigían a la Unión Soviética el reconocimiento del gobierno polaco en el exilio, formado por los viejos aristócratas reaccionarios que habían traicionado a su pueblo, practicando una activa política antisoviética.

En la Conferencia de Quebec, celebrada en setiembre de 1944, comenzaron a aparecer divergencias entre los propios estadounidenses sobre el trato a Alemania en la posguerra, indicativas de una rápida evolución de criterio. Inicialmente Morgenthau, secretario del Tesoro, expuso un plan de una dureza extrema que conducía a reducir su industria pesada, transformando a Alemania en un país agrícola, subordinado y colonizado por las economías de Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos. En lo que a la división de Alemania concierne, era partidario de preservar una estricta separación entre todos los fragmentos resultantes de la partición del país. Este criterio de Morgenthau era compartido por el presidente Roosvelt. Mientras tanto Winant, embajador norteamercano en Londres, comenzó a defender que Alemania no podía ser tratada con una dureza excesiva y, además, atenuaba la división con una posterior confederación de los Estados resultantes. Esta era la tesis -que se impondrá inmediatamente después de la Conferencia- de Cordel Hull y del Departamento de Estado, compartida también por Stimson.

Lo que quedó claramente establecido ya entonces fue que, incluso en el caso de Alemania, no hubo más propuestas de división que las que pusieron sobre la mesa negociadora Roosvelt y Churchill.

La creación de la ONU

Cinco meses después, en Yalta, se repiten las mismas tesis con los mismos protagonistas. Aquella conferencia celebrada en Crimea en febrero de 1945, fue la más importante de las cumbres de Jefes de Estado de la guerra mundial. En ella se plantearon no ya únicamente cuestiones relativas a las operaciones finales de la guerra, sino primordialmente las que hacían referencia a los problemas previsibles de la posguerra. Y eran éstas precisamente los que dividían más profundamente a la coalición antihitleriana. Con el Ejército Rojo a 50 kilómetros de Berlín y los aliados a 500 se discutieron infinidad de temas. Se trató de la creación de la ONU, tema ya discutido en la Conferencia de Dumbarton Oaks en agosto de 1944, y consolidado definitivamente en San Francisco en abril de 1945. Sobre el tema de la ONU hubo una cuestión -el derecho de veto de las grandes potencias- que se discutió ya entonces como hoy día, y que reflejaba bastante acertadamente lo que antes hemos expuesto sobre el papel que la Unión Soviética había alcanzado en todos los asuntos internacionales. El derecho de veto fue una conquista tanto de la Unión Soviética como de todos los pueblos del mundo, especialmente los que tras la guerra iniciaban la construcción del socialismo y aquellos otros que se estaban emancipando de las ataduras coloniales. Transigir en el principio de un país, un voto hubiera transformado a la ONU en un apéndice de la política imperialista occidental, como lo fue en su tiempo la Sociedad de Naciones, lo que en definitiva condujo a su bancarrota. Si pensamos por un momento que ni siquiera el dicho de veto que se reservó la Unión Soviética impidió que en sus primeros años la ONU adoptara toda una serie de acuerdos y decisiones enfilados contra el socialismo y los pueblos coloniales, si recordamos que la agresión imperialista contra la República Democrática y Popular de Corea se llevó a cabo bajo la bandera de las Naciones Unidas, entonces caeremos en la cuenta de la importancia que el derecho de veto tuvo para la defensa de la paz mundial y de las conquistas revolucionarias de todos los pueblos del mundo, que tuvieron en la Unión Soviética un tribuno y un defensor consecuente de sus derechos. Esto es lo que reconoce Rostow cuando sostiene que “en un mundo estructurado como el de finales la Segunda Guerra Mundial, el fortalecimiento de la Asamblea, aumentaba en cierto grado la influencia americana en las Naciones Unidas y disminuía la de la Unión Soviética... En 1945, sobre la base de un país un voto, ambos quedaban en minoría y mayoría respecto al poder político mundial” (1). Dejar las cuestiones capitales del mundo al voto mayoritario de la Asamblea hubiera supuesto legalizar la política belicista y rapaz del imperialismo, y revestirla de un ropaje seudodemocrático.

Otro de los temas tratados fue el del futuro de los países liberados de la ocupación fascista, problema arduo a causa de la bancarrota de los gobiernos respectivos y de la efervescencia política en la que se encontraban. Se arbitró un sistema bastante ambiguo de control e inspección conjuntos de las tres potencias que tendría por misión supervisar la celebración de elecciones libres, la firma de los armisticios y la formación de los gobiernos subsiguientes.

Es evidente que la tesis del reparto del mundo es incongruente con este acuerdo de celebrar elecciones libres bajo control de las tres potencias: cualquier reparto de las esferas de influencia en los países liberados de Europa central hubiera hecho innecesarias la celebración de elecciones. Por lo demás, hay que tener en cuenta que los Estados Unidos se oponían a este viejo sistema de dominación imperialista y, dada la subordinación de la política exterior británica de finales de la guerra a la norteamericana, es muy dudoso que Churchill se aventurara a tomar tal iniciativa, o bien, que una vez adoptado dicho acuerdo con la Unión Soviética, lo mantuviera contra la opinión de Roosvelt. El gobierno estadounidense era contrario a una política colonial a la antigua usanza y, por tanto, a un reparto de las esferas de influencia y de los territorios. Siguiendo a Wilson, pretendía superar el rancio colonialismo británico y enunciar una serie de principios abstractos que no le sometieran a ninguna responsabilidad concreta en el futuro. En suma, todo conduce a pensar que la mención de Churchill en sus Memorias no es más que una de sus características diatribas contra el socialismo, un intento de confundir -y en buena parte lo ha logrado- y de hacer pasar como política exterior soviética lo que no es sino un fiel reflejo de las prácticas colonialistas del decadente Imperio Británico.

 La liberación de Polonia

La celebración de elecciones libres era particularmente difícil en Polonia, donde coexistían el gobierno de Londres junto al gobierno del interior, formado en base a los representantes de las fuerzas patrióticas que, junto al Ejército Rojo, habían liberado al país del ocupante nazi. Este segundo gobierno era el que verdaderamente contaba con el apoyo popular, como lo demostró en las elecciones que se celebraron en enero de 1947 en las que obtuvo un rotundo éxito. A pesar de que Polonia debía su independencia a la Revolución rusa, sus gobernantes habían practicado una política muy hostil a la Unión Soviética, y su pueblo se hallaba sujeto a una brutal dictadura fascista, sostenida por los altos jerarcas militares. Polonia había invadido la Unión Soviética tras la Revolución de Octubre y fomentado a la aristocracia zarista y a los guardias blancos con el fin de prolongar la guerra civil, el caos y el derrocamiento del poder soviético. Polonia ambicionaba extensos territorios de la Ucrania soviética y de Bielorrusia, así como de Rutenia, Lituania, Eslovaquia (la zona de Teschin} y otras regiones a repartir con Hungría formando una Federación bajo la tutela de Polonia. Según relata Ciano, ministro fascista italiano de Asuntos Exteriores, en su Diario, “los polacos no se resignaban a considerar como definitiva la frontera con Checoslovaquia y confían aún en alcanzar una frontera común con Hungría. La preocupación por el problema ucraniano domina silenciosamente el corazón polaco, aunque Beck subraya a menudo, con complacencia y sin convicción, las seguridades recibidas por Hitler a este respecto [...] Resumiendo las impresiones y trasladándolas al plano de nuestros intereses, me parece justo llegar a la conclusión de que seria ligero afirmar que Polonia es un país conquistado para el sistema del Eje o del Triángulo, pero que sería demasiado pesimista calificarlo como francamente hostil” (2).

Tal era el panorama que presentaba el gobierno polaco antes de la invasión de su país por la Alemania hitleriana, y que en su exilio londinense perseguía con mayor tenacidad, si cabe, a pesar de que el Ejército Rojo había liberado a su país de la dominación fascista. Esto es tan más grave cuanto que entre la Unión Soviética y Polonia existían una serie de acuerdos de amistad y cooperación que el gobierno exiliado se negaba obstinadamente en cumplir. La lucha del gobierno exiliado se enfilaba más hacia el socialismo que hacia el ocupante nazi. Ellos tomaban como excusa el litigio existente en la frontera polaco-soviética, haciendo de ésto el centro de su política exterior con el fin de entorpecer las relaciones entre la Unión Soviética y las potencias occidentales. Para la etapa de posguerra, el gobierno exiliado mantenía sus aspiraciones de grandeza, de hegemonía centroeuropea a costa de sus vecinos. Según relato del artífice de la política exterior de Roosvelt, Harry Hopkins, la tesis de A. Eden (Ministro de Asuntos Exteriores británico) era que Sikorski (Presidente del gobierno polaco en el exilio) está haciendo a los polacos más mal que bien. Polonia tiene -decía Eden- grandes ambiciones para después de la guerra y piensan que con Rusia debilitada por la contienda y Alemania aplastada, Polonia se convertirá en el Estado más poderoso de esos parajes del mundo. Eso a Eden se le figura completamente ajeno a la realidad. Polonia desea poseer la Prusia oriental, y tanto Eden como el Presidente [se refiere a Roosvelt] entienden que debe atendérsele en ésto (3). Eran éstas las perspectivas que ofrecía el gobierno polaco en el exilio; su asentamiento en la posguerra hubiera llevado a una serie interminable de conflictos fronterizos y de todo tipo que hubieran desestabilizado toda la situación creada en la posguerra en Europa central, todos los avances logrados por los pueblos en la lucha contra la invasión de la Wehrmacht. En síntesis, la política chovinista, hegemonista y agresiva de los exiliados hubiera dado carta de naturaleza en la Europa de la posguerra a los conflictos fronterizos, a las reivindicaciones territoriales y a los permanentes conflictos y guerras nacionales.

Tras una feroz campaña antisoviética lanzada desde Londres por el gobierno polaco en el exilio y la retirada hacia el norte de África de las tropas polacas dislocadas en el frente este, cuando más necesarias eran a causa de la batalla de Stalingrado, a pesar de ser tropas adiestradas y equipadas por el Ejército Rojo, la Unión Soviética rompió sus relaciones diplomáticas con el gobierno en el exilio el 23 de abril de 1943. Entonces, bajo la dirección del Partido Obrero Polaco y con el apoyo de la Unión Soviética, se formó la Unión de Patriotas Polacos y la División Kosciuszko, al mando del coronel polaco Berlinger, quienes comenzaron la verdadera lucha contra la Wehrmacht y contra el traidor gobierno en el exilio. En diciembre de 1943 se formó la Krajowa Rada Narodowa (o Consejo Nacional polaco, máximo organismo decisorio, quien hacía las veces de Parlamento nacional) el cual, a su vez, eligió un Comité Polaco de Liberación Nacional, que comenzó a ejercer las funciones administrativas conforme el país iba siendo liberado de la ocupación, y que en un principio tenía su sede en Lublin, donde hacía las veces de Gobierno provisional. Igualmente, la División Kosciuszko fue incrementando sus efectivos y su prestigio en la lucha de liberación nacional, tanto en el frente, junto al Ejército Rojo, como en la retaguardia, formando parte de la lucha guerrillera en territorio polaco. De aquí surgió el Armjia Ludowa (Ejército Popular) que contaba con 286.000 combatientes, frente a los 125.000 de que disponía el Armjia Krajowa (Ejército Nacional) dependiente del gobierno en el exilio.

Cuando el Ejército Rojo cruzó la frontera soviético-polaca en persecución de la Wehrmacht, Stalin envió un comunicado oficial a Churchill en el que decía: El problema de la administración del territorio polaco se nos ha planteado en la práctica. No queremos establecer ni estableceremos nuestra administración en el territorio de Polonia, porque no queremos inmiscuirnos en sus asuntos internos. Esto concierne a los propios polacos. Hemos juzgado necesario, pues, establecer contactos con el Comité Polaco de Liberación Nacional recientemente constituido por el Consejo Nacional de Polonia que fue formado en Varsovia a fines del año pasado y está integrado por representantes de los Partidos y agrupaciones democráticos, de lo cual Vd. ya estará informado por su embajador en Moscú. El Comité Polaco de Liberación Nacional se propone instituir su administración en territorio polaco, cosa que esperamos pueda realizarse. No hemos encontrado en Polonia otras fuerzas capaces de formar una administración polaca. Las tituladas organizaciones clandestinas, dirigidas por el gobierno polaco en Londres han demostrado ser efímeras y carecer de influencia. No puedo considerar al Comité Polaco como el gobierno de Polonia, pero puede ser que sirva en el futuro como núcleo para formar un gobierno polaco provisional compuesto de elementos democráticos.

A pesar de esta clara postura, Stalin se declaró dispuesto a entrevistarse con el Presidente del gobierno polaco en el exilio, Mikolaczyk que había sustituido a Sikorski en el cargo, así como a mantener conversaciones entre ambas partes con el fin de colaborar para la más rápida liberación de Polonia. Mikolaczyk viajó a Moscú el 3 de agosto, pero se negó a cualquier forma de colaboración con el Comité Polaco de Liberación Nacional. Sus exigencias se basaban en el reconocimiento del gobierno exiliado como el único y legítimo del país, por lo que las demás fuerzas políticas y militares que actuaban en Polonia debían supeditarse a las directrices de los exiliados. Igualmente se opuso a la petición del CPLN de que fuese restaurada la Constitución de 1921, punto de partida para la democratización futura del país. Únicamente reconoció la torpe campaña de desprestigio que se estaba llevando desde Londres por parte de los exiliados polacos contra la Unión Soviética y el Ejército Rojo.

En consecuencia, los esfuerzos del gobierno exiliado de Londres y de sus fuerzas en el interior continuaban, lo mismo que en la preguerra, enfilados hacia un Ejército y un país que lo estaba dando todo por la liberación de sus vecinos. De esta manera la oligarquía polaca continuaba favoreciendo, aún desde el exilio, los planes del nazismo y socavaba la necesaria unidad para sacudirse el yugo del ocupante. Esta política les condujo a una absurda pugna competitiva con el CPLN con el fin de demostrar a los ojos del mundo que contaba con el respaldo de la gran mayoría del pueblo polaco. El último y más trágico episodio de estas ansias aventureras de los exiliados fue el alzamiento de Varsovia, que acabó en una gigantesca masacre popular a manos del Ejército y la policía hitlerianas.

En el fondo lo que se cuestionaba era si Polonia continuaría siendo en la posguerra un puente para las provocaciones y las agresiones contra la Unión Soviética y sus otros vecinos, o si por el contrario la reaccionaria camarilla aristocrática refugiada en Londres iba a ser apartada dejando paso a un gobierno de las fuerzas patrióticas y populares interesadas en democratizar el país, mantener relaciones pacíficas y cordiales con todos los países adyacentes. Era evidente que la Unión Soviética no podía tolerar ya más focos conflictivos en sus fronteras que desembocaran en excusas para desencadenar agresiones e invasiones de su territorio; la Unión Soviética exigía a sus vecinos, y ahora se encontraba en condiciones de llevarlo a cabo, el respeto a los principios de la coexistencia pacífica, a la inviolabilidad de fronteras y a la no injerencia en los asuntos internos. El centro de Europa y los Balcanes no podían ser, una vez más, esa hoguera interminable de conflictos, bajo la excusa de reivindicaciones territoriales seculares ni bajo cualquier otra.

La división de Alemania

Más trascendental, si cabe, era el problema de Alemania. En Yalta las potencias occidentales continuaron con su propuesta de desmembración. A pesar de que Truman contó diez años después en sus Memorias que mi idea era una Alemania unificada con un gobierno centralizado en Berlín, todos sus esfuerzos y los de su predecesor, F.D.Roosvelt, así como los de Churchill coincidían en tratar de lograr que las zonas de ocupación militar se transformaran en fronteras políticas definitivas. No menos radical era la postura francesa que, aunque no participó en Yalta, también mantenía posiciones similares, pues, según cuenta R. Aron, en el Consejo de Control el representante francés vetó toda creación de cualquier presunta administración central para toda Alemania. Es que el general De Gaulle se mantenía fiel a su fórmula: nada de Reich, sino varias Alemanias; “quería facilitar no la restauración de Alemania, sino el nacimiento de dos Estados alemanes (4).

Estos planes se lograron frustrar en un principio gracias a la insistencia soviética en establecer cuatro áreas de control bajo el mando conjunto de las cuatro potencias que, según se especificaba en las resoluciones, sólo tendrían un carácter provisional. Para llevar ésto a cabo se constituyó la Comisión Aliada para el Control de Alemania a la que se refiere Aron, que tuvo una vida muy breve y no logró poner de acuerdo a las cuatro potencias en su propósito de alcanzar una Alemania unificada, pacífica y desmilitarizada, a causa de la labor obstruccionista de las potencias occidentales, empeñadas en enredar las conversaciones, prolongarlas interminablemente con objeto de no obtener ningún acuerdo conjunto, ningún compromiso concreto y mantener permanentemente la situación de una Alemania dividida y enfrentada. Las consecuencias de esta postura occidental se dejó sentir fuertemente en la posguerra. Esto no era ninguna casualidad sino una política premeditada, perfectamente planificada por los Estados Mayores del imperialismo: se trataba de reproducir la situación creada en la posguerra anterior, de atomizar Europa central, balcanizarla, eternizar las rivalidades nacionales. Esto daría la posibilidad de que Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos quedaran como árbitros de la situación, de las rivalidades entre los pequeños Estados, y en definitiva el que pudieran actuar en las fronteras de la Unión Soviética a sus anchas. El mantener una hoguera permanente a las puertas de la Unión Soviética y en una zona donde el movimiento revolucionario iba en ascenso proporcionaría al imperialismo la coartada necesaria para nuevas injerencias e invasiones contra el socialismo. Tampoco iban a ser despreciables las consecuencias para la propia Alemania: dividida y enfrentada, se le abría el camino para un nuevo rearme, se le daban nuevas energías al revanchismo, al irredentismo y a un nacionalismo hitleriano de nuevo cuño que perseguiría la reunificación alemana a costa del aplastamiento de la República Democrática Alemana y, en definitiva, de la comunidad de países socialistas a la que se había integrado una parte del pueblo alemán.

Además de la oposición a la política del gobierno polaco en el exilio y al desmembramiento de Alemania, las propuestas de Stalin en Yalta contenían otros aspectos constructivos para la rápida derrota del fascismo y la configuración de las relaciones internacionales en la posguerra. Proponía el juicio público y el castigo de los criminales de guerra; la supresión del nazismo y la creación de una Alemania unificada, pacífica, democrática e independiente; la liquidación de la industria de guerra, y finalmente, el resarcimiento, aunque fuera parcial y simbólico, de los daños ocasionados a los países ocupados, si bien habría de tenerse en cuenta la situación económica de Alemania y las necesidades del pueblo alemán. En concreto, una declaración oficial del gobierno soviético decía: “Nuestro fin inquebrantable es destruir el militarismo y el nazismo alemán y crear la garantía de que Alemania jamás volverá a estar en condiciones de perturbar la paz en todo el mundo [...] En nuestro propósito no cabe el exterminio del pueblo alemán”.

Muy distintos eran los propósitos de las potencias imperialistas, crudamente expuestos por Morgenthau que, en definitiva, consistían en vengarse y humillar al pueblo alemán, que no de los auténticos responsables de la masacre con quienes el imperialismo tenía buenas relaciones que no tardarían en estrecharse todavía más al final de la guerra.

Esta línea política no duró mucho a causa del auge revolucionario en Europa central. De un extremo las potencias occidentales se pasaron rápidamente al otro, y comenzaron a fomentar la industrialización, el rearme y el revanchismo germano-occidental. Fue así como en la posguerra fueron instalados en los cargos dirigentes de la República Federal Alemana gran parte de los viejos dirigentes hitlerianos, ahora transformados en demócrata-cristianos o socialdemócratas.

Las indemnizaciones de guerra

La Unión Soviética fijó el monto de las indemnizaciones que se le debían en 20.000 millones de dólares, muy por debajo de los daños materiales ocasionados, y que aún posteriormente rebajaría a la mitad. Sobre la cuestión de las reparaciones se discutió en Yalta acerca de la experiencia que se guardaba de la Primera Guerra Mundial, en la que estas indemnizaciones supusieron una carga sobre las espaldas de la clase obrera alemana mientras que para el nazismo constituyeron un argumento para desatar la demagogia revanchista. Esto agudizó sensiblemente la lucha de clases en Alemania en el periodo de entreguerras, y así, mientras la oligarquía reaccionaria apretaba filas en torno a Hitler, las masas populares no se dejaban someter pacíficamente.

So pena de colapsar toda la economía alemana no se podía repetir el error de exigir nuevamente reparaciones en moneda. Por esto, en Yalta y luego en Postdam el acuerdo adoptó la forma siguiente: cada uno de los aliados tomaría las reparaciones, desmontando de ella el aparato industrial excedentario, de acuerdo con los niveles autorizados de producción. Fue la Unión Soviética quien insistió precisamente en que las reparaciones se hiciesen efectivas en especie, ante todo a costa de industria de fabricación de material bélico, con lo que de esta manera se garantizaba, al mismo tiempo, el desarme de Alemania para el futuro. El deseo de las potencias occidentales era, naturalmente, que las indemnizaciones se pagaran en dinero, lo que ya tras la Primera Guerra Mundial había supuesto un gran negocio para la gran banca internacional y las finanzas que se hicieron los dueños de la economía alemana durante los años veinte. Aparte de esto, la experiencia había demostrado que Alemania fue desposeída de todos los capitales que tenía en el exterior a finales de la guerra anterior. De país acreedor se transformó en un país deudor, presa de los créditos abusivos y de la inflación que ello ocasionaba automáticamente. Las reparaciones monetarias, por consiguiente, amén de ser inviables, no conducirían sino a nuevas tensiones para Alemania, a situaciones que recrudecerían la política reaccionaria de la camarilla neohitleriana que se iba a instalar en la República Federal Alemana en la posguerra. Era, pues, uno de los aspectos fundamentales de las reparaciones el que se hicieran efectivas en especie, sobre los bienes existentes en Alemania en el momento de la derrota y nunca sobre la base de obligaciones futuras o aplazadas que hipotecaran el futuro de la economía germana.

Sin embargo, cuando la Unión Soviética comenzó a desmantelar las industrias de guerra alemanas en la zona que ocupaba, se lanzó contra ella la acusación de saqueo y de perseguir el botín de guerra. Aparte de lo ya dicho acerca de los acuerdos de Yalta en los que se basaba la actuación soviética, hay que hacer constar que el asunto tiene un trasfondo importante que es lo que forzaba a la propaganda imperialista contra el poder soviético: se trataba del descubrimiento de que buena parte de la industria de guerra que estaban desmantelando los soviéticos era copropiedad de los monopolistas anglo-norteamericanos, los cuales, como era lógico exigían una compensación económica de la Unión Soviética. Se puso entonces al descubierto la escandalosa doble política del imperialismo internacional y toda la propaganda que se difundió (y que se continúa difundiendo) contra la Unión Soviética por este asunto no pudo ocultar la complicidad de los trusts occidentales con el nazismo por mucho que intentaran desligar sus intereses privados de la gran matanza a la que contribuyeron. Lo que tantas veces se había desmentido presentándolo, a su vez, como falsa propaganda bolchevique se aclaró ahora definitivamente, cuando los grandes capitalistas occidentales veían expropiadas sus posesiones en los países del Eje y exigían que no se les asimilara con el fascismo cuando en realidad le habían sostenido y apoyado hasta el punto de instalarle sus fábricas de destrucción y de muerte. Naturalmente ni la Unión Soviética ni nadie podía separar las responsabilidades de unos y otros.

Pese a ello, algunos monopolistas occidentales organizaron un fantástico negocio con la derrota de Alemania y fueron quienes verdaderamente se lanzaron al saqueo de los países derrotados, especialmente de su oro. Algunos monopolistas yanquis supieron convertir en negocio las atrocidades cometidas por los nazis. Las instalaciones para las cámaras de gas de las fábricas de la muerte fascistas fueron vendidas por firmas alemanas estrechamente ligadas a monopolistas yanquis. Los carros de la muerte se fabricaron en las fábricas alemanas pertenecientes a Ford y a la General Motors. El Bank of International Settlements de Basilea, cuyo director era el banquero neoyorquino Thomas Mackintrik, compraba al Reich Bank alemán el oro robado por los hitlerianos, así como los dientes de oro de las personas asesinadas en los campos de concentración.

Por el contrario, la política soviética de cobrarse las indemnizaciones sobre la industria de guerra alemana estaba de acuerdo con el Tratado de Yalta. El propio Truman en sus Memorias manifiesta que las reparaciones debían provenir de la riqueza nacional de Alemania existente en el momento de su colapso, concediendo atención preferente a la remoción de la maquinaria industrial, instalaciones y fábricas. Y una declaración oficial del gobierno norteamericano, firmada por Truman ratificaba: Ahora y siempre la política fundamental de los Estados Unidos ha consistido en que el potencial bélico de Alemania sea destruido y se impida su resurgimiento dentro de lo posible, mediante el traslado o destrucción de fábricas, material u otros bienes. La actuación de la Unión Soviética se ajustó en todo momento a estas directrices tanto en lo relativo a las reparaciones como en lo referente a la desmilitarización de Alemania; sería el imperialismo occidental quien pronto olvidaría sus compromisos fomentando, una vez más, el revanchismo y el rearme de Alemania occidental.

A la Conferencia de Yalta siguió la de Postdam (Berlín) cinco meses más tarde. El cambio de clima en las relaciones entre los vencedores se hizo entonces mucho más patente, desde los deseos de amistad y cooperación hacia el enfrentamiento abierto y la política de guerra fría. Acontecimientos muy importantes se sucedieron entre ambas Conferencias. El Comité Polaco de Liberación Nacional o gobierno de Lublin accedió a ser ampliado integrando a algunos elementos del gobierno en el exilio; entre otros pasó a formar parte del gobierno como Vicepresidente Mikolaczyk el 21 de junio de 1945; el 5 de julio este gobierno era reconocido por Gran Bretaña y Estados Unidos como el único legitimo de Polonia. No por ello menguó la propaganda imperialista acerca del expansionismo soviético y de la imposición de gobiernos títeres en centro-europa y los Balcanes. Gestos como el del CPLN no eran la prueba de buena voluntad y de distensión que exigían las potencias occidentales, sino que por el contrario era tomadas como signos de debilidad que, según los estrategas del imperialismo, había que aprovechar para imponer su dictado en la zona. De ahí que esta actuación del CPLN, como otras de los demás gobiernos legítimos de Europa oriental, lejos de obligar al imperialismo a guardar silencio no hacía más que avivar la propaganda de los monopolios contra la Unión Soviética y por la reconquista de Europa central y los Balcanes.

La primera bomba atómica

En este sentido actuó también la explosión de la primera bomba atómica en plan experimental en Alamogordo (Estados Unidos) que se realizó precisamente el día anterior de abrirse la Conferencia de Postdam. El imperialismo norteamericano se vio enormemente fortalecido en sus posiciones con esta nueva baza entre sus manos. Esto arreció la demagogia antisoviética e hizo más intransigentes -si cabe- a los norteamericanos en sus propuestas y negociaciones. Pensaron que podían apostar fuerte y lograr que sus compañeros de viaje en la Conferencia se atasen al carro que ellos iban a guiar. No tuvieron contratiempos con Gran Bretaña, pero no tardaron en caer en la cuenta que la Unión Soviética no cedería ante el chantaje nuclear. Tampoco es casualidad que dos semanas después de finalizar la Conferencia, el mando norteamericano se decidiera llevar a la práctica su experimento nuclear, esta vez en vivo, haciendo explotar dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Y todo esto se llevó a cabo por el conocido método del imperialismo, es decir, sin contar con los aliados de guerra, precipitadamente y con inconfesables objetivos colaterales.

Por lo que se refiere a las conversaciones de Postdam, la mayor parte de las cuestiones giraron en torno a los países liberados. Truman y, con mayor virulencia aún, Churchill, comenzaron acusando a Stalin de no respetar los acuerdos de Yalta, de tratar de imponer en Europa oriental y los Balcanes regímenes comunistas y satélites de Moscú a causa de la presencia en la zona del Ejército Rojo. Los norteamericanos exigían una acción conjunta para reorganizar los gobiernos de Bulgaria y Rumanía de manera que todos los grupos democráticos participasen en ellos. Ni siquiera el CPLN se libraba de las críticas, a pesar de haber ampliado su composición con miembros del gobierno exiliado. Era objeto especial de crítica la demarcación fronteriza que se delimitó de mutuo acuerdo con la Unión Soviética.

En suma, el imperialismo acusaba a la Unión Soviética de no respetar los acuerdos de Yalta en lo referente al control tripartito de los países liberados y a la celebración de elecciones libres. Pero de lo que las potencias occidentales no querían ni hablar era de las manipulaciones que había llevado a cabo, las que estaban efectuando y las que harían en un futuro bien próximo. Allá donde las intromisiones soviéticas no les paraban los pies, los gobiernos occidentales hacían y deshacían a su antojo sin contar con tan incómodo compañero de viaje, tratando de aupar en los más altos sillones ministeriales, incluso por la fuerza de las armas, a los más sanguinarios tiranos, aunque se tratara de viejos colaboradores de Hitler. El único requisito para tal ascenso es que fuesen buenos amigos de occidente, del mundo libre, lo que siempre ha sido sinónimo de títeres del amo que todo lo dirige desde la metrópoli.

En el caso de Italia, los británicos y estadounidenses negociaron por sí solos la capitulación y no concedieron al representante soviético un puesto en la Comisión de control del armisticio, sino sólo en el Consejo consultivo interaliado, organismo que nunca tuvo funciones efectivas. Pero se pueden citar muchos más casos similares demostrativos de que quienes estaban violando los acuerdos de Yalta eran precisamente las potencias imperialistas.

Algunos de ellos son bastante conocidos, como los de Grecia o Japón, y otros no tanto, como los de Siria o Líbano. Aquí, por ejemplo, fue Francia quien, tras su inicial derrota a manos del III Reich, trató de recuperar el terreno perdido con respecto a las demás potencias capitalistas y volver a conquistar las colonias perdidas. Siria y Líbano habían sido mandatos franceses de la Sociedad de Naciones, lo que era una fórmula legal para continuar con el régimen colonial bajo una apariencia de legitimación. Pero en el curso de la guerra el imperialismo anglo-norteamericano se vio obligado a reconocer su independencia con el fin de utilizar a estos países en la lucha contra el fascismo. Tras la guerra habían ingresado en la ONU como miembros soberanos de pleno derecho, a pesar de lo cual tropas expedicionarias francesas desembarcaron en ambos países con objeto de volver al estado de cosas anterior. Incluso llegaron a bombardear algunas ciudades sirias, entre ellas Damasco, la capital.

Los Balcanes

Pero esto, naturalmente, no constituía para el imperialismo ninguna forma de manejo, sino el ejercicio legitimo de sus derechos. Por el contrario, el ascenso revolucionario en Europa central y los Balcanes no podía ser sino fruto de las bayonetas del Ejército Rojo. Por ello, poco después de la Conferencia de Postdam, el 18 de agosto de 1946, el Secretario de Estado norteamericano, J.F. Byrnes, emitía una declaración oficial de su gobierno en contra de las elecciones en Bulgaria, clamorosamente ganadas por el Frente de la Patria (integrado por comunistas, la Unión Agraria, los socialdemócratas, el circulo Zvenó, los radicales y otros) que era la organización que representaba la unidad de todas las fuerzas populares que habían combatido contra el fascismo, contra el gobierno reaccionario que había permitido la ocupación alemana contribuyendo activamente a la agresión contra la Unión Soviética y a la represión del movimiento revolucionario en los Balcanes.

El establecimiento del régimen democrático-popular en Bulgaria fue consecuencia directa de la lucha armada contra el ocupante fascista. En una serie de lugares los grupos numéricamente débiles de guerrilleros se transformaron en destacamentos organizados que contaban con el amplio apoyo del pueblo. A fines de 1943 y principios de 1944 un Ejército de cien mil soldados y gendarmes bajo mando fascista participó en la lucha contra el movimiento de los guerrilleros. El 26 de agosto de 1944 el Comité Central del Partido planteó la tarea del derrocamiento inmediato, por un levantamiento armado, del Consejo de Regencia fascista y del gobierno de Bagrianov, así como de la formación de un gobierno del Frente de la Patria. Cuando el 7 de setiembre el Ejército soviético penetró en territorio de Bulgaria, el levantamiento armado estaba ya en su apogeo. La huelga general de los mineros de Pernik, la huelga de los tranviarios y las manifestaciones de los trabajadores de Sofía, la huelga general de Plovdiv y Gabrovo, la toma por asalto de las cárceles de Pleven, Varna y Sliven fueron acompañadas de la ocupación de una serie de ciudades y aldeas por los destacamentos guerrilleros. Bajo la presión del Ejército soviético, las hordas alemanas abandonaron rápidamente el país. Los soldados búlgaros se negaban a cumplir las órdenes de los oficiales reaccionarios y se pasaban a los guerrilleros. El 9 de setiembre bajo el poderoso golpe de las masas populares unidas, ayudadas por los destacamentos guerrilleros y por los soldados y oficiales revolucionarios, fue derribada la dictadura monarco-fascista y se formó el primer gobierno del Frente de la Patria.

Esto es lo que el imperialismo llamaba expansionismo soviético. Frenar ese expansionismo soviético era sinónimo de frenar el movimiento revolucionario que, al igual que en Bulgaria, se estaba desarrollando en toda la Europa central y en los Balcanes. Con la excusa de supervisar el proceso de elecciones libres en esta zona, las potencias capitalistas trataban de torcer el curso natural de los acontecimientos, ejercer todo tipo de presiones, injerirse en los asuntos internos de otros países y hacer valer el peso de la presencia militar que deseaban tener aquí como en otras áreas que manejaban a sus anchas. En la misma Bulgaria para impedir el levantamiento popular en maduración, la camarilla monarco-fascista se dirigió, por medio del gobierno de Bagrianov y después del gobierno de Muraviev-Guichev, al Estado Mayor anglo-americano con una proposición de capitulación incondicional, esperando que una ocupación anglo-americana dejaría impunes sus crímenes y con los quebrantados cimientos del régimen monarco-capitalista en Bulgaria.

En realidad no había nada que supervisar: se celebraron elecciones por el conocido y democrático sistema del sufragio libre y secreto y el Frente de la Patria obtuvo el 70 por ciento de los votos para la Gran Asamblea Nacional, de los cuales más de 50 por ciento fueron obtenidos por los diputados comunistas. Esto dejaba patente que las fuerzas antifascistas, democráticas y revolucionarias habían vencido tanto por la vía de las armas como por la de los votos. Demostraba que el Frente de la Patria, que agrupaba a todas esas fuerzas gozaba del amplio apoyo del pueblo búlgaro.

Checoslovaquia

Y lo mismo podemos decir de los demás países de la zona que se libraron de la esclavitud capitalista en la posguerra. Por ejemplo, en Checoslovaquia en las primeras elecciones parlamentarias tras la derrota de los invasores, las de mayo de 1946, solamente el Partido Comunista obtiene el 38 por ciento de los votos, constituyéndose en el mayor Partido del país por lo que se le encarga la formación de gobierno a su Secretario General, K.Gottwald, quien incluyó entre sus ministros a algunos socialdemócratas, por lo que entre ambos Partidos agrupaban el 51 por ciento de los escrutinios, formando de esta manera un gobierno con mayoría de votos. Con el transcurso del tiempo esta mayoría no haría sino consolidarse y ampliarse gracias a una extraordinaria gestión económica y social de los comunistas y sus aliados desde el gobierno. En lo que podemos considerar un auténtico y real milagro económico Checoslovaquia recupera en menos de un año la producción industrial de la preguerra. Por ello en las elecciones del 30 de mayo de 1948 el Frente Nacional amplia su base electoral hasta obtener el 90 por ciento de los votos; todo esto a pesar de que en el intermedio entre ambas consultas electorales numerosos reaccionarios habían desertado del Frente Nacional y se habían pasado abiertamente a las filas de los enemigos del gobierno dirigido por los comunistas hasta el punto de urdir una serie de complots armados para hacerse con el poder con la ayuda de los Ejércitos aliados que esperaban en la frontera occidental el momento de intervenir.

En consecuencia, es evidente que si bien el Ejército soviético contribuyó decisivamente al desarrollo de la revolución en esta zona al derrotar al grueso de las fuerzas de la Wehrmacht y al impedir la intervención de los Ejércitos aliados, no es menos cierto que en estos países, como en otros que no gozaban de tan favorables condiciones, la bancarrota y la descomposición total de las viejas camarillas gobernantes que, o bien se hallaban en el exilio o se sostenían gracias a los ocupantes hitlerianos, abría el terreno para que las masas populares y los combatientes antifascistas se hicieran con el poder. Las elecciones que se celebraron corroboraron ampliamente esta tendencia. Cuando los imperialistas hablaban de supervisar estas elecciones lo que en realidad pretendían era, por una parte, frenar el proceso revolucionario, y por el otro, mantener permanente en la zona un foco de conflictos internacionales y agresiones enfilado contra la Unión Soviética. Para el imperialismo era necesario evitar que la Unión Soviética tuviese siquiera un momento de tregua tras la enorme sangría humana y material que le había supuesto la guerra. El socialismo, presa de la enorme devastación ocasionada por la guerra y con continuos enfrentamientos con sus vecinos, caería exhausta a los pies del capitalismo. Para ello era vital, dentro de los planes anglo-norteamericanos, evitar que la revolución se consolidara en el este de Europa y los Balcanes, que el socialismo no pudiera garantizar su seguridad y sus fronteras, que Europa no fuese, ahora menos que nunca, un área de paz.

Soldados y economistas

Tampoco hay que perder de vista que, junto con sus Ejércitos, el imperialismo llevaba sus equipos de economistas. Directamente del mando supremo del Ejército estadounidense en Europa surgieron el grupo de organizaciones económicas europeas que más tarde desembocarían en el Plan Marshall y en el Mercado Común.

Los planes del imperialismo al pretender supervisar e inmiscuirse en el proceso revolucionario que experimentaban los países de la zona eran esos justamente: llevar sus ejércitos para aplastar el movimiento de masas y las organizaciones guerrilleras; instalar a sus expertos económicos para reconstruir el capitalismo, y finalmente, hacer los preparativos para una nueva agresión a la Unión Soviética. La consigna que encubría estas intenciones era la de que el este de Europa y los Balcanes no debían ser zona de influencia de nadie, lo que equivalía a decir que estaban a merced de cualquiera, sobre todo de los Estados Unidos, la única potencia beneficiada por la guerra. Estados Unidos no había padecido la guerra en su territorio, por lo que sus bajas humanas eran bastante más reducidas que las de otros países beligerantes. Por contra, los monopolios dedicados al armamento y gran cantidad de industrias obtuvieron gigantescos beneficios con los suministros al gobierno y la exportación al exterior. Mientras tanto, la Unión Soviética y los países de Europa oriental y los Balcanes habían sufrido cuantiosas pérdidas, siendo bastantes los que se hallaban en una completa ruina, padeciendo en extensas regiones la población hambre, enfermedades y toda suerte de calamidades. En estas condiciones la pretendida no influencia de nadie era la cortina que encubría la necesidad de esos pueblos de subordinarse al imperialismo norteamericano, si la revolución no se consolidaba.

Pero mientras el imperialismo establecía este estatuto para los pueblos de la zona, extensas áreas repartidas por todo el planeta eran tomadas como plazas de armas de Estados Unidos y Gran Bretaña, como zonas para su seguridad estratégica. Estas zonas de seguridad no eran contiguas, ni mucho menos, a las fronteras de sus países, sino que se repartían por todo el mundo y alcanzaban territorios contiguos a la Unión Soviética. A la inversa, el imperialismo se negaba a que la Unión Soviética estimase como zona para su seguridad a los países vecinos de Europa oriental y los Balcanes.

La Unión Soviética no podía tener una zona de seguridad ni en sus propias fronteras; Estados Unidos y Gran Bretaña las podían extender, por el contrario, a miles de kilómetros de las suyas, sobre todo si se trataba de la periferia de la Unión Soviética en la que instalaron tras la guerra un cordón de bases militares y de espionaje. Es más, las pretensiones del imperialismo llegaban al extremo de pretender obtener bases áreas de aviones e hidroaviones en el interior del territorio soviético. Es el caso de sus reclamaciones sobre las islas Kuriles que, según el Tratado de Yalta, correspondían a la Unión Soviética. Stalin contestaba así a las exigencias de Truman: “Las peticiones de esta naturaleza se dirigen generalmente a un Estado conquistado o bien a un Estado aliado que no se encuentra en situación de defender con sus propios medios ciertas partes de sus territorios y, en vista de ello, se muestra dispuesto a conceder a sus aliados una base adecuada. No creo que la Unión Soviética pueda ser incluida entre tales Estados”.

Las zonas de seguridad estadounidenses eran de goma, alcanzaban a todo el mundo y se prolongaban por todos los rincones. Pero a la Unión Soviética se le negaba su seguridad al borde mismo de su frontera. También Gran Bretaña podía mantener sus propias áreas de seguridad, y así, según Truman, Churchill estaba decidido a conseguir que Inglaterra mantuviese o incluso aumentase su control sobre el Mediterráneo. En suma, que para el imperialismo era indescifrable dónde terminaba su seguridad y dónde comenzaba su área de expansión y de dominación colonial, pues -como continúa Truman- el Mediterráneo era de importancia vital para Inglaterra, porque constituía la ruta principal hacia la India y Australia.

Eran, pues, estos des países quienes en realidad hacían lo que estaban achacando a la Unión Soviética. El socialismo, protegiendo la revolución en el este de Europa y en los Balcanes, garantizaba al mismo tiempo la seguridad de sus fronteras en una zona tradicionalmente conflictiva. Por contra, era el imperialismo quien, bajo la excusa de su seguridad, instalaba bases militares y se inmiscuía en los asuntos internos de todos los países, por lejanos que estuviesen de sus fronteras.

El Pacífico, por ejemplo, estaba destinado por Truman a ser un lago interior de los Estados Unidos. Ésta era, según ellos, la única manera de garantizar la seguridad de su país, aunque fuese a costa de liquidar la independencia de otros países como Filipinas o Japón, donde el imperialismo norteamericano se preocupaba muy poco del control tripartito, las elecciones libres o la soberanía nacional. Truman recordaba que el Pacífico había servido poco antes de la guerra como base de agresión contra ellos: “Eran las islas Marshall, Marianas y Carolinas, incluidas además centenares de islas y pequeños archipiélagos, con unos 50.000 nativos. El área total era pequeña -escasamente ochocientas millas cuadradas- pero comprendía una gran región del Pacífico occidental. En manos de una potencia enemiga, podían nuevamente usarse para desplazarnos de aquella área y bloquearnos de las Filipinas y Guam, así como de las posiciones británicas y holandesas en aquella parte del mundo. Podían también emplearse para combatir nuestras líneas de comunicación con Nueva Zelanda y Australia. Estas líneas se habían puesto bajo el control japonés al final de la Primera Guerra Mundial e inmediatamente después de esto se habían fortificado y cerrado a los que no eran japoneses. Como bases de operaciones para los japoneses nos estorbaron mucho durante la guerra, y era comprensible que nos interesasen no sólo como fideicomisos, sino también en el caso de algunas, como áreas estratégicas especiales dentro de un sistema de fideicomiso [...] Con la victoria en el Pacífico ahora asegurada, ya que las fuerzas norteamericanas expulsaban a los japoneses de sus islas fortificadas una después de otra, el control de estas islas durante el tiempo de paz suponía una importancia creciente en el desarrollo de la política norteamericana de posguerra”.

La política norteamericana era clara: donde el Ejército Rojo tenía una presencia efectiva eran necesarias elecciones y un control de las tres potencias, o sea, había que dejar paso a la intervención anglo-norteamericana; pero donde ellos estaban presentes nadie se podía inmiscuir. Las hipócritas palabras de Truman en sus Memorias lo dejan bien claro: “A pesar de nuestro vivo deseo de que Rusia entrara en guerra contra el Japón, la experiencia de Postdam hacía que yo estuviese decidido a evitar que los rusos participaran en absoluto en el control del Japón [...] Adopté la determinación de conceder al general MacArthur el mando y control absolutos del Japón después de la victoria. La táctica rusa no podría perturbar de esta manera nuestra acción en el Pacífico. La fuerza es la única cosa que entienden los rusos. Y si bien confiaba que algún día sería posible convencer a Rusia de que colaborase en pro de la paz, yo sabía que no debía permitírseles ninguna clase de control sobre el Japón” (5).

Notas:

(1) W.W.Rostow: Los Estados Unidos en la palestra mundial, Tecnos, Madrid, 1962, pg.167.
(2) Ciano: Diario, pg.86
(3) R.E. Sherwood: Roosvelt y Hopkins; una historia íntima, Ed. Janés, Barcelona, 1950, pg.242.
(4) La República imperial, Alianza Editorial, Madrid, 1976, pg.67.
(5) H.S.Truman: Memorias: 1945, año de decisiones, Ed.Vergara, Barcelona, 1956, tomo II, pgs.10 y 171.

La OTAN reforzará su presencia militar en Europa

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Jens Stoltemberg
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, anunció el lunes su decisión de aumentar las fuerzas de la Alianza de 13.000 a 30.000 en Europa y crear una fuerte vanguardia de reacción rápida con 5.000 soldados. “Estamos frente a un ambiente de seguridad drásticamente cambiado en Europa”, alegó el responsable de la OTAN en una conferencia de prensa conjunta con el canciller portugués, Rui Machete, en Lisboa, capital lusa.

Para justificar este drástico aumento de soldados de la OTAN en el viejo continente, Stoltenberg alegó que en el este de Europa las amenazas surgen desde Rusia, que “ha roto las reglas internacionales a través de sus actos agresivos contra Ucrania”, mientras el sur está amenazado por el extremismo y la violencia que se están extendiendo desde África del Norte y Oriente Medio.

Para el titular de la Alianza Atlántica, la única salida para solucionar el conflicto en Ucrania pasa por el cumplimiento de la tregua del acuerdo de Minsk (Bielorrusia). Mientras, Moscú ha condenado en reiteradas ocasiones la presencia militar occidental en el este de Europa, además de denunciar que ésta contradice el acuerdo de alto el fuego.

Por otro lado, el expremier noruego, que asumió el cargo de secretario de la Alianza Atlántica en octubre de 2014 en sustitución del danés Anders Fogh Rasmussen, aseguró que el bloque trabaja para una “mejora de la velocidad en la capacidad de reacción” de sus fuerzas, para lo que tiene prevista para septiembre una de sus mayores maniobras del año, bautizada como “Trident Juncture 2015″, en la que Portugal, Italia y España van a participar.

El pasado 12 de febrero, en Minsk, se acordó el alto el fuego entre el Ejército ucraniano y los independentistas de las regiones de Donetsk y Lugansk (ambas en el este de Ucrania) a partir del 15 de febrero de este año en curso. Desde entonces, sin embargo, ambas partes se han acusado mutuamente, en numerosas ocasiones, de romper el cese de hostilidades.

Desde el comienzo de la crisis ucraniana, la OTAN y EEUU han aumentado su presencia militar cerca de la frontera de Rusia, una medida que ha provocado duras críticas del Kremlin. Estas medidas además han generado protestas en varios países europeos, incluida Ucrania.

El conflicto del este de Ucrania se intensificó después de que las fuerzas militares ucranianas lanzaran una operación en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk que protestaban contra el cambio de poder en febrero del año pasado.

Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACDH), al menos 6.116 personas han muerto y 15.474 personas han resultado heridas en un año de conflicto en el este de Ucrania.

Fuente: http://www.hispantv.com/newsdetail/Europa/29570/OTAN-anuncia-planes-para-reforzar-su-presencia-militar-en-Europa

En Hollywood el cine ejerce de portavoz de la Casa Blanca

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El viernes Wikileaks reveló 170.000 correos electrónicos y 30.000 documentos de la multinacional Sony, la mayor propietaria de las productoras cinematográficas de Hollywood, que confirman que el cine sigue las directrices ideológicas emanadas de la Casa Blanca para librar una “guerra mediática” contra Rusia.

Miles de documentos prueban que Obama pidió colaboración a la industria cinematográfica para crear una imagen interesada de Rusia. En el archivo hay unas cien direcciones de correo de personal de Sony vinculado con el gobierno de Estados Unidos.

Los correos electrónicos también dejan al descubierto las conexiones entre Sony y el Partido Demócrata, cuyas cenas de recaudación de fondos contaban con la presencia de la cúpula empresarial.

Uno de los mensajes publicados por Wikileaks es una invitación a una cena en la Casa Blanca con la familia Obama, la cual fue enviada por la jefa del personal de Michelle Obama en ese momento, Kristen Jarvis.

En otro de los correos filtrados, el subsecretario del Departamento de Estado norteamericano para Relaciones Públicas, Richard Stengel, invitó a Michael Lynton, director de Sony Pictures, a movilizar sus recursos para una “guerra informativa” contra Rusia.

“Tenemos un montón de desafíos en la lucha contra la narrativa de EI en Medio Oriente y la narrativa de Rusia en Europa central y Europa del Este. En ambos casos, hay millones de personas en estas regiones que están recibiendo una versión sesgada de la realidad”, dice el correo de Stengel.

“No es algo que el Departamento de Estado puede tratar por su cuenta. Me encantaría convocar a un grupo de ejecutivos mediáticos que puedan ayudar a pensar en una mejor forma de responder a estos dos grandes desafíos”, escribió Stengel en el correo dirigido a Lynton.

Por su parte, Lynton respondió con una lista de nombres integrada por el presidente de Walt Disney International, Andy Bird; el director de operaciones de 21th Century Fox; y el exejecutivo de Turner Broadcasting, James Murdoch.

Las revelaciones muestran, además, que Michael Lynton es parte de la junta directiva de RAND Corporation, una organización especializada en la investigación y el desarrollo para el sector militar y de inteligencia de Estados Unidos.

“Los archivos de Sony muestran el flujo de contactos e información entre estas dos importantes industrias. RAND asesoró a Sony en relación con su película The Interview en Corea del Norte, explicó Assange en el comunicado publicado en su sitio web.

La portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Marie Harf, respondió a las revelaciones de Wiikileaks al decir que nunca hubieran comparado a Rusia y al autodenominado Estado Islámico, porque los consideran “desafíos muy diferentes”. Harf reconoció que sí existe colaboración con “personas que tienen plataformas” en la esfera de la política exterior de Estados Unidos.

“Contactamos con personas de esos países ajenas al gobierno para hablar con ellas sobre nuestras prioridades. A veces son ellas quienes se ponen en contacto con nosotros. Pero son ellas las que deciden qué van a producir y cuál va a ser el contenido”, afirmó Harf.
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